Pudimos ya no faltar al 'pase único' para Bohemia Express -que organiza el Centro checo en ‘La Buena Vida’- del acá tan recomendado 'Sobrevivir...' con un impar Svankmajer, peli distinta de cualquier otra (salvo quizás 'Eraser Head', en cierta manera) aunque dígase 'Comedia psicoanalítica'; y desde luego nada rechable para mayorías, pese al uso básico de 'animación'. Comenzaba presentada por el autor con una pertinentísima cita del -físico- experimental Georg Christoph Lichtenberg, programátic@: “Sólo a través de alguna reconciliación entre sueños y realidad podrá tomar la vida humana toda su plenitud... y nuestra sociedad no se fía del sueño que no capitalizable pueda serle”.
Pero además hubo mucha suerte pues, tras proyectar sus 50 primeros minutos, fallaba la técnica reproductora y... las checas nos prometieron repetirla otra vez, mas completa: ¡para no perdérselo!
Surviving Life - Theory and Practice (106 min.)
TÍTULO ORIGINAL: Prezít svuj zivot (teorie a praxe)
GUIÓN - Jan Svankmajer
MÚSICA - Aleksandr Glazunov
FOTOGRAFÍA - Juraj Galvánek, Jan Ruzicka
PRODUCTORA - Copr. Rep.Chec-Eslov; Athanor/C-GaFilm/CeskáTeleviz/UPP
SINOPSIS -Evzen, ya maduro, descubre un medio para visitar en cualquier momento sus sueños, que su psicoanalista intenta interpretar. Así, Evzen hurga en su infancia y en su relación con su padre y su madre suicida, pero su mujer lo obliga a elegir entre Sueño y realidad. Entonces, elige vivir en sueños para siempre (FILMAFFINITY) .
RESEÑA-
No falta en un argumento trufado de referencias edípicas, la presencia de una entidad moral que enjuicia (y pone no pocas zancadillas) al protagonista; un Superego representado, de forma irónica, por una mendiga arisca que transita con un carro infantil por el desolado paisaje en el que se ha convertido el Subconsciente de Eugene, gritando a los cuatro vientos su condición megalómana.
No falta en un argumento trufado de referencias edípicas, la presencia de una entidad moral que enjuicia (y pone no pocas zancadillas) al protagonista; un Superego representado, de forma irónica, por una mendiga arisca que transita con un carro infantil por el desolado paisaje en el que se ha convertido el Subconsciente de Eugene, gritando a los cuatro vientos su condición megalómana.
Ranas, melones, huevos y manos aplaudiendo completan la particular cosmogonía iconográfica en la última de las películas de Svankmajer, también la más accesible, una comedia que, como el propio autor checo admite en el prólogo (con una presentación que le emparenta, también en sus intenciones provocadoras, a William Castle), bien podía no serlo a medida que hunde su escalpelo por las entrañas subconscientes de su protagonista.
Una película sesudamente imaginativa que va perdiendo su capacidad de sorpresa a medida que va revelando sus cartas, casi todas formales, pero no su condición de obra inteligente y distinta construida alrededor de la Memoria y sus vacíos existenciales. Y es que nunca antes una película de indudables pretensiones terapéuticas se presentó con un acabado estético tan desbordante. No podría ser de otro modo cuando uno habla de Jan Svankmajer.
"Svankmajer, el alquimista":
Varios biógrafos y críticos han señalado ya insistentemente la coincidencia entre año fundacional del Grupo Surrealista Checo y el nacimiento de Jan Svankmajer: 1934. Coincidencia profética, por cuanto ambos sucesos, ocurridos en Praga, iban a estar ligados de manera definitiva, pues la vida que al cabo hizo suya el cineasta checo, así como su obra, que ya supera la treintena de películas, ha estado estrechamente ligada a esa coalición de creadores, que aún persiste en la República Checa.
Varios biógrafos y críticos han señalado ya insistentemente la coincidencia entre año fundacional del Grupo Surrealista Checo y el nacimiento de Jan Svankmajer: 1934. Coincidencia profética, por cuanto ambos sucesos, ocurridos en Praga, iban a estar ligados de manera definitiva, pues la vida que al cabo hizo suya el cineasta checo, así como su obra, que ya supera la treintena de películas, ha estado estrechamente ligada a esa coalición de creadores, que aún persiste en la República Checa.
Mas, he aquí la primera paradoja: aún calificado e incluso etiquetado como un cineasta surrealista, Svankmajer escapa una vez y otra de semejantes reduccionismos. No es la suya una estética fácilmente encasillable. Él mismo se ha ocupado de disentir de cada credo: “Las religiones organizadas crearon su Santidad, la canonizaron e institucionalizaron para utilizarla como una porra con la cual reunir a sus ovejas dentro de la esclavitud del dogma. En oposición a ello, la poesía y la imaginación crearon la Fantasía, la cual abre las puertas a la libertad.”
Luego, desde su propia idea de “lo surreal” parte una entre las claves esenciales para entenderlo. Durante una entrevista con Wendy Jackson, a propósito de su gran película ‘Spiklenci slasti’ (o sea, ‘Conspiradores del placer’, 1996), declaró: “Para caracterizar el Surrealismo, puede decirse que es el Romanticismo del siglo XX; cada período romántico expresa tres elementos: Amor, Libertad y Poesía.”
Por lo tanto, no se trata en su caso de un juego con los resortes del absurdo y la matemática del inconsciente o la maquinaria de relojería del pensamiento mecánico. Jan Svankmajer nos obliga a reparar en que, un poco según Alejo Carpentier (prólogo a ‘El reino de este mundo’, La Habana, Cuba, 1962), “lo maravilloso comienza a serlo -de manera inequívoca- cuando surge, tras alguna inesperable alteración en la realidad (el milagro), desde una revelación privilegiada para tal realidad en alguna iluminación inhabitual o singular mente favorecedora de su inadvertida riqueza. Por una ampliación de sus escalas y categorías, percibidas con particular intensidad en virtud de cualquier Exaltación del espíritu que la conduce a un modo del ‘estado límite’…”
REVELACIÓN DE VERDADES OCULTAS
ResponderEliminarEn mayo de 1933, el compositor polaco Karol Szymanowski visitó Madrid para hablar sobre el futuro de la cultura en la Residencia de Estudiantes, dentro de una reunión del Instituto de Cooperación Intelectual de la Sociedad de Naciones. Refiriéndose al foco de su actividad creadora afirmó: "Es precisamente la música, con su elemento abstracto y trascendental la que, al actuar de esa forma tan directa sobre la sensibilidad humana, crea ese clima único en el que las verdades ocultas parecen revelarse".
No sé si Krzysztof Warlikowski conocía este pensamiento del compositor, pero la puesta en escena que han propuesto para "El rey Roger" sigue al pie de la letra en sentido teatral lo que Szymanowski esperaba que debía transmitir su música, es decir, la revelación de verdades ocultas.
Tampoco se limita el equipo escénico a una lectura naturalista. En una obra que habla del deseo, de la duda, de anhelos latentes y del misterio de la existencia, un planteamiento descriptivo sin más habría sido insuficiente. Hay un tono inquietante en todo lo que se está contando. A veces, hasta con su alucinación, rompiendo las barreras entre el Sueño y la Realidad, entre las fuerzas inconscientes y la imposibilidad de certezas inmediatas.
Entre los diferentes círculos concéntricos en los que se sitúa la narración hay también una lectura política, desde la inflexibilidad y autoritarismo que muestran los coros en el primer acto, hasta el elogio al consumismo en el que desembocan las doctrinas de los falsos profetas, con esos juegos y disfraces turbadores a lo Mickey Mouse. Las imágenes se mueven a nivel de sugerencias y el espectador tiene que componer su propia interpretación. Se puede apoyar en Eurípides, en Nietzsche o en la fascinación del Sur. O dejarse llevar por la propia música y sus evocaciones.
De los 6 cantantes principales ayer en Madrid, 5 estuvieron en el estreno de esta producción en París en junio de 2009. Especialmente ovacionados fueron Olga Pasichnyk como Roxana y Mariusz Kwiecien como Rey Roger, pero también estuvieron muy en sus papeles Will Hartmann como el Pastor y Stefan Margita como Edrisi. Los coros hacen también un gran trabajo, incluso el de voces jóvenes. Con todos estos factores interrelacionados, la representación alcanzó altas cotas de calidad.
"El rey Roger" es un espectáculo complejo, pero magníficamente resuelto. El público siguió la velada con respeto y concentración. Comparando las 'premières' de París y Madrid el éxito fue mayor en el Real que en la Bastilla. Unas protestas aisladas a los responsables escénicos no empañan lo más mínimo el clima de comprensión y hasta de éxito. La revelación de verdades ocultas tiene un magnetismo especial.
(J. Á. VELA DEL CAMPO, en 'El País' de hoy)
Tras todo el sempiterno Cainismo, interminable, sólo cabrá Civilización con alguna moderna Democracia; o sea, en Libertades e Igualdades... para nuestra ‘Búsqueda de Felicidad'... o/y la 'FRATERNIDAD'... como ya tan bien el dieciochesco Siglo de las Luces formuló.
ResponderEliminarPero se preguntaba Máximo Gorki –en su ‘Veraneantes’- “por qué solemos traducir las incertidumbres hacia miedo” en vez de como curiosidad, expectativas u otro antidoto frente a la depresión.
Y Miguel del Arco, el director -al mismo tiempo que adaptador- de dicha obra para representación en La Abadía madrileña, continúa con su reflexión: “Del axioma ‘el verano es un tiempo feliz’, sólo me queda claro lo que es el verano. La medida del tiempo y la felicidad son tan subjetivas y admiten tantas interpretaciones como personas quieran pensar al respecto.
La humanidad ‘progresa’ de una forma increíble, otro axioma difícilmente discutible a no ser que uno se detenga en el verbo... Progresar es acción de ir hacia delante. ¿Vamos así? ¿Con respecto a qué? Progresar, según la RAE, es tambien perfeccionarse. ¿Qué estamos perfeccionando? J. L. Sampedro decía en una entrevista que ‘la humanidad ha progresado de una forma fabulosa pero no hemos aprendido a vivir en paz, a convivir, a no matar al vecino’.
Todas estas cuestiones nos llevaron a la obra de Gorki. Cuando su estreno, en 1904, Rusia se agitaba con la idea de poder aceptar la utopía como base de todo progreso, de emprender una revolución que partiera de la dignidad del ser humano. Hoy sabemos el resultado de aquella Revolución y nos permitimos pensar en ella, con cierta displicencia, como tiempo de barbarie donde los seres humanos daban palos de ciego buscando aquella magnífica modernidad de la que nosotros disfrutamos.
¿Qué nos convierte en sociedad moderna más allá del paso del tiempo y de sus adelantos técnicos? ¿En qué progresamos? ¿Hemos solventado injusticia, miseria, desigualdad, guerra, terror, intolerancia? Ya ni siquiera creemos que una revolución sea posible, por mucho que algunos países árabes intenten convencernos de lo contrario luchando contra los sátrapas que nuestras progresistas y modernísimas sociedades occidentales contribuyeron a crear buscando su propio beneficio.
El dinero manda y lo aceptamos como un axioma más. Es el sistema que nos rige y no tiene alternativa... ¿No la tiene? ¿En serio debemos aceptar como inevitable un sistema que ahonda de forma cada vez más salvaje y descarada en primar el beneficio económico frente a la dignidad del ser humano?
Este ‘enorme progreso’ de nuestra sociedad -con respecto de la original, en ‘Veraneantes'- me decidió a emprender una reescritura del texto. Nuestros veraneantes están aquí, ahora. Posiblemente con alguna misma necesidad de cambio que sus antepasados rusos pero, tal vez, más incapaces para provocarlo y, seguramente, menos valientes. Con todo a su disposición para ser felices en este tiempo feliz... pero qué estresante puede llegar a ser esta necesidad imperativa de pasarlo bien y buscar la felicidad (...)
¡Por fin ya es verano!”
Hay que oir a Nana Mouskouri, ¡en castellano!
ResponderEliminar= www.youtube.com/watch?v=-i6CXKEeFP8
Sevilla tuvo que ser
Con su lunita plateada
Testigo de nuestro amor
Bajo la noche callalda
Y nos quisimos tu y yo
Con un amor sin pecado
Pero el destino ha querido
Que vivamos separados
Están clavadas dos cruces
En el monte del olvido
Por dos amores que han muerto
Sin haberse comprendido
Están clavadas dos cruces
En el monte del olvido
Por dos amores que han muerto
Que son el tuyo y el mio
Ay, barrio de Santa Cruz
Ay, plaza de Doña Elvira
Os vuelvo yo a recordar
Y me parece mentira
Ya todo aquello pasó
Todo quedó en el olvido
Nuestra promesas de amores
En el aire se han perdido