domingo, 10 de noviembre de 2024

En el imperio de los tartufismos y tocomochos, contra perdedor@s, Trump sigue siendo el rey

   
 
* El vencedor de las elecciones de noviembre de 2024 probablemente ha sido el candidato a la Casa Blanca cuya senda más compleja es. Donald Trump ganó la presidencia frente a Hillary Clinton con un voto popular inferior a su contrincante. Tuvo momentos muy polémicos: por ejemplo, dos juicios políticos. Perdió contra Joe Biden la elección para el segundo mandato lanzando duros ataques contra el supuesto amaño electoral. Y finalmente, para ganar ahora ha tenido que enfrentarse con una situación inédita: la lucha contra dos contrincantes seguidos (Biden y Kamala Harris), con el consiguiente desgaste que todo eso supone.

Estas vicisitudes han llevado a cambios en su programa que han favorecido su victoria. Algunos ejemplos: 
· Aunque lo del muro con México fue una de sus grandes promesas, en su campaña actual ha cambiado el enfoque, subrayando la seguridad fronteriza y sin enfatizar tanto en la construcción física del mismo.
·  En 2016, durante su campaña contra Hillary, Trump criticó acuerdos como el NAFTA (Tratado de Libre Comercio de América del Norte); pero ahora con el USMCA (otro acuerdo con México y Canadá que reemplazó al Nafta) habla más sobre frenar la inflación y mantener el dólar fuerte.
·  En 2016 se mostraba escéptico ante la OTAN, y apoyaba las relaciones bilaterales con Rusia; mas actualmente, aunque mantiene la postura del evitar conflictos internacionales prolongados, ha centrado más su enfoque en una competencia con China que agrada a sus votantes.
 
 
Así las cosas, veamos las principales razones por las que su liderazgo ha resonado entre el electorado de EEUU con más fuerza que los mensajes de Harris:

Uno de los aspectos más destacados de la candidatura de Trump fue su base de apoyo, que se ha mantenido leal y comprometida a lo largo de los años. Desde antes de su primer mandato, ha sabido construir con sus seguidores una sólida relación en estilo directo, comenzando por el grito de guerra "MAGA: Make America Great Again!" (¡Hagamos -o haced- América grande otra vez!).

No hay que olvidar que las bases electorales de Trump están compuestas en su mayoría por estadounidenses que sienten cómo sus valores tradicionales están siendo amenazados y buscan un líder que los defienda sin concesiones. Él habría capitalizado muy bien esta percepción, reforzando su imagen de candidato firme que se enfrenta con el stablishment sin titubeos. Esta lealtad profunda le ha otorgado ventaja sobre otros candidatos, antaño Hillary Clinton o/y ahora Kamala Harris.
 
 
Desde que James Carville, estratega para la campaña electoral de Bill Clinton contra Bush (senior), pegó un cartel en las oficinas centrales con varios mensajes escritos entre los que destacaba: «Es la economía, estúpido», la frase -que se transformó hasta «Es la política, estúpido»...- hizo fortuna en la cultura política estadounidense; y tampoco la olvidó el rubio presidente. De ahí que en toda su campaña haya insistido constantemente sobre los logros económicos de su Administración, en especial antes de la pandemia. Los expertos suelen afirmar que durante su primer mandato la economía experimentó un crecimiento significativo, con bajos niveles de desempleo y auges en el mercado de valores. Estos logros han sido la base de su mensaje actual, en el que promete una «segunda gran era económica» para el país.

Con estos datos ha criticado duramente las políticas económicas de su oponente. Su mensaje fue claro: Trump prometió ser "el presidente que devolverá la estabilidad económica" y más crecimiento al país, lo cual ha resultado atractivo para votantes preocupados por inflación e incertidumbre financiera. Se comprende así cómo tanto Wall Street cuanto Silicon Valley -incluido Elon Musk- giraban hacia su candidatura.
 
 
Ya se ha resaltado el que la lealtad de las bases electorales ha sido un factor decisivo para su victoria. En este sentido, ha influido entre su electorado la postura de Trump del «nosotros contra ellos». De tal modo se ha enfrentado con los media y figuras de la élite, lo que ha sido interpretado como una señal de autenticidad más fortaleza. La retórica de confrontación por Trump, lejos de alejar a su base, parece haberla solidificado; lo cual ha influido en especial sobre aquellos votantes que se sienten ignorados con el constante uso de lo «políticamente correcto». Han visto en su presidente a «uno de todos ellos», alguien para erradicar todo «crecimiento desmedido del Estado», facilitándoseles decisiones libres sin interferencias burocráticas...

En esta campaña presidencial para EE.UU. el tema de «la ley y el orden» ha cobrado un lugar significativo, principalmente debido a las tensiones políticas, los aumentos de violencia en algunas ciudades y el debate sobre la reforma policial. Trump, por ejemplo, ha enfatizado su postura en favor de un enfoque más estricto respecto a la inevitable aplicación de la ley; una línea que ya mantuvo en su Administración, argumentando que los demócratas son débiles con esta área.
 
 
Además, ha prometido incrementar los fondos para sus fuerzas de seguridad, en un esfuerzo por devolver tranquilidad a las comunidades. Esta postura también ha ganado apoyo entre aquellos que creen de la presente Administración haber sido demasiado permisiva con las protestas y disturbios resurgidos en los últimos años.

Las campañas norteamericanas raras veces han girado en torno a la política exterior. Las únicas excepciones han sido cuando alguna de sus partes era Norteamérica misma. De dicho modo, el mal resultado en Vietnam fue la razón prioritaria cuando el presidente Johnson optaba por no presentarse a un 2º mandato. O al contrario, la II Guerra Mundial fue decisivo motor para que Franklin D. Roosevelt ganara su 3º y 4º mandatos, convirtiéndose por ello en el líder durante mayor número de años con la presidencia.
 
  
Trump optó en su campaña por la perspectiva de «América, primero». Y así como durante su primer mandato planteó una postura proteccionista renegociando acuerdos comerciales para proteger los empleos estadounidenses, en esta campaña ha mantenido la misma posición; de modo que su propósito es «evitar involucrarse en los conflictos innecesarios o las intervenciones costosas del extranjero».

Con Ucrania ha sostenido que tiene «un secreto que traerá la paz, incluso antes de jurar el cargo». En el conflicto de Oriente Próximo se alineaba con Israel sin ambigüedades. Un notable número de votantes se adhirió a esta postura, sobre todo los que se sienten frustrados ante demasiado largas intervenciones militares y sus cargas económicas anexas.
 

 
Su hostilidad la mantuvo, sin embargo, contra China y Corea del Norte. De modo que cualquier ataque a Taiwan, por ejemplo, además de las posibles actuaciones militares conllevaría unos altísimos aranceles para China: entre del 150% y un 200%. Trump advirtió a Corea del Norte del cómo «enfrentará fuego y furia como el mundo jamás ha visto», respondiendo a las amenazas nucleares por parte de Pyongyang. Esta dura posición le atrajo más votantes, que han cambiado la perplejidad ante su aislacionismo por satisfacción frente a  dicha dureza con dos países «crueles».

Ya se ha hecho referencia inicial a su nueva o edulcorada visión del muro entre México y EEUU. Mas falta referirnos a su postura global en el tema de la inmigración. Trump planea deportaciones de inmigrantes irregulares masivas y reducir drásticamente el número de refugiados permitidos cada año. A diferencia de Harris, rechaza cualquier reforma migratoria bipartidista, apostando por políticas restrictivas y directas. Esta posición ha satisfecho a sus votantes blancos, pero también a bastantes otros hispanos, pues aducen que los inmigrantes ilegales no deben recibir ningún trato de favor cuando ellos necesitaron superar los filtros legales.
 
  
Según los abogados estadounidenses, el aborto es la «encrucijada sangrienta del Derecho». Se comprende así el eterno debate sobre tal cuestión. En ella, el nuevo presidente ha mantenido unas posturas ambiguas. Y ha dejado la posición dura para su vicepresidente, J. D. Vance, que postula una prohibición nacional casi total sobre los abortos.

Semejante ambigüedad se nota en Trump porque, al tiempo que nombra 3 magistrados «pro-vida» para el Tribunal Supremo en EE.UU, da su apoyo simultáneo a una ley de Florida que permite abortar durante 6 semanas primeras del embarazo; y también ha mantenido una posición titubeante ante las píldoras abortivas. Esta indefinición en tamaños temas clave ha sido interpretada por algunos observadores como cierta deliberada posición flexible, lo cual habría permitido que los electores moderados le votaran. Ciertamente ha dejado perplejos a sus seguidores «pro-vida», que sin embargo le han seguido votando.
 
 
La victoria de Trump abre otro panorama incierto, como ya ocurrió durante los 4 años en su primera presidencia. Como entonces, nos encontramos ante un presidente habituado a improvisar más que reflexionar. Pero un presidente es un hombre con muchos sombreros. Conocemos bastantes y en estos 4 años que comienzan veremos más. De momento, en su discurso después de su triunfo ha dicho: «No descansaré hasta que hayamos entregado la segura, próspera y fuerte América que tanto nuestros hijos como ustedes merecen». No sonaría nada mal...

('Por qué ha ganado Trump': Rafael Navarro-Valls, catedrático presidente de la Unión Internacional de Academias Jurídicas Iberoamericanas)
 
  
* Sin embargo, y paradójicamente, la "opinión políticamente correcta" creía ver muy seguras las cosas apuntando hacia otro escenario del todo bien opuesto hasta el mismo día de las últimas recientes elecciones... porque la todavía hoy Vicepresidenta demócrata Kamala Harris amasó ya más de 8 millones junto con su marido -el rico abogado judío Doug Emhoff- desde que ocupa ese cargo público, y había recaudado más que su millonario rival como donaciones de campaña electoral; razón por la cual, sin duda, debía ganar ella...

Mas el senador Bernie Sanders, que acababa de ganar su reelección para otro mandato en representación del Estado de Vermont, no se mostró nada complaciente con los dirigentes demócratas inasequibles a sus avisos: “¿Aprenderán alguna lección real de toda esta desastrosa campaña los grandes intereses económicos y sus consultores bien pagados, que controlan el Partido Demócrata?”, preguntó. “¿Comprenderán el dolor y la alienación política que sufren decenas de millones de estadounidenses? ¿Tienen alguna idea del cómo podemos enfrentarnos a la oligarquía cada vez más poderosa que tiene tanto poder económico y político? Probablemente no”...
  
     
* Y es que al fin resultó haber mucho más en juego, aparte de los contrapuestos intereses evidentes para unos mercados globalistas contra otros proteccionistas. La cuestión de fondo para estas elecciones era saber con qué candidato plantar cara frente al poder desbocado de algún 'Deep State', o 'el complejo militar-industrial' (¡del cual ya nos había dejado advertidos hasta Eisenhower...!), que hoy se ha convertido en amenaza grave para el proceso democrático y las libertades de los EE.UU. Pero comprenderlo bien exige recordar qué ha ocurrido en aquel país desde la llegada del ahora reelegido presidente:

Ante la inesperada victoria de Trump en 2016, el 'Deep State', que durante los anteriores 8 años había tenido una fácil cohabitación con un presidente que se limitaba a admirarse en su espejito mágico, reaccionó rápidamente: si no había podido impedir la llegada al poder de quien consideraba un incontrolable 'outsider', al menos paralizaría su acción de gobierno. Con este objeto, supo tejer una pegajosa telaraña de 'fakes' que le obligó al estar a la defensiva durante aquel primer mandato impidiéndole desarrollar su pretendida política de distensión con Rusia, que tanto bien habría hecho al mundo, pero por el 'Deep State' considerado como una existencial amenaza...
 
 El diario 'New York Times', por ejemplo, lo veía clarísimo... 
 
La falsa colusión con Rusia, una caza de brujas: el arma principal que se utilizó para paralizar a Trump fue pregonarla, con el apoyo entusiasta de los medios. El "complot Trumputin" se convirtió en relato oficial, aunque ya desde 2017 se sabía ser «tan creíble como las armas de destrucción masiva de Irak, es decir, una patraña, una invención, una infantilidad, una estupidez, humo». Años después, hubo la confirmación oficial: sendas investigaciones realizadas por 2 fiscales especiales concluyeron que todo había sido un completo bulo.

El primer fiscal especial, Mueller, había sido director del FBI durante 12 años bajo 2 presidentes de distinto signo. Era, por tanto, «uno de los nuestros» para el Deep State, alguien que «removería cielo y tierra» para conocer la verdad. ¿Había habido un complot entre el gobierno de Rusia y Trump? Tras 2 años con exhaustiva investigación, el Informe Oficial concluyó de mala gana que no. Según el resumen que hizo el entonces fiscal general Barr, «la investigación no ha encontrado que ningún miembro de la campaña de Trump ni ningún ciudadano norteamericano conspirara o se coordinara con el gobierno de Rusia en actividades de interferencia en las elecciones». Tampoco encontró «ninguna conspiración para violar la ley de los EE.UU. por parte de personas ligadas a Rusia o de ninguna persona asociada a la campaña de Trump». Todo había sido un invento.
 
  ...pero en los Mercados de Valores no todos opinaban igual
 
Un FBI politizadoademás de, a Trump le acusaron del supuesto delito de obstrucción a la justicia, sospecha creada por el director del FBI James Comey tras ser defenestrado por el presidente. Sobre tal acusación, absurda si no había un delito previo de colusión, el dictamen fue deliberadamente ambiguo, posiblemente para no dejar en mal lugar al amigo Comey: «Aunque no se concluye que Trump cometió un delito, tampoco lo exonera». Tan ajurídica conclusión que, sin encontrar indicios del delito, obvia la presunción de inocencia, llevó al fiscal general a sentenciar que Trump tampoco había intentado obstruir acción de la justicia.

Posteriormente una auditoría de tal actuación, que llevó a cabo el fiscal especial Durham, reveló cómo todo había sido una caza de brujas: el FBI «no había respetado su importante misión de mantener una estricta fidelidad a la ley», tratando de formas distintas a Hillary Clinton y Donald Trump. Asimismo, las intrusivas órdenes de vigilancia física, telefónica y electrónica de miembros de la campaña Trump fueron forzadas por el lenguaje manipulador de un abogado del FBI que habría cometido «una infracción penal». Durham también denunció cómo el FBI continuó dichas vigilancias a pesar de que ya entonces creía «no existía causa probable para creer que su objetivo estaba participando a sabiendas en actividades clandestinas de inteligencia en nombre de una potencia extranjera». Finalmente, el FBI también había omitido «información exculpatoria significativa que debió haber impulsado un reexamen de la investigación».
 
 
El Deep State salió del armario: el prestigio del FBI recibía otro varapalo en agosto este año cuando, con un escrito al Departamento de Justicia por Mark Zuckerberg (presidente de Meta), se acusó al gobierno Biden del haberle «presionado» en el Covid rechazando contenido (mucho del cual se comprobó veraz)... y al FBI del advertirle de forma engañosa sobre una supuesta campaña para desinformación rusa sobre Biden y su familia poco antes de aparecer las noticias del contenido de un portátil del hijo de Biden, que Facebook había estado censurando también indebidamente también por ese motivo. Entonces la prensa mayoritaria, cómo no, silenció esta carta. Tan sólo algunos medios mencionaron el párrafo del Covid, pero callándolo todo sobre haber acusaciones al FBI.

El portátil de Hunter Biden no sólo mostraba explícitamente la adicción del hijo del presidente a la droga, la prostitución y el sexo sino que «había estado utilizando en beneficio propio la influencia del presidente con su aparente conocimiento», tal como resumió el Comité de Inteligencia del Congreso de los EE.UU. Pues bien, a pesar de la absoluta veracidad de la historia del portátil de Hunter Biden, 51 exfuncionarios de inteligencia (incluyendo exdirectores de la CIA y de la NSA) intentaron desacreditarla para que no perjudicara la campaña de su padre asegurando en una declaración pública que tenía «todas las características clásicas de una operación informativa rusa»; y algunos de los firmantes seguían en nómina de la CIA...  
 
 
Todo lo mencionado pone de manifiesto que el principal papel que ha jugado Donald Trump en la política norteamericana no ha sido su papel pro-vida, por lograr una mayoría conservadora en el Tribunal Supremo, ni tampoco su afán desregulador o su crítica a la estafa climática y al globalismo de la corrupta OMS, sino el hecho de que obligó al Deep State a salir a la luz por primera vez en la historia.

El aún presidente recibió una oferta imposible de rechazar: durante la presidencia de Biden, que posiblemente no sabía ni lo que firmaba, el Deep State logró el cénit de su poder y se juramentó por evitar a toda costa la vuelta de Trump. Para ello intentó intimidarle con una serie de ofensivas judiciales ad hominem basadas en conductas artificialmente exageradas. Resulta dudoso que, de ser el acusado otra persona, se hubiera puesto en marcha ningún proceso. Sin embargo, éste no se arredró, y sus procesos judiciales ―alguno de los cuales está pendiente aún de sentenciar― fueron arrastrados por el viento, algo lógico, dada su liviandad.

Una vez quedó claro que al fin iba a presentarse y que las encuestas le daban ganador, el Deep State y la otra parte interesada, el Partido Demócrata, hicieron lo imposible por lograr que Joe Biden dejara paso a otro candidato. Aprovecharon su penosa actuación en un debate para evidenciar el deterioro cognitivo que llevaba años siendo más que evidente para cualquiera que tuviera ojos, y ocultaron la razón real, que fue simplemente cómo las encuestas le mostraban claro perdedor. Sin embargo, no contaban con la arrogancia del senil Joe, su adicción al poder y su miedo a que las dudosas actividades económicas de la familia pudieran ser objeto de público escrutinio.
 
 
Por ello se aferró de tal modo a la presidencia que hizo falta un 'golpe de Estado palaciego' muy poco democrático para “convencerle” de que no debía presentarse a la reelección. Así, en unos días en los que por un supuesto Covid se mantuvo encerrado en su casa de Delaware y aislado, Biden probablemente recibió «una oferta que no podía rechazar»... Tras de sólo 4 años en el poder y pese al haber ganado las primarias de su partido, comunicó que no se presentaría (algo sin precedentes en la historia de los EE.UU) un día después de haber asegurado exactamente lo contrario. De forma ciertamente opaca, utilizó para renunciar un texto de su cuenta de Twitter en vez de hacerlo en persona, como habría sido lógico. De forma más extraña aún, en dicho texto no anunció ningún apoyo a su vicepresidenta Kamala Harris, lo que luego hizo la misma cuenta 24h después. Y de forma elocuente, los Obama tardarían 5 largos días más en apoyarla públicamente.

Harris es una mala candidata elegida sólo porque no había tiempo ni consenso para preparar a otros. Por distintas razones, varios medios afines han decidido no respaldarla explícitamente, como el 'Washington Post', que no va a apoyar a ningún candidato por primera vez en 36 años (y eso tiene mérito, pues tan sólo un 3% de periodistas norteamericanos no se identifica como demócrata). Siempre fue una vicepresidenta de doble cuota (por sexo y raza), y muy impopular, sea por su izquierdismo radical, por su insondable vacío intelectual o porque no transmite confianza. Cuando se retiró de las primarias del 2020 que ganaría Biden, se hallaba en 6ª posición con sólo el 3,9% de apoyo entre votantes de su partido, y una vez en el poder las encuestas han mostrado repetidas veces cómo en toda la historia de los EE.UU ha desempeñado la vicepresidencia más impopular... 

Extraños intentos de asesinato: el hecho de sufrir Trump -no uno sino- dos intentos de asesinato, y las circunstancias que rodearon a ambos, resulta extraño: los medios han corrido rápidamente un tupido velo y se sigue sin conocer motivos de los autores o detalles ninguno sobre sus vidas pasadas; ni tampoco del cómo llegaron tan cerca del tiroteado.
 
 Fragmentos en el último discurso del presidente Eisenhower [20/01/1961]
 
Respecto al primer atentado, cualquiera que conozca de cerca cómo funciona el Servicio Secreto estará de acuerdo en que tal fallo de seguridad resulta difícil de creer. Su entonces directora, tan woke como incompetente, esgrimió cómo «en aquel tejado no había agentes por estar inclinado», declaraciones ridículas y por tanto poco aclaratorias. Fue obligada a dimitir. Tampoco despejaron las dudas las politizadas declaraciones del director del FBI, que defendió no estar claro si lo que hirió a Trump en la oreja fue una bala o un trozo de cristal (lo cual el propio FBI se vio obligado a desmentir en pocas horas). El hecho es que Trump tenía una protección claramente deficiente y que los motivos de que así fuera son turbios, pues repetidas veces había solicitado mayor seguridad que le habían denegado. Asimismo, se le denegó protección del Servicio Secreto al candidato independiente Robert Kennedy (que acabó apoyando a Trump) también a pesar de insistir en 6 ocasiones.

Por otro lado, el segundo intento de atentado también genera interrogantes: ¿cómo sabía el tirador, si no era local, que iba Trump a jugar al golf en ese club aquel día? No nos han dado ninguna respuesta y el caso se ha enterrado con igual rapidez, pero el hecho es que, de no ser por la profesionalidad de un agente del Servicio Secreto, pocos minutos después el tirador habría tenido un blanco sencillo...

 
* Hoy hasta en el 'New York Times' han cambiado de discurso: "En 2024, Trump creó lo mismo que intentó construir una vez el Partido Demócrata: una mayoría multirracial de clase trabajadora. Su apoyo aumentó entre los trabajadores negros e hispanos. Registró ganancias asombrosas en lugares como Nueva Jersey, el Bronx, Chicago, Dallas y Houston. Según los sondeos de salida de NBC, ganó a un tercio de los votantes de color. Es el primer republicano que consigue la mayoría del voto popular en 20 años. Obviamente, los demócratas tienen que hacer un replanteamiento importante. El gobierno de Joe Biden intentó cortejar a la clase trabajadora con subvenciones y estímulos, pero no hay solución económica a lo que es principalmente una crisis de respeto.

Es seguro que habrá gente de izquierda diciendo que Trump ganó por el racismo, el sexismo y el autoritarismo inherentes al pueblo estadounidense. Por lo visto, a esa gente les encanta perder: quieren hacerlo una y otra, y otra, vez... El resto de nosotros tenemos que mirar este resultado con humildad. Los votantes estadounidenses no siempre son sabios, pero en general son sensatos, y tienen algo que enseñarnos. Mi primer pensamiento es que tengo que reexaminar mis propios prejuicios. Soy moderado. Me gusta cuando los candidatos demócratas van al centro. Pero tengo que confesar que Harris lo hizo con bastante eficacia y no funcionó. Quizá los demócratas tengan que adoptar una disrupción al estilo de Bernie Sanders, algo que haga que la gente como yo se sienta incómoda.

¿Puede hacerlo el Partido Demócrata? ¿Puede hacerlo el partido de las universidades, los suburbios acomodados y los centros urbanos hipsters? Bueno, Donald Trump secuestró un partido corporativo, que difícilmente parecía un vehículo para la revuelta proletaria, e hizo exactamente eso. Quienes tratamos con condescendencia a Trump deberíamos sentirnos humildes: hizo algo que ninguno de nosotros habría soñado hacer. Pero estamos entrando en un periodo de aguas turbulentas. Trump es un sembrador del caos, no del fascismo. En los próximos años, una plaga del desorden descenderá sobre los Estados Unidos, y quizá sobre el mundo, sacudiéndolo todo. Si odiáis la polarización, esperad a ver cómo experimentemos el desorden global. Pero en el caos hay oportunidad para una nueva sociedad y unas nuevas respuestas al asalto político, económico y psicológico trumpiano. Estos son los tiempos que ponen a prueba el alma de las personas; veremos de qué estamos hechos."


lunes, 21 de octubre de 2024

Hemos sido engañados

   
En el año 2007 Steve Jobs presentó el iPhone. El 'smartphone' es hoy una herramienta casi universal que –asociada a otras tecnologías y recursos– ha transformado nuestras vidas, en lo personal, lo educativo, lo profesional y en lo social. Pero, ¿podemos decir que constituye un verdadero progreso? En este artículo me propongo argumentar que no.

El 'smartphone' integra cuatro grandes engaños: la conectividad permanente, la inmediatez, la integración tecnológica y la superación de la manualidad. Son mentiras con algo de verdad, como todas las que nos embaucan. 

- La conectividad puede permitir la comunicación, y hace posible la funcionalidad permanente. Pero violenta la privacidad y se convierte en ruido que impide la intimidad, el silencio, la atención exclusiva a lo presente. 

- La inmediatez es conveniente ante verdaderas emergencias. Pero convierte casi todo en emergencia, cuando casi nada debería serlo. Distrae nuestra atención de lo importante, de lo lento y laborioso, de los disfrutes que exigen paladeo. 

- La integración en un aparato o sistema operativo aligera y simplifica. Pero aumenta la dependencia de pocos intermediarios, que ven su poder de prescripción aumentado, y hacen casi impensable prescindir de esta tecnología. 

- Poder hacer cosas sin (usar) las manos libera y amplifica nuestras posibilidades. Pero ya no desarrollamos las habilidades que nos permiten ser autónomos en tareas básicas, cuidar a otras personas, prestar una atención plena a lo que hacemos. Tendemos a olvidar que somos unidad de alma y cuerpo, como se manifiesta sobre todo en el rostro y en las manos.



Todo esto tiene consecuencias obvias para la educación, sobre las que tenemos cada vez más datos empíricos. Y eso que durante un tiempo nos hicieron creer que los nativos digitales integrarían con mayor facilidad la tecnología en sus vidas. Pero seamos sinceros: los problemas no acaban a los dieciocho años. Sigue siendo verdad que el desarrollo técnico no va acompañado automáticamente del desarrollo moral que permite usar las cosas para el crecimiento de la persona, y no ponerla al servicio de otros intereses. Basta ver el impacto que está teniendo en nuestras instituciones políticas, académicas y mediáticas.

Junto con los engaños anteriores, hay también ideas y concepciones equivocadas que han distorsionado nuestro juicio y debilitado nuestra respuesta. Una de las falacias más repetidas es que los instrumentos técnicos son moralmente neutrales. De lo que se deriva que la valoración de su uso depende de las intenciones –buenas o malas– de la persona. Y que eso, en último término, es una responsabilidad personal, al menos en el caso de los adultos. Incluso si se reconoce que la herramienta digital acarrea peligros, remitimos toda la solución a la virtud personal, con la ayuda tramposa de alguna 'app'. Sin embargo, con el uso de muchas otras tecnologías peligrosas, tenemos una normatividad social y legal robusta, que resulta eficaz: permisos para conducir, manejar maquinaria, suministrar o recibir ciertas sustancias, hacer uso de armas… ¡Que van más allá de la 'prohibición para menores'...!

Algunos insisten en que para el desarrollo de la virtud personal, cualquier norma social fuerte es contraproducente (imposiciones, prohibiciones). Como si la virtud sólo pudiera cultivarse en un vacío de normatividad y de límites. Un prejuicio individualista que Alasdair McIntyre ya desmontó en su gran obra 'Tras la virtud': sin participar en una comunidad sana, y sin una legislación justa, la virtud se convierte en algo raro y desvinculado del bien común (y, por tanto, ya no es virtud sino mera 'skill' psicológica). Lógicamente, no todo lo malo debe estar prohibido, ya lo explicaba Santo Tomás.

Pero la responsabilidad no es un juego de suma cero. Quienes configuran el deseo humano y condicionan fuertemente nuestro comportamiento tienen una responsabilidad específica, que no se debe ocultar bajo esta apelación moralizante a la virtud personal. El individuo y las comunidades necesitan apoyarse en convicciones sólidas, en incentivos positivos, en modelos de conducta, en rituales sociales compartidos. Y también –con proporción y prudencia– en prohibiciones, en amenazas de castigo. Los muros son límite, pero también apoyo y protección. Pero repetimos una y otra vez como una verdad obvia que «no se pueden poner puertas al campo». Sin darnos cuenta de que precisamente poniendo puertas al campo es como se crea(n) hogares, comunidades educativas, ciudades.


Deslumbrados por las ventajas prácticas, hemos olvidado que lo bueno no está sólo en la obtención eficaz y eficiente de resultados. Que las dimensiones más importantes de la vida buena se cifran en participar en procesos. Procesos colaborativos, prácticas sociales en las que cultivamos bienes que sólo podemos alcanzar y disfrutar en común. Procesos laboriosos y lentos, que requieren un aprendizaje (intelectual, moral, manual) que transforma la persona y la hace capaz de mejores relaciones. Pensamos que una máquina que nos dé peces sustituirá la necesidad y el gozo compartido de saber pescar. Nos comportamos como si los estímulos fuertes, superficiales y rápidos, fueran sinónimo de felicidad: una necesidad y un derecho. Como si el entretenimiento fuera el criterio máximo de calidad en la educación y en la información.

De algunas ilusiones hemos despertado ya, pagando el precio. Ya nadie se cree aquel espejismo por el cual pensamos que si todo el mundo tenía un iPhone y una cuenta de Facebook, la democracia advendría en los países árabes. O que Twitter acercaría la vida política a los ciudadanos, o las noticias a los lectores. Estamos ya avisados de que las redes no consiguen la desintermediación que prometían, sino que suponen una re-intermediación. Un cambio de mediadores, que suelen ser menos, nuevos, transversales y no sometidos a controles. Y, por tanto, más peligrosos. Pero todo esto ya lo sabíamos. 

Nos hemos dejado engañar, cambiado lo verdaderamente humano por los espejuelos de dopamina que nos dan las pantallas. Frente a los engaños antes enumerados, me atrevo a ofrecer algunas sugerencias. 

- Frente a la conectividad permanente: distancia física con el móvil según pautas habituales diarias, semanales, anuales. Y privilegiar los encuentros presenciales y las actividades serenas, especialmente de noche. 

- Frente a la inmediatez: imponer tiempos lentos para toma de decisiones y respuesta. Pienso en reconfigurar las aplicaciones de mensajería inmediata, en los correos laborales 24/7 o en las opciones de comprar en un 'click'

- Frente a la integración: la elección de unos medios adecuados para cada tarea, sin tener la eficiencia por único criterio. Lo mejor para leer es un libro. Esto hará que volvamos a ser protagonistas de procesos. Nos sorprenderemos recuperando tecnologías analógicas, pero no como antiguallas sino como experiencias más conscientes y satisfactorias. 

- Frente a la abstracción y lo virtual, la realización de tareas manuales lentas, empezando por la caligrafía. Comprendo que todo esto es una importante revolución cultural, para dar su lugar a los bienes comunes e intrínsecos, frente a la unilateral preocupación por la eficiencia y la expresión individual.
 
(Ricardo Calleja, 20/10/2024)
  



lunes, 7 de octubre de 2024

Aunque se mire a otra parte, diez años llevan lanzándonos hacia una próxima Hecatombe...


Netanyahu intenta extender a escala regional el conflicto de Gaza: Líbano, Siria, Yemen, Estrecho de Ormuz... e Irán amenaza con responder al asesinato dentro del país del líder para la facción política en el movimiento islamista Hamas y negociador jefe con Israel sobre los rehenes secuestrados Haniyeh, más el del secretario general de su aliada Hezbolah que acababa de aceptar una tregua en la frontera libanesa, Nasralá; pero, aparte de contar con abastecimiento desde USA, Israel, tiene bomba nuclear propia y nunca se adhirió al Tratado de No Proliferar  Armas Atómicas. 

Los iraníes hace muchos siglos que no invaden a nadie y aún acogen inspecciones por la OIEA sobre sus usos pacíficos de la energía nuclear. Desde poco después de la revolución contra el Sha pro-norteamericano Irán ha propuesto crear una zona desnuclearizada en Oriente Medio y el ayatolá Jamenei dictó su fatwa prohibiendo las armas atómicas. El potencial de misiles convencionales en Irán es ya bastante para borrar a Israel del mapa, estando bien enterrado y protegido en la montaña con instalaciones a prueba de bombas nucleares. Un debate sobre si deben anular aquella fatwa debe ser hoy bastante vivo entre los clérigos que allí mandan y se anuncian respuestas a las provocaciones para no perder la cara; pero los persas inventaron el ajedrez y no parecen tener deseos del entrar al trapo de un envite demencial...

La tensión actual en el mundo tiene que ver principalmente con un intento en USA del impedir -por medios militares- el declive de su poderío global; las guerras continuas de Washington desde final de la Guerra Fría -que han ocasionado unos 4 millones de muertes y 40 millones desplazados por el arco desde Afganistán hasta Libia- traen causa de alguna concepción neocon, común a republicanos y demócratas, para su dominio del mundo en solitario formulada el año 1992. El ascenso de China y la resistencia de Rusia más mayor enajenación cada día del Sur, esto es una mayoría mundial, apuntan desde hace tiempo al orden (o desorden) pluripolar basado en multi-lateralismos e interacción entre diversos centros de poder. 
     
 
La prioridad yanqui para Europa, perfectamente conocida y documentada, era separar Alemania de Rusia e impedir la integración de nuestra Unión Europea en el conglomerado geoeconómico euroasiático cuya principal fuerza motriz lleva Pekín. China es el primer socio comercial de la UE y Rusia era su principal socio energético. USA está rompiendo ambas relaciones. Lo de Rusia ya se consiguió y en el mejor de los casos esa ruptura durará varias décadas. Lo de China es más difícil, pero también avanza. El resultado está siendo subordinar la UE a USA y afianzarla en un papel de “ayudante del Sheriff” americano para su proyecto de dominio global imperialista...  

Pero, preguntémonos, ¿quién amenazó militarmente a Europa? Más allá de lo que afirma nuestra propaganda, en Moscú nadie tiene la menor intención o interés en atacar esa zona oriental de la que se retiró unilateralmente los años 90... a menos que los ataques militares contra Rusia, que la gente como Josep Borrell quiere incrementar levantando toda restricción sobre uso de armas occidentales contra territorio ruso, acaben representando amenazas existenciales para el Kremlin. Y tampoco amenaza China militarmente a la UE... Entonces, ¿para qué toda nuestra militarización? La respuesta es obvia: como resultado de varias décadas con mala política europea...

¿Qué queda hoy del socialismo de Willy Brandt? Su fundación en Berlín, sus memorias, su ejemplo de resistencia, su Premio Nobel de la Paz en 1971, su contribución a la reunificación alemana... En 1992, pocas semanas antes de morir, tras haber vivido lo mejor y lo peor del siglo XX, nos escribía esto: “Nada llega automáticamente. Y casi nada durará. Por eso, si queremos conseguir algo bueno, deberíamos reflexionar sobre nuestras fuerzas; porque cada tiempo exige sus respuestas y hay que continuar estando a su altura”. ¿Lo tendrán en cuenta Olaf Scholz y quienes ahora nos mueven, tan suicida mente, a seguir sus pasos?

Constatamos manifiesta devaluación de la calidad general del liderazgo europeo, con la peor galería de dirigentes alemanes en su historia para la RFA. Su nivel de incompetencia es extraordinario. Problemas económicos de Alemania disuelven su liderazgo y autoridad en la UE, afectándonos al conjunto europeo. El papelón de comparsas que Berlín jugó en el humillante atentado americano del 2022 contra su infra-estructura gasística báltica, del Nord Stream, lo retrata claro.
 
 Francia prueba que así no cabe 'reorientación' en la UE.
                 
El horizonte es muy preocupante al apuntar a otra nueva crisis nuclear en Europa como la de la Guerra Fría, pero con la importante diferencia de que falta hoy todo el marco de acuerdos para control sobre armamentos entonces vigente. USA se ha retirado unilateralmente de casi todos esos acuerdos, dos de ellos cruciales para Europa sobre todo. En 2002 se retiró del ABM que prohibía instalación de sistemas antimisiles capaces de interceptar y anular el ataque del adversario nuclear: aquel Acuerdo garantizaba cómo "el primero en disparar sería el segundo en morir". En 2019 se retiró del Tratado de las fuerzas intermedias (INF) que prohibía desplegar armamento nuclear "táctico", es decir, de menor alcance. 

Tras de lo cual, USA ya instalaba baterías antimisiles en Polonia y Rumanía. Se dijo, desvergonzada mente, que serían contra Irán (país que, aún hoy, carece del potencial misilístico de tan largo alcance). Los rusos ven perfectamente cuánto esas baterías “defensivas” son contra ellos y pueden ser cargadas en cuestión de minutos con sus misiles nucleares ofensivos; así que, tras chocar con la reiterada negativa norteamericana a reconsiderar el despliegue, también los instalaron en Kaliningrado (su territorio nacional, ¡pero no en Cuba ni México, como es lo que Rumanía o Polonia representarían para USA con un escenario geográfico parejo!) y ahora en Bielorrusia. 

En la cumbre de la OTAN de Washington del pasado julio, el presidente Biden dio un paso más al anunciar despliegues por Alemania y con misiles de largo alcance capaces de alcanzar Moscú en pocos minutos, a partir del año 2026. Llegamos así a una nueva “crisis de los misiles” en Europa como la de mediados de los años 80 del pasado siglo que dio lugar al mayor movimiento pacifista, particularmente en Alemania; con la diferencia de que hoy la opinión pública parece adormecida… 

Naturalmente que todo eso había sido imposible sin la expansión de la OTAN hacia el este, rompiendo acuerdos suscritos en la materia a principios de los años 1990 con Gorbachov; y en esa “muy mala política” se incluiría la desinformación de nuestros medios de comunicación todos estos años en los que se ha intentado imponer una “seguridad europea” primero sin Rusia y luego contra Rusia, lo cual ha terminado estallando, como mucho fue advertido hace un cuarto de siglo: creían que Rusia iba a seguir eternamente como una república bananera según lo fue hace tres décadas y resulta que se ha recuperado exigiendo que se tengan en cuenta sus intereses.

Pero si en Palestina es entendible cómo el asunto no empezó el 7 de octubre de 2023, sino por lo menos 70 años antes, en Ucrania se insiste situando el principio en la invasión rusa del 2022 (“la comparación es inválida”, repiten, porque “Rusia no es David sino Goliath” y los ucranianos tienen "derecho a su autodeterminación y al defenderse"): Rusia, efectivamente, es más fuerte que Ucrania... pero mucho más débil que las fuerzas sumadas de USA y la UE que animan la guerra contra ella con armas y dinero desde mucho antes... Y respecto al autodeterminarse los ucranianos, ¿cuáles? ¿Los de Crimea y el Donbas, tienen asimismo derecho? En cualquier caso, tal autodeterminación es pisoteada por todas las potencias que intervienen en el conflicto y también desde hasta el gobierno ucraniano.

Además de la expansión de la OTAN, primero hacia los antiguos países del Pacto de Varsovia y luego hasta las ex repúblicas soviéticas, impuesta sin atender a las razones de Rusia, hay que recordar cuáles fueron condiciones en la independencia de Ucrania: primeramente su "Declaración de Independencia", del 1991, dice que “Ucrania independiente adoptará la Neutralidad permanente, sin intención de unirse a bloques militares”; 5 años después la Constitución aprobada también incluía el principio de neutralidad; o antes, en diciembre de 1994, Ucrania firmó el “Memorándum de Budapest” del cual Occidente solo menciona el violado compromiso ruso con su respeto a la integridad territorial ucraniana a cambio de recibir unas armas nucleares que Ucrania heredó de la URSS... aunque se redactó sobre aquel pilar expresado de la neutralidad ucraniana. Y la OTAN también ignoró ese presupuesto en 2008 cuando declaró a Ucrania con Georgia futuros miembros del bloque militar occidental. Así que no fue solo Rusia quien violaba lo acordado.
 
A principios de 2014 milicias extremistas y neonazis lanzadas por la CIA y la 
Secretaría de Estado de Norteamérica e impulsadas por George Soros, entre 
otros, provocaron un golpe de Estado en Ucrania con una matanza de 
decenas de manifestantes que abarrotaban la Plaza de Maidan...
Entonces y desde el año 2010 Ucrania contaba con un presidente 
democráticamente elegido, Viktor Yanukovich, originario de la zona Este -el 
Donbas- de origen y lengua mayoritaria rusa (la Novorossiya) ... Yanukovich 
estaba negociando un Acuerdo Comercial con la UE, pero al mismo tiempo 
con Rusia también...  ¡mas USA decidió... -no Rusia- subvertir, y con Armas!
[merece la pena retener aquí-> cómo iban preparando una guerra de Ucrania]
 
¿Mas acaso la voluntad soberana de la población no tendría derecho a cambiar de opinión, y a contradecir todos esos documentos, optando por el alineamiento en la OTAN? Lo primero: el ingreso a un bloque militar hostil en el mismo patio trasero de una superpotencia nuclear no es una cuestión de derechos. Los cubanos tenían más razón y derecho que un santo al pedir misiles soviéticos en Cuba el año 1962 para evitar ser invadidos, de nuevo... Pero no era cuestión de tal, sino el riesgo de Guerra Nuclear, como la 'crisis de los misiles de octubre' se vio que ponía el mundo al borde del desastre nuclear y concluyó con su retirada… 

En segundo lugar, las encuestas de opinión realizadas en 2008 cuando se formuló la provocativa invitación de la OTAN a Ucrania informaban, con todo detalle, del mayoritario rechazo de la población ucraniana a ingresar en ella. Una 'soberanía popular' no tuvo nada que ver con el gobierno ucraniano en línea atlantista, sino con las continuadas presiones desde USA y la UE para obtenerla. La voluntad popular fue pisoteada por los occidentales y el propio gobierno de Kiev… El debate es, pues, mucho más complejo de lo que ofrecen al público: las responsabilidades por la guerra en Ucrania serían seguramente adjudicadas en un 70% a Occidente, con el restante 30% repartido entre las élites rusa y ucraniana. 

Además, metidos ya en la recta final de la crisis, el conflicto pudo resolverse antes de la invasión cuando en diciembre de 2021 Moscú envió a  Washington y la OTAN 2 documentos para solucionar la crisis mediante una retirada de la misma más un estatuto de Neutralidad en Ucrania, que fueron rechazados. Y en abril Occidente reventó negociaciones de paz que se habían iniciado inmediatamente después de la invasión en Minsk, primero, y luego Estambul... Decenas de miles de muertos después, este año 3º de la guerra, ni la OTAN ni la UE han realizado el menor movimiento para ninguna paz negociada. Y además, cuando el premier derechista húngaro Victor Orban cargado de buen sentido inició consultas en Kiev, Moscú y Pekín con miras a restablecer una negociación, fue unánimemente boicoteado y castigado por la UE. Todo eso retrata la falta de voluntad o incapacidad, ahora, en la UE para cualquier solución diplomática. La clave para cambiar de actitud dependería de Washington, y no Bruselas.

Desde la óptica de USA ésta es una guerra contra Europa, o por su control; porque Washington se prepara para un conflicto militar y necesitan a su lado a la OTAN, desde donde de momento se manda en Bruselas, más que por la UE. En su entrevista a la revista 'Time' del 4 de junio, el presidente Biden lo dijo muy claro. “Si dejamos caer a Ucrania, mire lo que le digo: en Polonia y todas esas naciones junto a la frontera de Rusia, desde los Balcanes hasta Bielorrusia, empezarán a hacer sus propias componendas”... Es tal posibilidad de una autonomía europea y su integración en un marco euroasiático, con motor chino, lo que anda en disputa.

El rechazo del gas ruso ya suponía un cambio estructural enorme para la UE. Aumenta costes de producción y reduce su competitividad. La desindustrialización va a continuar. Sus niveles del endeudamiento están aumentando. El eje franco-alemán garantizaba la paz, el mercado interno prosperidad, y el Euro estabilidad. Con la guerra de Ucrania y el masacrarse civiles en Palestina, crisis de refugiados o emigrantes en aumento, más la recesión que comportan las fallidas sanciones a Rusia y el consiguiente aumento de los precios energéticos... todo aquello se está hundiendo. Trasladando el centro de las políticas europeas al este, USA incrementa su control político-militar de la UE. Su “autonomía estratégica” ya no es concepto actual. El resultado es una Europa más débil e inoperante...

[Rafael Poch de Feliu: corresponsal en URSS/Rusia (durante 1988-2002) y China (del 2002 al 2008) para "La Vanguardia"; también en Paris, así como
en Berlín otros 9 años (tanto antes cuanto después de Caída del Muro)...]
 


 
  Manifiestan 'NO a las guerras', Día de la Unidad Alemana, en Berlín [EFE]
 
  
«¿Qué hacen esos misiles alemanes volando contra tropas rusas? Nos están metiendo a una guerra que no es la nuestra y lo pagaremos más tarde o temprano». «Son los de arriba los que quieren esta guerra, a la que irán nuestros hijos, no los suyos». «Este gobierno es un peligro, está colocando a Alemania del lado equivocado de la historia». Con frases como esas, justificaban hoy su presencia algunos de los 42.000 manifestantes que según organizadores tomaron el centro de Berlín bajo la consigna «Nunca más guerra». 
La fecha de la manifestación, la festividad nacional del 3 de octubre, el día de la Unidad alemana, era tan simbólico como el escenario elegido, la Siegessäule, levantada a finales del XIX para conmemorar las guerras de unificación y símbolo del espíritu nacional alemán. A la convocatoria de la alianza «Never Again The War», exigiendo negociación para poner fin a las guerras en Ucrania y Gaza y oponiéndose además al emplazamiento de misiles nucleares estadounidenses en Alemania a partir de 2026, respondieron colectivos de todo pelaje, más de 3.000 partidos, grupos y organizaciones.
En un momento dado, unos mil manifestantes pro palestinos que habían arrancado desde Schöneberger Ufer dominaron claramente la marcha con gritos como «Israel asesino de niños». Acusaban a Israel de genocidio en Gaza y el Líbano y a Alemania de financiarlo. Un segundo grupo, formado por miembros del partido La Izquierda, sindicalistas, marxistas y comunistas, además de los autoproclamados «Amigos de Rusia», había partido Breitscheidplatz y enfocaba su protesta en el apoyo de Alemania a Ucrania. De Moabit salió el tercer brazo de la manifestación, que portaba carteles contra la OTAN y contra Estados Unidos. 
Todos ellos confluyeron en un escenario sobre el que desfilaron la presidenta de la Alianza Sahra Wagencknecht (BSW), el socialdemócrata Ralf Stegner, la diputada de La Izquierda Gesine Lötzsch y el de la Unión socialcristiana de Bavera (CSU), Peter Gauweiler. Completando el coro estaban Peter Brandt, hijo del canciller Willy Brandt, el autor de la Ostpolitik, miembros del Partido Comunista DKP y de la Juventud de Izquierda, vigilada por los servicios de Inteligencia por su programa antidemocrático, y el político de la RDA Wolfgang Thierse.
«Un peligro para nuestro país»
Todos ellos visibilizaban un desinhibido movimiento prorruso que, en conjunto, ha obtenido la mayoría de los votos en las recientes elecciones de Turingia, Sajonia y Brandemburgo. En el documento de la convocatoria se protestaba contra Israel, Estados Unidos y la OTAN, sin mencionar la invasión rusa de Ucrania. El exlíder del Partido Socialdemócrata (SPD) de Schleswig-Holstein Ralf Stegner, a cargo de uno de los discursos, la mencionó y fue objeto de un gran abucheo.
Wagenknecht pidió «de facto la capitulación de Ucrania, cuyo comportamiento me parece reprobable». Se refirió a la ministra de Exteriores Annalena Baerbock como «un peligro para nuestro país« y reprochó a quienes consideran a Putin como un criminal de guerra un «doble rasero con los políticos estadounidenses que han sido responsables de tantas y tantas guerras». Gauweiler, por su parte, se preguntó por qué las palabras del papa Francisco, que ha llamado a negociaciones, no se aplican. «Creo que es una locura dejar que los misiles apunten hacia Rusia ahora», lamentó entre aplausos, y vítores.
«No hay un cambio brusco de la política alemana hacia mi país», dice el embajador ucraniano en Alemania, Oleksiy Makeev, «pero en Alemania es evidente cómo cambió el debate sobre la guerra de agresión de Rusia desde las elecciones regionales en el este». Esta gran manifestación se produce en vísperas de la cumbre sobre Ucrania, a la que está previsto que asista el presidente de Estados Unidos. 
El 12 de octubre se reunirán en la base aérea alemana de Ramstein representantes de unos 50 Estados miembros de la OTAN y otros aliados de Kiev para coordinar una nueva etapa de la ayuda militar a Ucrania. Se trata de la primera visita bilateral de Biden a Alemania en sus casi 4 años de mandato y la manifestación marca un nuevo tono de hostilidad, además de reflejar un estado de opinión muy mayoritario en el este de Alemania: según Infratest, de los encuestados en Brandeburgo el 70% tiene miedo de que Alemania se vea arrastrada en guerra contra Rusia.
Entre los votantes de BSW, el porcentaje es de casi el 90%. El canciller socialdemócrata Olaf Scholz, cuyo partido está sufriendo severos castigos en las urnas regionales, intenta reaccionar antes de las generales de 2025. Por su gobierno, desde la «coalición semáforo», se ha retirado de los presupuestos generales la ayuda a Ucrania y la Cancillería de Berlín incluso ha intentado en las últimas horas mantener de nuevo contacto telefónico con Putin que Moscú ha rechazado con frialdad e indiferencia. 
«A primera vista, no hay temas comunes para una conversación, nuestras relaciones se han reducido a cero de hecho y no por iniciativa nuestra», ha respondido el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, al primer tanteo. «En Alemania, la opinión se está acercando a las expectativas rusas», nos confirma el ex coordinador de inteligencia en el cuartel general de la OTAN, Arndt Freytag von Loringhoven, que acaba de publicar un libro sobre las campañas de desinformación de Rusia. «Es la constante salpicadura de Radio Moscú, que deja su huella», juzga por su parte el presidente de la comisión de defensa del Bundestag, el liberal Marcus Faber.    
[03/10/2024: Rosalía Sánchez, corresponsal en Berlín]
  
   El canciller Scholz en fábrica de armamento Rheinmetall [14/2/24]
 
           
   Netanyahu y Baerbock, ministra de Asuntos Exteriores en Alemania
   
   
El embajador de Israel Ron Prosor espera que el Gobierno alemán asuma compromiso internacional claro con «derecho de Israel a la autodefensa. Ha llegado el momento de mostrar a los verdaderos amigos que estamos a su lado en tiempos de demonización y deslegitimación», ha dicho Prosor, que pide «hechos» y espera que Alemania, como «segundo socio estratégico más importante de Israel, proteja al país ahora mismo en comités internacionales». Porque Israel está «luchando por su vida» desde el 7 de octubre, fecha que mostró «con quién nos enfrentamos: enemigos que quieren destruirnos».

La defensa de Israel de su derecho a existir es reconocido por Alemania como una «cuestión de Estado», pero «esa razón de Estado alemana se ha convertido en una frase vacía», denuncia la Unión de Estudiantes Judíos en Alemania, que critica a la ministra de Exteriores Annalena Baerbock y su «menguante solidaridad con Israel» en una carta abierta. «La paciencia de la comunidad judía ha llegado a su fin en Alemania», dice la carta, «nos sentimos defraudados y observamos sus declaraciones con creciente preocupación y desilusión»«¿Cómo es posible que, en el mismo período, se vendan armas por valor de 100 millones de euros a Qatar, uno de los partidarios de los asesinos del 7 de octubre?», reprochan, al igual que abstenciones en la ONU y las palabras sobre «escalada» de la ministra alemana cuando Israel mató al jefe de Hizbolá, Hasán Nasralá. 

El Consejo Central de los Judíos «querría ver Alemania militarmente del lado del Estado judío», un tipo de cooperación que Berlín no se plantea. Roderich Kiesewetter, experto en asuntos exteriores y seguridad del grupo parlamentario de la Unión Cristianodemócrata (CDU), considera el posible reabastecimiento de aviones de combate de naciones amigas a Israel como concebible, al igual que el despliegue de aviones Eurofighter para defenderse de los drones iraníes. Sin embargo deja claro que los objetivos en Irán no deben ser atacados por soldados alemanes ni por armas alemanas.

«No hay ninguna prohibición sobre las exportaciones de alemanas armas a Israel, y no la habrá», ha desmentido el Ministerio de Economía los rumores sobre paralización en venta alemana de armas a Tel Aviv como una consecuencia de determinados desafíos legales. Lo cierto es que el Consejo Federal de Seguridad de Alemania, que se reúne en secreto y está presidido por el canciller Olaf Scholz, es el encargado de aprobar estas exportaciones de armas, que han caído en picado desde los 326 millones de euros del año pasado a sólo14,5 millones de enero a agosto de este año.

[03/10/2024: Rosalía Sánchez, corresponsal en Berlín]
 
   Policía detiene una manifestante (pacífica) en Fráncfort [1/10/24]
 
 

 "Frente antisemitismo: ¡Nunca más es Ahora!", Múnich 

   

 
Manifestantes en Madrid el pasado día 5 de Octubre del 2024
 

 
   Hamburgo manifestó su 'Nunca Más es Ahora en Gaza[2/12/23]

 
ANEXO: Balance de un año después del 7/10/2023.-

Sí, conforme, ya conoceríamos 'lo que hay que saber, tras de estos últimos 366 días...' [en últimas palabras literales del diario 'Haaretz' de TelAviv, por ejemplo, cuyo editor -el periodista judío Aluf Benn- acaba de publicar en la revista neoyorquina 'Foreign Affairs' un valioso recopilatorio sobre lo sucedido durante los pasados 12 meses]: "Israel declaró su 'Guerra' después de que Hamas matase al menos a 1.200 israelíes y además hiriera más de 3.300 el 7 de octubre de 2023. Desde aquel día en Gaza, el Ministerio de Salud controlado por Hamas informa de que al menos 41.870 palestinos han muerto... Hamas y la Jihad Islámica Palestina tienen aun como rehenes a más de 120 soldados y civiles, muertos o vivos, incluidos ciudadanos extranjeros. La guerra se produce después de 10 meses de la crisis política y social interna del estado de Israel más importante en décadas, debido a una legislación promovida por el gobierno de Netanyahu destinada a debilitar drásticamente el poder judicial de Israel y potencialmente rescatar a Netanyahu de los tres juicios por corrupción que enfrenta  , y en medio de una escalada de violencias entre palestinos de Cisjordania y los colonos israelíes, estos últimos empoderados por el gobierno más derechista de Israel"

Pero, a todo esto, más allá de tantas 'hazañas bélicas' entre Hamas y las IDF... ¿qué pasa con las mayorías de población civil que sobreviven aun en Palestina... y, teniéndolo todo ello en cuenta, cómo podremos imaginar hacia qué clase de 'días después...' podrían estar siendo conducidos dichos martirizados millones de personas ?
 
 
- Un año después de comenzar el devastador ataque militar de Israel, los palestinos de Gaza se hallan atrapados en un páramo inhabitable. Gran parte de las viviendas y la infraestructura del territorio se han convertido en valles de escombros [¡merece la pena no dejarlos de ver!]... y su entorno natural se ha visto degradado por las bombas, toxinas y los escombros. Omnipresencia de la muerte, el desplazamiento y el hambre ha destrozado las relaciones familiares y comunitarias que conformaban el tejido social de Gaza, con preocupantes implicaciones para el orden público y la rehabilitación. Añadido a la cifra de muertes de palestinos ya reseñadas que sumaron [al menos] 16.756 niños, se cuentan 97.166 heridos y unos 21.000 más desaparecidos también (según datos oficiales, facilitados por la ONU).

- Cisjordania tampoco se ha librado de la ira de Israel. La violencia militar y de los colonos [¡merece la pena tampoco dejarlo de ver!], respaldada por muy altos funcionarios del gobierno israelí, ha ampliado más aun la anexión del territorio, desplazando a cientos de palestinos y capturando tierras añadidas para los asentamientos. El ejército israelí [IDF] ha intensificado sus incursiones en ciudades y campos de refugiados palestinos, aparentemente con el objetivo de atacar a los grupos armados locales, pero infligiendo castigos colectivos a civiles. Los palestinos dentro de Israel y en la diáspora también se ven amenazados por múltiples formas de represión, censura y otros ataques contra su identidad y activismo.
 
 
- El aparato militar de Hamás se ha visto gravemente debilitado por la ofensiva israelí, pero el movimiento sigue políticamente activo. El nombramiento de Sinwar como jefe del politburó, tras el asesinato de Haniyeh, indica una orientación más dura y vínculos más estrechos con Irán. Mientras tanto, el gran empeño de la Autoridad Palestina por conseguir el reconocimiento de su condición de Estado no ha servido de mucho a los palestinos en el terreno. 

- El fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, ha solicitado órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, más el ministro de Defensa, Yoav Gallant, así como contra 3 dirigentes de Hamas (2 de los cuales ahora están asesinados). Y lCorte Internacional de Justicia (CIJ), en conjunto, ordenó series de medidas provisionales en relación con el caso de Sudáfrica acusando a Israel de genocidio, emitiendo una opinión consultiva histórica que incluye considerar definitivamente ilegal toda la ocupación israelí de los territorios palestinos. Los esfuerzos multilaterales en Naciones Unidas (ONU) también buscan aumentar los costos de la ocupación israelí y eludir el veto obstructivo de Washington en el Consejo de Seguridad.
 
 
- La guerra de Israel ha aumentado la presión sobre Fatah y Hamas para que logren un acuerdo de unidad. Antes del 7 de octubre, las dos partes se habían beneficiado en cierta medida de la separación por parte de Israel de Cisjordania y Gaza, lo que les permitió a cada una controlar feudos separados. Ahora una declaración de unidad firmada en Beijing el mes de julio pasado refleja ese creciente interés mutuo, pero aún no se ha traducido en un programa significativo.

Sin embargo, todas estas acciones no servirán de nada mientras Israel siga disfrutando del poder y la impunidad para dictar el destino de los palestinos. Incluso después de un 'alto el fuego', los palestinos tendrán que enfrentarse a otras formas de la 'Nakba', un proceso de desposesión y subyugación que les ha negado sus derechos durante el último siglo...


   Parches usados ​​por soldados israelíes. (fuente: 'Financial Times')