Este reclamar 'Derecho a decidir' en Plebiscito sobre una 'Desconexión con el Estado español', SÍ, aun defendiendo votarse luego NO a la Independencia'... recuerda demasiado a otro "apoyaré cualquier Estatut que vote Cataluña" de ZP -al president Maragall...- con tan malos desenlaces como ya son notorios.
Los "impasses" -políticos- para Barcelona y, ahora, Madrid:
peor aún que con el "Rey ahogado", por real "Zugzwang"...
¡Mas no toda esta parajódica red se verá, según a qué ojos!
“Rompecabezas del 20-D parece haber cogido por sorpresa (...) Desde 1977, en España gobernaba siempre el partido más votado, sin necesidad de negociaciones
excesivamente difíciles, puesto que los nacionalistas catalanes –antes del
Adviento soberanista– nunca exigieron modificaciones estructurales en el
sistema de poder a cambio de su apoyo en 1993 y 1996. El pacto del ‘Majestic’
tuvo una cocción relativamente fácil y tras comprometerse al ceder competencias de tráfico a los Mossos
d’Esquadra y eliminar de manera simbólica los gobiernos civiles, Aznar coronó el acuerdo hablando catalán en la intimidad. Zapatero ya llegó a marzo del 2004 comprometido con la reforma del Estatut de Catalunya. No sabía dónde se
metía.
No hay entreno para la actual situación. ‘Italia, sin italianos’, como
Felipe González pronosticó (…) Pedro Sánchez está en una posición próxima a la
del ‘Rey ahogado’ [en ajedrez, aquella
situación de ‘tablas’ -o empate- cuando al rey le toca moverse pero ya no puede
hacerlo sin entrar con ello en ‘jaque mate’, definitivo]. Si se abstiene ante
la investidura de Mariano Rajoy, sin contrapartidas convincentes, deja que
Podemos acabe por devorar al PSOE en las grandes ciudades. Si se acerca mucho a
Pablo Iglesias, más allá del escarceo táctico, el stablishment no se lo perdonará y los ‘barones’ de su partido –encabezados por Susana Díaz, que lo quiere
liquidar: ya no hay disimulo en Sevilla– le pueden abrir una crisis interna. Si
fuerza la repetición de las elecciones, el PP se zampa a la mitad de Ciudadanos
y Podemos acaba sumando todos los votos de IU (…)
Por ello se presentó ayer en Moncloa con cara de pocos amigos y repitió
aquella estrofa felipista de los años 1980: ‘De entrada, no’ (para los más
jóvenes, tal fue aquel ambiguo lema en 1982 del PSOE sobre una permanencia de
España en la OTAN, previamente al referéndum en el que terminó apostando luego
por votar ‘No a la salida’)…”
Hay análisis brillantes, desde luego; si bien a veces mezclados con alguna expresión final obvia, tan bien, de cierto deseos o expectativas discutidas y discutibles...
“Seguramente una de las mejores películas del prolífico Woody Allen es ‘Match point’ (…) Dice la voz en off: ‘En una partida hay momentos en que
la pelota golpea el borde de la red, y tras una fracción de segundo puede seguir
hacia delante o caer atrás. Con un poco de suerte puede seguir adelante, y
ganas. O no lo hace, y pierdes’… El 27-S del 2015, un diferencial de 4.487
votos en la provincia de Girona dio un diputado de última hora a la podemista coalición Catalunya Sí Que Es Pot
(CSQEP), restando un escaño a Junts pel
Sí, que aquel día pensaba ganarlo todo. Cuando el escrutinio estaba en el
80% –ese momento en que las redacciones de los periódicos comienzan a tener
prisa para cerrar crónica sobre su agobiante jornada electoral–, el marcador se
movió. Y todo empezó a ser distinto.
Junts pel Sí bajaba de 63 a 62 diputados,
situándose un escaño por debajo a la suma de los partidos que no habían
incluido Independencia en su programa.
Match point. La investidura del presidente de la Generalitat de Catalunya quedaba en manos de la CUP. Pocas personas
eran capaces de predecir en aquel momento la inmediata transformación de la
cancha política catalana en un laberinto
inescrutable. El pasado 20-D, un diferencial de 938 votos evitó que Podemos
conquistase acta de diputado por Ciudad Real, que acabo en manos de Ciudadanos.
En el caso de haber salido elegido Juan Pablo Wert, hermano del exministro para
Educación y Cultura, contaría Podemos hoy con 70 diputados, que sumados a los
90 del PSOE y 2 de IU, formarían un potencial bloque totalmente empatado con
los 162 sumables entre PP (123) y Ciudadanos (39, una vez descontado ese
diputado por Ciudad Real).
Menos de 1000 manchegos podían haber fabricado un emocionante empate a 162.
Un hoy improbable pacto del PSOE con Podemos e IU sólo requeriría el apoyo de
la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas, para lograr la investidura de
Pedro Sánchez, con la imprescindible abstención del PNV, ERC, Democràcia i Llibertat (ex-CDC), Nós (BNG) y Bildu. Ese diputado número 40 para Ciudadanos hace un poco más
difícil la concertación de las izquierdas, que ahora necesitan el apoyo activo
del PNV, o de los soberanistas catalanes, para intentar poner en pie una mayoría
alternativa. Más que match point,
ventaja para Mariano Rajoy (163-161), que lo tiene difícil, pero no imposible. Un
resultado complicadísimo para el Parlament de Catalunya. Y otro nada menos complejo en el Congreso de los
Diputados.
Hay curiosa similitud numérica en el espesor de ambos escenarios. Un 63-62
ha dejado la gobernación catalana en manos de la impredecible CUP... Mientras
el 163-161 deja la gobernación española en manos de un PSOE dividido, que probablemente
no podrá articular mayorías alternativas y deberá decidir entre abstenerse a
favor de Rajoy, gran coalición, o repetir las elecciones generales. Una extraña
cabalística empareja el laberinto político catalán con el nuevo y enrevesado escenario general español.
La realidad es que ambas canchas estarían perfectamente comunicadas: una
investidura inmediata de Artur Mas -con el voto favorable por las CUP-
inyectaría presión en favor de siguiente pronta investidura para Rajoy con abstención
socialista.
Si, por el contrario, las CUP deciden mantener el veto a Mas, la
consiguiente acentuación del marasmo catalán -y probable repetición para marzo
de sus elecciones- podrían estimular juegos de ajedrez en el nuevo tablero
español. Más intriga, maniobras, juego lento y posibilidades para una repetición de votaciones [generales] en mayo.
Esto es lo que hoy se decide con la presente asamblea CUPera de Sabadell, aunque algunos de sus actores no sean del todo
conscientes. ¿Habrá 'match point'? Hoy,
3.577 militantes de las Candidaturas
de l’Unitat Popular decidirán un destino inmediato para la política catalana,
con su consiguiente repercusión en el escenario español. Ni los más viejos
militantes del independentismo de izquierda podían imaginar una situación
semejante hace un año.
En Sabadell, Barcelona, Madrid y Sevilla se generan estos días ideas y
materiales útiles para la más enrevesada de las series políticas... Está
comenzando a producir complejidad política, por encima de sus posibilidades, España.
Si hay para Catalunya investidura la
próxima semana, veremos muy pronto en Madrid un vibrante llamamiento a políticas por más unidad nacional frente al “desafío catalán”, de nuevo dramatizado. En tales terrenos, es la maquinaria propagandística del PP rotundamente
invencible.
Si hay nuevo gobierno para Barcelona, la Moncloa no podrá estar muchas semanas
en funciones sin sumergir Madrid y buena parte del Estado español en un
ambiente de tensión e incertidumbre nerviosa. Están los respectivos escenarios perfectamente intercomunicados. Si hay una investidura en
Barcelona, se aleja la hipótesis de repetir elecciones generales, decaen difíciles
–por no decir que imposibles– alianzas entre las izquierdas y gana más peso cualquier
abstención pactada del PSOE para un gobierno con Rajoy en minoría.
En este contexto las maniobras internas para el PSOE, orquestadas por la
presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz con apoyos entre destacados
dirigentes territoriales del partido, no han hecho otra cosa sino debilitar
objetivamente cualquier posición socialista en el tablero. PSOE confuso; mientras
Podemos se refuerza como la izquierda emergente desde las grandes ciudades,
capaz de utilizar sin restricciones un lenguaje de pacto con las
nacionalidades, para decirlo mediante una expresión que figura en el artículo 2
de la Constitución y fue mencionada expresamente por Felipe VI durante su mensaje
navideño. Por primera vez en mucho tiempo, desde un discurso del Rey se hablaba
sobre la España de las regiones y nacionalidades…
Con su estrategia 'pro nacionalidades', Podemos afianza posiciones para Catalunya, o Euskadi, Galicia, Valencia, Baleares y Canarias en detrimento de
los socialistas. No parece que vayan a perder peso entre sus electores de
Madrid, y comprimen al PSOE hacia el Sur. Los del círculo morado aún tienen margen para ganar apoyos entre los
930.000 electores de Izquierda Unida…”
Pero sin tantísimo de 'arboledas...', por prejuzgar anti-estatalismos,
podrían adivinarse (más) perspectivas del boscoso panorama próximo en el aburricie de la suciedad que ahora rodéanos.
"En ajedrez y en otros
juegos, la palabra alemana ‘zugzwang’
define el momento preciso en que alguno de los contendientes se ve obligado a decidir
entre varios movimientos sin que ninguno de ellos le resulte conveniente. Al no
poder pasar su turno, el jugador solo puede escoger de qué manera prefiere recibir
el golpe. Desde el pasado lunes 21, el PSOE está en una posición del Zug[mover]-Zwang[obligado] como una consecuencia de la estrategia escogida
por Podemos; tras condicionar el apoyo de sus 69 diputados al realizarse algún
Referéndum para Cataluña, los socialistas se verían obligados a elegir entre terminar optando
por:
-1/ explorar dichas posibilidades (algo que tendría un coste inasumible para sus élites
regionales),
--2/ rechazarlo (entrando en negociaciones con el PP y Ciudadanos por
alguna suerte de pacto sobre reforma constitucional que Podemos utilizaría para
reforzar su marco de referencia del ‘nosotros contra ellos’), o
---3/ cerrarse aun más en
banda, y permitir que se repitan elecciones con el enorme riesgo del 'sorpasso' por parte de Iglesias.
Ese, ahora, es el mapa
general de las alternativas posibles (…) En Podemos son conscientes de que tal
jugada está saliendo bien por el momento, pero también deben contemplar los
riesgos a medio plazo. La elección del Referéndum
como prioritaria condición para forzar un ‘zugzwang’ socialista no es solo táctica,
sino que obedece al hecho del que 27 entre sus diputados provienen de alianzas con
partidos de corte nacionalista. Iglesias ha adquirido una deuda con ellos (…) Sin
embargo, Podemos también cuenta con un tercer grupo de apoyos por intereses distintos:
personas, o colectivos, interesados en dar peso específico a un partido capaz de
mover los debates hacia posiciones más favorables a la Redistribución. Para
ellos, terminar con un Gobierno del PP o por una repetición de los Comicios
solo puede ser una decepción (...)
Centro-derecha y
centro-izquierda suman 154 escaños en la Cámara, siendo 196 restantes para
formaciones (PP, Podemos, UP, Bildu) notablemente más escoradas. Del mismo modo,
al menos 123 diputados están radicalmente en contra de una solución negociada
para el conflicto con Cataluña, mientras 97 podrían considerar incluso derechos de autodeterminación. Las nuevas Cortes recogen pluralismos
de opiniones e intereses en los votantes crecientes, es cierto, pero también dan pie a que
éstas sean solo muy difícilmente reconciliables.
Al provocar una
situación con ‘Zug-Zwang’ para el PSOE y hacer que todas las fuerzas se
alineen en frentes, incluso las supuestamente moderadas, Podemos está hoy
alimentando polarización. Negativa irrenunciable o amenaza interna de
barones del socialismo se coordina con intereses conservadores e izquierdas nacionalistas (…) El objetivo natural del sistema
parlamentario favorece búsqueda de consensos, en especial cuando reina multipartidismo. Sin embargo, nada garantiza que negociar prime sobre confrontación.
Aquí ahora, los Partidos
no son meros intérpretes neutros para las preferencias de los ciudadanos, sino que
ayudan a reconfigurarlas y cristalizarlas, pudiendo canalizar dinámica
política en una dirección u otra. También crean esperanzas y, por tanto, abren
las puertas a la frustración, de lo que no andamos precisamente faltos en
España. Los líderes que se nos enroquen hoy con posturas irreconciliables
ganarán una batalla, o minimizarán sus pérdidas... Pero mañana tendrán que administrarnos
una decepción y polarización que no elude fragmentación. Solo
estarán haciendo más largo y tortuoso aún el camino que deben recorrer ellos mismos.”
(Jorge Galindo, 27.12.2015: ‘La estrategia de los extremos’)
Las CUP -aun cuando nos dicen ser l@s paladines por el 'Derecho a decidir'- han sufrido un serio ahogo al sentir los deberes de hacerlo, y mojarse para desempatar, tomando algún partido propio (decisivo, en contra o favor del "Junts pel Sí"): ¡así acabaron votando 5 una cosa... más otros 5 lo contrario, esto es, con sus 10 abstenciones como única opción final ya posible sobre la obligada síntesis -definitiva mente...- conjunta!
Espectacular tocomocho: las requetevotadas tablas en la CUP -de 10 abstenciones o/y 5 síes más 5 noes- podrían trocarse por tan solo 8 abstenciones con 2 síes a la cleptócrata CDC que habían requetejurado no investir...
ResponderEliminarSi al fin frente a los 2 síes -para el nou hereu del Mas, hereu del "molt honorable" a su vez hereu del Pujol presunto legador de los primeros millones evadidos con las cuentas ocultas de Andorra...- no sale ni 1 cupero que se transfugue (tan bien) de abstenciones hasta los prometidos NOes, apaga y vámonos con ese penúltimo ectoplasma en cuanto se suponía cierta Esquerra Catalá!
Ojo, y no perdamos perspectiva precisa con un poco de mayor ecuanimidad, fría mente:
ResponderEliminarSin duda se conseguirá que crezcan más aún los catalanes -y otros ESPAÑOLES- 'enprenyats', o sea, CABREADOS; claro está. Pero el riesgo real de que Puigdemont se tire al monte del ascender hasta esa cumbre soñada respecto a 'Desconexión con Madrid' es tan increíble cuanto se mostró la hipotética eventualidad antes tan temida del que Tsipras desobedeciese a Bruselas. Y ello sobre todo por muy análogos motivos, aparte del pequeño detalle de que nunca se conoció ningún Varufakis pujolista...
No hace ni una semana, el analista más inteligente de cuantos han apostado inequívocamente por 'El Procés' (aquel mismo al que ya se le reconoció autoridad indiscutida para redactar un Editorial común favorable publicado simultaneamente por todos los periódicos catalanes ante cierta Diada con masiva manifestación por el secesionismo disfrazado como Derecho a decidir mediante Consulta democrática pro Independencia y tal...) sentenciaba la presente situación, con verdadero rigor.
"En esta hora confusa hay mucha gente de buena fe en Catalunya que se halla sinceramente dolorida. Quisieron creerse que las fronteras interiores de la Unión Europea pudieran ser modificadas en algún ambiente de fiesta mayor. Bastarían cuatro manifestaciones, magníficas, enormes y admirables, sin un cristal roto, para remover los lindes de dicho Imperio en crisis, amenazado por la versión más salvaje del terrorismo islámico, con una guerra silente que ha costado ya más de 6.000 vidas desde su frente oriental (Ucrania) y serio riesgo sobre importante deserción al occidental (Reino Unido).
No podía ser, no ha podido ser y no va a poder ser. Hubo gente que lo advirtió, sin insultar a nadie. No va a poder ser, porque la mayoría de la sociedad catalana no está convencida de ese camino, como quedó de manifiesto el 27-S. Después del espectáculo de estos días, todavía menos. Son horas tristes para mucha gente que no ha actuado con cinismo...
Hoy en Barcelona se (...) tiene fuerza para sacudir la política española, no para romperla. No hay en Catalunya mayoría para romper nada; sí la hay para suscitar un gran debate en España. Ese que ya forma parte de la nueva dialéctica, alumbrada el 20-D. Estamos ante un tiempo político nuevo. Los partidos catalanes saben que la situación debe ser reconducida hacía el pacto. ERC lo quiere hacer encabezando una mayoría de izquierdas con los Comunes y Podemos, en la que podría llegar a estar el PSC; y Artur Mas quisiera evitarlo con la 'jaula de Faraday' llamada Junts pel Sí, ó JxS, para que el centro siga al frente. Esto es lo que hay. Los partidos están en el ‘secreto’ y muchos de sus votantes siguen estando en el ‘sentimiento’.
Ha habido tal inundación de sentimentalismo político en Catalunya, que de entre las aguas, de entre la confusión, el enredo y la comicidad, resurge ahora el ‘CATALÁ ENPRENYAT´..."
(Enric Juliana, subdirector y corresponal político del diario La Vanguardia, barcelonés)
-Última hora: en el muy procatalanista 'La Vanguardia' lo que acaba de resumir Antoni Puigverd por su artículo "¿Resaca?" es bastante clarificador con respecto a las dudas que aquí se tienen planteadas =
ResponderEliminar"En este contexto, reposada una euforia inicial, el independentismo se dirige al momento de la verdad. De su emoción, tiene que pasar a la acción. Con las fuerzas muy justas, sin mayoría social y con una Generalitat arruinada. La hoja de ruta que el president Puigdemont esbozó implica diversos actos de 'ruptura'. No le temblará el pulso: si es necesario, se inmolará. Ahora bien, ¿qué apoyo social tendrán estos actos? No sabemos si habría muchos catalanes decididos al aceptar los costes personales de pasar del cántico a la acción, de la palabra a los hechos. De ahí que la duda del período que empieza sea: ¿El fuego será real o volverán los fuegos de artificio?"
Hoy era don Julio Llamazares quien desde su columna en 'ElPais' acababa reconociendo eso mismo que aquí ya se planteó hace 3 semanas:
ResponderEliminar“ZUGZWANG: Para los que desconocen el arte del ajedrez explicaré que se conoce como ‘ZugZwang’ (del alemán ‘zug’, jugada, y ‘zwang’, obligatoriedad) a una posición del juego en la que el jugador al que toca mover pieza se enfrenta a una situación penosa: ha de mover, pero con cualquier movimiento que haga pierde.
La situación de Pedro Sánchez, el líder del PSOE, recuerda desde hace tiempo a esa posición ajedrecística, pues cualquier movimiento que haga es perjudicial para él. Está obligado a intentar pactar con otros partidos, puesto que si no lo hace provocaría una repetición de las elecciones, que para él serían muy negativas según todas las encuestas, pero con cualquier partido que pacte también sufriría las consecuencias electorales a corto o a medio plazo, siempre según las mismas encuestas.
Si pacta con el PP, porque firmaría su condena a muerte, pues sus votantes no lo entenderían por más que les explicara la necesidad de hacerlo. Si con Podemos y otros partidos de su izquierda, alguno de ellos independentista pero imprescindible para llegar a la mayoría parlamentaria suficiente, porque los que se rebelarían serían sus militantes y en especial los llamados barones, esos líderes territoriales que ya le han avisado de que hay líneas que no puede cruzar; la principal, la unidad de España.
Así que haga lo que haga Pedro Sánchez lo va a hacer mal, no porque intrínsecamente así sea, sino porque todas sus opciones chocan con un electorado que le exige que pacte con otros partidos para promover la gobernación del país pero a la vez no le deja que lo haga con ninguno.
Pedro Sánchez, el pobre, a estas alturas se debe de sentir como aquel gallo del cuento infantil que, de camino a la boda de un familiar, se encontró una boñiga en la que se veían varios granos de maíz que despertaron el apetito del ave a la vez que su preocupación: ‘Si pico me mancho el pico y, si no, me muero de hambre’, se lamentaba mirando aquellos granos apetitosos que en su imaginación brillaban como si fueran de oro pese a estar en una boñiga.
La situación de Pedro Sánchez, pues, no es envidiable, ni mucho menos, como tampoco lo fue la de Rubalcaba, su predecesor al frente del PSOE, castigado por la culpabilidad de una Crisis que recayó en exclusiva sobre su Partido Socialista y aún dura a día de hoy. A mí al menos, no me gustaría estar en su piel; como ajedrecista aficionado sé que lo peor que te puede pasar en una partida es tener que mover pieza y no saber cuál, pues con todas las que muevas pierdes.”
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