lunes, 17 de junio de 2019

Nuestra ruina por concepción tan 'liberal' de las Pensiones tras el consenso entre UPPSOERC...s


Desde hace más de un año preside nuestro Gobierno quien hizo notorio el firme y prolongado 'No es No' a su predecesor hasta que, apoyado por todas las muy variopintas fuerzas coincidentes tan sólo en dicha 'censura', consiguió relevarle al frente del Ejecutivo para... prorrogarnos durante 2019 aquel Presupuesto suscrito (desde otras previas mayorías parlamentarias PNV+C's+PP...) ante 2018; ¡y todo indica que la perpetuación de tamañas viejas cuentas ya sería inevitable también, cuando menos, en el siguiente año 2020...!        

Como bien concluía esta misma semana el catedrático en Economía y experto analista político Mikel Buesa ("El difícil arte de la aritmética"), sesuda mente: queda claro cómo 'en política, de pronto, lo retorcido se nos hace derecho y la fragilidad robustez mientras que se nos tornan evanescentes las aritméticas' aquí hoy... 

"Milton Friedeman, en una conferencia pronunciada para la Universidad de Londres relataba que al colaborar en un libro sobre la historia monetaria de los EE.UU. se vio obligado a leer medio siglo de informes del Banco de la Reserva Federal, y cómo el único elemento que hizo más liviana esa tarea ingrata y tediosa fue la oscilación cíclica que los mismos atribuían a la importancia y efectividad de la política monetaria. En los años buenos se decía: “Gracias a la excelente política monetaria de la Reserva Federal…”; en los años malos, por el contrario, se afirmaba: “Pese a la excelente política de la Reserva Federal…”, y luego se criticaban las políticas o medidas consideradas "erróneas".

Seguro que algo parecido le sucedería al estudioso español que quisiera bucear en los informes del Banco de España (BE) y consultar en las hemerotecas las declaraciones de sus responsables. La experiencia sería también terriblemente monótona, porque año tras años vienen repitiendo las mismas cantinelas y proponiendo las mismas recetas. Entre sus obsesiones se encuentra siempre presente el tema de las pensiones públicas. Hay que reconocer, sin embargo, que en este aspecto el BE no es nada original, las pensiones constituyen también la obsesión de la OCDE, del FMI, de la Comisión, del BCE, etc., y, como no podía ser menos, de los servicios de estudio en todas las entidades financieras, que -y no en balde- obtienen jugosos beneficios por los fondos privados de pensiones.




En el informe de 2018 publicado hace unos días no podía faltar el tema de las pensiones. El BE reitera la urgencia de la reforma del sistema y reprocha al Gobierno no haberla acometido ya, aun cuando no se hubiese logrado el acuerdo de todas las fuerzas políticas. Lo cierto es que la postura resulta un tanto ingenua, puesto que en plena campaña electoral era imposible no ya la unanimidad, ni siquiera el mínimo acuerdo. Más bien, cada partido ha aprovechado la cuestión para apuntarse el tanto, presentándose como el máximo defensor del sistema público, al tiempo que reprochaba a los otros partidos que cuestionasen su viabilidad y que estuviesen dispuestos a reducir en el futuro la cuantía de las prestaciones.

No es la primera vez que ocurre. Ya sucedió a principio de los años 90, cuando el PSOE y el PP se acusaban mutuamente de poner en riesgo el sistema. El llamado 'Pacto de Toledo' nació en buena medida del deseo de sacar el tema de las pensiones de la confrontación política y electoral y convertirlo en un pacto de Estado. En realidad, este fue el único elemento positivo del pacto, tal vez junto al compromiso de todos los partidos del que 'se actualizarían todos los años las prestaciones' con el IPC (lo cual, si bien garantizaba el mantenimiento del poder adquisitivo de los pensionistas, les privaba de cualquier participación en la prosperidad y en el crecimiento de la economía); compromiso éste que, por otra parte, ha sido roto recientemente.




Al margen de todo esto, dicho 'Pacto de Toledo' introdujo al sistema público en una TRAMPA de difícil salida ligando su financiación a 'un solo ingreso, el de las cotizaciones'. Se le hace depender así de la pirámide de población, del número de trabajadores, del empleo y de la relación activos/pasivos. Incluso se le somete a soportar ofensivas de los empresarios y sus políticos liberales, que demandarán la bajada de las cotizaciones como forma de ser más competitivos y crear más empleo. Se separó a la Seguridad Social del Estado, no solo administrativamente sino también financieramente. Para que la operación tuviese algunos visos de verosimilitud, la sanidad y otras prestaciones se sustrajeron a la SS, y se presentó a ésta como un sistema cerrado (ahora reducido únicamente a pensiones) teniendo que auto-financiarse...

Este artificial fraccionamiento entre Estado y SS se refuerza con dos prácticas también erróneas y que inducirían a confusión. La primera es lo que se llama “hucha de las pensiones” falsamente, constituida por los superávits en las cuentas de la SS (que lógicamente cada vez serán más raros), teóricamente destinada a enjugar los déficits que se producen en otros años. La segunda son los créditos que el Estado concede a la SS cuando la cuantía de sus ingresos es inferior a la de los gastos.



El error de fondo consiste en considerar a la SS como algo distinto del Estado, que precisa tener alguna hucha o que le preste el propio Estado. Lo lógico sería que los excedentes de la SS (cuando los hubiere) revirtieran en el Estado y que sus déficits (en su caso) se enjugasen con aportaciones (no préstamos) del mismo Estado. Hasta el momento no hay ningún partido que defienda este planteamiento. Todos hablan de préstamos y no de aportaciones a fondo perdido. Es más, el discurso de algunos políticos se ha rodeado de una sorprendente demagogia acerca de la tal 'hucha de las pensiones'. El Tribunal de Cuentas participa de esa misma equivocación cuando afirma que la SS está en quiebra. Olvida que es parte del Estado y sus cuentas se integran en las estatales, y su deuda desaparece al consolidar las cuentas de la Administración central. Son todos los ingresos del Estado los que deben garantizar las pensiones públicas y no hay por qué dar a su financiación un tratamiento diferente del que se proporciona a la sanidad (que antes estaba en la SS), a la educación, al seguro de desempleo, o a los gastos de la dependencia, etc. No 'de... las pensiones', sino se necesita una 'reforma...' de nuestro sistema fiscal, en realidad.

La solución que propone el informe del Banco de España es, como de costumbre, muy simple. Todo se reduce a minorar por uno u otro procedimiento las prestaciones, con el peligro de que el sistema quede convertido en pura beneficencia. Aconseja alargar la vida laboral y retrasar la edad legal de jubilación. La contestación parece evidente. Vale poco dilatar la edad legal, cuando la edad real es bastante inferior, ya que se utiliza la jubilación anticipada como un escape de la presión de los expedientes de regulación de empleo y un sustituto del seguro de desempleo. Es más, mientras ascienda el paro a unos 3 millones de personas, es absurdo hablar de retrasar la edad de jubilación pues el seguro de desempleo y las prestaciones de jubilación constituyen tan sólo dos vasos comunicantes. Y será gasto en seguro de paro lo que se ahorre de pensiones.



Tampoco es muy feliz esa idea de considerar la totalidad de la vida laboral a efectos de calcular las pensiones. En realidad, es tan solo una forma de reducir la cuantía general de las prestaciones, amén de modificar la concepción que de las pensiones públicas tiene la Constitución española. Su razón, según la Carta Magna, no está en reintegrar al pensionista lo cotizado a lo largo de su vida laboral, sino en asegurarle al trabajador -tras de su jubilación...- contar con ingresos similares a los que tenía antes de jubilarse. No se trata de una prestación privada basada en el 'do ut des...' o dotación para rescates. No tiene por qué existir una equivalencia entre cotización y prestación. De ahí que se conforme como sistema de reparto y que su carácter sea público.

La idea sobre las pensiones que tiene nuestra Constitución se aleja de ese modelo liberal en el que estaba seguramente pensando Carlos Solchaga, aquel ex ministro socialista de Economía, cuando, en contestación a los pensionistas que se manifestaban, afirmó que estaban "recibiendo mucho más de lo que habían ellos aportado". En el sistema español las cotizaciones, que en su mayor medida corren a cargo de los empresarios, tienen la condición de tributos y no de otras aportaciones a un fondo que se rescatará posteriormente, y las pensiones no son la recuperación de ningún ahorro personal sino una prestación social más, que -al igual de la educación, el seguro del desempleo, la sanidad, etc.- son propiedades (en el puro sentido, aristotélico, del término) que siguen necesariamente a la esencia del Estado social.




Carece de sentido plantear ese tema como una lucha entre generaciones. Primero porque todos o casi todos, antes o después, seremos pensionistas y los posibles recortes, si bien van a afectar a los jubilados actuales, tendrán un impacto aún mayor sobre los futuros pensionistas... Segundo porque durante toda su vida laboral los pensionistas actuales no solo han contribuido con las cotizaciones sociales, sino con impuestos con los que se han costeado la educación, las infraestructuras, etc., beneficiando así a las generaciones más jóvenes, y elevando la productividad de la economía y con ello el nivel de vida promedio de todos los ciudadanos. En los últimos 40 años se habría duplicado ya la renta per cápita.

La viabilidad de las pensiones al igual que la de todos los gastos sociales no depende, como nos quieren hacer creer, de cuántos son los que producen, sino de cuánto se ha producido y de la decisión sociopolítica sobre distribuir lo que se produjo. Sin embargo, son estos dos parámetros los que parecerían estar en crisis. El pensamiento único neoliberal domina la Unión Europea, y la falta de una armonización fiscal, laboral y social dificulta la posibilidad de una política redistributiva y la suficiencia y progresividad de los sistemas fiscales. A su vez, la necesaria creación de empleo en España dentro de la Unión Monetaria parece conducir, tal como apuntan las últimas estadísticas, al estancamiento de la productividad. He ahí el verdadero peligro que acecha no solo a las pensiones, sino a todo el Estado Social."
  
  Postdata (8/11/2019):


La "mochila austríaca" -ese placebo que como estupefaciente 
'ungüento amarillo', 'bálsamo de Fierabrás' o dizke panacea milagrera publicitan para precarizar despidos y especular con las pensiones mediante mercados financieros- está ya recogido tal cual tanto en todos los Programas de Vox, PP y C's... cuanto por aquella 'Propuesta conjunta (C's-PSOE) del Programa de Gobierno...' solemnemente firmad@ entre Pedro Sánchez y Albert Rivera desde 2016. E incluso, también lo incluía otro Real Decreto 10/2010 de 'Medidas Urgentes del Reino'; así como, al igual, un ultimísimo "Plan Nacional de Reformas" que mantiene actualmente comprometido este gobernante PSOE ante la UE [véanse los Docus. detallados AQUÍ...], según acabaría de confirmarnos la misma Nadia Calviño anunciada como Vicepresidente para su ejecutivo por Pedro Sánchez antes del próximo 10-N.
  

3 comentarios:

  1. Vale, nos habíais contado ya todo esto y es verdad, ¿pero porqué insistir tanto?

    Echamos en falta algo menos conocido, aunque se reciben siempre bien vuestros 'duendes'...

    Salud, que no decaiga!
    Pilar

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  2. Gracias, Pilar, pero no te creas que será tan sabido el timo ese de las Pensiones: supuestas hoy 'sin remedio menguantes, por culpa de sus huchitas' y tal...

    Si bien tienes razón al extrañarte por tantos empeños en resistir a tragarnos la estafa sin oposiciones. La verdad es que sí parece tarea imposible debatir aquí ahora (sobre cualquier tema) de política material. Apenas existen ya sino chats, twitts, chistes, whatsaps u otras formas de simplezas discursivas -¡reenviadas!- chismorreando sobre cabecillas, soltando mala baba contra competencias a propi@s (que son a su vez, al parecer, de limpiezas inmaculadas) más especulando con respecto a conquistas por 'nuestros partidos' del poder institucional y las mamandurrias clientelares de él así luego logrables... ¡Puaff!!!

    Mas de acuerdo, sí, sí: aun con ello, que nunca decaiga. Ea, con salú y ale... Abrzzz!

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  3. Nuestro dizke 'progresista...' Gobierno -y todos sus adláteres cooperantes para otra reinvestidura 'pro IBEX', o sea, Iglesias & Garzón & Rufián & Otegi & Urkullu & Revilla & Valls & Garicano & etc.- creen haber hallado una piedra filosofal para fundamentar sus cicateras Jubilaciones en esta consigna única repicada hoy por tierra, mar o aire: "El gasto en las PENSIONES se eleva en junio hasta la cifra récord de 9.644 millones".

    Sin embargo se callan, tartufas mentes, tantas otras partidas del Presupuesto al mismo tiempo asimismo creciendo -hasta también alcanzar otros sucesivos nuevísimos récords, cada mes o/y año...- sobre las cuales por lo visto no deberíamos temer el "que se puede vaciar la hucha"...!?

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