viernes, 11 de octubre de 2019

Como hace tres mil años... el Poema...

  
Ayer nuestro anochecer se rindió, sin remedio, a la creación (esto es, 'Poiesis' cuando aquel entonces del siglo IX a. C.): andábamos en Chamberí ante homenajear como era debido al grande prof. Antonio Crespo Massieu por una obra poética completa ('Memorial de ausencias') desde la misma Casa de Cultura y Participación Ciudadana para el barrio donde tantas otras veces le tuvimos generosamente ofreciendo con todo su leal saber otras ajenas voces literarias...



Mas un quiebro del imprevisible 'azar y necesidad' que destina todo 'libre paso' nos llevó, hasta parar antes en los cercanos Teatros del Canal para no desatender ocasión imperiosamente provocadora: el admirado actor nonagenario Héctor Alterio recitaba investido del muy querido León Felipe (convincente mente...), completando al alimón singular rito -"Como hace 3.000 años"- los toques a la sonanta por José Luis Merlín; y pretexto para todo ello era cierto 'Preludio Cantable' de otro, también argentino, Esteban Agüero. 

Las palabras del portaestandarte más indesmayable para la "España peregrina", tras de nuestro último enfrentamiento cainita, resonaron con su plena verdad... Dejándonos -como siempre- voluntariosos anhelos de alegre libertad para, pese a todo(s), la esperanza:

Baltasar Lobohomenaje a Leon Felipe Camino Galicia de la Rosa, Zamora

"...Diré que la Poesía es una ventana. La ventana. La única ventana de mi casa; por esta ventana irrumpe la luz e ilumina todo lo que yo escribo en las paredes.
Y también entra el Viento. El Viento entra y sale por la ventana y un día se lo lleva todo: las paredes, las palabras escritas y este yo que tiene una orgullosa cola de renacuajo y que también parece un torpe y lento gusano que camina movido por el hilo viscoso de su baba. (…)
Y diré que la luz puede abrir las cajas fuertes de los Bancos, derribar las presas, romper las cuerdas de los paquetes certificados y hacer juegos asombrosos de prestidigitación. Diré algo más de la luz.  (…) Yo sé además que entre el Viento y la luz hay ciertos planes.
He oído decir que entre el Viento y la luz pueden convertir un gusano en mariposa. ¿Quién sabe lo que serán capaces de hacer algún día con el hombre…?
Pero… ¡silencio!, que no se entere la policía porque podrían cerrarme la ventana."
(León Felipe)



Es posible aun seguir oyendo ecos del 'Poeta peregrino' tan bien vestido por H. Alterio, su alter ego; y como muestras tenemos, aquí, estas dos: "Por qué habla tan alto el Español" o "¡Qué lástima!"...

Aunque incluso tenemos grabaciones de otros textos recitados en la misma voz del propio León Felipe: por ponerse 4 ejemplos, "Romero solo""Como tú" / "Pie para el niño de Vallecas" / "Vencidos"...   



   
En conclusión, igual que al principio:  
como hace 3.000 años, cuando Homero soltaba mariposas, pájaros, dioses, arqueros y barcos en medio de las plazas, al borde de los patios, sobre azoteas claras, en ciudades de muros herrumbrados... y la gente / -marineros, campesinos, soldados- disputaba lugares para oírle, regresemos al Canto. 

Como al viejo país, y a sus banderas, que una vez traicionamos; como aquél que regresa luego de un ciego, largo difícil, triste viaje al hogar de los padres y comprende que allí esperaba lo buscado.  

Porque si nosotros desertamos, / ¿que será de los Hombres entre los números frenéticos, los conceptos abstractos, las leyes que venden la alegría, el acero, el asfalto, la penumbra gregaria de los cines, que vulnera la lumbre de los machos y corrompe la savia de las hembras, los trenes subterráneos, el olor al petróleo y al aceite quemados, la anémica hierba de los parques, los departamentos cuadriculados donde gimen las flores y agonizan / los niños de mirar anciano, y el yermo oscuro cielo sin campanas, estrellas, tempestades ni pájaros...?  

¿O es que ya no tenemos sangre, ni corazón caliente como sol en el pasto, ni pies caminadores, ni prensiles manos, ni la hoguera del sexo quemándonos, ni frente con verdes fantasías, ni garganta, ni labios, ni oreja que ansíe ruiseñores, ni mirada sedienta de praderas, ni el instinto mágico que nos une a las bestias, a la tierra y los astros por venas sutiles, por raíces agudas como garfios...? 

Vosotros: los traidores, minúsculos estetas que destiláis veneno de una rosa destruida por pintores abstractos; vosotros: los selectos, los exquisitos, los asépticos y asexuados que escribís para el oído electrónico de los robots mecánicos, ¿por qué no bajáis de las torres y quemáis las heladas bibliotecas donde guardáis ratones y mentiras, y hundís vuestros barcos y volvéis a la tierra nuevamente, a caminar descalzos por la tierra desnuda y poderosa, sucia de pueblo y polen, impura de animales, hojas secas y barro...?  

De nuevo, nuevamente, / como hace 3.000 años, ocupemos la silla abandonada en la casa del Hombre, a la orilla del pan que nos sonríe con su cara de trigo milenario, a la vera del fuego, en la sombra del patio, junto a la sal y al vino y al reloj cotidiano.

De nuevo, nuevamente, como hace 3.000 años, hablemos la lengua que comprendan el corazón y los nervios  humanos, el idioma secreto de la Vida, donde cada vocablo tiene olor, y calor, y sabor como las frutas en verano y acaricia la boca que lo vierte, y la oreja que lo recibe, y la cuerda del aire donde el eco continúa vibrando. 

¿Por qué no cantar en el idioma humano, tan lleno de músicas antiguas, por mareas de sangre circulado, difícil y diverso, mutable y extraño, para que el obrero comprenda nuestro canto, y el campesino después de la cosecha, y el profesor universitario, y el niño, y la joven casada, y el anciano...? 

Nuestro corazón, con su forma de siempre sobre el tiempo no ha cambiado ni puede cambiar mientras el Hombre tenga pies, 
tenga manos, y el pulgar oponible que transforma en mensurable 
realidad los sueños y los fantasmas imaginados; nuestro corazón antiguo, corazón cuaternario, desde siempre salvaje, para siempre patético, contemporáneo de la flecha de sílice, los helechos más altos que los cedros, las serpientes aladas, y el arquero emplumado, donde brota la luz cada mañana con el mismo temblor iluminado de las prímulas silvestres sobre el pecho del prado. 

Retornemos al Pueblo, la confianza del Pueblo que perdimos 
sirviendo a los amos, divirtiendo a las damas melancólicas, lamiendo látigos, vendiéndonos, mintiendo / y traficando, recuperémosla cantando. 

No nos importe nada si vedan las puertas de repente con decretos y púas de alambrados, no nos importe nada, construyamos el Canto, nuestro intimo Canto colectivo, germinado a la sombra de la sangre y entre las olas de su pulso claro. 



Y salgamos por las calles del mundo a caminar de nuevo entre los hombres; salgamos, vestidos de niebla, con la ropa de los vagabundos y los humillados, por los caminos donde llueve luna y sopla el libre, -oh, todavía libre- 
joven y verde vendaval del campo; salgamos por las calles del Mundo, mendigando un mendrugo de pan y otro de sueño; salgamos a golpear en las puertas, con un tímido golpe, en toda puerta, para dar nuestro Canto. 

De viva voz, con tono de verso murmurando, 
con voz de varón adolescente que descubre el amor con la muchacha a la vera de un árbol, como ladrón que lleva los diamantes robados, así, de viva voz, 
secretamente, el poema o la canción digamos. 

De repente el hombre de la casa en la' creencia de que escucha pasos 
llegarase a la puerta con el miedo en los ojos, y el cansancio del que mora en la cueva de la angustia para escuchar la sombra del asfalto. -No era nadie- dirá luego -Nadie; sólo el viento de otoño, el aire sólo que transita descalzo...- Y tornara a su sitio, ante la mesa, a la par de la esposa y el chiquillo que duerme en el cielo del regazo... Y yo, el Poeta, seguiré cantando: 

Un canto que nombre la esperanza; viento y marea de pájaros; cigarras sentidas en la siesta; la fatiga de espaldas sobre el pasto; las miradas estrellas que nos miran; el minero cuando quiebra el cuarzo; las nubes que pasan con la lluvia sobre desiertos de metal quemado; sembradores que siembran con el alba; cosechadoras de racimos claros; muchachas y el nombre que dibujan sobre la almohada del horizonte blando los ríos y el cielo sobre ríos; el festival de los álamos; arroyos que fluyen entre piedras; el deseo que asciende y el abrazo; los niños que juegan y en el juego nos recrean el mundo que habitamos; las colinas redondas y lejanas; el esplendor de los caballos; el olor de la hierba cuando crece; las florecitas de perfume alado; la noche y el soplo de la noche sobre los cabellos despeinados; el fuego dormido en la madera; las bestezuelas de calor intactos; la piedra también porque la piedra contiene el misterio planetario; el Sol tantas veces como sea sobre los cuerpos ávidos; la Vida no más, la Vida sola, más allá de la Muerte y el Pecado; lo viviente no más en la frontera del universo carnalmente humano...  

De nuevo, nuevamente, como 
hace 3.000 años cuando Homero soltaba golondrinas, milagros, arqueros, sirenas, y barcos en medio de las plazas, al borde de los patios, sobre azoteas claras, en ciudades de muros herrumbrados, y la gente -marineros, campesinos, soldados- disputaba lugares para oírle, regresemos al Canto."  

   *   *   *   *   *   *

E inmediatamente después (ya durante la tarde, posterior, de hoy) en ese mismo vecindario chamberilero también hemos podido disfrutar cierta representación, por el Teatro de La Abadía: "Pasión (farsa trágica)", sobre una -'clandestina', casi...- obra del inclasificable genio Agustín García Calvo...

¡Si bien esta noche la 'propina final' en esos escenarios ha superado sin duda sus programas inicialmente previstos al ofrecerse, como excepción muy oportuna, otro recital seguido por el berciano viejo amigo de dicho autor dramático -desde coincidir ambos, juntos entre más exilados parisinos, hace ya medio largo siglo...- Amancio Prada...!


Así volvimos a recordar preteridos activismos tan lejanos y desconocidísimos como el 1er. Manifiesto por la 'Comuna Antinacionalista de Zamora'... o secuelas ulteriores análogas consiguientes, tal cual aquel otro 'Manifiesto Urgente contra el Despilfarro', sobre cuya justificación don Agustín Gª Calvo -cuando les apremiaba la prensa, para explicarlo- resumió tratarse de "salir al paso con urgencia por avisar que no hay ninguna prisa"... Si bien, sobre todo, el cantautor presente recuperó sus versiones originales de algunas canciones punteras con letra del mismo A.G.C:   

"Libre te quierocomo arroyo que brinca /de peña en peña. / Pero no mía. / Y grande te quiero, / como montes preñados de primavera. Pero no mía. / Buena te quiero, / como pan que no sabe / su masa buena. / Pero no mía. / Alta te quiero, / como chopo que en el cielo / se despereza. / Pero no mía. Blanca te quiero, / como flor de azahares / sobre la tierra. / Pero no mía. / Libre te quiero. / Pero no mía, / ni de Dios ni de nadie, ni tuya siquiera..."

"Nadie la llama... / y viene como el viento. / Saberla nadie la sabe / porque no tiene, / no tiene nombre ni mandamiento. (bis) / / Con el mandil, / sécate los ojos quedito, quedo. / Con el mandil o con el pañuelo, hermano pequeño. / 
¿A quién se lo vas a decir? / / Algunos le decían que te espero. / Y nada se meneaba, / ni una hojita. / Hojita del bosque, o ni un cabello. (bis) / / Con el mandil (...) / / Han pasado los días como un sueño / Ovillo de lana roja se le escapa / a la vieja de entre los dedos. (bis) / / Con el mandil (...) / Sentados en corro sonriendo. / Lo inesperado esperamos que se levante, / levante un soplo de tiempo fresco. (bis) / / Con el mandil (...)"


Y puestos ya, hubo de rememorarnos al mismo tiempo muchas otras veteranas colaboraciones varias con sendos imprescindibles Isabel Escudero, una permanente mitad en todo cuanto Agustín emprendió durante las cuatro décadas recientes...




Más Chicho Sánchez Ferlosio
  
"...Cárcel tengo por fuera, / cárcel por dentro, / voy vagando, vagando, / y puertas no encuentro; / puertas no encuentro, ¡ay, no!, / puerta no encuentro, / el camino que busco nace de aquí, adentro. / / Tener no me importara / cárcel por fuera / si de l@ de adentro / salir pudiera..."


[Quedan todavía varios testimonios de videos recordándoles interpretar en el Teatro Español conjuntamente hace muchos años: ver, por ejemplo, su 'Afro, tambú, zaduïngara, júmbara, semelé'...]    



   *   *   *   *   *   *

Por fin, tras estas dos noches en intensa sesión continua entre alguna de la mejor compañía castellano-leonesa, hemos terminado evocando a otras dos voces que por fuerza se nos unen atraidan por tanto: de un lado Claudio Rodríguez, ¿cómo no?, y del otro aquella -censurada, en sus postbélicos días...- Ángela Figuera que llegó a motivar unas públicas "disculpas" -editadas- por... León Felipe pidiéndoselas al 'Exilio interior'.      


1 comentario:

  1. Recordad... https://duendesatiricodelasnoches.blogspot.com/2011/05/por-un-fin-de-meseta-conoceis-ese-lugar_23.html

    ResponderEliminar