sábado, 22 de febrero de 2020

¿Y por qué no unas 'Rentas Dignas' en lugar de sólo SMI, o sea Mínim@ salarial como mucho?


¡Subió al fin hasta 900 € -desde 735.9- el SMI... mas una Pensión Mínima, 580.9 €, a menos de 600 sólo llegó... y, peor aun [con lo de "las Crisis..."], para quedarse vinieron a España ya los Minisalarios: hacia la Ruina generalizada...!

Lo que realmente nos importan son las rentas (¡todas!) en su globalidad, o sea tanto salariales cuanto de otros tipos, nunca tan sólo ningún "Salario Mínimo" ganado apenas por algunas personas y ni siquiera -tampoco- asegurable para mantenerse durante las jornadas laborales completas.
  

Urge concretarnos Ya, por tanto, alguna Renta... (un Mínimo -básico...- Asegurable) de la Ciudadanía para Todos... muy exactamente igual a como lo recordábamos tres años atrás, por ejemplo...
  

  
En 2004 el Gobierno de Zapatero creó un Indicador público de rentas con efectos múltiples IPREM... para sustituir al SMI como referencia social sobre ayudas -subsidios, becas y prestaciones- a niveles nacional, autonómicos y municipales. 

"Objetivo del nuevo índice fue que las subidas para el Salario Mínimo tuvieran unas menores repercusiones efectivas en las cuentas públicas... Y al inicio dichas cantidades eran todavía próximas: 491 € mensuales del SMI vs 461 €/mes de IPREM. Mas la distancia entre ambas fue aumentando año a año hasta que se agrandó de manera notable -a partir de 2017- cuando el Gobierno volvió a subir Salario Mínimo sin hacer lo mismo con el IPREM.

En 2019 un incremento del SMI -grande, hasta los 900 €...- aprobado por el Gobierno de Sánchez y la congelación del IPREM acabaron generando una enorme brecha entre ambas cantidades, que para 2020 vuelve a crecer al inicio de año con alza -50 €/mes- del Salario Mínimo no variándose nada sobre anterior IPREMDesde 2004, el SMI ha subido ya casi 6 veces más que su correlativo Indicador de Rentas (generales)...
  

   
Una consecuencia clara y directa es la pérdida de poder adquisitivo para las personas que reciben ayudas cuando se cuantifican con estos indicadores, mientras que los precios aumentan... Así, 'es muy importante la repercusión para los colectivos más vulnerables', advierte Sara Ayllón (doctora en Economía Aplicada, especialista sobre pobreza o desigualdades y profesora para la Universidad de Girona): gran subida en pobreza entre población desempleada durante los últimos años.
Hay que tener en cuenta que la tasa de pobreza relativa entre los parados ha pasado al 46'8% en 2018 desde un 31'3% el año 2008, según datos últimos del INE: 'un aumento realmente para preocupar; pues ningún otro colectivo, según la relación con el mercado de trabajo, ha sufrido deterioros tan importantes en su situación económica...'

Luis Sanzo González, sociólogo del Depto. de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, afirma: 'Junto a la eliminación del PRODI [Programa temporal de protección para desempleo e inserción], esta política ha sido un factor decisivo en falta de impacto por acciones desde la Admón...' 
  

  
Incrementar Salario Mínimo mientras se mantiene congelado el IPREM tiene clara repercusión: hay que ser cada vez más pobre... para poder acceder a las ayudas, becas y servicios sociales que lo utilizan como referencia: 'acaba pasando que tener derecho a subsidios o las ayudas está reservado a caso de pobreza extrema', explica Raül Segarra, estadístico en el Observatori del Treball i Model Productiu desde la Generalitat de Catalunya.
Sara Ayllón considera que tal abandono del IPREM 'es un signo claro para falta de voluntad política sobre protección a las personas más vulnerables' (...) El problema parecería consistir en el cuánto 'una posible subida del IPREM se ve mucho menos rentable, políticamenteque la subida del SMI', opina..."
(Laura Olías: '... el IPREM: el indicador clave en las ayudas sociales está congelado la última década', eldiario.es, 24/1/20)
  
Hace 15 años ya tratamos de salir al paso denunciando esta superchería del nuevo "Indicador..." puesto en marcha por ZP -con tartufas complicidades de CC.OO/UGT, que así le incitaban para soltar lastre dejando tirado a más precario colectivo trabajador...- como sucedáneo alternativo del SMI, ante casi todas aquellas funciones asistenciales desempeñadas hasta entonces también por la misma referencia unificada de sus importes.   


Pero jamás faltaron hipócritas 'palmeros' dispuestos a las complicidades de semejantes traiciones... perpetradas -tanto entonces como ahora, con este actual gobierno de Sánchez &Iglesias...- invocándose supuestos "progresismos" que sólo se traducen luego en mayor desprotección para las gentes pobres o/y desempleadas...    

  
"muchos entre los indicadores de las desigualdades en España están muy por encima que sus niveles anteriores a la Crisis, con un 26,1 % de la población en riesgos de Pobreza o/y Exclusión social; aproximadamente una mitad entre toda la población tiene dificultades para llegar a fin de mes, las tasas del desempleo en España doblan medias de la UE y el país gasta mucho menos que la media para nuestra Unión Europea en numerosos tipos de apoyo social...", destaca un informe de la ONU.
                
  
Aquí, todavía, la Casta sabe lo que hace 'bien'
                                
Nos lo recuerda Carlos Sánchez: la OIT (Organización Internacional del Trabajo) define como 'Salario Mínimo' la paga obligatoria de remunerarse por el empleador a los asalariados que ocupa mas no siendo rebajable su cuantía según acuerdos individuales o cualesquier otros contratos y, ni siquiera, tampoco para cumplir ningún Convenio colectivo.
   
"Esta figura está hoy tan arraigada en el derecho que -según la propia OIT, donde se reúnen Gobiernos, Empresarios y Sindicatos- el 90% de los países cuenta con legislaciones al respecto. 

España tiene ya desde 1930 ratificado ese convenio en la OIT, lo cual da idea del cómo es un asunto que viene de lejos. En los últimos años, incluso, algunos países como Reino Unido, Alemania o Irlanda se han incorporado a la lista, que fue inaugurada por Nueva Zelanda hace más de un siglo. Países con larga tradición liberal y de desregulaciones en sus mercados laborales también lo tienen, como EEUU, por ejemplo: su Gobierno federal fija el Salario Mínimo por hora trabajada, si bien son los Estados quienes cuentan ahí con la última palabra, porque tienen competencias para mejorarlo (como han hecho ya 29, una mayoría); pero también las ciudades y los Condados lo pueden hacer.

O sea, han introducido un factor territorial relacionado con tanto el coste de la vida como diferencias en política salarial o solvencia financiera de las empresas, que asimismo es lo reclamado ahora para España por un creciente número entre los economistas y estudiosos laborales. Evidentemente, no nos darán para lo mismo 950 € mensuales en San Sebastián / Donostia Almendralejo, por ejemplo.

Se trata, por tanto, de una Norma ya generalizada; y aunque inicialmente fue pensada para los obreros industriales, hoy ningún Sector escapa respecto a su aplicación. Lo que cambia es, obviamente, la cuantía; toda vez que dependerá de las circunstancias internas para cada economía, la ideología en el sistema político y sus correlaciones de fuerzas entre Capital y Trabajo. Aunque también varía, según los casos, el quién o quiénes deciden la remuneración mínima.
   
  
Para la mayoría es el Gobierno, tras consultar a Sindicatos y Empresarios; pero entre países con larga tradición sobre la negociación colectiva, como los nórdicos, viene siendo por medio de algún Convenio colectivo donde se decide cuál sea el sueldo mínimo que debe recibir todo trabajador.

Esto explicaría por qué recientemente algunos Gobiernos han objetado poniendo serios obstáculos al aprobarse un SMI a escala europea, como pretende desde Bruselas la comunitaria CE.

Existen más diferencias. Por ejemplo, en muchos países, el Salario se fija por hora trabajada (y no sobre meses, como en España), mientras que para otros la cuantía puede variar según las edades; tal es el caso de Holanda, y por España también se consideraba la edad, no hace demasiados años. Hasta 1989, había 3 tramos aquí (menos de 17 años, 17 y más de 18), mientras que a partir de dicho año terminó habiendo ya 1 soloentre 1989 y 1998 hubo 2 tramos pero, desde aquel entonces, la cuantía resulta independiente de las edades.

La política de Salarios Mínimos, por lo tanto, es una cuestión central en las relaciones laborales. Y por eso cada vez ocupa un mayor espacio, no sólo entre ámbitos políticos o sindicales, sino también en mundos académicos donde cada vez se presta mayor atención a su impacto sobre la economía... Entre otras cosas, porque la cuantía ‘ideal’ del SMI, lo que algunos llamarían el Salario del 'equilibrio', no puede ser científica; sino que debe obedecer a razones propias de la equidad social, y ahí los economistas poco tienen que decir, más allá de calcular sus consecuencias. Uno muy bajo puede ser eficiente a corto plazo pero un drama al más largo, en términos sociales, de no existir mecanismos para su actualización.
    
"Extremadura se va de Paro(01.02.2020Mikel Buesa'La Razón')

Hace poco, sin embargo, se han abierto unos debates de interés indudable sobre la utilidad del Salario Mínimo como instrumento para combatir pobreza laboral. Muchos especialistas, en el Reino Unido sobre todo, han introducido un concepto del Salario Digno para proteger a los trabajadores con rentas más bajas.

La razón es muy clara, los fenómenos recientes de tantos ‘trabajadores pobres’ han proliferado en el mundo laboral. Cada vez es más frecuente que trabajadores ya empleados, e incluso a tiempos completos, no alcancen unos niveles de ingresos compatibles con la dignidad humana. Sobre todo, si esos trabajadores tienen algún 'empleo temporal' (normalmente, de menor remuneración) o disponen de una 'ocupación a tiempo parcial no deseada', lo que los reduce hasta pobreza. No en términos absolutos, pero sí relativos, ya que sus ingresos son inferiores a la media -o 'mediana'...- de los trabajadores.

La definición más habitual incluye con esas categorías a todas aquellas personas que durante un año de referencia han trabajado (ya sea por cuentas ajenas... o propia) y cuyos hogares tienen renta disponible situada por debajo del 60% de la renta mediana para el país en cuestión.

¿Cuántos trabajadores hay en esas condiciones? Lo que revela una 'Encuesta sobre la Estructura Salarial' es cómo nuestra proporción de trabajadores con ganancias bajas (asalariados cuyos ingresos laborales por hora están bajo las dos terceras partes de la ganancia mediana) fue del 16,2% en 2017; y entre todos esos trabajadores el 63,9% eran mujeres.

Es decir, 1 sobre cada 6 trabajadores sería pobre. Pero con un problema más adicional: la desigualdad salarial está creciendo de forma casi agresiva. Un informe del Banco de España ha estimado que teniendo en cuenta el número de horas y días trabajados a lo largo del mes, los ingresos salariales del 9º decil (segundos más ricos) son 5,6 veces superiores a lo del 1º (los más pobres).
  
Esa creciente desigualdad es lo que explica que ya desde los años 1990 se hayan desencadenado las campañas para favorecer los Salarios Dignos. Su cuantía, en concreto, es calculada en relación con lo que necesitaría para vivir un ciudadano representativo de una determinada comunidad utilizando métodos científicos.

Como ha puesto de relieve EUROFUND (Fundación europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo), la iniciativa más avanzada en Europa se ha desarrollado en el Reino Unido, donde más de 4.000 empleadores han recibido sus acreditaciones de Salarios Dignos por parte de la Fundación pro Salarios Decentes.

Se ha estimado que ya entre unos 120.000 y 150.000 trabajadores habían sido beneficiados por esta medida, lo que supone alrededor del 3% de quienes ganan menos del Salario digno. En EEUU, igualmente, algunas ordenanzas legales obligan a las empresas públicas e incluso contratistas de una determinada ciudad o condado (si reciben fondos públicos) a pagar sus empleados con una tasa de Salario Digno.

Esta implicación de los poderes públicos en la política salarial no es gratuita. Tiene que ver con una cuestión del mayor calado: el cómo lograr que las prestaciones sociales vayan realmente a quienes las necesitan. Está comprobado cómo aquellos hogares con salarios más bajos pagan menores impuestos sobre la renta (al tratarse de algunas escalas progresivas), recibiendo mayores transferencias públicas en forma de asignaciones para vivienda y por hijos, además de otras formas de prestaciones en cuestiones como la salud o la educación.
   
  
Es decir, un "Salario Mínimo Digno" es otra concepción más completa que lo del SMI, el cual caería exclusivamente sobre las empresas; y cuya importancia es mayor a medida que la empresa sea más pequeña. Las grandes empresas pueden pagar mejores sueldos que otras Pymes, de ahí que sean éstas las que tienen más dificultades cuando se deben asumir alzas.

Este Gobierno y el anterior, sin embargo, han mantenido congelado su IPREM [esto es, Indicador de Rentas Múltiples]; el cual sería mucho más beneficioso en términos sociales para los trabajadores pobres, toda vez que más familias tendrían acceso a las políticas públicas. Éste, recordémoslo, nació en 2004 para complementar al Salario Mínimo como referencia en el conjunto de las políticas públicas de gastos; pero la realidad es que no ha funcionado, tras llevarse ya toda una década congelado.

'Unidas Podemos', de hecho, llegó a plantear en campaña una subida del 25% para que más trabajadores pudieran beneficiarse de las transferencias sociales; pero insuficiencias presupuestarias del Estado lo han hecho inservible. Hay que ser ‘muy pobre’ para tener acceso a determinadas ayudas, y eso está generando tensiones sociales entre los "nacionales" e "inmigrantes" [de 1ª ó 2ª generaciones...], quienes normalmente disponen de rentas más bajas.

Si al mismo tiempo se potenciara negociación colectiva para que también lo asalariados fuesen beneficiados por beneficios empresariales y avances de productividad es probable que nuestro SMI dejara de ocupar centros de la política laboral, que sin duda va mucho más allá de los 950 euros recién acordados por Patronal, Sindicatos y Gobierno."

  
 SMI como porcentaje de cada Salario Medio 
  
Según los principales consensos científicos globales, "tiene mucho sentido que sea situado cada Salario Mínimo en torno al 60 % del 'Mediano...', aquél que dividiría la distribución salarial en partes iguales, con el mismo número de asalariados por arriba y abajo"...