Nos ilustraron desde la madrileña Casa Árabe mediante una oportuna exposición -de musicalidades varias e imaginería imperdible- con texto, comisariado por Pablo Beneito, junto a Nuria Medina o Elena González y Lorena López:
Derviche gira en danza ritual: 'Mevlevi' (2008), Isabel Muñoz
EL ORIGEN DE LA PRÁCTICA SUFISTA SEGÚN LOS SUFÍES
El sufismo, por sus textos clásicos, se plantea como iniciación a
un conocimiento transmitido 'de corazón a corazón' en modos diversos y
complementarios. Por un lado, su inicio espiritual se hace remontar al origen
de la humanidad, incidiendo en el carácter atemporal y universal de su
esencia. [Según el Corán, Aláh creó al padre Adán a su imagen y “enseñándole la
totalidad entre los nombres”.]
De ahí surge el primer sufismo que, a partir de entonces, en diversas modalidades, habría sido siempre la vía de realización interior por excelencia de las sucesivas actualizaciones del mensaje divino. Por otro lado, los sufíes consideran que su primer y decisivo transmisor en la hégira islámica (aunque el sufismo aún no recibiera este nombre en ese momento), habría sido el propio profeta Mahoma, fundador del islam.
De ahí surge el primer sufismo que, a partir de entonces, en diversas modalidades, habría sido siempre la vía de realización interior por excelencia de las sucesivas actualizaciones del mensaje divino. Por otro lado, los sufíes consideran que su primer y decisivo transmisor en la hégira islámica (aunque el sufismo aún no recibiera este nombre en ese momento), habría sido el propio profeta Mahoma, fundador del islam.
De hecho, todas las cadenas o linajes de transmisión de la
iniciación en el seno de las vías (tariqas) se remontan a dos de sus íntimos allegados
y sucesores al frente de la comunidad: Abu Bakr y, sobre todo, Alí... El sufismo
histórico ha empezado a documentarse a finales de siglo VIII ya y se va consolidando
desde los principios del IX por Oriente Medio.
Después siguió expandiéndose y manifestándose de modos distintos o adaptados a diversos tiempos y entornos por todo el mundo islámico hasta lo actual. Hoy en día el sufismo constituye una de las principales vías para la enseñanza espiritual por el mundo. A través de diversas hermandades u órdenes, que se presentan a la vez como fruto y vehículo de transmisión, el sufismo está en diálogo creativo con otras formas de la espiritualidad.
Después siguió expandiéndose y manifestándose de modos distintos o adaptados a diversos tiempos y entornos por todo el mundo islámico hasta lo actual. Hoy en día el sufismo constituye una de las principales vías para la enseñanza espiritual por el mundo. A través de diversas hermandades u órdenes, que se presentan a la vez como fruto y vehículo de transmisión, el sufismo está en diálogo creativo con otras formas de la espiritualidad.
DIMENSIONES INICIÁTICA Y MÍSTICA
Se llama sufismo (del árabe tasawwuf) a una dimensión
del místico islam, de carácter iniciático, y particularmente desarrollada en el
ámbito sunní, dado que otros -chiítas- ya conllevan sus propias modalidades de
mística e iniciación. Existen además hoy formas para las espiritualidades
de inspiración sufí no estrictamente vinculadas a la práctica religiosa del
islam.
En general, el tasawwuf, como modo de
mística espiritualidad propio del conjunto del islam y una expresión de su interiorización
más contemplativa, puede acompañar, sin carácter propiamente iniciático, las prácticas
para todo musulmán. Ibn Arabi (1165-1240) explica -con Terminología sufí- cómo
el tasawwuf se da en unas prácticas de cortesía espiritual y
adoptándose los nobles rasgos del carácter expresados por aquellos 'nombres divinos'
que habría transmitido la revelación.
En sentido más específico, se llama sufismo al conjunto de
corrientes de carácter místico (entre las cuales se cuenta, por ejemplo, la
tradición de la futuwwa o caballería espiritual, tanto árabe como persa,
práctica del altruismo y la integridad) que, de un modo u otro, se adscriben a
esa tradición iniciática distintiva, en la cual resulta determinante la
relación entre el maestro (shayj) y el iniciado como vía de aperturas a
la gracia o el conocimiento del propio ser esencial, velado por apegos y ataduras
del yo inferior que la compañía u orientación de un guía realizado ayudó a
revelar y disolver.
El término sufí puede aplicarse a cuantos participan del ámbito
con referencias propio del sufismo, pero más propiamente designando a quienes
han realizado internamente las vivencias de amor que lo caracterizan, aquellos
maestros, gnósticos o conocedores respecto a los misterios de la Unidad...
A los que inician su andadura en el sufismo más bien se les llama "derviches" ('fuqará' y 'muridún'), es decir, mendicantes, pobres o aspirantes, para incidir en el estado de necesidad que conlleva su condición de peregrinos (salikún) y humildes buscadores.
A los que inician su andadura en el sufismo más bien se les llama "derviches" ('fuqará' y 'muridún'), es decir, mendicantes, pobres o aspirantes, para incidir en el estado de necesidad que conlleva su condición de peregrinos (salikún) y humildes buscadores.
LA DIMENSIÓN POPULAR
En
sucesivas oleadas, desde los siglos XIII-XV hasta la llamada renovación de las
órdenes durante los siglos XVIII / XIX, el sufismo expándese por todo el norte
de África, Oriente Medio, Asia Central, sudeste asiático, etc. Desde Mindanao
a Bosnia y de Senegal a Sinkiang, el sufismo se había convertido en un fenómeno
de alcance universal.
En nuestro tiempo, en buen número de países musulmanes como, por ejemplo, Marruecos constituye un trasfondo esencial para la identidad e incluso de las estructuras políticas o culturales; considerándose su expresión de un islam autóctono, tradicional, popular y más dialogante, frente a otros discursos de naturaleza rigorista como el wahabismo.
En nuestro tiempo, en buen número de países musulmanes como, por ejemplo, Marruecos constituye un trasfondo esencial para la identidad e incluso de las estructuras políticas o culturales; considerándose su expresión de un islam autóctono, tradicional, popular y más dialogante, frente a otros discursos de naturaleza rigorista como el wahabismo.
El
sufismo, al poner énfasis en la experiencia personal directa de los estados
interiores y las realidades espirituales, propicia particularmente una
interpretación abierta, inclusiva y tolerante del islam…
EL SUFISMO, DESDE AL-ÁNDALUS HASTA ESPAÑA HOY
En lo
andalusí hallamos evidencias de la permanente interacción de las
corrientes espirituales del islam. El primer gran sufí de al-Ándalus cuyas
obras nos han llegado, Ibn Masarra de Córdoba (m. 931), se muestra vinculado
al oriental Tustarí o a Dunnún de Egipto (s. IX). La original obra de Ibn al-
Aríf (m. 1141) de Almería dialoga con la de Ansari de Herat (m. 1088).
Desde la Sierra nuestra del muy morisco Saqura... entre Jaén y Albacete
Más
adelante, Abu Madyan de Cantillana (m. 1198), y tras él Abulabbás de Murcia
(m. 1287) y ash-Shadili (m. 1258), darán lugar a la expansión de modalidades
de sufismo andaluso-magrebí hacia el oriente. Estos grandes exponentes muestran que nuestra Península Ibérica fue un espacio de
encuentro fértil para científicos y pensadores o místicos que han dejado un
legado universal.
Ese
sufismo andalusí culmina con Ibn Arabi de Murcia (m. 1240), el exponente más
influyente del sufismo hasta la actualidad, que tan profunda repercusión
tendrá con su doctrina de la Unicidad Esencial del Ser, tanto en el mundo
árabe como en los ámbitos turco y persa o en el subcontinente asiático.
Durante
las últimas décadas se ha ido creando, en España y otros países, un clima
receptivo a las grandes obras de los sufíes (como El lenguaje de los pájaros
de Attar, el Masnavi de Rumi o Los engarces de la sabiduría de
Ibn Arabi) y al sufismo vivo de muy diversas escuelas…
BÚSQUEDA DEL CONOCIMIENTO: HACIA REALIZACIÓN DE LA UNIDAD Y EL
AMOR
“Quien se conoce a sí mismo, conoce a Su
Señor” (Hadiz)
.
El
islam prescribe la búsqueda del conocimiento como orientación vital. Según un
hadiz, Dios afirma: “Yo era un oculto Tesoro y quise darme a conocer. He
creado al ser humano para que se Me conozca”.
Para los sufíes, conocer al Creador es la función última del ser humano, deseante y deseado...
Tal conocimiento, indisociable de la vivencia del amor original, permite realizar la Unicidad en virtud del cual amor, amante y amado son uno solo en esencia.
Para los sufíes, conocer al Creador es la función última del ser humano, deseante y deseado...
Tal conocimiento, indisociable de la vivencia del amor original, permite realizar la Unicidad en virtud del cual amor, amante y amado son uno solo en esencia.
Las
andaduras hacia esa realización unitiva, imagen siempre de camino que culmina
más allá de todo camino, se representará de modos diversos:
* peregrinación hacia la Kaaba (o centro) del corazón, .
* progresión por una serie de ciudadelas -o Moradas- concéntricas (imagen también usada por Teresa de Ávila),
* ascenso por la Escala de las estaciones espirituales y "nombres" divinos, o viajes nocturnos a través de las esferas, al estilo de la ascensión del profeta Mahoma desde Jerusalén.
* peregrinación hacia la Kaaba (o centro) del corazón, .
* progresión por una serie de ciudadelas -o Moradas- concéntricas (imagen también usada por Teresa de Ávila),
* ascenso por la Escala de las estaciones espirituales y "nombres" divinos, o viajes nocturnos a través de las esferas, al estilo de la ascensión del profeta Mahoma desde Jerusalén.
Tras esa progresión por sucesivas estaciones, desde las cuales
el “peregrino” contempla a cada paso cambiantes interpretaciones del sentido y
nuevas perspectivas de la verdad y el conocimiento, el sufí alcanza en
viaje circular interior su “morada de las no moradas”.
Al explicar naturaleza de tal vía, los sufíes proponen el símbolo de rueda con 3 grados: circunferencia representando vía de los principios universales (shari`a) y radios correspondiendo a caminos (tariqa) conducentes hacia eje central, 3er. grado que constituye realidad esencial (haqiqa). La misma imagen circular se refiere a diversidad de las religiones y creencias que vienen coincidiendo con el centro, aquella realidad primera y última que las origina, legitima, unifica o trasciende.
Al explicar naturaleza de tal vía, los sufíes proponen el símbolo de rueda con 3 grados: circunferencia representando vía de los principios universales (shari`a) y radios correspondiendo a caminos (tariqa) conducentes hacia eje central, 3er. grado que constituye realidad esencial (haqiqa). La misma imagen circular se refiere a diversidad de las religiones y creencias que vienen coincidiendo con el centro, aquella realidad primera y última que las origina, legitima, unifica o trasciende.
REMEMORANDO, ENTRE IMAGINACIONES CREADORAS: FUNDAMENTO DEL ARTE
En el
pensamiento sufí, especialmente tras Ibn Arabi, el término polivalente Jayal
(en árabe: imaginación) se considera desde tres perspectivas principales.
En primer lugar, designa el cosmos como Imaginación y espejo de las auto-revelaciones divinas. En segundo lugar, es una denominación del ámbito intermedio entre los mundos espiritual y corpóreo, en el que sus cuerpos espiritualízanse y los espíritus corporeízanse; lo sensible se torna inteligible o esto adopta sensibles formas tal como sucede, por ejemplo, entre sueños. Y en tercer lugar, hace referencia al ser humano como microcosmos...
Desde dicha última perspectiva, la imaginación es -por un lado- el alma, entendida como un yo humano intermedio sutil y denso: uno y múltiple, visible e invisible, corpóreo y espiritual; y, por otro, es la facultad imaginativa que permitiría integrar los contrarios. Esta concepción suscita entre los sufíes una particular vivencia de las artes en tanto que mediaciones receptivas a inspiración creativa de la realidad.
En primer lugar, designa el cosmos como Imaginación y espejo de las auto-revelaciones divinas. En segundo lugar, es una denominación del ámbito intermedio entre los mundos espiritual y corpóreo, en el que sus cuerpos espiritualízanse y los espíritus corporeízanse; lo sensible se torna inteligible o esto adopta sensibles formas tal como sucede, por ejemplo, entre sueños. Y en tercer lugar, hace referencia al ser humano como microcosmos...
'Sinan 2' (2003) de Diego Moya
Desde dicha última perspectiva, la imaginación es -por un lado- el alma, entendida como un yo humano intermedio sutil y denso: uno y múltiple, visible e invisible, corpóreo y espiritual; y, por otro, es la facultad imaginativa que permitiría integrar los contrarios. Esta concepción suscita entre los sufíes una particular vivencia de las artes en tanto que mediaciones receptivas a inspiración creativa de la realidad.
Práctica contemplativa central del sufismo es la
rememoración (dikr) que consiste sobre todo en una repetición de nombres y atributos
divinos, recitación de aleyas del Corán u otras fórmulas tradicionales, por lo
general en conjunción con la respiración; y puede ir acompañada de movimientos
o visualización para colores y símbolos.
Esa reiteración -rítmica- propia del dikr, audible o silenciosa, se corresponde con repetición de los motivos geométricos, caligráficos u otros en las artes islámicas. En este sentido, toda obra de arte propiamente sufí habría sido concebida como alguna rememoración consciente que participa del incesante rememorarse universal.
Esa reiteración -rítmica- propia del dikr, audible o silenciosa, se corresponde con repetición de los motivos geométricos, caligráficos u otros en las artes islámicas. En este sentido, toda obra de arte propiamente sufí habría sido concebida como alguna rememoración consciente que participa del incesante rememorarse universal.
RESONANCIAS E ITINERARIOS MUSICALES
Desde
los maestros del alhambrismo musical del XIX con caracteres orientalistas y
exotistas a otros trabajos de arabistas que, como Asín Palacios,
españolizaron el islam peninsular han habido muchas manifestaciones culturales
que pensaban las Herencias islámicas de nuestra Península como parte
consustancial en toda identidad española.
Cultura iberomusulmana, interiorizada como parte constitutiva del continuo histórico e imaginario integrado en la propia identidad, ha generado una particular relación artística con inspiraciones de las artes islámicas tan significativamente representadas por su Mezquita en Córdoba o La Alhambra de Granada.
Cultura iberomusulmana, interiorizada como parte constitutiva del continuo histórico e imaginario integrado en la propia identidad, ha generado una particular relación artística con inspiraciones de las artes islámicas tan significativamente representadas por su Mezquita en Córdoba o La Alhambra de Granada.
En el sufismo, que ha inspirado muchas de las más bellas músicas
del islam, se considera que la primera experiencia humana fue su Escucha de palabra divina. El samá o audición espiritual integra elementos diversos
como dikr (recitaciones) y oración, poemas cantados, concierto
acompañado de danza extática, etc. La música, el ritmo y la repetición del mismo
conducen a un estado de receptividad que propicia una profundo escuchar
interior…
SUFISMO EN EL ESPEJO DE LA POESÍA Y NARRATIVAS
Desde
sus mismos orígenes, la literatura española está impregnada por elementos tanto
formales como temáticos de la lengua árabe y culturas islámicas, como se
aprecia por ejemplo en el Cantar del Mío Cid o en el Arcipreste de Hita. Los
moriscos -y el islam- son un referente esencial del propio Cervantes, quien
atribuye su universal Quijote a la pluma de Cide Hamete, su heterónimo
musulmán.
A lo
largo del siglo XX, en buena medida por influjo del africanismo, del
orientalismo artístico y de los estudios y traducciones de los arabistas
(Ribera, Asín, García-Gómez…), la literatura española se va haciendo eco en
diversas formas de esa resonancia arabo-islámica latente en la Península; la
inherente “orientalidad” española se revela en ambivalencia de un
orientalismo que se reconoce por los legados judeo-islámicos para España, recuperados
como herencia en la literatura.
Federico García Lorca (con su Diván de Tamarit), Rafael
Cansinos Assens (traductor del Corán y de Las Mil y una Noches, de las Gacelas
de Hafez y autor de una primera antología española de literatura persa),
Juan Goytisolo, José Ángel Valente (tan amante del sufismo como María
Zambrano), Clara Janés (prolífica traductora de textos sufíes árabes, persas o
turcos, autora del Diván del ópalo de fuego que relata líricamente la
historia de los amantes Layla y Machnún)...
O... Luce López-Baralt (cuya trayectoria como hispanista e islamóloga culmina literariamente con su libro de poemas "Luz sobre luz", tan íntimamente impregnado de alusiones a la literatura sufí), Antonio Gala, Francisco Martínez Dalmases (con su narrativa de tema histórico sobre los moriscos) ú Omar Ben Yúsuf y Mario Satz (por la novela Azahar), etc.
O... Luce López-Baralt (cuya trayectoria como hispanista e islamóloga culmina literariamente con su libro de poemas "Luz sobre luz", tan íntimamente impregnado de alusiones a la literatura sufí), Antonio Gala, Francisco Martínez Dalmases (con su narrativa de tema histórico sobre los moriscos) ú Omar Ben Yúsuf y Mario Satz (por la novela Azahar), etc.
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