martes, 26 de septiembre de 2023

Mūlamadhyamkakārika [fundamento de la Vía media]: abandonar la discusión, por Nagarjuna

  
"La dialéctica, que suponemos nació con Sócrates, antes de ser en el medievo un pasatiempo favorito de los aristotélicos europeos lo fue para las escuelas filosóficas en la India. Auténticos torneos se celebraban entre los partidarios de una escuela y otra. Nagarjuna tiene fama de haber sido un dialéctico inigualable. Fue el fundador de la escuela [o corriente, para todos sus linajes...] sobre 'La Vía Media (Madhyamaka)', una de las variantes más destacadas del budismo y la que mayor trascendencia tuvo fuera de las fronteras de la India.
 
Buda protegido por Vajrapani, representado como Hércules 
con su maza. Circa S. II d. C. (Museo Británico, en Londres).
  
'Abandono de la discusión' es un texto breve en forma de diálogo que viene a complementar la obra magna de Nagarjuna, 'Fundamentos de la vía media', de la cual Juan Arnau nos ofreció también una traducción. Se trata de una discusión entre Nagarjuna y un supuesto partidario de la escuela nyaya o del escolasticismo anterior. Como en los 'Fundamentos...', el concepto central es la vacuidad. La afirmación de que las cosas son vacías no tiene en este caso carácter moral; significa que no tienen "ser": algo que suponemos idéntico a sí mismo, permanente e inmutable. Según el budismo, nada es permanente; las cosas y los seres se generan en mutua dependencia, nada es por sí mismo. La identidad no existe. Madhyamaka remata la cuestión: todo es vacío.

Qué duda cabe de que, ante tal afirmación, cualquiera estaría tentado de responder como al escéptico esgrimiendo un argumento del tipo: si todo es relativo, también será relativo que todo es relativo... En este caso: si todo es vacío también será vacía tal afirmación de que todo es vacío. Pero Nagarjuna se anticipó a ello y -esto es lo más interesante de la dialéctica Madhyamaka- no dudó en añadir otra vuelta de tuerca haciendo extensiva esa afirmación al propio discurso: también es vacío el "todo es vacío".
 
 
Después de que Bertrand Russell en 1922 ideara la inteligente teoría de la jerarquía de lenguajes, y sobre todo después de los trabajos por Tarski en la aplicación de la teoría de los metalenguajes al concepto semántico de verdad, este tipo de paradoja se resolvería con facilidad: en un nivel semántico se habla de las cosas, en otro se habla de las proposiciones que tratan acerca de las cosas; se trata de dos lenguajes distintos y que no pueden mezclarse. Pero esta estrategia lógica no se les ocurrió a los dialécticos indios, y no porque fuesen menos inteligentes, sino probablemente porque reservaban su astucia para cazar los fenómenos mentales; esos a los que al fin y al cabo, independientemente de que uno se decante por el realismo o por el idealismo, toda intelección (y por tanto toda percepción del mundo) se nos reduce. Así que resolvieron de otra manera el entuerto.
 
Que todo es vacío no se propone como una tesis filosófica, sino como un método deconstructivo. Lo que Nagarjuna pretende demostrar es la falsedad de las tesis contrarias, y lo hace reduciéndolas al absurdo. La vacuidad de las cosas, su falta de naturaleza propia, deriva de su mutua contingencia: nada es independiente, nada existe por sí mismo, y los discursos no escapan a esta ley. Las afirmaciones tienen sentido en una discusión al hilo de otras afirmaciones, pero son en sí tan efímeras como cualquier otra cosa. Si el debate puede considerarse útil, como medio de conocimiento, será tan sólo como recurso para lograr la comprensión de la transitoriedad de las construcciones mentales. 

Tal discernimiento y la compasión a la que conduce son los dos pilares sobre los que se sustenta Madhyamaka. La lógica, para el filósofo indio, no ha sido nunca un fin en sí; sino un medio para la acción correcta, la cual para el budismo siempre ha sido la liberación del sufrimiento. Y acción correcta es lo que podría derivársenos por adecuada comprensión de la impermanencia para todas las cosas.

Hace poco menos de tres siglos, un empirista británico llamado John Locke consideró que aquello a lo que llamamos "yo" no era otra cosa que el soporte de unas impresiones. Esto dio lugar, poco después, a que David Hume demostrara la improcedencia de la idea de sustancia; y lo hizo, curiosamente, con argumentos similares a los que utilizaron los budistas para sostener la teoría de la impermanencia

Hasta finales del siglo XX sin embargo no se les ocurrió a los filósofos europeos, ni siquiera a los más idealistas, pensar que sus afirmaciones acerca de la realidad pudiesen ser igualmente transitorias; y, por lo tanto, tan poco verdaderas como las demás cosas de este mundo. La actualidad del pensamiento de Nagarjuna residiría en cierta consideración de la Realidad (cosas, personas y discursos) como fugaces (encuentros o encrucijadas), según ha sabido mostrarnos acertadamente Juan Arnau con el epílogo al texto traducido

Al fin y al cabo, sólo es posible identidad (o/y las nociones de la verdad que aparejadas lleva) en el lenguaje matemático; nada más que allí (o sea, sin referentes ninguno) es donde A no puede ser sino idéntico al mismo A." 
 
                                   (Chantal Maillard, en 'Babelia', 25.08.07)

   

 'Mūlamadhyamakakārika' [s. III a. C.] 

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A este post le precedió, anterior mente (17/09/23):

                                 ... y a este post le sigue, ulterior mente (12/01/24):

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