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No habrá quien lo halle por esos púlpitos o catecismos que (desde cadenas mayoritarias de Prisa y Unidad Editorial) sirven para fidelizar la parroquia más plus correcta por donde aun vemos entre nosotros comulgando, a casi todo dios, en sus respectivos nichos electorales… Pero lo ha resumido hace pocos minutos con bastante acierto y claridades periodísticas una voz, discordante, que solo República.es ahora nos ofrecería:
“El presidente Zapatero está huyendo inútilmente de sí mismo y de su mala sombra que lo persigue sin parar. En ese desesperado empeño, Zapatero se hace acompañar de una trompetería de Guerra Civil que suena a charanga y pretende convertirse en cortina de humo con la que espera –como Josué en Jericó- derribar los altos muros del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional, creando una bronca nacional que le sirva de distracción y parapeto frente a los destrozos de la crisis económica, y le permitan ganar tiempo en espera de un milagro que no llegará. Más bien al contrario la situación puede empeorar si, ante el lamentable espectáculo que ofrece el gobierno español –de bloqueo ante la crisis, descontroles del déficit, desorden constitucional e inseguridad jurídica-, la fama de España se coloca en el punto de mira de especuladores financieros que acaban de hundir a Grecia y están a la puerta de la península ibérica para ampliar el campo de su cacería infernal.
Zapatero no tiene escapatoria porque la crisis no amainará y sabe que sus adversarios políticos no sólo están en la oposición del PP. Un primer enemigo de Zapatero es el propio ZP, o los gobiernos hechos a su imagen y semejanza, como lo acaba de subrayar Carlos Solchaga. Pero el segundo adversario del presidente está dentro del PSOE y se llama Javier Solana, la persona en quien están pensando ciertos barones socialistas para imponer la eventual y puede que no lejana sustitución de Zapatero antes de las elecciones generales de 2012, si el deterioro sigue y se presenta la ocasión. El tercer enemigo del presidente no tiene cara ni ojos pero es el más poderoso: la sociedad española. La mayoritaria que no conoce por su edad los terribles tiempos de ‘las dos Españas’, y no entiende este regreso inútil a la Guerra Civil desde falsas posiciones de la izquierda como denuncia Joaquín Leguina [‘Enterrar a los muertos’]; y la minoritaria de españoles ya mayores que sí vivió o recuerda los enfrentamientos de la guerra y que aplaudió la reconciliación nacional y el modelo de Estado que propició la transición. La misma sociedad española que, en su conjunto, está sufriendo en su casa, familia y trabajo los efectos de la crisis económica que Zapatero negó y no sabe cómo abordar.
La destructiva fuga hacia el pasado de España de Zapatero está llegando a su final, y acabará por dañar –en Cataluña está ocurriendo con la radicalización nacionalista del PSC- al PSOE en las elecciones y en los años venideros. Sobre todo si los dirigentes socialistas con sentido de la Historia y de la realidad nacional no cortan en seco la frivolidad de esta cabalgada que encabezan sus caciques nacionalistas en compañía de unos ministros de poco fuste y dirigentes de ocasión (pepiños y pajines), todos en el papel de briosos ratones ciegos que conducen por el borde del precipicio español la pretendida carroza de Zapatero. En cuyo pescante viajan los responsables de ‘El Mundo’ (presidencialista), y ‘El País’ (gubernamental), ambos a la espera que el presidente les arregle sus problemas financieros, cuando lo lógico sería que tan influyentes rotativos exigieran su rectificación inmediata, o su fulminante destitución.
Pero la pretendida carroza presidencial ha perdido el encantamiento, convirtiéndose en una ruidosa calabaza sonora y repetidora de la ilusa e improvisada ‘revolución’ con la que Zapatero pretendía pasar a la Historia: porque iba a enmendar el pacto de la Transición y las consecuencias de la Guerra Civil; pretendía construir -burlando la Constitución por vía estatutaria- un Estado confederal; creyó que haría la paz con ETA, a cambio de concesiones políticas; anunció que España se situaría por encima de Italia y Francia en el ranking de las naciones más ricas del mundo; prometió Pleno empleo; y anunció un 'gran acontecimiento planetario durante la presidencia española de la Unión Europea’.
Y aunque empieza a darse cuenta de que se le está derrumbando el castillo de naipes, Zapatero aún cree que la economía se puede recuperar y considera que puede salvar el estatuto catalán o –en peor de los casos- empantanar al Tribunal Constitucional con las dimisiones de sus magistrados afines para anular el ‘quórum’ decisorio; de ahí ahora su coincidencia con Montilla para declarar urgente la renovación del Constitucional, que ha ignorado durante los tres pasados años. ¿Qué ha cambiado? Pues sencillamente que una inesperada mayoría de magistrados, seis contra cuatro, eliminó la pretensión de equiparar a Cataluña como nación al mismo nivel que España. Esa votación desató la campaña catalana para deslegitimar el Constitucional, como la que pretende poner en marcha el parlamento catalán con la ayuda de Zapatero.
Y lo mismo pretenden hacer con el Tribunal Supremo a propósito de Garzón, porque el presidente considera a su juez de cámara, esencial para reabrir una negociación con ETA -ahora que los abertzales empiezan a tomar distancias de la banda terrorista-, como ya lo usó para legalizar al PCTV o ilegalizar Batasuna, según iba conviniendo, o para ocultar el caso Faisán del chivatazo policial a ETA, o para poner en marcha escuchas ilegales a los abogados de Gürtel en busca de la financiación ilegal del PP, etcétera. Y si para ello hay que desarbolar el Tribunal Supremo, con manifestaciones sobre la Guerra Civil, pues se hace. Incluso a costa de manipular los sentimientos de las familias que sufrieron la represión franquista, o presionando al alto tribunal con el filibusterismo de la fiscalía del Estado o del propio Garzón. Quien, tras recusar al denostado juez Varela, se puede encontrar con el aplazamiento del juicio sobre su fallida causa contra el franquismo que tanta fama la ha dado, pero a la vez con la aceleración sus otros casos por prevaricación, o 'escuchas ilegales' y cohecho, relacionados con su actuación en el caso Gürtel y en el archivo de la querella contra el banquero Botín (pues los caminos y designios de la Justicia son inescrutables)...
Por mucho tiempo que gane, ocultando la crisis económica con estos ataques contra los Tribunales Supremo y Constitucional, Zapatero no logrará recomponer la figura ni la de su gobierno, y el deterioro económico e institucional de España crecerá. Y ¿vamos a estar así otros dos años más, a la espera de las elecciones de 2012? La cita electoral autonómica y municipal de 2011 –que tendrá como preámbulo las elecciones catalanas de este otoño- puede acelerar una descomposición de la autocrática y demencial presidencia de Zapatero. Y para entonces reaparecerá, si es que no empieza desde antes, el nombre de Javier Solana, quien ha sido ministro en Cultura, Educación y Exteriores de España, secretario general de la OTAN y jefe para la diplomacia de la Unión Europea, como la tabla de salvación del Partido Socialista. Político de experiencia, maneras democráticas y sentido de Estado con el que se podría pactar un gobierno de unidad nacional entre PP y PSOE que es al día de hoy la única salida posible, en pos de crear confianza y prestigio para España, a la grave crisis económica y social.
Zapatero fue ya demasiado lejos, con la crisis económica que negó no puede [ver a Juan F. Martín Seco, sobre 'La peor política posible', tan bien hoy en 'Público'], está poniendo en peligro las instituciones democráticas o la convivencia entre los españoles y carece de credibilidad para pactar. Se está cociendo a fuego lento y se agarra al ‘franquismo’ –como Garzón- para intentar que, con ese ropaje y al grito de ‘no pasarán’, nadie se atreva en su partido a pedirle que se vaya en aras de la estabilidad y unidad del PSOE, o a favor de una recuperación económica y por la cohesión nacional.”
“El presidente Zapatero está huyendo inútilmente de sí mismo y de su mala sombra que lo persigue sin parar. En ese desesperado empeño, Zapatero se hace acompañar de una trompetería de Guerra Civil que suena a charanga y pretende convertirse en cortina de humo con la que espera –como Josué en Jericó- derribar los altos muros del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional, creando una bronca nacional que le sirva de distracción y parapeto frente a los destrozos de la crisis económica, y le permitan ganar tiempo en espera de un milagro que no llegará. Más bien al contrario la situación puede empeorar si, ante el lamentable espectáculo que ofrece el gobierno español –de bloqueo ante la crisis, descontroles del déficit, desorden constitucional e inseguridad jurídica-, la fama de España se coloca en el punto de mira de especuladores financieros que acaban de hundir a Grecia y están a la puerta de la península ibérica para ampliar el campo de su cacería infernal.
Zapatero no tiene escapatoria porque la crisis no amainará y sabe que sus adversarios políticos no sólo están en la oposición del PP. Un primer enemigo de Zapatero es el propio ZP, o los gobiernos hechos a su imagen y semejanza, como lo acaba de subrayar Carlos Solchaga. Pero el segundo adversario del presidente está dentro del PSOE y se llama Javier Solana, la persona en quien están pensando ciertos barones socialistas para imponer la eventual y puede que no lejana sustitución de Zapatero antes de las elecciones generales de 2012, si el deterioro sigue y se presenta la ocasión. El tercer enemigo del presidente no tiene cara ni ojos pero es el más poderoso: la sociedad española. La mayoritaria que no conoce por su edad los terribles tiempos de ‘las dos Españas’, y no entiende este regreso inútil a la Guerra Civil desde falsas posiciones de la izquierda como denuncia Joaquín Leguina [‘Enterrar a los muertos’]; y la minoritaria de españoles ya mayores que sí vivió o recuerda los enfrentamientos de la guerra y que aplaudió la reconciliación nacional y el modelo de Estado que propició la transición. La misma sociedad española que, en su conjunto, está sufriendo en su casa, familia y trabajo los efectos de la crisis económica que Zapatero negó y no sabe cómo abordar.
La destructiva fuga hacia el pasado de España de Zapatero está llegando a su final, y acabará por dañar –en Cataluña está ocurriendo con la radicalización nacionalista del PSC- al PSOE en las elecciones y en los años venideros. Sobre todo si los dirigentes socialistas con sentido de la Historia y de la realidad nacional no cortan en seco la frivolidad de esta cabalgada que encabezan sus caciques nacionalistas en compañía de unos ministros de poco fuste y dirigentes de ocasión (pepiños y pajines), todos en el papel de briosos ratones ciegos que conducen por el borde del precipicio español la pretendida carroza de Zapatero. En cuyo pescante viajan los responsables de ‘El Mundo’ (presidencialista), y ‘El País’ (gubernamental), ambos a la espera que el presidente les arregle sus problemas financieros, cuando lo lógico sería que tan influyentes rotativos exigieran su rectificación inmediata, o su fulminante destitución.
Pero la pretendida carroza presidencial ha perdido el encantamiento, convirtiéndose en una ruidosa calabaza sonora y repetidora de la ilusa e improvisada ‘revolución’ con la que Zapatero pretendía pasar a la Historia: porque iba a enmendar el pacto de la Transición y las consecuencias de la Guerra Civil; pretendía construir -burlando la Constitución por vía estatutaria- un Estado confederal; creyó que haría la paz con ETA, a cambio de concesiones políticas; anunció que España se situaría por encima de Italia y Francia en el ranking de las naciones más ricas del mundo; prometió Pleno empleo; y anunció un 'gran acontecimiento planetario durante la presidencia española de la Unión Europea’.
Y aunque empieza a darse cuenta de que se le está derrumbando el castillo de naipes, Zapatero aún cree que la economía se puede recuperar y considera que puede salvar el estatuto catalán o –en peor de los casos- empantanar al Tribunal Constitucional con las dimisiones de sus magistrados afines para anular el ‘quórum’ decisorio; de ahí ahora su coincidencia con Montilla para declarar urgente la renovación del Constitucional, que ha ignorado durante los tres pasados años. ¿Qué ha cambiado? Pues sencillamente que una inesperada mayoría de magistrados, seis contra cuatro, eliminó la pretensión de equiparar a Cataluña como nación al mismo nivel que España. Esa votación desató la campaña catalana para deslegitimar el Constitucional, como la que pretende poner en marcha el parlamento catalán con la ayuda de Zapatero.
Y lo mismo pretenden hacer con el Tribunal Supremo a propósito de Garzón, porque el presidente considera a su juez de cámara, esencial para reabrir una negociación con ETA -ahora que los abertzales empiezan a tomar distancias de la banda terrorista-, como ya lo usó para legalizar al PCTV o ilegalizar Batasuna, según iba conviniendo, o para ocultar el caso Faisán del chivatazo policial a ETA, o para poner en marcha escuchas ilegales a los abogados de Gürtel en busca de la financiación ilegal del PP, etcétera. Y si para ello hay que desarbolar el Tribunal Supremo, con manifestaciones sobre la Guerra Civil, pues se hace. Incluso a costa de manipular los sentimientos de las familias que sufrieron la represión franquista, o presionando al alto tribunal con el filibusterismo de la fiscalía del Estado o del propio Garzón. Quien, tras recusar al denostado juez Varela, se puede encontrar con el aplazamiento del juicio sobre su fallida causa contra el franquismo que tanta fama la ha dado, pero a la vez con la aceleración sus otros casos por prevaricación, o 'escuchas ilegales' y cohecho, relacionados con su actuación en el caso Gürtel y en el archivo de la querella contra el banquero Botín (pues los caminos y designios de la Justicia son inescrutables)...
Por mucho tiempo que gane, ocultando la crisis económica con estos ataques contra los Tribunales Supremo y Constitucional, Zapatero no logrará recomponer la figura ni la de su gobierno, y el deterioro económico e institucional de España crecerá. Y ¿vamos a estar así otros dos años más, a la espera de las elecciones de 2012? La cita electoral autonómica y municipal de 2011 –que tendrá como preámbulo las elecciones catalanas de este otoño- puede acelerar una descomposición de la autocrática y demencial presidencia de Zapatero. Y para entonces reaparecerá, si es que no empieza desde antes, el nombre de Javier Solana, quien ha sido ministro en Cultura, Educación y Exteriores de España, secretario general de la OTAN y jefe para la diplomacia de la Unión Europea, como la tabla de salvación del Partido Socialista. Político de experiencia, maneras democráticas y sentido de Estado con el que se podría pactar un gobierno de unidad nacional entre PP y PSOE que es al día de hoy la única salida posible, en pos de crear confianza y prestigio para España, a la grave crisis económica y social.
Zapatero fue ya demasiado lejos, con la crisis económica que negó no puede [ver a Juan F. Martín Seco, sobre 'La peor política posible', tan bien hoy en 'Público'], está poniendo en peligro las instituciones democráticas o la convivencia entre los españoles y carece de credibilidad para pactar. Se está cociendo a fuego lento y se agarra al ‘franquismo’ –como Garzón- para intentar que, con ese ropaje y al grito de ‘no pasarán’, nadie se atreva en su partido a pedirle que se vaya en aras de la estabilidad y unidad del PSOE, o a favor de una recuperación económica y por la cohesión nacional.”
Pablo Sebastián
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y P.S.- aun con retraso, siguen extractos literales del ex ministro socialista Jordi Sevilla (y con las versales por él mismo editadas) en un post -"No, a la confrontación social como método"- que, ¡bravísimo!, nos dejo este sábado:
“He decidido no acudir a la manifestación ‘Contra la impunidad del Franquismo’ y no por que esté a favor de dicha impunidad, sino por que me niego a formar parte del sistemático ‘CON UNOS, O CON OTROS’, sin matices, sin terminos medios, sin medias tintas, en que nos quieren meter. CUANDO LA DEMOCRACIA SON LOS GRISES, LAS MEDIAS TINTAS, LOS PUNTOS DE EQUILIBRIO Y DE ACUERDO. Siempre buscando culpables antes que soluciones. Deslizandose de forma peligrosa e irresponsable hacia una CONFRONTACION SOCIAL PERMANENTE, otra vez hacia las dos Españas, una de las cuales ha de helarnos el corazón.
ME NIEGO A ECHAR POR LA BORDA LA TRANSICIÓN Y EL ESPIRITU CONSTITUCIONAL. Sin duda, soy un tibio. Es el problema de la razón. Que nunca la tiene toda, una parte (…) Poco se imaginaba Ortega y Gasset cuando recomendaba vivir la política con espíritu deportivo que, al final, le harían caso: cada vez más se quiere que vivamos la política según las normas impuestas por los forofos ultras de cada equipo. La minoría, la visión extremista de las cosas, se está imponiendo a la mayoría tibia. Al final, de nuevo ‘falangistas’ y ‘rojos’ enfrentados en las calles de Madrid. ¿ES ESTO LO QUE PERSIGUEN LAS CUPULAS DE LOS DOS PARTIDOS? Y SI NO ES ASÍ, POR QUE NO LO DETIENEN.
Vamos de bucle disparatado de confrontación, en bucle disparatado de confrontación. Hasta la corrupción por parte de unos chorizos, que la experiencia demuestra que le puede tocar a todo el mundo, nos obliga a posicionarnos a favor o en contra de los chorizos según sean de un partido u otro. Cada vez que vemos un debate con representantes de los dos partidos, YA SABEMOS LO QUE NOS VAN A DECIR SIEMPRE, SIEMPRE: ‘EL OTRO ES PEOR’ (…)
Reconocemos que nadie tiene toda la verdad. Que lo correcto se alcanza tras un debate racional entre los distintos trozos de verdad. Que DISCREPAR ES LO NORMAL, PERO NO INSULTAR Y DESCALIFICAR AL QUE DISCREPA. Que tenemos que CUIDAR LA DEMOCRACIA COMO LA MAS FRAGIL DE LAS FLORES. DISCREPAR NO ES DELITO, aunque discrepen de lo que nosotros pensamos. Que los procedimientos están para reglar los desacuerdos, no para arrojárnoslos a la cabeza (…)
Como ciudadano, recomiendo la lectura del articulo de JORDI GRACIA en ‘El Pais’ de hoy, donde dice (…) ‘Si la izquierda en el poder no ha sabido blindar su propia memoria y la legitimidad de rescatar e identificar los cuerpos de los muertos de las cunetas, la culpa no ha sido del franquismo residual’ (…)
Por eso, timidamente, sin acritud pero con firmeza, os convoco a que ENVIEMOS MASIVAMENTE MENSAJES A LAS WEBS OFICIALES DE LOS DOS GRANDES PARTIDOS CON UNA IDEA CLARA: ‘SI NO DETENEIS LA CONFRONTACION PERMANENTE, NO OS VOTAREMOS’. Que, al menos por nosotros, ciudadanos demócratas, mayoría abrumadora del pais, no quede.”
“He decidido no acudir a la manifestación ‘Contra la impunidad del Franquismo’ y no por que esté a favor de dicha impunidad, sino por que me niego a formar parte del sistemático ‘CON UNOS, O CON OTROS’, sin matices, sin terminos medios, sin medias tintas, en que nos quieren meter. CUANDO LA DEMOCRACIA SON LOS GRISES, LAS MEDIAS TINTAS, LOS PUNTOS DE EQUILIBRIO Y DE ACUERDO. Siempre buscando culpables antes que soluciones. Deslizandose de forma peligrosa e irresponsable hacia una CONFRONTACION SOCIAL PERMANENTE, otra vez hacia las dos Españas, una de las cuales ha de helarnos el corazón.
ME NIEGO A ECHAR POR LA BORDA LA TRANSICIÓN Y EL ESPIRITU CONSTITUCIONAL. Sin duda, soy un tibio. Es el problema de la razón. Que nunca la tiene toda, una parte (…) Poco se imaginaba Ortega y Gasset cuando recomendaba vivir la política con espíritu deportivo que, al final, le harían caso: cada vez más se quiere que vivamos la política según las normas impuestas por los forofos ultras de cada equipo. La minoría, la visión extremista de las cosas, se está imponiendo a la mayoría tibia. Al final, de nuevo ‘falangistas’ y ‘rojos’ enfrentados en las calles de Madrid. ¿ES ESTO LO QUE PERSIGUEN LAS CUPULAS DE LOS DOS PARTIDOS? Y SI NO ES ASÍ, POR QUE NO LO DETIENEN.
Vamos de bucle disparatado de confrontación, en bucle disparatado de confrontación. Hasta la corrupción por parte de unos chorizos, que la experiencia demuestra que le puede tocar a todo el mundo, nos obliga a posicionarnos a favor o en contra de los chorizos según sean de un partido u otro. Cada vez que vemos un debate con representantes de los dos partidos, YA SABEMOS LO QUE NOS VAN A DECIR SIEMPRE, SIEMPRE: ‘EL OTRO ES PEOR’ (…)
Reconocemos que nadie tiene toda la verdad. Que lo correcto se alcanza tras un debate racional entre los distintos trozos de verdad. Que DISCREPAR ES LO NORMAL, PERO NO INSULTAR Y DESCALIFICAR AL QUE DISCREPA. Que tenemos que CUIDAR LA DEMOCRACIA COMO LA MAS FRAGIL DE LAS FLORES. DISCREPAR NO ES DELITO, aunque discrepen de lo que nosotros pensamos. Que los procedimientos están para reglar los desacuerdos, no para arrojárnoslos a la cabeza (…)
Como ciudadano, recomiendo la lectura del articulo de JORDI GRACIA en ‘El Pais’ de hoy, donde dice (…) ‘Si la izquierda en el poder no ha sabido blindar su propia memoria y la legitimidad de rescatar e identificar los cuerpos de los muertos de las cunetas, la culpa no ha sido del franquismo residual’ (…)
Por eso, timidamente, sin acritud pero con firmeza, os convoco a que ENVIEMOS MASIVAMENTE MENSAJES A LAS WEBS OFICIALES DE LOS DOS GRANDES PARTIDOS CON UNA IDEA CLARA: ‘SI NO DETENEIS LA CONFRONTACION PERMANENTE, NO OS VOTAREMOS’. Que, al menos por nosotros, ciudadanos demócratas, mayoría abrumadora del pais, no quede.”
¡Oye! Que me he leído el texto de pe a pa -de p g p?-
ResponderEliminarQue ya tiene mérito en estos días que corren
Que tiene su intríngulis
Que sí señor
Total.... si estamos de paso...
* abril 26, 2010. ... DE PASO, SIEMPRE, DE PASO ...(+ pegepe)
Publicado el martes 6 de abril de 2010 por pegepe en duendesatiricodelasnoches.blogspot.com
Oímos, de nuevo, a Luis Eduardo Aute: (...)
Y... ¿sabes una cosa? que me gusta más Duende satírico de las noches
Besicos lune(ro)s: PAQUITA
Lo que dice Pablo Sebastián no tiene credibilidad alguna. Aunque se compartan cosas sueltas con él, sus argumentaciones son siempre de este tenor. Este tipo desde dos meses después de gobernar ya está pidiendo elecciones anticipadas, anuncia crisis de gobierno y cambios que llegan cuando llegan, no cuando él anuncia. Su estilo consiste en echar mierda, o sea ensuciar el panorama. Lo que le salva, y en ello se escuda, es que ofrece un panorama relativamente plural de opinadores: JFMS es la justificación a su egolatría.
ResponderEliminarsalud, colega.
Es un gozo, inefable, sentir los ecos desde la correspondencia con quien tenemos el placer de dialogar, y máxime cuando en ocasiones podremos cruzar -¡tan bien...!- completos desacuerdos.
ResponderEliminar¿Cómo no íbamos a coincidir -DE PASO...- entre Loc@s motor@s que gustan de, activa mente, ser Caminantes o/y Caminer@s en vez de arrastrarse como Vag@s net@s?
Por lo demás, de acuerdo en rechazar cualquier credibilidad -ni en dioses, reyes o tribunos!- y dispuestos a coincidir sólo tras el análisis racional de cada c@s@, dígalan porqueros o no.
Del artículo arriba citado sólo me parecía que acaso traspasara lo bien argumentado del -libre- opinar su denuncia s/ ese "deterioro, poniendo en peligro a las instituciones democráticas"... mas hoy me desayuné con una voz de alarma que lanza la eximia [PSC] Mª E. Casas en igual sentido.
Por último, acabo de conocer ese post de Jordi Sevilla que añadí al fin por posdata oportuna.
Ea, con muchas gracias: Salú, alegría y Abrzzz
Este fin de semana leímos cómo se hacía "una apasionada defensa del civismo" (según en 'El País' lo denominaron) desde la Presidencia...=
ResponderEliminar"Si usted es alguien que lee normalmente los editoriales del periódico de los progresistas, trate de leer de vez en cuando los editoriales del de los conservadores. Quizás le hagan hervir la sangre, quizá no le cambien su forma de pensar, pero la práctica de escuchar los puntos de vista opuestos es esencial para ser un verdadero ciudadano (...)
Diseminar acusaciones de comunista o fascista puede servir para conseguir titulares, pero también tiene el efecto de comparar a nuestros rivales políticos con regímenes totalitarios y hasta sangrientos. Se puede discrepar sin necesidad de demonizar a la persona con la que se discrepa, se pueden poner en duda sus juicios sin necesidad de poner en duda sus motivos o su patriotismo (...)
Si elegimos exponernos a opiniones e ideas que siempre están en consonancia con las nuestras, hay estudios que sugieren que no conseguiremos otra cosa salvo aumentar la polarización..."
¡Claro es que dicha Presidencia no es la de ZP aquí, sino otra -en los EE.UU.- y... de Obama!