martes, 22 de octubre de 2019

¿Llegaremos a vivir al fin... antes de la muerte?


Nada es más absurdo que podamos dilapidar durante nuestra vida sino el contado tiempo disponible; lo dijo León Felipe, clara mente (así: «Por la mañana nos bautizan; a mediodía, el Sol ha borrado nuestro nombre; y al atardecer, quisiéramos bautizarnos nosotros») en sintonía con su muy admirado Walt Withman, quien compartió la corriente del transcendentalismo -filosófico- desde orientalistas entornos de Ralph W. Emerson como también lo hizo el -admirado públicamente por Gandhi e insumiso raro sabio- protoecologista Henry David Thoreau.

                         
  
"(...) Consideremos el modo en cómo pasamos nuestras vidas... Este mundo es un lugar de ajetreo. ¡Qué incesantes bullicios! Casi todas las noches me despierta el resoplido de la locomotora. Interrumpe mis sueños. Ninguna excepción el domingo. Sería maravilloso ver a la humanidad descansando por una vez. No hay más que trabajo, trabajo, trabajo. No es fácil conseguir un simple cuaderno para escribir ideas; todos están rayados para los dólares y sus céntimos. 

Un irlandés, al verme tomar notas en el campo, dio por sentado que yo estaba calculando mis ganancias. ¡Si un hombre se cae por la ventana de niño y se queda inválido, o si se vuelve loco por temor a los indios, todos lo lamentan principalmente porque eso le incapacita para… trabajar! Yo creo que no hay nada, ni tan siquiera el crimen, más opuesto a la poesía, a la filosofía, a la vida misma, que todo este incesante trabajar.

(...) Si un hombre pasea por el bosque por placer todos los días, corre el riesgo de que le tomen por un haragán, pero si dedica el día entero a especular talando bosques y dejando tierras áridas antes de tiempo, sí se le estimará por ser un ciudadano laborioso y emprendedor. ¡Como si la ciudad no tuviese ya más interés en sus árboles que cortarlos!

La mayoría de los hombres se sentirían insultados si se les empleara en tirar piedras por encima de un muro y luego volver a traspasarlas al otro lado, con el único fin de ganarse sueldos. Pero hay muchos individuos empleados en cosas menos provechosas aún ahora mismo. Por ejemplo, antes del amanecer, una mañana de verano, divisé a un vecino mío caminando con su yunta de bueyes que cargaba lentamente una piedra grande colgando del eje. Parecía envuelto en un halo de laboriosidad; comenzaba su jornada de trabajo y le sudaba la frente (como reproche para todos los gandules y vagos)... Se paró frente al lomo de uno de sus bueyes y dio media vuelta para ostentarle su misericordioso látigo mientras ellos avanzaban hacia él. Y pensé: he ahí un trabajo que debe proteger el Congreso americano, un esfuerzo viril y honrado, tanto cuanto el discurrir diario del sol sobre nosotros que nos hace tener pan fresco cada mañana o que la sociedad cultive cordialidades, algo que todo el mundo respeta y venera: aquél era un ser humano llevando a cabo cierta faena, si bien algo penosa, necesaria... 

Ciertamente sentí un leve reproche porque yo me limité a observar desde la ventana, sin estar afuera ni realizar ningún trabajo semejante. Pero luego pasó ese día y por la noche crucé al patio de otro vecino que tiene muchos criados despilfarrando dinero, en tanto que no hace nada de provecho; allí reconocí la piedra de por la mañana junto a cierta estructura extravagante, pretendiendo adornar el patio de Lord Timothy Dexter, e inmediatamente se desvaneció a mis ojos la dignidad en el trabajo del carretero. A mi parecer, el sol luce cada día por alumbrar labores más provechosas que aquélla. Debo añadir que poco después el tal Dr. Dexter se fugó dejando deudas por toda la ciudad y, tras pasar por los tribunales, se habrá establecido sin duda en cualquier otra parte para poder convertirse de nuevo en un mecenas de las artes.  

(...) Respecto a mis propios negocios, resulta que aquellas clases de tareas como agrimensor que podría yo con la mayor satisfacción hacer no satisfacen a quienes me contratan; preferirían que hiciera un trabajo burdo y no demasiado bien, o ni lo suficientemente bien hecho. Cuando hago notar que hay distintas maneras de medir, mi patrón pregunta generalmente 'qué le proporciona más metros', no 'cuál es el más exacto' (...) Significativo es el hallarse pocos hombres tan bien empleados, y trabajando tan de acuerdo con sus intereses, que un poco de fama o dinero no les arranque de su tarea actual. 

(...) La comunidad carece del soborno capaz de tentar al hombre sabio. Podéis juntar dinero suficiente para perforar una montaña, pero no podréis juntar dinero suficiente para contratar al hombre que se halle ocupándose de sus asuntos. Un hombre valioso y eficiente hace lo que sabe hacer, tanto si la comunidad le paga -por ello- como si no. Los ineficaces ofrecen sus ineficacias al mejor postor y están esperando siempre que les den un empleo. Como podemos imaginar, es raro que se vean contrariados.

Tal vez yo esté siendo más celoso que nunca de mi libertad (...) Por ahora voy teniendo éxito, pero preveo que si mis necesidades aumentaran mucho, el trabajo requerido para satisfacerlas ya se me convertiría en una labor penosa. Si tuviese que vender mis mañanas y sus tardes a la sociedad, como hace una mayoría, estoy seguro de que no me quedaría nada por lo que vivir. Confío en que jamás intentaré vender mi primogenitura por algún plato de lentejas. Lo que pretendo sugerir es que cualquier hombre ahora podría ser muy trabajador y no emplear bien su tiempo, en cambio
  

No hay mayor equivocación que consumir la mayor parte de la vida en sólo ganarnos algún sustento. Todas las grandes empresas se automantienen. El poeta, por ejemplo, debe alimentar su cuerpo con poesía igual que la máquina de vapor en el aserradero alimenta sus calderas con las virutas que produce. Debéis ganaros la vida amando. Pero lo mismo que se dice de los comerciantes que '97 sobre cada 100 fracasan', así las vidas de los hombres medidas por este patrón son generalmente un fracaso, y se puede predecir el desastre.

(...)  Con respecto a las ambiciones de los hombres en la vida hay diferencia importante entre dos tipos: unos están satisfechos con el éxito mínimo, porque sus modestas metas se alcancen de lleno; pero los otros, por más ínfima y desgraciada que sea su vida, elevarán constantemente su objetivo sobre los horizontes, aunque sea muy despacio. Preferiría con mucho ser del segundo, entre ambos, aunque como dicen los orientales: «La grandeza no se acercó a quien miraba siempre hacia el suelo; y todos aquellos que miraron a lo alto, se van empobreciendo». Es sorprendente que haya tan poco, casi nada, escrito, sobre los temas del ganarse la vida; cómo hacer de tales faenas no tan sólo algo valioso y honorable sino también apetecible y glorioso. Porque si ganarse la vida nunca fuera de tal modo, esto ya para nada sería vivir.   
  
(...) A menudo les acuso a mis mejores amigos de una inmensa frivolidad; pues mientras haya buenos modales y cumplidos no respetados, aquí tampoco nos enseñaremos unos a otros lecciones de honradez y sinceridad que sí muestran los animales, o elecciones de solideces y estabilidades procedentes de las rocas. La culpa, sin embargo, es habitualmente mutua. Ya que no solemos exigirnos más unos de los otros, por lo general

(...) Así son de vacías e ineficaces nuestras conversaciones cotidianas; algo superficial llevará siempre a cuanto aún lo es más. Cuando nuestra vida deja de ser íntima y privada, la conversación degenera en simple cotilleo. Es difícil conocer a un hombre que te cuente una noticia que no haya encontrado en un periódico ni se la contaran sus vecinos; una mayoría de las veces, lo único diferente quizás entre nosotros y nuestro amigo sea cómo él ha leído el periódico ya o salido a tomarse té, mas nosotros no. En la misma medida que nuestra vida interior fracasa vamos, con más constancia y desesperación, a la oficina de correos; puedo estar seguro del cómo el pobre tipo que se aleja con mayor número de cartas, orgulloso por sus abultadas correspondencias, no habría tenido nada desde sí mismo hace mucho tiempo. 

Creo que leer un periódico a la semana ya es demasiado; lo he intentado recientemente y me pareció que todo este tiempo no había vivido en mi región natal: el sol, las nubes, la nieve o los árboles no me dicen tanto; ni puedes servir a dos amos. Requiere al menos una jornada entera de atención el conocer y poseer lo que nos vale todo un día. Podemos, con razón, avergonzarnos del decir las cosas que leímos u oímos. No sé por qué mis noticias deberían considerarse tan triviales; teniendo en cuenta cuánto abrigamos sueños, e ilusiones, nuestros progresos no deberían ser tan insignificantes... Las noticias escuchadas no son interesantes en su mayoría, sino repeticiones vacías. 

(...) A menudo nos vemos tentados de preguntar por qué se le dará tanto énfasis a la experiencia personal que hayamos tenido: así son las noticias diarias. Los acontecimientos flotan en sus atmósferas, insignificantes como las esporas de los helechos, y caen sobre un talo abandonado o por nuestros montes que les proporcionan alguna base donde crecer cual parásitos; debíamos librarnos de tales novedades (...) Si somos sinceros, no tendríamos la menor curiosidad por estos tipos de sucesos; ni vivimos para divertirnos estúpidamente. 

Todo el verano, e incluso el otoño, tal vez os hayáis olvidado inconscientemente del periódico y de las noticias; mas ahora descubrís que fue porque tanto cada mañana, como sus tardes, llenas estarían con aquéllas: vuestros paseos estuvieron llenos de incidentes. Os habían interesado, no ningunos asuntos en Europa, sino aquéllos del campo de Providence (Rhode Island). Si tenéis la suerte por existir, vivir y moveros dentro del estrecho ámbito al cual se filtran determinados acontecimientos constituidos comos noticias -menor que la fibra de papel donde son impresos- entonces dichas cosas llenarán vuestro mundo; pero si os moveis elevándoos por encima de tales planos o sumergidos muy por debajo, ya no las recordaréis más, ni ellas a vosotros. 

  
La realidad es que ver salir el Sol cada día y verlo ponerse, participar de tal modo en el curso del Universo para siempre os conservará sanos (¡Naciones!, ¿qué son ellas? ¡Tártaros, hunos o chinos!, pululan como insectos, el historiador lucha en vano por hacerlos memorables); muchos hombres pero ni uno sólo que auténticamente lo sea, son individuos quienes pueblan el mundo. Cualquiera, si piensa, puede decir con el espíritu de Lodin: Desde lo alto miro a las nacionesy observo cómo son convertidas en cenizas; mi vivienda en las nubes es tranquila. / Son placenteros los grandes campos de mi descanso. / Os lo ruego: dejadnos vivir sin ser arrastrados por perros, como hacen los esquimales, cruzando a través de colinas o valles y mordiéndose las orejas unos a otros. 

No sin un leve temor, a menudo me doy cuenta de la facilidad con que mi mente admitió tanto detalle sobre cualquier asunto trivial, o noticias desde las calles; y me asusto al observar con qué facilidad la gente abarrota sus mentes por tal basura, dejando introducirse en los terrenos que deberían ser sagrados para el pensamiento a rumores e incidentes insignificantes u ociosos, pues así son -en general- las noticias de los periódicos y conversaciones (...) Me pregunto si al entrar en casa prestarán igual atención para limpiarse sus orejas de la que habían tenido antes lavándose los rostros y manos. 

(...) ¡Es tan difícil olvidar todo eso inútil de guardarse por la memoria! Si debo ser un camino, prefiero serlo para torrentes -o arroyos del Parnaso- que por alcantarillas de ciudad (...) La mente puede profanarse con los hábitos del escuchar cositas triviales, de modo que todo nuestro pensamiento se teñirá por trivialidad

(...) No leáis el Times, leed 'Eternities': los convencionalismos serán, a la larga, tan malos como las mezquindades (...) no siendo que os limpiéis cada mañana, fertilizados con el rocío de verdades frescas y vivas. La sabiduría no logra llegar hasta nosotros por un mucho detallarse sino con los rayos de luz procedentes del cielo. Sí, todo pensamiento al cruzar la mente comportará desgastes irreversibles; y un profundizarse surcos por el uso que se les diera. ¡Cuántas cosas hay sobre las que deberíamos deliberar, para decidir, si las aceptamos o no! ¿Por qué habían de ser nuestras instituciones como esas nueces hueras que sólo sirven para pincharse los dedos? 

(...) Incluso si aceptamos que Norteamérica se ha librado de un tirano político, todavía sería esclava por otro económico y moral. Ahora que la república o 'res publica' está instituida, es hora de buscarse 'res privata' -los asuntos privados- para cuidar del que, como el Senado romano aconsejó a sus cónsules: «ne quid res privata detrimenti caperet» (¡ningún asunto privado sufra deterioros!). 

(...) ¿Qué supone ser libres respecto al monarca George y seguir esclavos del rey Prejuicio?, ¿cómo haber nacido libres y no vivir así? ¿Cuál es el valor de una libertad política sino hacer posible la moral? Somos una nación de políticos y nos preocupamos por sólo superficiales defensas para su libertad; nos sometemos al impuesto sin representación... Estamos pervertidos y limitados por devociones exclusivas al negociar comerciando con fábricas o agricultura, etc. que son sólo medios, no fines. 

(...) De tal manera el Parlamento inglés es también provinciano: simples paletos traicionándose unos a otros cada vez que se les presenta un asunto importante para resolver, como el irlandés, por ejemplo; sus naturalezas, en contacto con la propia bajeza de aquellos temas que tratan, se corrompen. Su «buena crianza» respeta sólo secundarias cuestiones (...) Os regalan la concha en lugar del interior; y ello no lo excusa si, para el caso de ciertos moluscos, las conchas tienen más valor que la carne. El hombre que me impone sus buenos modales actúa como si estuviera empeñado en mostrarnos el cuarto de sus colecciones; cuando si quisiéramos algo, sobre todo, lo que desearíamos más es... ¡poder verle, personal mente, a él! 
  
Gobierno y Le....Gobierno y Gobierno y                                             El Gobierno y su Legislación: profesiones 'respetables'... las consi-deraba yo. ¡Mas pensad lo que supone dictar Normas para producir esclavos o exportar tabaco! (...) ¡Un comercio que surca los mares por comprarse nueces y pasas, e incluso esclaviza marineros con tal propósito! El otro día vi un barco naufragado en el cual se habían perdido muchas vidas con su cargamento de ropas, nebrinas y almendras amargas. ¿No son el mar o un naufragio lo bastante amargos como para que savia de la vida se vierta en ellos? Sin embargo, algunos que todavía se consideran estadistas o filósofos permanecen tan ciegos como para creer el progreso y la civilización depender de tales intercambios, precisamente; aun cuando más bien se parecen a las actividades de las moscas ante una cuba con melaza. Sería estupendo, alguien ha dicho, que los hombres fueran ostras; y aun más estupendo, le contesto yo, si fuesen mosquitos. 

(...) El teniente Herndon, enviado por nuestro gobierno a explorar el Amazonas extendiendo áreas para la esclavitud, advirtió cuánto allí hacía falta «población laboriosa o activa que conozca las comodidades de la vida y tenga necesidades artificiosas induciéndoles a extraer del país sus múltiples recursos». Pero (...) la necesidad básica en todo Estado donde viví fueron serias, elevadas, ambiciones de sus habitantes. Esto es lo único que desarrolla «los grandes recursos» de la Naturaleza y, a la larga, les exigirá explotarlos por encima de sus posibilidades; pues desde luego el hombre se mueve por cursos naturales de las cosas. 

Cuando preferimos a las patatas la cultura o el entendimiento en vez de ciruelas, entonces los grandes recursos del mundo se logran extraer y su resultante producción básica no son esclavos ni obreros ya, sino verdaderos hombres: aquellos frutos escasísimos que llamamos poetas, héroes, filósofos, redentores y santos.

En resumen e igual que se forman los ventisqueros cuando ha cesado el viento, así mismo, al cesar la verdad surgió una institución. Pero la verdad sigue soplando por las alturas y al final acabará por destruirla. Eso que llaman "política", en la práctica, es algo tan superficial y poco humano... como para que nunca se me reconociera interesado por ella. Los periódicos, según veo, dedican varias columnas gratuitamente a la política o asuntos del gobierno; y eso, diría yo, es lo que la salvaría. Pero como yo amo la literatura y en cierto modo también a las verdades, no leí nunca tales columnas; porque tampoco quisiera embotar, hasta ese punto, mi sentido de la justicia. 

(...) ¡Ésta es una época extraña del mundo, en que imperios, reinos o repúblicas vienen a pedir hasta la puerta de un hombre corriente y le cuentan al oído sus problemas! No puedo coger el periódico sin encontrarme con que un desdichado gobierno, acorralado y en sus últimos días, aparezca pidiéndome a mí por lector que le vote; tan inoportuno cual un mendigo (...) y en tal caso no dudo sugerirle que trabaje o ande a un asilo. ¿Y si no, por qué no mantiene su vida privada en silencio, como hago yo normalmente? Si alguien se negare a leer el Daily Times su gobierno se le pondrá de rodillas, pues ello la peor traición en este tiempo sería considerado.

Las cosas que más acaparan atención de los hombres como la política o/y rutina diaria son realmente funciones vitales para toda nuestra sociedad, pero deberían realizarse inconscientemente, como sucede con las correspondientes funciones del cuerpo físico. Son "infra-humanas", una especie del vegetar (...) la política es, por así decirlo, una molleja en su sociedad; está llena de arena o grava y los dos partidos políticos son sus dos mitades enfrentadas. A veces incluso son divididas en tres o más y se restriegan después unas contra otras, lo cual se manifiesta siempre por una sonoridad inusitada.

(...) Nuestra vida no es únicamente un olvidar sino, en gran medida también, recordar aquello de lo que nunca debimos ser conscientes, al menos no durante nuestras horas con vigilia. ¿Por qué no nos vemos, en vez de como dispépticos latosos para contarnos nuestras -malísimas...- pesadillas, a fin del mutuamente congratularnos por el glorioso amanecer cada día? No pido nada exorbitante, os lo aseguro." 
 
    

O en fin, dicho breve, tan bien poética mente:
 
  "Se queman los ojos como tú,
       cri, cri, cri.
   Por un trozo de cielo, como tú.

   Si se queman la garganta,
       cri, cri, cri,
   tienen ya algo que decir:

   Antes de la muerte,
       cri, cri, cri,
   ¿no habría que vivir?

   Antes de la muerte,
   diez minutos antes,
       crí, crí, crí,
   ¿no habría que vivir?"

                    (GRILLOS, en 'Vamos, vemos', de Mª A. Maeso)

martes, 15 de octubre de 2019

No cuelan 'limosnas' por la Campaña electoral: exijimos reponer todo IPC sisado en Pensiones

         
El gobernante PSOE acaba de anunciarnos, ahora, que ya podrían volverse a vincular -todas...- las Pensiones al IPC si acaso su Ejecutivo siguiera "en funciones" aún este próximo Diciembre: un anuncio tachado por muchas voces como del más "puro electoralismo"...

La notable catedrática emérita Miren Etxezarreta insistió analizando en detalle, como economista y jubilada, sus posibles efectos: "Sí, ya somos muy mayores -y podemos tener enfermedades...- pero no seremos personas tan tontas", ha criticado; asegura que, por ello, los mayores continúan "su reivindicación y luchas al saber bien cómo las promesas pueden cumplirse o no".
Para la experta es bien viable subir las pensiones: "Mi respuesta rotunda es que sí. La pensión puede subirse, de acuerdo con nuestros IPC's, desde luego; e incluso, algunas, más"... Mas todo -a su juicio- dependería de "la posible voluntad, o no, para mantener a los ancianosen determinada sociedad". Además, la profesora destaca cómo hay aquí una cosa que llama mucho la atención: "Casi nunca se nos habla entre todo ese debate del bienestar de los pensionistas, simplemente parecería tratarse tan sólo de contabilidades... El dinero se busca -¡y encuentra...!- cuando hay suficiente voluntad para ello", ha zanjado.
"Estos gastos por nuestras pensiones pueden perfectamente bien financiarse, si se decide socialmente que así debe ser, y eso está decidido porque 9 millones de contribuyentes necesitando pensión para vivir son unas personas que ya lo pagaron trabajando (durante 35 largos años como mínimo...) para tener el derecho actual a su contributiva Pensión", ha reivindicado. Además, Etxezarreta ha explicado cuánto esta subida de Pensiones estaría "muy por debajo de aquellas necesidades que tienen los jubilados hoy; como subidas del precio para la luz, de los alimentos o/y el transporte"... Decirnos "que no sería ya posible es una falsedad o quimera, una opción -política- disfrazada de contabilidad", ha denunciado.
"Lo importante es darse cuenta del cómo son financiados a cargo de impuestos los gastos colectivos, todos, en cada país; y si no llegara con las cotizaciones tendrán que financiarse con otros", había explicado esta emérita, señalando cuánto de necesaria es alguna reforma fiscal en profundidad: "esas reformas estarían dirigidas a encontrar nuevas fuentes de impuestos que ahora no están abordandose, por ejemplo las grandes fortunas o herencias; no que tan sólo sean las clases media y trabajadora"...



Juan Fco. Martín Seco, un documentadísimo ex-Interventor general del Estado, ha coincidido tan bien en este tema sobre idénticas conclusiones: El Banco de España afirma…”, como si constituyese un 'oráculo' infalible, cuando la realidad es que nuestro banco emisor ha fallado más que una escopeta de repetición, y permitió no se sabe cuántas crisis bancarias sin enterarse de lo que andaba ocurriendo. En esta ocasión ha sido en unas jornadas organizadas por el BBVA, lugar sin duda muy a propósito y donde jugaba en campo propio (...) 

Tras pronosticar que si no se mantienen las reformas de 2011 y 2013 y se pretende actualizar anualmente las Jubilaciones por el IPC, el gasto en este capítulo se incrementaría de aquí a 2030 en 2 % del PIB y, si extrapolamos hasta 2050 el 3 %, lo que según el alto funcionario del BdE sería inasumible. Es curiosa esta facilidad con la que se (des)califica -todo...- cuanto a las Pensiones hace referencia. Nadie dice que los gastos en educación, defensa, intereses de la deuda, sanidad o esa maraña cada vez más densa de subvenciones y otras muchas partidas, no lo sean. 

El ser poco asumibles (no las Pensiones, todos los Gastos Públicos) depende del montante de Impuestos que seamos capaces de soportar, pero conviene no olvidar que la presión fiscal es en España inferior un 6 a medias de la UE. Y también 6 puntos porcentuales del PIB separan el nivel para nuestro gasto público de los medios en la Unión Europea: 9% del de Italia y 14% con respecto a Francia. 

¿De verdad lo sería dentro de 30 años dedicar 3% más del PIB a nuestro Gasto Público? Lo que más bien resultaría sin duda inasumible socialmente sería reducir la cuantía de las Pensiones en un 30% ó 40%, resultado forzoso del no actualizarlas por sus IPC's. Condenada sería con ello a la pobreza más severa toda una gran parte de la población, y aquella que precisamente se halla en  máxima vulnerabilidad por encontrarse al final de su vida (...)

No existe un problema especifico en las Pensiones; y, si existiese alguno, sería el de toda la economía del bienestar, o con respecto a nuestra capacidad para financiarla. La cuestión radica, por una parte, en decisión política acerca de qué Presión Fiscal es necesaria; y por otra, en algo a lo que suele dársele muy poca importancia, las Productividades de la economía. De ellas dependerán en parte la suficiencia del sistema fiscal y, muy sobre todo, las capacidades económicas entre toda esta sociedad; porque, dependiendo de sus productividades, 100 trabajadores pueden producir igual que 1.000 ó 500...

 

¿Y los Planes de Pensiones privados? Resumiendo: "Las pensiones privadas son muy arriesgadas porque se invierten en la Bolsa... y cada vez suelen valer menos; los valores bursátiles pueden ir bien pero asimismo mal.

Con el sistema de reparto no, pero en la capitalización de las pensiones privadas hay acumulación, sí... Mas los beneficios de cada año, en su inmensa mayoría, son menores que la inflación. Si ésta se queda mayor que cada beneficio dado por el plan de pensiones, estás perdiendo dinero en el año; e incluso antes de la Crisis, las medias en rentabilidades por estos planes de pensiones privados eran ya ínfimas o hasta negativas, realmente.

Además, y esto es algo que casi nunca se mencionaría, los planes de pensiones son caros por las comisiones que cobran las entidades para gestionarlos. De ahí que incluso muchos economistas clásicos no se atrevan a decir que una pensión privada es buena, y aceptan que no vale para única solución, pues resulta mucho más cara que una pública y además no hay en ella tantos mecanismos de solidaridad ni seguridad..."


Al fin llegaron hoy a Madrid columnas de Marchas por las Pensiones desde Rota y Bilbao

viernes, 11 de octubre de 2019

Como hace tres mil años... el Poema...

  
Ayer nuestro anochecer se rindió, sin remedio, a la creación (esto es, 'Poiesis' cuando aquel entonces del siglo IX a. C.): andábamos en Chamberí ante homenajear como era debido al grande prof. Antonio Crespo Massieu por una obra poética completa ('Memorial de ausencias') desde la misma Casa de Cultura y Participación Ciudadana para el barrio donde tantas otras veces le tuvimos generosamente ofreciendo con todo su leal saber otras ajenas voces literarias...



Mas un quiebro del imprevisible 'azar y necesidad' que destina todo 'libre paso' nos llevó, hasta parar antes en los cercanos Teatros del Canal para no desatender ocasión imperiosamente provocadora: el admirado actor nonagenario Héctor Alterio recitaba investido del muy querido León Felipe (convincente mente...), completando al alimón singular rito -"Como hace 3.000 años"- los toques a la sonanta por José Luis Merlín; y pretexto para todo ello era cierto 'Preludio Cantable' de otro, también argentino, Esteban Agüero. 

Las palabras del portaestandarte más indesmayable para la "España peregrina", tras de nuestro último enfrentamiento cainita, resonaron con su plena verdad... Dejándonos -como siempre- voluntariosos anhelos de alegre libertad para, pese a todo(s), la esperanza:

Baltasar Lobohomenaje a Leon Felipe Camino Galicia de la Rosa, Zamora

"...Diré que la Poesía es una ventana. La ventana. La única ventana de mi casa; por esta ventana irrumpe la luz e ilumina todo lo que yo escribo en las paredes.
Y también entra el Viento. El Viento entra y sale por la ventana y un día se lo lleva todo: las paredes, las palabras escritas y este yo que tiene una orgullosa cola de renacuajo y que también parece un torpe y lento gusano que camina movido por el hilo viscoso de su baba. (…)
Y diré que la luz puede abrir las cajas fuertes de los Bancos, derribar las presas, romper las cuerdas de los paquetes certificados y hacer juegos asombrosos de prestidigitación. Diré algo más de la luz.  (…) Yo sé además que entre el Viento y la luz hay ciertos planes.
He oído decir que entre el Viento y la luz pueden convertir un gusano en mariposa. ¿Quién sabe lo que serán capaces de hacer algún día con el hombre…?
Pero… ¡silencio!, que no se entere la policía porque podrían cerrarme la ventana."
(León Felipe)



Es posible aun seguir oyendo ecos del 'Poeta peregrino' tan bien vestido por H. Alterio, su alter ego; y como muestras tenemos, aquí, estas dos: "Por qué habla tan alto el Español" o "¡Qué lástima!"...

Aunque incluso tenemos grabaciones de otros textos recitados en la misma voz del propio León Felipe: por ponerse 4 ejemplos, "Romero solo""Como tú" / "Pie para el niño de Vallecas" / "Vencidos"...   



   
En conclusión, igual que al principio:  
como hace 3.000 años, cuando Homero soltaba mariposas, pájaros, dioses, arqueros y barcos en medio de las plazas, al borde de los patios, sobre azoteas claras, en ciudades de muros herrumbrados... y la gente / -marineros, campesinos, soldados- disputaba lugares para oírle, regresemos al Canto. 

Como al viejo país, y a sus banderas, que una vez traicionamos; como aquél que regresa luego de un ciego, largo difícil, triste viaje al hogar de los padres y comprende que allí esperaba lo buscado.  

Porque si nosotros desertamos, / ¿que será de los Hombres entre los números frenéticos, los conceptos abstractos, las leyes que venden la alegría, el acero, el asfalto, la penumbra gregaria de los cines, que vulnera la lumbre de los machos y corrompe la savia de las hembras, los trenes subterráneos, el olor al petróleo y al aceite quemados, la anémica hierba de los parques, los departamentos cuadriculados donde gimen las flores y agonizan / los niños de mirar anciano, y el yermo oscuro cielo sin campanas, estrellas, tempestades ni pájaros...?  

¿O es que ya no tenemos sangre, ni corazón caliente como sol en el pasto, ni pies caminadores, ni prensiles manos, ni la hoguera del sexo quemándonos, ni frente con verdes fantasías, ni garganta, ni labios, ni oreja que ansíe ruiseñores, ni mirada sedienta de praderas, ni el instinto mágico que nos une a las bestias, a la tierra y los astros por venas sutiles, por raíces agudas como garfios...? 

Vosotros: los traidores, minúsculos estetas que destiláis veneno de una rosa destruida por pintores abstractos; vosotros: los selectos, los exquisitos, los asépticos y asexuados que escribís para el oído electrónico de los robots mecánicos, ¿por qué no bajáis de las torres y quemáis las heladas bibliotecas donde guardáis ratones y mentiras, y hundís vuestros barcos y volvéis a la tierra nuevamente, a caminar descalzos por la tierra desnuda y poderosa, sucia de pueblo y polen, impura de animales, hojas secas y barro...?  

De nuevo, nuevamente, / como hace 3.000 años, ocupemos la silla abandonada en la casa del Hombre, a la orilla del pan que nos sonríe con su cara de trigo milenario, a la vera del fuego, en la sombra del patio, junto a la sal y al vino y al reloj cotidiano.

De nuevo, nuevamente, como hace 3.000 años, hablemos la lengua que comprendan el corazón y los nervios  humanos, el idioma secreto de la Vida, donde cada vocablo tiene olor, y calor, y sabor como las frutas en verano y acaricia la boca que lo vierte, y la oreja que lo recibe, y la cuerda del aire donde el eco continúa vibrando. 

¿Por qué no cantar en el idioma humano, tan lleno de músicas antiguas, por mareas de sangre circulado, difícil y diverso, mutable y extraño, para que el obrero comprenda nuestro canto, y el campesino después de la cosecha, y el profesor universitario, y el niño, y la joven casada, y el anciano...? 

Nuestro corazón, con su forma de siempre sobre el tiempo no ha cambiado ni puede cambiar mientras el Hombre tenga pies, 
tenga manos, y el pulgar oponible que transforma en mensurable 
realidad los sueños y los fantasmas imaginados; nuestro corazón antiguo, corazón cuaternario, desde siempre salvaje, para siempre patético, contemporáneo de la flecha de sílice, los helechos más altos que los cedros, las serpientes aladas, y el arquero emplumado, donde brota la luz cada mañana con el mismo temblor iluminado de las prímulas silvestres sobre el pecho del prado. 

Retornemos al Pueblo, la confianza del Pueblo que perdimos 
sirviendo a los amos, divirtiendo a las damas melancólicas, lamiendo látigos, vendiéndonos, mintiendo / y traficando, recuperémosla cantando. 

No nos importe nada si vedan las puertas de repente con decretos y púas de alambrados, no nos importe nada, construyamos el Canto, nuestro intimo Canto colectivo, germinado a la sombra de la sangre y entre las olas de su pulso claro. 



Y salgamos por las calles del mundo a caminar de nuevo entre los hombres; salgamos, vestidos de niebla, con la ropa de los vagabundos y los humillados, por los caminos donde llueve luna y sopla el libre, -oh, todavía libre- 
joven y verde vendaval del campo; salgamos por las calles del Mundo, mendigando un mendrugo de pan y otro de sueño; salgamos a golpear en las puertas, con un tímido golpe, en toda puerta, para dar nuestro Canto. 

De viva voz, con tono de verso murmurando, 
con voz de varón adolescente que descubre el amor con la muchacha a la vera de un árbol, como ladrón que lleva los diamantes robados, así, de viva voz, 
secretamente, el poema o la canción digamos. 

De repente el hombre de la casa en la' creencia de que escucha pasos 
llegarase a la puerta con el miedo en los ojos, y el cansancio del que mora en la cueva de la angustia para escuchar la sombra del asfalto. -No era nadie- dirá luego -Nadie; sólo el viento de otoño, el aire sólo que transita descalzo...- Y tornara a su sitio, ante la mesa, a la par de la esposa y el chiquillo que duerme en el cielo del regazo... Y yo, el Poeta, seguiré cantando: 

Un canto que nombre la esperanza; viento y marea de pájaros; cigarras sentidas en la siesta; la fatiga de espaldas sobre el pasto; las miradas estrellas que nos miran; el minero cuando quiebra el cuarzo; las nubes que pasan con la lluvia sobre desiertos de metal quemado; sembradores que siembran con el alba; cosechadoras de racimos claros; muchachas y el nombre que dibujan sobre la almohada del horizonte blando los ríos y el cielo sobre ríos; el festival de los álamos; arroyos que fluyen entre piedras; el deseo que asciende y el abrazo; los niños que juegan y en el juego nos recrean el mundo que habitamos; las colinas redondas y lejanas; el esplendor de los caballos; el olor de la hierba cuando crece; las florecitas de perfume alado; la noche y el soplo de la noche sobre los cabellos despeinados; el fuego dormido en la madera; las bestezuelas de calor intactos; la piedra también porque la piedra contiene el misterio planetario; el Sol tantas veces como sea sobre los cuerpos ávidos; la Vida no más, la Vida sola, más allá de la Muerte y el Pecado; lo viviente no más en la frontera del universo carnalmente humano...  

De nuevo, nuevamente, como 
hace 3.000 años cuando Homero soltaba golondrinas, milagros, arqueros, sirenas, y barcos en medio de las plazas, al borde de los patios, sobre azoteas claras, en ciudades de muros herrumbrados, y la gente -marineros, campesinos, soldados- disputaba lugares para oírle, regresemos al Canto."  

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E inmediatamente después (ya durante la tarde, posterior, de hoy) en ese mismo vecindario chamberilero también hemos podido disfrutar cierta representación, por el Teatro de La Abadía: "Pasión (farsa trágica)", sobre una -'clandestina', casi...- obra del inclasificable genio Agustín García Calvo...

¡Si bien esta noche la 'propina final' en esos escenarios ha superado sin duda sus programas inicialmente previstos al ofrecerse, como excepción muy oportuna, otro recital seguido por el berciano viejo amigo de dicho autor dramático -desde coincidir ambos, juntos entre más exilados parisinos, hace ya medio largo siglo...- Amancio Prada...!


Así volvimos a recordar preteridos activismos tan lejanos y desconocidísimos como el 1er. Manifiesto por la 'Comuna Antinacionalista de Zamora'... o secuelas ulteriores análogas consiguientes, tal cual aquel otro 'Manifiesto Urgente contra el Despilfarro', sobre cuya justificación don Agustín Gª Calvo -cuando les apremiaba la prensa, para explicarlo- resumió tratarse de "salir al paso con urgencia por avisar que no hay ninguna prisa"... Si bien, sobre todo, el cantautor presente recuperó sus versiones originales de algunas canciones punteras con letra del mismo A.G.C:   

"Libre te quierocomo arroyo que brinca /de peña en peña. / Pero no mía. / Y grande te quiero, / como montes preñados de primavera. Pero no mía. / Buena te quiero, / como pan que no sabe / su masa buena. / Pero no mía. / Alta te quiero, / como chopo que en el cielo / se despereza. / Pero no mía. Blanca te quiero, / como flor de azahares / sobre la tierra. / Pero no mía. / Libre te quiero. / Pero no mía, / ni de Dios ni de nadie, ni tuya siquiera..."

"Nadie la llama... / y viene como el viento. / Saberla nadie la sabe / porque no tiene, / no tiene nombre ni mandamiento. (bis) / / Con el mandil, / sécate los ojos quedito, quedo. / Con el mandil o con el pañuelo, hermano pequeño. / 
¿A quién se lo vas a decir? / / Algunos le decían que te espero. / Y nada se meneaba, / ni una hojita. / Hojita del bosque, o ni un cabello. (bis) / / Con el mandil (...) / / Han pasado los días como un sueño / Ovillo de lana roja se le escapa / a la vieja de entre los dedos. (bis) / / Con el mandil (...) / Sentados en corro sonriendo. / Lo inesperado esperamos que se levante, / levante un soplo de tiempo fresco. (bis) / / Con el mandil (...)"


Y puestos ya, hubo de rememorarnos al mismo tiempo muchas otras veteranas colaboraciones varias con sendos imprescindibles Isabel Escudero, una permanente mitad en todo cuanto Agustín emprendió durante las cuatro décadas recientes...




Más Chicho Sánchez Ferlosio
  
"...Cárcel tengo por fuera, / cárcel por dentro, / voy vagando, vagando, / y puertas no encuentro; / puertas no encuentro, ¡ay, no!, / puerta no encuentro, / el camino que busco nace de aquí, adentro. / / Tener no me importara / cárcel por fuera / si de l@ de adentro / salir pudiera..."


[Quedan todavía varios testimonios de videos recordándoles interpretar en el Teatro Español conjuntamente hace muchos años: ver, por ejemplo, su 'Afro, tambú, zaduïngara, júmbara, semelé'...]    



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Por fin, tras estas dos noches en intensa sesión continua entre alguna de la mejor compañía castellano-leonesa, hemos terminado evocando a otras dos voces que por fuerza se nos unen atraidan por tanto: de un lado Claudio Rodríguez, ¿cómo no?, y del otro aquella -censurada, en sus postbélicos días...- Ángela Figuera que llegó a motivar unas públicas "disculpas" -editadas- por... León Felipe pidiéndoselas al 'Exilio interior'.