viernes, 8 de abril de 2011

Tras quienes nunca, ya, podremos más tener

 
"Dicen que cada hombre elige su destino, ¡cómo se ríen al oir eso los dioses!" oímos en -un veraz prólogo que, antes de pasar a sus más aceradas citas del 'Apocalipsis' de San Juan entre imaginerías del 'Jardín de las delicias' por [Jeroen Anthoniszoon van Aeken, alias] Hieronymus 'el Bosc[h]o', abre...- 'La página en blanco' de Pilar Jurado; ¡y nadie le podría quitar razón! Pero ello no significa que la voluntad de nuestros esfuerzos carezca de sentidos, por muy patético que pueda terminar siendo el resultado en ciertos casos -para cualquier 'aprendiz de brujo', al que le crezcan sus criaturas, o 'pájaros en las mentes' que llegaren a tomar cuerpo- cuando los cielos le concedan sus anhelos: pese a todo aun siempre, todavía, "el futuro es una página en blanco"...
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Por eso no debe convencernos un -demasiadas veces 'In memoriam' entre nosotros reiterado...- Schicksalslied’ (canción del Destino), opus 54 de Johannes Brahms sobre letra de Friedrich Hölderlin: “¡Andáis arriba, en la luz, / por blando suelo, genios felices! / Espléndidas brisas divinas / os rozan apenas, / como los dedos de la artista / las cuerdas sagradas. / / Carentes de destino, como el niño / dormido, respiran los celestes / ... / / Pero a nosotros no nos es dado / descansar en ninguna parte; / desaparecen, sufren / los hombres, caen / ciegamente de una / hora en otra, / como agua, de roca / en roca arrojada / durante años a la incertidumbre.”
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Si acaso, más consolador sería sustituírnoslo, en casi todas las ocasiones al menos; por ejemplo con otro Wanderers Nacht lied’ (Canto del Caminante Nocturno), D. 768 de Franz Schubert para original libreto del eximio romántico, Johann Wolfgang von Goethe: “Sobre todas las cumbres / reina la calma, / en ninguna copa / percibes apenas / ya ni un hálito: / los pajarillos del bosque callaron. / ¡Aguarda un instante, pronto / descansarás tú también!”
   
Y de tantos Requiem como solemos escuchar aquí entre abundantes celebraciones religiosas funerarias, probablemente nada pudiérenos parecer menos postizo que aquel sentido grito cuasiblasfemando inicial –¡Taedet animam mean!- ante ‘Officium Defunctorum’ del genial polífónico abulense (fallecido hace ahora 400 años) Tomás Luis de Victoria; corresponde al libro de Job, ese dizque ‘paciente’ bíblico de quien sólo retener suele quererse otra 'Santa Resignación...' en su “el Señor me lo dio todo… y luego Él me lo quitó” celebérrimo resumida, paradójica mente:

“Daré rienda suelta a mis quejas; hablaré con la amargura de mi alma. Le diré a Dios: ¡no condenes; hazme comprender por qué me juzgas así! ¿Te parece bien ese oprimirnos y desechar la obra de tu mano mientras resplandeces ante los consejos del malvado? ¿Acaso son tus ojos humanos? ¿Acaso ves como ven los hombres? ¿Son tus días como los de un hombre; o tus años, como los del mortal, para que nos indagues cualquier iniquidad y rebusques entre mis pecados? Tú sabes que yo no soy culpable, pero no hay quien me libre de tus manos.”
  
Con todo, lo mejor en ocasiones del Obituario cabría encontrarlo en un 'mantra' formado por esta trilogía de Ludwig van Beethoven:

- Elegischer Gesang’ (Canción Elegíaca), opus –langsam...- 118, tras poema de Johann Baptist Freiherr von Pasqualati: “Dulcemente como viviste / te has consumado, / ¡demasiado bendito para sufrir! / Ningún ojo llora porque tu santo espíritu / retorna a la casa celestial. / Dulcemente, dulcemente como viviste, / te has consumado.”

- ‘Meeresstille…’ (Mar en calma…), op. 112 –sostenuto- con texto de J. W von Goethe: “Profunda quietud reina en las aguas, / la mar permanece inmóvil / y el navegante inquieto examina / esa lisa llanura que lo rodea. / / ¡Ninguna brisa de ningún lado! / ¡Calma terrible, mortal! / En tan enorme extensión / ni una ola se agita.”

- ‘… und Glückliche Fahrt’ (… y Próspero viaje), idem. op. 112 –allegro vivace- también para el mismo Goethe: “La bruma se disipa, / el cielo se ilumina, / y Eolo afloja / sus -espantosas- ligaduras. / / El viento susurra; / los marinos despabilan: / ‘¡deprisa!, ¡deprisa!’. / Las olas se apartan / y abren un horizonte / visto, ya, próximo: ‘¡¡Tierra!!’...”
  
Al fin y al cabo es inevitable lo que, generalizando mucho, tan bien dejó aclarado Alfonso Chase (Cartago, de Costa Rica, 1944-...) en su 'Elegía':

... Cuando dos que se han amado se separan / –para siempre- / algo se quiebra en el orden interno / de la noche. / Una mano llama al guante ya perdido / y un hálito / se posa tibiamente en la heredad / del árbol. / /
  
... / / Cuando dos que se aman –todavía- / se separan / algo los cubre suavemente / y un lenguaje tácito se nace / en el sitio en que esos dos dejaron / la recíproca tortura de olvidarse. / Algo envejece para siempre sobre el aire. / Posiblemente, si se suicida un ángel es de tristeza

2 comentarios:

  1. Las mayores claridades, tras tanta tradición de palabras, terminaremos encontrándolas entre lo más actual; como nos cantó la grandísima soprano Caroline Stein el mes pasado -desde "Retrato V, sobre música estadounidense del siglo XXI" (CNDM)- junto a Christian Baldini, estrenando éste su "As If Making a Confession" en 'Plural Ensemble', con unos versos debidos al inolvidable Percy Bysshe Shelley:

    - "A UNA ALONDRA (hasta que apenas podemos verla mas, aun, percibimos cómo sigue ahí) = ... Miramos al futuro o el pasado / y, por lo que no es, penamos: / ... / son de mayores dulzuras aquellas canciones que hablan / sobre nuestros más tristes pensamientos. / / Si una mitad me revelases de las alegrías / que logras conocer, solo, / tal armoniosa locura / fluiría de mis labios / que debería escuchar el mundo; así, / como escuchándote yo estoy ahora."

    [ "TO A SKYLARK (Until we hardly see – we feel that it is there) = ... We look before and after, / and pine for what is not: / ... / our sweetest songs are those that tell / of saddest thought. / / Teach me half the gladness / that thy brain must know; / such harmonious madness / from my lips would flow, / the world should listen then - / as I am listening now." ]

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  2. Las pérdidas se llevan mal, sobre todo las de personas. Tarea la nuestra la de aceptarlas sin sangrar en exceso.
    Un abrazo ¿Dónde andas?

    PAQUITA

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