Si no somos capaces del pensar (otra vez) como niños, tampoco hallaremos ninguna solución...

“... Después de cada guerra / alguien tiene que limpiar. / No van a ordenarse solas las cosas, / digo yo. / Alguien deberá echar los escombros / a la cuneta / para que puedan pasar / los carros con tantos cadáveres. / (…) / Todavía habrá quien a veces / entre hierbajos encuentre / argumentos mordidos por el orín, / y los lleve al montón de la basura. / Aquellos que sabían / de qué iban aquí las cosas, / ahora ya, su lugar tendrán que dejarlo / a los que saben poco. / Y aun menos que poco / e incluso prácticamente nada” [como, en 'FIN Y PRINCIPIO', Wisława Szymborska trujo]...

 

Hoy nos ha recordado un caso ejemplar que muestra toda la profunda veracidad del asunto Miguel Ayuso: 'Tan sólo 6 años tenían los estudiantes chinos que se enfrentaron por el examen de admisión para su colegio de Primaria en Hong Kong al acertijo matemático que ahora está dando la vuelta al mundo.

 

A dichos niños les dieron 20 segundos únicamente para resolver el enigma, que constituía la 21ª pregunta de su examen: ¿en qué plaza del parking estará ese coche aparcado que se nos muestra por la ilustración?

 

¿Lo has conseguido? Quizás sí, pero seguro que no tardaste menos de 20 segundos. Lo curioso del asunto es que se trata de un problema que resuelven mejor los niños que los adultos, pues en ellos el pensamiento aún estará menos condicionado por las reglas que suelen utilizarse para resolver las series matemáticas.

 

El acertijo es mucho más fácil de lo que parece, pero para resolverlo hay que utilizar lo que por el psicólogo maltés Edward de Bono se bautizó como “pensamiento lateral”: la técnica que permite solucionar problemas de manera indirecta, con algún Otro enfoque -Posible, tan bien...- más creativo.

 

¿Aún no lo has resuelto en tu caso? Prueba viendo la imagen del acertijo al revés... ¡Seguro que, ahora sí, responder al enigma es cosa de niños!' (gracias a El Confidencial, hoy).