miércoles, 19 de mayo de 2010

‘¿Maquiavelo en Moncloa?’, ¡justo lo contrario!

La situación aquí ahora, o sea, en particular para nuestro actual Reino de España mas no tanto en generalidades de UE seudopan-europea (que nos incluye, ahorma, gobierna e incluso 'disciplina subsidiariamente', amenazando con sanción cuando el disparate o clase política –nacional…es- puede llegar a poner en riesgos de contagio todo su Mercadeo común del Euro, como sucedería hoy mismo) resulta de una gravedad que no convendrá minimizar.
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La peor tragedia, sin embargo, es que alguna mayoría de quienes en esta sociedad habrían de aportar fuerza principal de progresos está ya -irreparable mente, según parece- enfeudada en el búnker conservador respecto posición de poder conquistado por algunos partidistas devenidos del reaccionarismo sectario ante cualquier opositor sin razón o con ella... y para descalificar los incordios de quien ose recordar orígenes transformadores u otrora –de veras- alternativos que se traicionan, encima continúan apelándonos al realismo 'integrado' de ponderar ‘posibles (menores) males con’ el gobierno que nos manda frente a todos esos otros tan acusados caos 'apocalípticos' que demás alternancias imaginadas traerían.
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Pero así nunca obtendremos nada mejor que tantas perspectivas catastrofistas como las inexorablemente cultivadas por nuestros horizontes a despecho del mantra o jaculatorias, panglossianos, en que nuestros líderes tienen puesta toda su fé como placebo de confianza políticamente correcto para mayor amansar indeseada rebelión evitable contra creciente Malestar social generalizado. Por ello urge asomarnos a otras bitácoras, desde al menos mejor lucidez, en vez de proseguir aun sin más por ya manierista giro viciado de incondicionales autocomplacientes rumbo al abismo; y así por ejemplo veremos que hasta en el lugar menos esperable hay quien logra recordar verdades como puños que da vergüenza no sean más consecuentemente traídas por quienes deberían hoy acá estar rememorándolas antes –¡desde la ¿opuesta? trinchera!- con tales nitideces para empezar regeneración, cuando poco:
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“Entre julio de 2008 y enero de 2009, la empresa china de los productos electrónicos para el consumo Wanlida llevó a cabo un experimento -diseñado por dos economistas John A. List y Tanjim Hossain- al estudiar efectos de los incentivos económicos sobre la productividad en sus trabajadores.
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El incentivo que se estableció fue de una suma equivalente al 20% del sueldo fijo de los trabajadores, que se añadiría a su salario semanal si la producción alcanzaba las 400 unidades por hora. Y la singularidad del experimento fue que el incentivo se describió por cartas a sus trabajadores de formas distintas. En su variante ‘premio’, la empresa se compromete a pagar el incentivo si dicho número de unidades producidas era igual o aun superior a esas 400 unidades. En variantes ‘castigo’, la suma se otorgaba de antemano, pero se advertía al trabajador que quedaría privado de ella si la producción resultaba inferior a 400 unidades por hora.
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Aversión a pérdidas.
El experimento mostró que los incentivos aumentaban en ambos casos la productividad, pero de forma más acusada en su versión ‘castigo’, pese a que la única diferencia con las otras era por su forma de presentación.
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Se confirmó, pues, así una de las tesis en las Escuelas para la Psicología Económica (o Behavioral Economics): los seres humanos somos aversos especialmente a pérdida, de forma que nos duele más perder algo que no llegar a disfrutarlo. Por ello a los trabajadores de Wanlida les motivaba más el riesgo de perder una prima que daban por suya que conseguirla cuando todavía la consideraban incierta.
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La diferencia práctica entre pérdida y lucro cesante, ignorada por los economistas ortodoxos, la conoce bien el jurista, que sabe bien que el Derecho otorga especial protección al poseedor de la cosa, aun cuando no sea su legítimo propietario; exige a la Administración una compleja declaración de lesividad para poder anular actos administrativos que otorgaron derechos; y, en materia de indemnizaciones, atribuye más trascendencia a los daños (emergentes) que a lo hipotético cesante.
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A la vista de esa elemental ley psicológica, constituye un grave error político otorgar a ciudadanos y contribuyentes beneficios económicos que circunstancias obligarán a retirar más tarde: porque el descontento popular será mayor si primero recibimos 10 y luego nos lo quitan que si nunca hubiéramos recibido nada.
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Reglas de dosificación
La segunda enseñanza de tal ‘Psicología Económica’ es que todo efecto incremental sobre nuestro bienestar (por sus ganancias, menos pérdidas) irá declinando a medida que se aumentan. Y por eso, disfrutaremos más al ganar 10 en dos episodios separados que si ganamos 20 en un solo; o nos dolerá más perder 10 en dos ocasiones distintas que sufrir, de golpe, una pérdida de 20.
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De esa constatación surge la asimétrica ‘regla de dosificación’ que ya enunció en el siglo XVI uno de los mejores asesores políticos de todos los tiempos, el florentino Nicolás Maquiavelo, en su capítulo VIII de ‘El Príncipe’:
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...Es menester que el que toma un Estado haga atención, en los actos de rigor que le sea preciso acometer, a realizarlos todos de golpe, por que no los tenga que repetir todos los días y poder tranquilizarse así a sus gobernados, a los que ganará después fácilmente haciéndoles bien. Por la misma razón que los actos de severidad deben hacerse de una vez y dejando menos tiempo para notarlos ofenderán menos, los beneficios deben otorgarse poco a poco, a fin de que se puedan saborear mejor...
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Optimismo vs. maquiavelismo
La regla de la aversión a las pérdidas demuestra que algún optimismo sistemático y sus tendencias a formular 'pronósticos esperanzadores’, cuando existe riesgo serio de que se vean incumplidos, no son virtudes políticas (como afirmaba con reiteración el presidente Zapatero); sino estrategias poco prudentes que pueden llevar al descrédito del político y a la frustración de los ciudadanos.
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Discrepo, sin embargo, de quienes afirman que el incumplimiento de las promesas y el recorte de derechos previamente otorgados surgen de la doblez del político y de su intención de engañar. A mi juicio, no es que los políticos nos engañen con sus promesas, sino que tendemos a votar a aquellos que, optimistas, nos prometen de buena fe cosas que no podrán cumplirse. De igual manera, el largo cuello y la estatura de las jirafas o los baloncestistas no tienen su origen en el ejercicio físico (como creía el naturalista frances Lamarck equivocadamente), sino que –como Darwin nos enseñó– son rasgos que la competencia entre especies y deportistas seleccionará de una forma natural... Así, la ingenuidad de muchos votantes llevará al poder a políticos ‘optimistas’ que, sin quererlo, les terminarán defraudando.
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Ignoradas -por desgracia- reglas de aversión a perder por el presidente Zapatero, quedaría por ver si, dada esta insoslayable necesidad de que España adopte severas medidas de ajuste, seguirá esa otra ‘regla de la dosificación’ que Maquiavelo recomendó para las medidas de severidad o gravamen, esto es, adoptarlas todas de golpe, para 'que no se deban repetir cada día y poder tranquilizar a los gobernados’.
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Esa estrategia –seguida por Irlanda– aconsejaría que el ajuste del gasto público sea drástico y se inspire en la técnica del ‘presupuesto de bases cero’, en forma que se revisen sin tabúes todas las partidas de Gastos, incluidas las de Comunidades y Ayuntamientos; que las elevaciones de impuestos que se juzguen convenientes (por ejemplo, el restablecer una nueva efectividad para Impuestos, en Sucesiones o del Patrimonio) se adopten sin dilación o se arrumben definitivamente, evitándose esa tan perturbadora como poco maquiavélica expresión de que ‘no se descarta nada’; o que la reforma del mercado de trabajo y demás medidas de flexibilización en la economía se adopten sin tardanza, para que su efecto favorable sobre ánimos de los empresarios, buen funcionamiento de la economía y capacidad exportadora estimule potenciales de crecimiento económico y contrarreste efectivos contractivos sobre la demanda interna del severo ajuste presupuestario.
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En un reciente libro (cuajado, por cierto, de errores en lo poco que me atañe), un veterano periodista ha bautizado al presidente Zapatero como el ‘Maquiavelo de León’. Creo haber mostrado que, con sus promesas insostenibles no se ha hecho hasta ahora merecedor de ese elogio.
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Confiemos en que, que tras este giro radical de política económica que anunció al Congreso el pasado miércoles, de muestras a partir de ahora con aquel realismo y sagacidad del genial pensador florentino.”
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( ‘
El sueño de Jardiel’, blog de Manuel Conthe, 18/5/10 )

Y partiendo de tales bases alcanzables desde algún mero libre pensamiento racional apenas exigente, o audaz, sigamos luego aun más adelante. ¡A la calle, que ya es hora del mostrar... algo nuevo...!
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5 comentarios:

  1. Sí, queríos Duendes, lamento coincidir en esa terible verdad planteada del que nuestra "peor tragedia, sin embargo, es que alguna mayoría de quienes en esta sociedad habrían de aportar fuerza principal de progresos está ya -irreparable mente, según parece- enfeudada en el búnker (conservador respecto las posiciones de poder actual) conquistado por algunos partidistas devenidos del reaccionarismo sectario ante cualquier opositor sin razón o con ella...".

    Hoy por ejemplo leemos a intelectual orgánico para las Altereconomías más reconocidas entre nuestra Izquierda menos tibia (y hasta socio, incluso, del veterano profesor Vicens Navarro en un último libro sobre los timos de las Pensiones), como Juan Torres López, concluirnos otro artículo:

    Repite= "El gran error de la ciudadanía sería enfrentarse, ahora, al Gobierno de Rodríguez Zapatero (como quieren el Partido Popular y la patronal) y no hacerlo con los poderosos ..."
    [ http://www.attacmadrid.org/?p=1974 ]

    ¡Pues nada, lo dicho, que ZP ni mentarlo, en tanto les hace sus labores requetesucias a "los poderosos"!; mas eso sí, a éstos van a ponérnoslos "de chupa de dómine" -sólo, en cambio, ¡qué miedo!- con el que si "a los ricos" por acá , que si "al rey, o los nobles, la iglesia, y capitalistas de la especulación" por allá y blablablá...

    Pero nada de concretar. ¿Por qué se tiene hoy en el IRPF y en los Impuestos de Sociedades, Patrimonio y Sucesiones sus 'más altos' tipos por debajo de como los dejó el Rato de Aznar?

    "El problema del déficit español no viene del gasto, que no es excesivo, sino (según poco sospechoso titular desde la Tribuna del PAÍS del pasado día 20, por los profesores de Ciencia Política en la Univ. de Oxford Pablo Beramendi y David Rueda 'El pozo, el perro y las pulgas'...) del ingreso, que es raquítico. Tras seis años de Gobierno de izquierdas, el capital paga el tipo más bajo de toda la OCDE y el fraude fiscal es enorme". ¿Y, ahora, qué?

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    Claro que no hay "maquiavelos" en la Moncloa, ni tampoco entre las -hoy- dos enfrentadas oposiciones. ¡Pero es lógico! ¿Qué otra cosa podría esperar nadie donde los temas del debate y que sacan a la calle las únicas manifestaciones, hoy, solo son los toros, el fútbol, las andanzas de juez estrella famoso por abrir causas a extranjeros o difuntos que nunca pagarán ya con la cárcel, memoria de pederastias clericales del pasado u otras causas parecidas?

    Tampoco nadie parece preocuparse demasiado porque nos falten esos "maquiavelismos" útiles. Lo que acá se lleva no es el ser pragmático, sino la fantasmada del descubrir mediterráneos y ser siempre lo más plus; tanto montará si ello es entre alguno de los fundamentalismos tradicionales como si por contra se hace desde otros más progres: de parroquias con tendencias radical-alternativas o nacional-y-socialistas. Ya saben, "honra sin barcos", más "antifascismos" y "liberalismos" de los de hace 75 años, contra estas Crísis económicas del siglo XXI...

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  3. ¡Ya, sí, tienen toda la razón los moderados profesores de Oxford con su sermón en "El País" citado de hace cinco días!

    Pero lo que nos pasa es que para otras cosas habría que comenzar reconociendo que todos los derechos han de ser pagados, con unos impuestos naturalmente... Y eso no está de moda ni entre las demagogias de derechas ni entre las de izquierdas ni en nacionalistas ni entre las internacionalistas. Así es el cuento único de los más vendidos en la España de hoy, solo dados al camelo de lo que llaman "exigir" sin querer echar cuentas en serio.

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  4. En todo caso, y aparte de que al final les hagan algo a esos "más ricos" o no, para una Mayoría que sólo vivimos de nuestro trabajo "...habrá que SUBIR los sueldos..."; bajando estos "5% de media", que según detallaba el BOE de hoy podrían llegar al doble por lo menos en bastantes casos, nada de nuestra crisis iban a poder arreglar, ¿no? Pero es raro ver alguien que, ni siquiera entre los más "populares" o "sociales" lo recuerde = http://elcomentario.tv/reggio/hay-que-subir-los-sueldos-de-marcello-en-republica-de-las-ideas/26/05/2010/

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  5. Totalmente de acuerdo: las nuevas Tasas que se plantean deben ser por Ayudar a la Ciudadanía, y no para Subvencionar más a Bancos o Cajas en su dilapiladora práctica, nunca 'reformada':

    "Se silencia que tanto Salario medio anual, como Coste laboral por horas de trabajo y Gasto social, se sitúan hoy en España bien por debajo, no sólo de la 'Europa de los 15', sino también de la 'UE de los 27'. Se oculta que la pensión media es, ya, en España sólo un 55% de las percibidas en la Europa de los 15 ó 65% de la media entre la UE ampliada, para los 27.

    Pues el coste salarial, el gasto social y las pensiones, no sólo vienen a ser en España cerca de una mitad que en Alemania o Francia, sino que se sitúan incluso por debajo de los de Grecia. Y en ese contexto miserable, con tal de no importunarles a otros poderosos, el Gobierno pretende 'apretar las tuercas' a los más débiles, siguiendo ese dictado de las más obtusas e impopulares fuerzas económicas, que le recomiendan hacer sacrificios humanos para aplacar ira en los dioses del mercado..."
    [José Manuel Naredo, en el 'Público' de hoy]

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