lunes, 13 de noviembre de 2023

¡Si un traidor puede más que unos cuantos que dichos tantos otros no se lo olviden fácilmente!

     
 
Que conste:
  
 
sólo les pido a los míos que lo injusto no me sea indiferente... Y si algunos traidores pudieren más que otros cuantos, que dichos tantos nunca se olviden fácilmente...!"
   


 
    

  


 
 
 
  


8 comentarios:

  1. De acuerdo... pero déjese imperecedera constancia para los nombres y apellidos de las citadas "Señorías", que les persiga luego arrastrando memoria histórica de su felonía!

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    AUTOGOLPE DE ESTADO

    Para un aspirante a tirano hay dos modos de sortear los límites constitucionales. El primero es obtener una mayoría abrumadora que le permita la reforma mediante el procedimiento establecido. El segundo, más sencillo, es controlar el Tribunal Constitucional para que califique de constitucional lo que no lo es, como hizo Chávez cuando copó el Tribunal Supremo de Venezuela en 2004 (según lo denunciara 'Human Rights Watch', “la característica definitoria de esa presidencia era el desprecio manifiesto del principio de separación de poderes”). Sánchez comparte este desprecio y cuenta desde principios del 2023 en el Tribunal Constitucional con un grupo de inescrupulosos “magistrados” dirigidos por quien se comporta como un comisario político con ínfulas de jurista astuto, de modo que resulta difícil defender que en España exista ya un Tribunal Constitucional digno de tal nombre y no uno que actúa como si fuera un títere del gobierno, al estilo venezolano.

    No se olvide cómo Sánchez anticipó hace más de un mes que todos los acuerdos con los independentistas serían “validados por el Tribunal Constitucional” en caso de que la oposición los recurriera; “No tengan ninguna duda”, remató ['La Vanguardia', 6/10/23]. Ésta es la obscena culminación de décadas de abuso por parte de los dos grandes partidos en su voluntad de socavar la independencia del poder judicial mediante un sistema de “cuotas” ajeno al espíritu de la Constitución...

    ¿Ha participado el presidente de dicho tribunal en la preparación de una ley negociada entre el gobierno y un prófugo de la Justicia ['Libertad Digital', 8/10/23]? ¿Pero qué burla es ésta? En definitiva, estamos ante un intento de autogolpe precursor de una disolución acelerada del orden vigente que pretende desestabilizar el sistema y anular cualquier resistencia institucional. Sin embargo, esta verdadera traición no es sólo obra de un individuo, sino también del partido que lo apoya. El PSOE...

    Naturalmente, muchos cuadros socialistas son moderados y algunos incluso aparentan escandalizarse en un inconsecuente ejercicio de fariseísmo, pues al final callan y votan en fila india. Su lealtad al partido y, sobre todo, al pesebre, es mucho mayor que su lealtad a España o a su juramento constitucional, y con su clamoroso silencio se convierten en cómplices de la destrucción puesta en marcha por su líder. Por lo tanto, hablar de “Sanchismo” como algo “radical” distinto de un PSOE “moderado” es un ejercicio de voluntarismo que favorece a Sánchez, pues el votante vota a la marca PSOE y no a la marca Sánchez...

    Entendido este punto, asombra la falta de lucidez del líder de la no-oposición, que se pasó toda la campaña blanqueando al PSOE y demonizando a su propio socio. Para darle un aura de legitimidad a su autogolpe, el tirano necesitará una oposición de cartón piedra que finja que vivimos una normalidad legal cuando ya no es así...

    Si constantemente se miente como bellaco a los votantes, el voto se convierte en un fraude. Si los delincuentes son amnistiados por convenirle al presidente, la igualdad ante la ley es un engaño. Si los tribunales obedecen al poder político retorciendo la ley, la justicia muere. Y si para unos pocos no hay reglas y todo vale mientras que para los demás es lo contrario, la iniquidad comienza a resultar intolerable...

    Fernando del Pino [ www.fpcs.es/ ]
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  3. EL TIRANO DE LAS LEYES Y SU ATRECISTA OCULTO

    Escribía Pemán que el concepto maquiavélico de la 'razón de Estado' no es otra cosa, a la postre, sino una 'real gana' para que el gobernante pueda actuar cómodamente según sus conveniencias y al margen de la moral. Pero esta 'razón de Estado' que no es sino 'REAL GANA' del gobernante es tan cruda que tiene que disfrazarse con hipocresías diversas de apariencia antimaquiavélica, como hizo el doctor Sánchez invocando ('risum teneatis') la «concordia» y «convivencia» y otras paparruchas limítrofes para justificar la amnistía que se dispone a conceder al errabundo Puigdemont y a sus compañeros mártires. En otro momento menos hipócrita, sin embargo, el doctor Sánchez, ese lobezno maquiavélico vestido con la piel del corderito Norit, reconoció:

    —Lo hago para evitar que la derecha y la extrema derecha lleguen al poder en España.

    De este modo, la 'real gana' del doctor Sánchez se erige en 'RAZÓN DE ESTADO' que nos devuelve al errabundo Puigdemont convertido en un prohombre de Estado, a la vez que nos libra generosamente de los demonios de la derecha y la extrema derecha. Pero con esta amnistía del doctor Sánchez no se conculca el Régimen del 78; pues la más auténtica 'razón de Estado' del nihilista Régimen del 78 –como ya hemos explicado en un artículo anterior– no es otra sino que los medios justifiquen los fines; o sea, que la acción política se desenvuelva con arreglo a determinadas fórmulas, con trámites y plazos y mayorías y tiquismiquis y por el culo te la hinco. Así se han legalizado en España las aberraciones más alevosas; y así se va a aprobar esta amnistía, para que el Régimen del 78, solterón y cuarentón, puede por fin irse de farra. Se debe combatir cívicamente esta amnistía, desde luego; pero combatirla sin atender a sus causas, o confundiéndolas, resulta mucho más grave que no combatirla. Si las manifestaciones y concentraciones enarbolan el 'orden constitucional' debemos desconfiar de ellas; pues, bajo la fachada de aspaviento y jeribeque, no buscarán otra cosa sino apuntalar y reforzar el Régimen que nos han conducido a la calamidad presente; el Régimen que reglamenta exhaustivamente el ejercicio del poder (medios), para que se puedan alcanzar tranquilamente los fines más inmorales.

    Afirmaba Aristóteles que la política debe estar orientada al bien común; y Platón nos advertía que el mayor enemigo de la ciudad es el «TIRANO DE LAS LEYES», el gobernante que «esclaviza las leyes poniéndolas bajo el imperio de los hombres, sometiendo la ciudad a los intereses de una facción».

    ... ... ... [continuará]

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    1. [continúa] ... ... ...

      Y contra este «tirano de las leyes» que, al ordenar la política hacia su bien particular, pierde la legitimidad de ejercicio se debe actuar, en ejercicio de legítima defensa, como contra el enemigo externo que nos ataca. Santo Tomás, glosando a Aristóteles, lo explica a las mil maravillas, considerando que el sedicioso no es el pueblo que se revuelve contra el tirano, sino que «el sedicioso es más bien el tirano, el cual alienta las discordias y sediciones en el pueblo que le está sometido, a efectos de dominar con más seguridad. Eso es propiamente lo tiránico, ya que está ordenado al bien de quien detenta el poder en detrimento de la multitud».

      Por supuesto, en la respuesta del pueblo al «tirano de las leyes» debe haber causa justa, medios lícitos y un fin proporcionado. Pero quienes pastorean la respuesta del pueblo a este «tirano de las leyes» nos dicen que en las protestas no debe ni siquiera encenderse una bengala, por no parecer 'violentos'. Debemos ser especialmente cuidadosos en enjuiciar quiénes son los que tratan de pastorear las protestas populares contra el «tirano de las leyes», no sea que en realidad sean los mismos perros con distintos collares, deseosos de encadenarnos al nihilista Régimen del 78 que nos ha conducido a tanta pudrición y laceria. También debemos considerar que, detrás de un «tirano de las leyes» como el doctor Sánchez, hay siempre un atrecista escondido o en la sombra. En las revoluciones modernas, por ejemplo, tras la fachada populachera, había grupos minoritarios y compactos que conspiraban para encaramarse al poder. También la maniobra del doctor Sánchez tiene, por supuesto, sus ATRECISTAS, QUE NO SON EL ERRABUNDO PUIGDEMONT NI SUS COMPAÑÍAS mártires, ni tampoco los líderes de los otros partidos políticos que lo apoyan, ávidos de alcanzar sus intereses sectarios. Esos atrecistas son élites o minorías ocultas de naturaleza plutocrática, que han hallado en el doctor Sánchez el más aplicado ejecutor de su agenda.

      El doctor Sánchez, a la postre, no es más que un inescrupuloso tirillas, capaz de cualquier pirueta por retener el poder. Pero son esas élites ocultas las que, ejerciendo su 'real gana', van a permitir que gobierne esclavizando las leyes, pues el doctor Sánchez les asegura poder LLEVAR A CABO SU AGENDA CON UNA PAZ SOCIAL TAN SEPUCLCRAL como la mismísima paz de los cementerios. Si estas élites no lo quisieran, el doctor Sánchez, en lugar de conceder la amnistía al errabundo Puigdemont, habría salido envuelto en la bandera de España y convocado nuevas elecciones; y, si se hubiese resistido, esas mismas élites lo habrían reducido instantáneamente a fosfatina, mostrando lo que el ingenio llamado Pegasus le birló del teléfono móvil o haciéndole cualquier otra barrabasada que lo mandase al basurero cósmico de la Historia.

      Dejémonos de monsergas. El doctor Sánchez va a gobernar con apoyo del errabundo Puigdemont y demás compañeros mártires porque las ÉLITES QUE MANEJAN LOS HILOS en el Régimen del 78 así lo desean.

      Juan Manuel de Prada

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  4. TODOS LOS COLORES DEL INCENDIO

    El boscoso paisaje otoñal que observo desde mi ventana reúne toda la variedad cromática de una naturaleza que va cambiando día a día mientras, en su caótica dinámica, avanza hacia un invierno de grises y ocres en el que esa algarabía de tonalidades se verá transformada.

    Podría decirse que lo que contemplamos es una metáfora de nuestra sociedad, pues en ella cabe una inusitada variedad de individuos, cada uno con sus costumbres, sus ideas, sus múltiples identidades entremezcladas, su posición política. Todos los colores están ahí y se resisten a trastocarse en una masa homogénea que anule esos matices que reflejan su libertad, su derecho a ser tratados como iguales ante el poder, su inclinación natural a preocuparse de los otros y solidarizarse con ellos en la tribulación.

    Pero las circunstancias políticas nos conducen ahora, después de un fullero proceso electoral, hacia la negación de aquel irisado cromatismo que creíamos sólido y que amenaza con revolverse en arrebatador siniestro. Pues, en efecto, el curso de las oscuras y dilatadas negociaciones que han llevado a Sánchez a ocupar la tribuna de la investidura, con su amnistía, sus dispendiosas promesas de privilegio económico para los nacionalistas vascos y catalanes, sus irracionales transferencias competenciales a esos mismos, que amenazan con vaciar el Estado e instaurar un reino de desigualdad, han derivado en un fuego que se alimenta de la polarización y el enfrentamiento entre los españoles.

    Esto no es el apacible y plomizo invierno que preludia una naturaleza que pausadamente, a medida que se alargan los días, eclosionará en una primavera de luz y renovados pigmentos. No, estos son todos los colores de un incendio que amenaza con llevarse por delante las instituciones políticas, con deshacer la trabajosa unidad de España, construida en siglos de conflicto y de concordia, con conducirnos a una senda de decadencia que nos aleje de Europa aún más de lo que ahora constatamos y, tal vez, a adentrarnos en un siniestro régimen de limitación de nuestras libertades.

    Por eso importa, en este momento, arrimar el hombro para frenar el inicuo programa que dibujan los múltiples pactos a los que, en la legislatura que comienza, está sometido un gobierno que, paradójicamente, se encamina a la suspensión del progreso.

    Mikel Buesa

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  5. EL DILEMA DE MITILENE

    Allá por el año 427 a.C. la Asamblea de Atenas se enfrentó a una ardua decisión. La ciudad de Mitilene, situada en la isla de Lesbos, y gobernada por un partido oligárquico y nacionalista, se había sublevado contra la liga de Delos, inspirada y dirigida por la democrática Atenas. Para ello se apoyó en su enemiga, Esparta, que lideraba la denominada liga del Peloponeso. Los atenienses, gracias al vigor de su ciudadanía y de su flota, y con el concurso de los mitileneos opuestos a la oligarquía local, hicieron capitular a los rebeldes. Lo que en la Asamblea ateniense se debatía era cómo había de procederse con Mitilene por su deslealtad... Es decir, si Atenas debía o no conducirse con clemencia.

    La respuesta más áspera la encarnó en el debate un orador de tono bronco, pero con gran capacidad de arrastre, Cleón, que se mostró partidario de la mano dura con la ciudad que aliándose con Esparta había puesto en grave peligro la causa de Atenas. «La piedad –cuenta Tucídides que alegó ante la Asamblea– es justo que sea el pago que se dé a gentes que estén animadas del mismo sentimiento, y no a gentes que no corresponderán con idéntica compasión y que, de necesidad, son siempre enemigos». Sobre esta premisa, acabó Cleón interpelando a la Asamblea con estas palabras cargadas de intención: «Reflexionad sobre lo que ellos verosímilmente hubieran hecho si os hubieran vencido, tanto más cuanto que fueron ellos los primeros en cometer injusticia».

    Frente a esta postura, tomó la palabra Diódoto, un orador diestro en el razonamiento y de carácter mucho más templado. Se inclinó desde el principio por mostrar hacia los insurrectos y ahora vencidos la mayor indulgencia posible, no sólo porque era interés de Atenas preservar a Mitilene, sino también para lanzar el mensaje de que los atenienses podían acoger de nuevo a su lado a los que se habían alzado contra ellos. «Tened en cuenta –es también Tucídides quien recoge sus palabras– que actualmente si una ciudad que se ha rebelado comprende que no va a triunfar, puede llegar a un acuerdo», pero «con el otro sistema ¿qué ciudad según vosotros, no se preparará mejor que ahora y no soportará el asedio hasta el final?». Y como hiciera su oponente, terminó apelando a la Asamblea con razones de singular calado: «Aunque sean culpables, debemos fingir que no lo son (…). Y pienso que para el mantenimiento del imperio es mucho más útil el hecho de que nosotros suframos de buen grado una injusticia que aniquilar con justicia a aquellos cuya destrucción no nos conviene»...

    La ley de amnistía pactada por el PSOE con Junts y ERC a cambio de la investidura de Pedro Sánchez, y que, como esta misma, resulta previsible que reciba el respaldo de la mayoría del Congreso de los Diputados, parece representar el triunfo final de la tesis de Diódoto acerca de nuestra Mitilene particular. Antes de nada, interesa aclarar que el refrendo mayoritario de la Cámara confiere legitimidad democrática a la solución, y que el cauce para impugnarla, si es que a pesar de esa legitimidad se considera que es antijurídica y lesiva, no puede ser otro que el recurso a las vías legalmente previstas y a los mecanismos democráticos para en su caso promover, cuando toque, la alternancia en el poder.

    ... ... ... [continuará]

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    1. [es continuación] ... ... ...

      No debe pues caerse en la tentación de propalar mensajes desaforados o apocalípticos, y menos aún de alentar o justificar el recurso a violencias como las que en su día acarrearon justas imputaciones penales a los independentistas. Tampoco es crucial en este punto dilucidar si la amnistía cabe en la Constitución, porque argumentos jurídicos pueden encontrarse a favor y en contra, si se considera el asunto en abstracto y a la luz de los precedentes constitucionales propios y de nuestro entorno. Y se me permitirá que no me sume a las descalificaciones personales ni a la presunción de deshonestidad de las motivaciones, por muy oportunistas que parezcan ciertos virajes. No es útil, como diría Diódoto, entrar en atribuciones subjetivas de culpabilidad.

      La cuestión esencial aquí es que la medida de gracia, lejos de contribuir a robustecer a la sociedad que la concede, en primera instancia la tensiona y envenena, sin que los beneficiarios de la amnistía hayan hecho, ni parezcan dispuestos a hacer, el menor esfuerzo mitigatorio. Antes bien festejan –y no lo ocultan– que se extienda a los españoles la fractura que el independentismo provocó entre los catalanes. Por otra parte, es una concesión de índole extrema –por el agravio penal comparativo– a cambio de prácticamente nada. La amnistía es irreversible; la renuncia a la unilateralidad –en el caso que se entienda hecha, lo que requiere algún esfuerzo hermenéutico– puede revertirse a conveniencia. De hecho, desde Junts ya han dicho que en cuanto interpreten que el PSOE incumple el acuerdo lo darán por amortizado.

      La Asamblea ateniense respaldó la moción de Diódoto, y en ese momento no fue mala solución. Cabe preguntarse si habría sido ese su voto si Diódoto hubiera propuesto a Atenas privilegiar a los oligarcas de Mitilene, contra la cohesión de los atenienses y con ninguneo de los mitileneos afectos. Y si esta ley de nuestra Asamblea, donde a diferencia de la ateniense votan quienes no se identifican con la polis, tendrá un resultado satisfactorio.

      Cuando menos, no parece descabellado ponerlo en duda.

      Lorenzo Silva

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  6. PINOCHET VIDELA Y PUIGDEMONT: los paralelismos entre las 'Auto-Amnistías Democráticas'.

    Amnistías ha habido muchas en la historia, pero Auto-Amnistías, es decir, gobiernos, regímenes, políticos amnistiándose a sí mismos, como Pedro Sánchez con Carles Puigdemont, es decir, un político que amnistía a otro político que es su socio e imprescindible para gobernar, no. El referente que señalan los juristas son las dictaduras militares de extrema derecha de Augusto Pinochet y de Jorge Videla en Chile y Argentina, respectivamente. Conocidas como autoamnistías democráticas porque además de ser una amnistía a uno mismo, estas normas, con distintos grados de connivencia o intentos de supresión, fueron refrendadas por gobiernos democráticos.

    El régimen de Pinochet aprobó una Ley de Amnistía en 1978 en Chile para proteger del procesamiento judicial a aquellas personas sospechosas de haber cometido violaciones de derechos humanos entre el 11 de septiembre de 1973 en el que dio el golpe de Estado y el 10 de marzo de 1978. En Argentina, hubo una Ley de Amnistía de auto-exculpación de los regímenes militares autoritarios entre 1966 y 1973 y una segunda de la dictadura de Videla entre 1976 y 1981.

    Un precedente que aprecian argentinos y chilenos en nuestro país: los más jóvenes, conocedores de su historia, y sobre todo, sus padres y abuelos, que se exiliaron. También los españoles simpatizantes con los represaliados por estas dictaduras, que eran los que se oponían a Franco, muchos muy próximos al PSOE. Algunos de estos son los socialistas que ahora están en contra de la amnistía. Nombres próximos al PSOE como Enrique Bacigalupo y Baltasar Garzón han luchado además contra estas autoamnistías. Enrique Bacigalupo -ex magistrado del Tribunal Supremo español y padre del consejero de la CNMV y marido de Teresa Ribera Mariano Bacigalupo- en el Gobierno del peronista Héctor Cámpora en Argentina; y Baltasar Garzón para procesar a Pinochet 20 años después de su autoamnistía.

    Ni Bacigalupo, que poco después se exilió de Argentina, ni Garzón tuvieron mucho éxito. Cámpora cayó en Argentina y el siguiente dirigente no autoritario, Raúl Alfonsín, dedicó enormes esfuerzos jurídicos a intentar revertir la autoamnistía de Videla. Garzón logró mantener bajo arresto domiciliario a Pinochet en Londres, donde había acudido para recibir tratamiento médico, entre octubre de 1998 y marzo de 2000, acusado de violaciones de derechos humanos en Chile, con cargos que incluían 94 denuncias de tortura de ciudadanos españoles, el asesinato en 1975 del diplomático español Carmelo Soria y conspiración para cometer tortura. Finalmente, Reino Unido decidió no extraditar a Pinochet a España por razones humanitarias y volvió a Chile, donde murió en 2006 sin haber sido procesado.

    José Manuel Vera Santos, catedrático de Derecho Constitucional, ve "excepcional la amnistía que promueve Sánchez y sin referentes, salvo los latinoamericanos por tratarse de una amnistía para uno mismo o los suyos". José Manuel Sala Arquer, catedrático de Derecho Administrativo, advierte de que la Exposición de Motivos de la Proposición de Ley de Amnistía, que califica de "fake" y de "autoexculpación preventiva", pone ejemplos de amnistías en Italia, Francia y Alemania, tras la Segunda guerra mundial y la de Argelia, que "no tienen nada que ver por tratarse de verdaderos cambios de régimen tras guerras, circunstancias muy excepcionales, en los que se amnistía a ciudadanos anónimos, no a políticos como aquí".

    ... ... ... [continuará]

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