sábado, 20 de noviembre de 2021

Alarmismo radical visualiza Riesgo terrorífico incitando Apoyar toda imposición draconiana

 
¿Cómo habría llegado a sernos posible ya esta "NUEV...A NORMALIDAD" aquí, tan increíble apenas menos de 2 años atrás, con prolongado despliegue -fallad@ visto "nul@" e inconstitucional... por la vigente Justicia suprema- en varios estados de "Alarma"... como coartada del 'cambiar' hacia Excepcionalidades liberticidas -¡e inéditas!- y que anuncian habérsenos llegado sin visos del admitir caducidad futura prevista? 

¿Cómo llegamos ya, sobre todo, a esta mansa tolerancia de sumisión generalizada irracional: atenta sólo al responder (como mascotas usadas para probar sus reflejos en otros "experimentos de Pavlov"...), demostrando emotividades cegadas ante cualesquier muy precisas dudas metódicas o prudentes consideraciones cautelosas de pros y contras para las políticas públicas?   
   
   
Sin embargo, poco a poco, las cosas nos podrían quedar más claras: contamos con alguna "investigación" -aún pionera...- detallando mecanismos conductistas para estampida de la razón supuestamente tan "inexplicable" antes...

Veamos: "uno entre los fenómenos más llamativos para esta pandemia ha sido el mayoritario apoyo de la población a las medidas adoptadas por los Gobiernos. Allí donde se aplicaron estrictos confinamientos, prohibiciones radicales, flagrantes recortes de derechos y libertades, las encuestas reflejaron un respaldo popular masivo. Parece que la gente se decanta abrumadoramente por esas restricciones duras, extremas y, sin embargo, en países como Suecia, con medidas muy suaves, prácticamente recomendaciones… las encuestas también mostraron unas aprobaciones similares. ¿Entonces, acríticamente aclama la masa cualquier estrategia frente a su pandemia, sin importar cuál sea? La respuesta es más compleja, pero mucho más interesante, que un mero sí o no...
  
  
En 'Limitations of polling data in understanding public support for COVID-19 lockdown policies', Colin Foad y sus coautores descubren una provocativa explicación: la intensidad de las restricciones constituye la referencia básica que utiliza la mayoría para evaluar el peligro de la enfermedad. Así, donde las medidas han sido extremas, la gente tiende a sobreestimar el riesgo personal y muchos acaban por desarrollar comportamientos algo paranoicos: evitando salir de casa o acercársele a las gentes, desinfectan de manera compulsiva y utilizan permanentemente su mascarilla aun cuando la inmensa mayoría se halle vacunada.

Por el contrario, donde las medidas fueron laxas, focalizadas en los grupos vulnerables, la población tiende a percibir un riesgo mucho más moderado, sin mostrar semejantes paranoias. Al final las mortalidades han sido similares, con independencia de la intensidad de las restricciones, y la gravedad de la enfermedad la misma; pero es muy distinto el imaginario de la masa, que se ancló al gobierno, atendiendo a su reacción.
  
   
Donde se aplican medidas extremas, la neblina del confinamiento tiende a narcotizar el pensamiento racional, fomentando una extremada obsesión a eliminar los contagios a cualquier precio, aunque sean leves o asintomáticos, como si el consecuente aumento de la mortalidad por otras enfermedades, el deterioro de la salud mental, el menoscabo de la socialización, la creciente pobreza o la pérdida de empleo pertenecieran a un universo paralelo. La gente apoya las medidas draconianas porque juzga la enfermedad extraordinariamente peligrosa pero, al mismo tiempo, esta percepción de riesgos extremos proviene de la propia radicalidad de las medidas. Este círculo vicioso convierte las restricciones en la profecía que se cumple a sí misma.   

Al concluir que “el peligro debe ser descomunal porque el gobierno nos ha encerrado”, muchos encuestados manifiestan implícitamente una excesiva confianza en los políticos y unas carencias de criterios propios. Si supieran que los gobernantes rara vez toman las decisiones con algún criterio firme, que para afrontar esta pandemia se limitaron a... copiar lo que hacen otros gobiernos o se decantaban por aquellas medidas que ante cada situación mejor permitiría eludir toda culpa, seguramente buscarían mejores puntos de referencia para valorar el riesgo.
  
   
Todavía peor, el miedo al Covid-19 muestra una marcada asimetría: se dispara con celeridad pero se reduce con mucha lentitud al levantarse las prohibiciones, un fenómeno conocido como histéresis o persistencia. Dado que no hay interruptor que apague instantáneamente el pánico, la retirada de las restricciones tiende a ser muy lenta y gradual, largamente diferida en el tiempo, en parte por la reticencia del público. Incluso se producen marchas atrás, que vuelven a avivar el miedo y a prolongar todavía más la percepción de excepcionalidad. Así, aunque la pandemia sanitaria finalice, la sensación pandémica resulta interminable.  

Desgraciadamente, todos estos mecanismos tan perversos comienzan a operar también en las políticas para combatir el cambio climático. Cuanto más radicales o costosísimas y perjudiciales van siendo las políticas, cuanto más onerosos los acuerdos internacionales, más monstruosas se vislumbran las consecuencias del calentamiento en la fantasía del público; y su percepción más unidimensional se vuelve
   
   
Así, la crisis energética, las tarifas eléctricas desmedidas o el estancamiento económico parecen pertenecer, de nuevo, a algún otro universo distinto, desconectado, completamente eclipsado por la amenaza del apocalipsis climático, otra profecía -igual: 'autocumplida'...- que también posee su propia pasarela de santos y videntes.
 
Existe siempre más de una opción
 
Ni la pandemia ni el cambio climático han sido afrontados de manera racional sino impulsiva, sin debate, censurando al discrepante. Ha predominado una visión parcial y dogmática, que solo acepta un único camino, desdeñando los daños colaterales que las medidas pudieran causar. Proclamar que solo existe mi solución… o el Apocalipsis, refleja una mentalidad fanática, mesiánica y autoritaria, que favorece la fijación obsesiva en 'Único' propósito, sea la eliminación de los contagios a cualquier precio o la cancelación absoluta de las emisiones de Carbono
    
       
Sin abrir la mente a otras alternativas que podrían ser más adecuadas para la sociedad: resulta muy probable que sea peor el remedio... y no la enfermedad. Por suerte, la realidad siempre permite varias opciones, varios cursos de acción. 

Elegir la mejor, o la menos mala, tras sopesar todas las ventajas e inconvenientes constituye la vía racional afrontando los problemas. Muy alejada de este enfoque se encontraba la decisión de confinar a la población basándose únicamente en los consejos de famosos epidemiólogos. Porque las consecuencias sociales de las restricciones rebasan ampliamente los conocimientos de estos expertos, abarcando muchos y muy variados campos del saber.
   
  
Esos epidemiólogos quizá comprendieran la dinámica de los contagios pero seguramente desconocían la magnitud de los daños y sufrimientos que causan los confinamientos: notable incremento de la mortalidad por otras enfermedades, aumento de los trastornos mentales, deficiente aprendizaje de los niños, retrocesos para las libertades, deterioros de la convivencia o incremento de la pobreza y del desempleo. Alguno, como Neil Ferguson, emprendió una campaña activa a favor del encierro, ejemplificando que “a quién solo tiene un martillo… todo le parecen clavos”.

Sólo un equipo multidisciplinar de profesionales, y sin conflictos de intereses, podría superar esta visión parcial, dilucidando el conjunto de costes más beneficios sociales de cada estrategia para el Covid-19. Un cálculo que también compararía las vidas salvadas en cada una de las opciones. Pero un experto solo en contagios no está capacitado para decidir alegremente la paralización del pulso de toda la sociedad.   
   
   
Del '0 covid'... al '0 emisiones'...
 
Este mismo planteamiento se aplica al cambio climático. Con unos postulados más cercanos a una religión laica que a la ciencia, las medidas solo contemplan una vía para la salvación: cambiar completamente, no solo las fuentes de energía, sino también la conducta ciudadana, dirigirla hacia un nuevo puritanismo donde no caben viajes aéreos o consumo de carne.

Todo ello con el objetivo único de eliminar la emisión de carbono a marchas forzadas, sin considerar que los enormes recursos utilizados podrían aportar mayor bienestar si se dedicaran a paliar las posibles consecuencias del cambio de temperatura. Es imperativo, de nuevo, abrir la mente a opciones alternativas y compararlas rigurosamente entre sí. Porque un experto solo en clima no puede decidir alegremente el rumbo que debe tomar la humanidad, por muy apocalípticas que sean las predicciones de sus modelos matemáticos.
         
  
   
Pero hay un fuerte obstáculo para el triunfo del enfoque racional: esta pandemia ha mostrado cómo es demasiado fácil manipular(nos por) las emociones. Los políticos han descubierto que no es necesaria la discusión, el debate, el contraste de alternativas. 

Ahora saben que pueden avivar el miedo al cambio climático simplemente aplicando medidas muy radicales… y obtener de paso aplauso mayoritario: tal es el precedente envenenado que nos deja la gestión de la pandemia."
 
  
        
            MANIFIESTO 'NEGACIONISTA'

Este manifiesto va dirigido a españoles de todos los rincones del país –ya se digan de izquierdas o derechas, creyentes o ateos, monárquicos o republicanos- y desde esta humilde tribuna les animo a difundirlo por todos los medios posibles, ante la deriva totalitaria de las “democracias” parlamentarias europeas y mundiales y ante el temor de ver nuestra nación subyugada por la dictadura sanitaria que se va imponiendo en los países vecinos.

SÍ, NEGAMOS:

   1º) Negamos la imparcialidad, objetividad e independencia de los medios de comunicación que nos bombardean 24 horas al día, 7 días a la semana con alerta, pánico y miedo desde hace casi ya 2 años. Asimismo, aseveramos –en base a evidencias fácilmente verificables- que los mass media españoles comparten accionariado –y, por tanto, intereses- con las Big Pharma (Pfizer, ModeRNA) perteneciendo todos a los conglomerados empresariales Black Rock y Vanguard, entre otros.

  2º) Negamos que haya existido un auténtico debate científico sobre el origen, causa e impacto de la enfermedad denominada Covid-19, limitándose el discurso oficial (u oficialista) a dar voz únicamente a quienes reproducen el relato hegemónico (algunos de ellos, incurriendo en grave conflicto de intereses) y criminalizando a quien lo cuestione...

  3º) Negamos que el proceso de inoculación de los fármacos experimentales que llaman vacunas sea 100% garantista, seguro y eficaz, como muestran las estadísticas: incremento de miocarditis, pericarditis y otras enfermedades cardíacas, ictus, infartos y muertes repentinas en personas primovacunadas o doblevacunadas, aumento de los casos a pesar de altos índices de vacunación, etc.).
  
  
   4º) Negamos que sea necesario inocular a los menores de edad, grupo en el que la enfermedad es prácticamente inexistente y, por tanto, condenamos las campañas mediáticas obscenas para la vacunación de menores.

   5º) Negamos la existencia de transparencia en los servicios de salud de las Comunidades Autónomas, que no publican las cifras de fallecidos por Covid-19 indicando si las víctimas están vacunadas o no (sólo lo hace la Junta de Extremadura, resultando que aproximadamente el 85% de las muertes por Covid-19 se dan en personas primovacunadas, con la pauta completa o con la dosis de refuerzo).

  6º) Negamos la existencia de transparencia en los contratos firmados por la Comisión Europea y las multinacionales fabricantes de los fármacos, en los que se les exime a estas compañías de cualquier responsabilidad en caso de demandas por efectos secundarios graves.

   7º) Negamos aceptar que no se esté respetando la Ley de Protección de Datos y que se exija a los ciudadanos –a modo de tribunal de Inquisición- declarar públicamente si están vacunados contra la Covid-19 o no, como ya hizo el presidente del gobierno al líder de la oposición en el Congreso de los Diputados.
  

  
   8º) Negamos ponernos de perfil frente a las coacciones amenazas de los gobiernos a la población para que ésta se vacune en su totalidad y anualmente (pasaporte Covid o ‘Green Pass’, confinamientos selectivos de no vacunados, etc.), incurriendo en un grave apartheid sanitario que vulnera derechos fundamentales y nos recuerda –trágicamente- a las identificaciones que los judíos tenían que llevar en la solapa durante la Alemania nazi. Máxime cuando el Centro de Detección de Enfermedades de EEUU ya ha demostrado que tanto vacunados como no vacunados contagian y se contagian igual.

    9º) Negamos que exista libertad de prensa y de expresión en redes sociales, cuyos órganos de censura se encargan de eliminar y restringir las opiniones y cuentas de quienes no comulguen con el relato oficial.

 y 10º) NOS NEGAMOS a permanecer impasibles ante tamaña pérdida de libertades, depauperación de los servicios públicos (atención primaria, etc.), ruina de la economía y pérdida de puestos de trabajo,  y degradación de la calidad democrática en nuestro país aprovechando una emergencia sanitaria que se revela planificada por los poderes fácticos, plagada de incoherencias y sombras que nos hacen preguntarnos si alguna vez recuperaremos la añorada “vieja normalidad”.
  
   
  





lunes, 1 de noviembre de 2021

YUNÚS EMRÉ, Anatolia (1240-1321): Dīwān de canciones

 
'Si quisieramos resumir todo el conocimiento en una sola palabra, ésa sería Tolerancia...'
    
     
Yunus Emre era uno de los grandes poetas musulmanes turcos que formaba parte de los derviches errantes y sobre cuya muerte se cumplen ahora 700 años. Vivió en Anatolia coincidiendo con el final de los selyúcidas y el reinado de Osmán Gazi, primer sultán otomano. En un poema, él dice haberse dado a sí mismo el nombre de Yunus, siendo Emre el nombre genérico con que sería conocido cualquier derviche quietista. Se reconocen dos obras suyas: el Libro de los preceptos y su Diván, que incluye unos 350 poemas, aunque se le han atribuido más de 1.000... 

En su poesía se pone de manifiesto la filosofía del tasawwuf o misticismo islámico, entre cuyos preceptos están la igualdad entre todos los seres humanos; condenándose la soberbia, presunción y ambiciones por el poder o la riqueza, con críticas del fanatismo religioso... más defensa del control de las pasiones, la modestia, las ciencias y el estudio. Sus poemas, transmitidos mediante canciones, han permanecido hasta lo más tradicional de literatura popular actual.

Fue un cantor de la fraternidad y del amor místico en la época del reagrupamiento de los pueblos turcomanos en Asia Menor. Autodidacto, dominó el persa y el árabe ágrafos. Su obra máxima es "Risalet-ün Nushiyye (El opúsculo de los consejos)", de gran religiosidad, donde evoca el sucederse de las alegrías humanas, de la duda y el dolor, junto al sentimiento de la nada y la eternidad. Algunos de sus poemas hablan elocuentes de tolerancia y universalidad: «Nuestro único enemigohabrá de ser el resentimiento. / No le guardaremos rencor a nadie; / para nosotros la humanidad es indivisible».

Su obra evoca el éxtasis de la comunión con la naturaleza y con Dios. Así escribió estos versos memorables: «Cualquiera que posea una gota de amor / posee la existencia de Dios».

Su preocupación por el destino de todos los hombres, y en particular de los más desfavorecidos, da a su poesía una intensa emotividad. Yunús Emré afirma la existencia del amor universal, proclamando su fe en la fraternidad que trasciende a todas las barreras y a todos sus sectarismos: «No nos opondremos a ninguna religión. / El verdadero amor nace cuando todas / las creencias se unen».

Hombre del pueblo que escribió para el pueblo, adalid de la justicia social, Yunús Emré se rebeló valientemente contra todos aquellos gobernantes, propietarios, dignatarios políticos y seudorreligiosos que oprimen a los débiles o humildes. Su mensaje poético en favor de la paz y la fraternidad universal fue proclamando desde el Islam, hace más de setecientos años, cuando en el mundo occidental no existían derechos humanos, o convenciones como las de Ginebra ni aun organizaciones como las Naciones Unidas: «Venid, seamos amigos siquiera una vez. / Hagamos la vida más fácil. / Amemos y seamos amados. / Cuando surge el amor / desaparecen ansiedades y defectos».

La obra de Yunús Emré fue traducida por un transilvano que fue prisionero de los turcos durante un largo tiempo (1438-1458) e influyó muy notablemente en el pensamiento de tres prominentes humanistas occidentales, como fueron el católico holandés Desiderio Erasmo (1466-1536) más los reformistas alemanes Martín Luthero (1483-1546) y Sebastián Franck (1499-1542)... Siguen algunos ejemplos:
 
ESTE MUNDO PARA NADIE QUEDA
Aunque el mundo está impregnado de Dios
nadie alcanza a ver su misterio.
Si quieres verlo, búscale en tu mundo,
descubriras entonces que El no está tan lejos.
Esa tierra sobre la que caminas,
esa comida con la que te alimentas,
si crees que son tuyas, te equivocas.
El otro mundo se halla fuera de mi vista,
la virtud es lo que se queda en este mundo.
El dolor de la ausencia es demasiado amargo,
nadie volvió una vez que se marchó,
mas el que viene a este valle se irá,
sin remedio; 
todo ser humano este sorbete beberá.
La vida es un largo puente
por el que pasan todos, viejos o jóvenes;
pues venid,
vamos a ser amigos;
la vida será más fácil para nosotros,
amemos y que nos amen todos,
pues este mundo a nadie le queda.
Si escuchas y entiendes
las palabras de Yunus,
seguro que las aprovecharás:
este mundo para nadie queda.
   
        
TU AMOR ME SACÓ DE MÍ
Tu amor me sacó de mí. Tú eres todo lo que necesito.
Ardiendo estoy día y noche. Tú eres todo lo que necesito.
Ni me contentan las riquezas, ni me asusta la pobreza.
Me basta con tu amor. Tú eres todo lo que necesito.
Tu amor disipa otros amores; los sumerge
en el mar del amor. Tú eres todo lo que necesito.
Tu presencia todo lo llena. Tú eres todo lo que necesito.
He de beber el vino de tu amor, amarte como loco en el dolor.
Tú eres mi preocupación. Tú eres todo lo que necesito.
Eso que llaman paraíso, unos palacios, unos jardines,
a quien los quiera, dáselos. Tú eres todo lo que necesito.
Aunque tengas que matarme y dar al viento mis cenizas,
mi tierra seguirá diciendo: Tú eres todo lo que necesito.
Yunus, Yunus es mi nombre. Mi amor crece cada día.
En este mundo y en el otro, Tú eres todo lo que necesito.
     
   
SI UNA VEZ...
Si una vez rompiste el corazón a alguien,
no puedes recomponerlo con sólo una plegaria al Señor.
Tu peso no le alivia aunque intervengan
setenta y dos naciones a tu favor.
¿Sabes cuántos santos han pasado por este mundo?
Ellos han dejado solamente un recuerdo;
sus almas volaron al lado del Amado,
abriendo las alas igual que los pájaros.
El camino del Señor es justo,
los ojos que le perciben son dichosos.
El verdadero héroe desdeña la fama;
los ojos que miran desde lo alto, no ven.
Si no te has desviado del camino recto,
si has sido respetuoso con los santos,
si has hecho obras buenas,
tu riqueza aumentará mil veces.
Yunus os dice estas verdades
mezclando mantequilla y miel a sus palabras;
su mercancía no es sal, sino joyas.
  
SOY YO EL PRIMERO Y EL ÚLTIMO
Soy yo el primero y el último que ayuda a las almas,
soy quien da la mano a los extraviados,
soy la esperanza de los desesperados,
soy la vista de los que no ven,
soy quien revela los misterios inauditos,
soy el espíritu que se esconde en los corazones,
soy el agua que cae sobre las piedras,
soy quien con una mirada detiene el mundo,
soy quien sacia a los hambrientos,
soy quien ampara a los amantes,
soy el poder misterioso que allana los montes,
soy quien creó esos cielos,
soy el faro que ilumina los mares,
soy el guía de los creyentes,
soy quien impone el orden,
soy quien escribió los cuatro libros,
soy la lengua que recita el Corán,
soy el camino que conduce a la felicidad,
soy quien derrama riquezas,
soy el jardinero de todos los jardines,
soy quien mandó a Hamza al monte Qâf,
soy quien puso allí el nido del Sîmurg,
soy quien dice estas palabras, no Yunus.
Quien duda de esta verdad peca:
soy yo el primero y el último.
  
   Este Día de los Libros celebramos al poeta y místico sufí
      
SALE MI LUNA
Cada vez que me arrastro en su camino,
sale mi luna;
los inviernos se transforman entonces en primaveras
y todos mis días parecen fiestas.
Las nubes son incapaces de ocultar mi luna,
ni pueden deslustrar su fulgor.
Jamás disminuye su llenura
y se dilata su esplendor desde la tierra.
La luz de mi luna borra las tinieblas
e ilumina las celdas oscuras en los corazones.
¿Pueden vivir juntos en una misma celda
el rayo penetrante y la sombra?
Yo encontré mi luna aquí, en la tierra,
¿qué me importa el cielo?
Mi frente debe alcanzar el suelo,
si desde allí crece mi luna.
Faltan palabras para describir mi luna,
Mas los amantes la conocen.
Faltan palabras para explicar mi pena,
mas los amantes la saben.
No culpéis a Yunus por haber amado,
son muchos los seguidores del Amado;
si su amor abraza a los amantes,
Yunus también irá a su lado.
  
    
LA CARNE ES MORTAL, MAS EL ALMA VIVE
Los que conocieron el misterio de la vida
no podrán sufrir.
Los corazones que percibieron la verdad revelada
no dejarán de latir.
La carne es mortal, mas el aire vive;
el que parte de este mundo no vuelve.
El cuerpo es mortal, mas el alma vive.
Ante los corazones que adoran joyas,
si se abren cien mil vías,
ninguna de ellas a ningún sitio conduce
a menos que el Señor lo otorgue.
Ten cuidado, a nadie rompas el corazón.
Los corazones son de vidrio;
una vez que se rompen
jamás se recomponen.
Yunus, mientras estás vivo,
haz buenas obras;
una vez que se va al más allá
no se vuelve jamás.
   
  
EL RANGO DE LOS DERVICHES
El que posee el rango de los derviches
se purifica, se deshace de todos los errores
y su corazón se vuelve como plata labrada.
Es como el viento que trae el perfume de almizcle,
es como un árbol que da frutos,
sus hojas curan todas las enfermedades,
bajo su sombra se refrescan los desesperados.
El lago del amor se desborda con una sola lágrima,
en sus riberas brotan flores.
Todos los poetas son ruiseñores en el jardín de Dios,
Yunus Emre es una perdiz entre ellos.
  
¿QUÉ HARÉ YO?
¡Oh amigos! ¡Oh hermanos! ¿Qué haré yo?
Si Dios me dice: «tú no eres mi siervo», ¿que haré yo?
Si mi cabeza desconcertada se inclina para siempre
y si mis lágrimas no cesan nunca, ¿que haré yo?
Si en el día del juicio mi destino es el fuego, ¿qué haré yo?
Si aquel día me echan en cara mis pecados
y si se llenan con lágrimas sangrientas mis ojos, ¿que haré yo?
Si en presencia de Dios no puedo encontrar excusas, ¿qué haré yo?
Si Él no perdona mis pecados y culpas, ¿qué haré yo?
Mi interior está lleno de malicia;
si el infierno me es destinado como morada, ¿qué haré yo?
Yunus dice que su alma está inquieta; 
algún día, cuando el cuerpo abrace la tierra,
si encuentro mi tumba muy angosta ¿qué haré yo?
  
     
EL FUEGO DEL AMOR
Fuego del amor que abrazó mi corazón me deja ardiendo
El alma solitaria que sufrió por la pasión
me dejará sufriendo.
Me enamoré del Amado;
su amor, que me puso la cadena,
me dejará encadenado.
Los fíeles cumplen su palabra,
mas Tú me volviste la espalda.
Mis ojos, que se abrieron para mirarte,
se cerrarán mirándote.
Si el ruiseñor llora por la ausencia,
mi corazón se lamenta por el abrazo,
y acabará lamentándose.
Dice Yunus que en su jardín
los ruiseñores gimen y las rosas crecen,
y las rosas que pronuncian el nombre del Amado
se marchitarán pronunciándolo.
    
 
     
EL ÁNGEL DE LA MUERTE
No sé a quién busca esta vez la muerte;
en la huerta de los seres cosecha vidas.
Cuando el ángel de la muerte deambula entre nosotros,
algunos se ahogan en lágrimas
y otros se quedan en ruinas.
Todo el mundo se arrastra ante su guadaña;
a nadie perdona, viene la muerte sin aviso.
No distingue valiente ni cobarde, padre ni hijo;
si decide segar el alma a uno, le manda su beso.
Yunus el Místico, reza también tú por tu Señor,
pues no hay tiempo que malgastar;
los dragones de la muerte echan fuego,
vete al lado de tu Amado sin parar.
   
    
ERES EL ALMA DE MI ALMA
Eres el alma de mi alma,
sin Ti no puedo resistir.
¡Qué me importa ir al paraíso,
si allí no Te voy a encontrar!
Cuando contemplo alrededor,
mis ojos ven tu grandeza;
y cuando hablo,
mis labios describen tu hermosura.
No habrá para mí otra búsqueda,
me perdí a mí mismo
por llegar a tu morada.
No sé dónde estoy ni en qué estado me hallo.
Mátame setenta veces si quieres,
igual que mataste a Cercis.
Verás que este descarriado hijo tuyo
volverá a Ti setenta veces.
Yunus se quedó maravillado de Ti,
muéstrale tu belleza;
él seguirá siendo un derviche infeliz
a menos que le concedas tu alabanza.
  
  
TENGO TANTOS PECADOS QUE...
Quien dice que soy bueno, se equivoca;
no soy bueno; soy malo, soy perverso.
No se puede encontrar en el universo
a un hombre tan culpable como yo.
Tengo tantos pecados que ningún criminal
puede rivalizar conmigo.
Es mi lengua la que te engaña;
ella finge ser creyente,
pero mi corazón es libertino.
Mi belleza física es fascinante,
pero mi alma está podrida.
Tampoco existe en Bagdad
nadie tan malvado como yo.
Mi exterior quemado parece maduro,
pero mi verde interior está crudo.
Aunque no veo más allá de mi nariz,
doy noticias de los dos mundos.
Mi caftán de derviche es una tapa
para cubrir mis pecados.
Mi corazón es andante, vaga por otros mercados;
las palabras que liberan mis labios
abren nuevas puertas a los misterios.
Desengáñate; mi exterior es familiar, es sincero,
pero mi interior es ajeno, es forastero.
Mi lengua pronuncia palabras dulces,
pero mi corazón es un renegado.
Aunque tengo buena fama, soy hipócrita.
A quienes yo he guiado, llegan a Dios,
pero a mí no me sirvieron mis consejos.
Una vez que me dieron el título de jeque
dejé de obedecer al Señor.
Una vez que gocé los placeres del mundo
dejé de rezar al Señor.
El nombre de Yunus se difundió por todas partes,
pero seguirá siendo un hombre malicioso
a menos que El Misericordioso perdone sus pecados.
   
   
CANTA, MI PEQUEÑO RUISEÑOR, CANTA
Los días de verano ya llegaron:
canta, mi pequeño ruiseñor, canta.
Las flores todo el campo decoraron:
canta, mi pequeño ruiseñor, canta.
Se fue el invierno, llegó la primavera,
despiértate ya de ese descanso;
todos los lugares se volvieron un paraíso:
canta, mi pequeño ruiseñor, canta.
Los árboles estrenan sus trajes verdes,
en el cielo vuelan las aves,
El Misericordioso perdona a las almas:
canta, mi pequeño ruiseñor, canta.
Siente el éxtasis del amor,
aparta de tu corazón el dolor,
sal frente al rosal:
canta, mi pequeño ruiseñor, canta.
La rosa brota de una ramita,
mas por tu nostalgia se marchita,
tu pena es más grave que la mía:
canta, mi pequeño ruiseñor, canta.
El ruiseñor está enamorado de la rosa,
¿quién sabe en qué estado se halla?
sólo con su amor se consuela:
canta, mi pequeño ruiseñor, canta.
El tesoro del poder se descubrió
y se esparció la misericordia para todos,
los trajes de hule ya están listos:
canta, mi pequeño ruiseñor, canta.
Aquí estoy yo y el Amado allá,
el cuerpo no detiene al alma,
ya no me queda ni una lágrima:
canta, mi pequeño ruiseñor, canta.
Tú puedes volar, y yo ¿qué puedo hacer?
Abriendo las alas me puedes dejar,
quizá los mares puedas atravesar:
canta, mi pequeño ruiseñor, canta.
Pasaste la mitad de tu vida
en este rosal, pero lo abandonas,
querido compañero de Yunus:
canta, mi pequeño ruiseñor, canta.
   
   
TIENES QUE DESTROZAR MI CORAZÓN
Tienes que destrozar mi corazón,
si quieres ver lo que hay dentro,
tienes que partir mi corazón.
Hay algunos que se burlan de mí.
¡Qué me importa que se burlen,
si el Amado será mío!
Los necios no sabrán adorarle.
El camino del Amado es largo,
lo cortan ríos profundos
y está lleno de obstáculos
que no dan paso a los viajeros.
Hemos entrado por este camino
con un amor en el corazón;
nos despidieron con lágrimas,
así empezó nuestro exilio.
Que se preparen todos los amantes
en esta carrera de amor.
Si nuestra alma nos va a dejar
¡qué nos importa ganar!
Yunus, tú, ten cuidado;
no entres en esta carrera,
debes saber que los hay
más valientes que tú en esta vida.
   
   
CUANDO SALGO AL CAMINO SIN TI
Cuando salgo al camino sin Ti,
no puedo encontrar fuerzas para andar.
Eres el vigor dentro de mí,
eres la causa de mi alegría y de mi pesar.
Quien se enamora del Amado
se siente a sí mismo como un azor
y acecha a las aves para cazar.
A quien se enamora le dará el Señor
la fuerza de mil hombres.
En el camino que conduce al Amado
no son estofados los montes.
Aquel que se enamora es como cien mil Ferhad,
derriba montes para traer agua de inmortalidad.
La fuente de inmortalidad es un lugar
donde se reúnen los amantes
para saciar allí sus deseos.
No se considerará un verdadero amante
aquel quien suspira por el paraíso;
el paraíso es la trampa de Dios
para atrapar a los necios.
El verdadero amante debe ser pobre
y sumiso en el camino del Señor;
aunque mil veces le maldigas
inclina su cabeza sin soltar palabra.
Todos los que vinieron a este mundo
se fueron allá sin remedio,
  
     
EL ALMA ES EL PODER DEL SEÑOR
Debemos preguntar a los sabios:
¿qué es el alma que habita en el cuerpo?
El alma es el poder del Señor, mas
¿qué es la sangre que recorre las venas?
El pensamiento es como el criado de una mansión,
la sangre es nuestra preocupación,
y la causa de nuestros lamentos es la pasión.
¿Dónde está ahora ese gran Khan
que hace algún tiempo gobernaba desde su trono?
Demos gracias al Señor por habernos creado
y dado a todos la vida.
¿Qué valor tendrán las riquezas y el poder
si un día volveremos a desaparecer?
Dios nos ha dado la vida
para que conociéramos el mundo.
Lo que poseemos, en esta vida se queda;
¿dónde está ahora el rey Salomón?
Si preguntas a Yunus, el discípulo de Tapduk ,
qué ha entendido de esta vida,
él te contestará:
En esta vida falsa nadie sabe
quién soy yo, y quién eres tú.