sábado, 14 de septiembre de 2019

Estas izquierdas preferirían que las votasen vegan@s o/y otras gentes pijas a los pobres

   
"Hace semanas que el diablillo de las ideas me viene minando la sensatez con una tesis que no me resisto a compartir con ustedes: ¡No hay pobres...! Es una tesis perfectamente disparatada, pero que no consigo desacreditar, todo me sugiere la inexistencia de los pobres, al punto de que sospecho a veces que es el Gobierno el que se los inventa.
La última vez que la idea de que no hay pobres se me ha instalado en la cabeza ha sido mirando pisos de alquiler. En Madrid, hay tantos ricos que no caben todos en el centro y ya Carabanchel y Usera están llenándose de gente próspera, gente que puede pagar más de 1.000 euros por una casa. Todo lo que se va a construir en la capital, desde el Nuevo Norte a la fábrica de Mahou o el Calderón, es para millonarios. Los famosos 600.000 € de Iglesias y Montero en Galapagar apenas dan para hacerse con uno de los pisos más pequeños de estos desarrollos. Si hubiera pobres, esto es, un buen montón de pobres, no habría un único montón de casas para ricos y no habría barrios enteros de la ciudad (Cascorro, por ejemplo) tradicionalmente deprimidos y lóbregos que compitieran entre sí por ser la nueva Malasaña. Todo en Madrid es ya la Nueva Malasaña y el Nuevo Lavapiés y uno debe preguntarse qué es entonces Malasaña ahora mismo, y cómo hay tanto malasañero para llenar tantas Malasañas.

En mi barrio, Imperial, abren comercios nuevos cada semana y todos tienen que ver o con tu perro (peluquería y guardería caninas) o con aquello que interesa al que no tiene perro: estar tan en forma como un perro. No he asistido a la apertura de una sola tienda en mi calle que tenga que ver con alguna necesidad estricta y real, como comer o comprar bombillas. El negocio está ahora en las guarderías de perros y en el perreo propio, llámalo pilates, lo que significa que a la gente comer ya no le preocupa, y hasta que no sabe por qué debería preocuparle.
En los años 1990, era de ricos el Canal+ y el psicólogo y el gimnasio y la cocaína. Ahora tengo amigos que se quejan de su situación financiera mientras pagan 60 euros a la semana a un terapeuta, 60€ a un camello, 60€ a Netflix 'et alia' y 60€ a un centro deportivo. Y la declaración de la renta se la hace un gestor y la casa se la limpia una señora. Ese es el pobre de hoy, un rico que se queja.
Obviamente, no se me escapa que algún pobre de verdad queda en nuestro país, pero vamos acabando con ellos a base de carne mechada y el atún del DIA. Es admirable esta estrategia. Nadie se pregunta por qué nunca un alimento caro mata a la gente. El caviar nunca ha matado a nadie, ni el champán. Desde lo del aceite de colza, estamos eliminando pobres de puta madre, mediante habilidosas intoxicaciones estacionales.
La prueba definitiva de que no hay pobres es la necesidad que tenemos de importarlos y el gran valor que se les da, habida cuenta de su escasez. Si hubiera muchos españoles pobres, seguiría habiendo partidos de izquierdas. Pero la izquierda, a nivel mundial, ha descubierto que habiendo más pijos sensibles y yonquis de la superioridad moral que pobres, es mejor que te voten pijos y veganos a que te voten pobres. Es un cálculo inapelable. El Gobierno se gana cuando te votan los ricos, porque los pobres, reunidos todos en una circunscripción electoral (pongamos Segovia), apenas serían bastantes para enviar a Madrid un diputado al que nadie haría caso, porque no hablaría en nombre del pueblo, sino en nombre de los pobres.
¿Habría que ser, ahora mismo en España, completamente imbécil para ser pobre...? Conozco autores, y también autoras, que han llegado muy cómodamente a los treinta y pico sin saber lo que es trabajar ocho horas en una oficina (y no digamos en un taller o en un almacén o en una tienda) y tener que volver al tajo mañana, y así hasta el viernes y así 20 días al mes durante un año ó 14... Todo ello sin vender un solo libro. Hay dos sitios donde es imposible encontrarse a un escritor español: en la biblioteca pública y en el metro. Lógicamente, nadie escribe sobre ser pobre si no coge nunca el metro. Y nadie se molesta en escribir nada en España si no le dan antes una beca; o un premio, también antes.

Los pobres que se ven por ahí a mí no me engañan. Los pobres son gente que normalmente no es pobre. Llevo toda la vida creyéndome la miseria de jóvenes de halo inope que, al llegar a los 30, resultan ser todos hijos de millonarios, pues, en cuanto engendran ellos mismos, les cae del cielo una casa comprada a tocateja. O una herencia. O una dirección empresarial. La de cosas que caen del cielo en este mundo de ricos. Así, cada vez que veo a un pobre por la calle, no me lo creo, sobre todo si es joven. Pienso, ante un muchacho trigueño y foráneo que pide en Sol o que avanza zarrapastrosamente con su mochila al hombro por la calle de Toledo, pienso, digo: qué pasta no tendrá tu padre en Dinamarca, en Alemania, en Tobago, qué pasta no tendrá. No me fío de los pobres si lo parecen demasiado.
Creo que el Gobierno se ha inventado a los pobres para poder seguir siendo de izquierdas. Los saca a pasear de vez en cuando, aunque nadie haya visto un pobre nunca. No conocemos a la gente que no tiene dinero. No existe. ¿En qué canal de la tele salen los pobres? ¿Cuál es su grupo en Facebook? ¿Qué manifestación han hecho los pobres en la última década? Hay algo que le pregunto a mi novia a menudo: en serio, le digo, ¿conoces a alguien que sea pobre de verdad? Nosotros mismos somos de lo más pobre que se ve en nuestro barrio. Y ella reconoce que no, que todo el mundo tiene algo, alguien, un patrimonio latente, una lotería venidera atronada por los niños de San Ildefonso de la muerte. Patrimonio viene de padre. La pobreza confesa no es más que tacañería anticipada, la del pobre que aún no se convirtió en heredero.
Les recuerdo, volviendo a Bloy, que pobreza es faltar algo superfluo y miseria lo imprescindible. Ahora mismo todo es prescindible, hay una producción masiva de productos y servicios superfluos. Lo superfluo es aquí hoy tan vasto que lógicamente la gente se siente pobre la mayor parte del día. Uno es pobre hasta que compra por fin lo que no necesitaba. El problema de los pobres es la poca pena que nos dan ya. Han perdido calidad moral, adjetivos. Si no concurre raza, Mediterráneo o género, el pobre nos da cero coma cero pena. Y por eso no existen los pobres en España, porque ahora no tienen siquiera el derecho de darnos pena..."

4 comentarios:

  1. La desmovilización es absoluta. Contra la guerra de Irak salieron 2 millones de personas solo en Madrid y otro tanto en Barcelona, las primeras manifestación de las marchas por la dignidad sacaron 2 millones de personas... Hoy no hay nada.

    P. B.

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    1. Estas vergonzantes -diz que...-
      'izquierdas' de 'tó lo + Plus...'
      que fidelizaría en sus púlpitos a
      la 'parroquia correcta' -de Pedro
      y Pablo (digo 'del niño Jesús')-
      lanzaron cruzada 'revolucionaria'
      para volverse a multarnos en el
      Madrid Central; ¡mas nunca para
      'reponerse actualización de los
      IPC a nuestras Pensiones'... o
      'anti Reformaslaborales'...! Y
      se despepitan, contra quien ose
      la Verdad contarles, en tantos
      vanos intentos del censurarnos
      lo real que no sólo les piropee...

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  2. Hace años y@ viví un poco más allá de Usera, por el Pradolongo, entre Orcasitas y Zofío; así que no hablo nada para mí desconocido: "en las elecciones del año 2016 de USERA votaron 193 personas a Vox; en las del pasado Abril ya fueron 6.351; pero 7 meses después le han votado hasta 8.562. No hay 8.562 fascistas en el distrito de Usera. A lo peor, sí que habrían 193; mas 8.562 no... Lo que se puede tener claro es que hay (muchísimas) más de 8.562 personas "echadas", por allí, a su suerte; o sea, que si no cambiaren suficiente las cosas, la próxima vez esa evolución seguirá más adelante aún.

    Según bien explicó A. Olmos, la idea está ya muy machacada, es conocida y nada novedosa; sin embargo no me cansaré de repetirlo: nadie ha hecho nunca nada por Usera, estas gentes de los 957 € al mes, el piso de 50 metros cuadrados sin ascensor o los 20 minutos esperando el autobús número 6 que al Centro va y ningún lugar en donde entrar los domingos salvo ese bar con sus banderas del Reino [y para... la I República Española] más los cuadros de Franco. Como ya se había dicho (sin que la mayoría lo entendiera), 'en España hoy no existen los pobres', porque su voto no interesa y sus vidas nos traen sin cuidado. Es obvio cómo "la izquierda" se ha movido y no significa ya lo que hace 20 años todavía pudo significar.

    Votarse cualquier formación de "las izquierdas hoy" es hacerlo por los valores más "bonitos"... pero, ya, no IGUALDADES votar exactamente. "La izquierda" es -ahora- esa modernidad que no tiene abierta franquicia en Usera porque tampoco le compensa. Una cafetería 'eco-lógica...', con sus baños "neutros" y carteles de Rosalía o 'micro-teatros' los domingos... Y, ahí, ahora "el Vox" sería ese único bar, tosco pero aseado con mucha banderita [de las que desde 1785 -con menos de 100 meses como 'excepción', para la II República...- siguen siendo] de España, que se ha quedado sin competencia en todo el Barrio: para mucha gente será difícil no acabar entrando en ese bareto a tomarse sus cafelitos.

    En medio del terror que produce Vox, y de la precaución extrema que pondremos todos por no ser catalogables como "¡fascistas!", seguramente llamase bastante la atención esta normalidad en Usera del barrio obrero, de tanta vida entre basuras y con gentes [despreciables -como ¡'maketas' y 'charnegas', o sea, "perras"!- en aquellos pueblos más ricos a los cuales debieron emigrar con esta bochornosa lacra del 'castillano'...] que tienen unas preocupaciones infinitamente más importantes que mosquearse porque su ya hoy única barra decente para tomarse algún café en todo el vecindario tenga o no junto a la caja una foto de aquel dictador muerto hace 40 años... El viejo franquismo es bien poca cosa comparado con ese no tener ningún bar al que ir.

    Y, si no lo queréis entender con esta parábola de bares, me rindo."

    ¡Pero, sin cambiar, empeora(re)mos...!
    ( www.vozpopuli.com/altavoz/cultura/fascismo-antifascismo-vox-guillermo-fernandez_0_1301870181.html )

    P. G. P.

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  3. "CIENCIA FICCIÓN

    Año 2125. Madrid. La agente especial Martínez ha reportado el avistamiento de un heterosexual. Le tendió una trampa con un antiguo maniquí de El Corte Inglés con formas femeninas al que vistió con ropa interior de Victoria Secret y empapó con un chorro de Chanel Nº5. Si el viento es favorable, los heterosexuales son capaces de oler Chanel desde muy lejos y sufren un reflejo pavloviano por culpa del cual no pueden resistirse a buscar la presa. Es un recurso eficaz para descubrir también a los que viven entre nosotras haciéndose pasar por gay o transgénero. Por más que disimulen, se les vaporiza perfume delante y, al reaccionar como bestias subhumanas, delatan de inmediato su verdadera naturaleza. Al sorprenderlos con esa prueba, se recomienda a todas las agentes tener el arma de fuego reglamentaria preparada porque los heterosexuales, como no hace falta recordar, tienen una mordida tan poderosa que, a veces, incluso cuando ya han sido abatidos, cuesta abrirles la mandíbula para liberar el miembro de la agente atrapado en ella.

    La agente especial Martínez colocó el maniquí a la puerta de un sótano donde habían sido descubiertas algunas evidencias de que un heterosexual podría estar usándolo como guarida: un póster de Samantha Fox, un banderín del Real Madrid, una antología de monólogos taurinos de Rubén Amón, basura sin diferenciar para la bolsa de reciclaje y un altarcito pagano consagrado a Clint Eastwood.

    La agente especial Martínez entretuvo la espera escuchando con unos auriculares los últimos salmos doctrinales editados en la madrasa andrófoba de El País.

    Cabeceaba mientras los escuchaba y los memorizaba para su repetición mecánica. Tan absorta estaba que vio al heterosexual cuando ya, erecto, olfateaba el maniquí por debajo de la falda. El predador ya pellizcaba el culo de su víctima, tan embriagado por el Chanel que no se daba cuenta de que era de plástico, mientras la agente especial cargaba su arma y apuntaba con el puntero láser. Incomprensiblemente, falló el disparo. Alertado, el heterosexual emitió un gruñido escalofriante y fue capaz de huir colándose por debajo de una puerta, lo cual confirma que algunos ejemplares de heterosexual tienen propiedades cartilaginosas comparables a las de las ratas.

    Tengan cuidado ahí fuera y no olviden denunciar, para reprogramarla por su bien, a cualquier ciudadana que emplee un lenguaje no inclusivo."

    [Éste había sido el último artículo de DAVID GISTAU, salió el 29 de noviembre de 2019.]

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