"Para votar afirmativamente 'techo de
gasto' presentado por el Partido Popular, ha puesto Ciudadanos como última condición que se incorpore para 2018 una rebaja del IRPF por importe de 2.000 millones de
euros. Argumentan que 'ahora que la cosa va bien' podremos permitirnos reducir
los impuestos. En el presupuesto 'hay espacio, margen'... Eso del margen es un
concepto muy relativo, mucho. Para reducir los impuestos siempre hay margen, pero
nunca para salvarse Jubilaciones, el seguro de desempleo o dedicar más recursos a
la sanidad, a la educación o a la atención de la dependencia.
El discurso del PP acerca de que la
economía va muy bien tiene un punto débil, que la mejora no ha llegado a muchos
perjudicados por la Crisis, y el Euro: no solo es que la
recuperación económica se haya fundamentado en buena medida en los bajos
salarios, sino que una vez que se ha producido el crecimiento no se han
subsanado muchos de los recortes perpetrados para corregir nuestro Déficit.
Sí se ha reparado la subida del IRPF que el
Gobierno se vio obligado a realizar. En dos ocasiones se ha rebajado ya este
impuesto, compensando aquel incremento anteriormente realizado. Por el contrario,
no se han corregido los recortes en muchísimas partidas de gasto, especialmente
las prestaciones y servicios sociales. A los funcionarios se les devolvió la
paga extraordinaria que el Gobierno del PP les había quitado, y que
correspondía a una sola anualidad; sin embargo, no se ha rectificado el recorte
en el salario mensual acometido por el Gobierno Zapatero, que era el
verdaderamente importantes ya que se consolidaba para los años sucesivos.
Es decir, calculando por lo bajo, las
retribuciones de los empleados públicos son de un 5 a un 20% (según niveles)
inferiores a lo de 2008. Sobre las pensiones permanece la espada de Damocles
de la última reforma, que las condena no solo a no tener ninguna mejora futura, sino ir perdiendo año tras año poder adquisitivo. Si los impuestos se
incrementan automáticamente con la inflación, lo lógico sería que para mantener
la neutralidad también lo hiciesen las pensiones, las retribuciones de los
funcionarios y otra serie de gastos como la sanidad, la educación, etc.
Afirmó Ciudadanos que 'hay margen', y sin
embargo no se les ocurre proponernos el que suban las prestaciones por jubilación, las
coberturas del seguro de desempleo, que mejore la asistencia sanitaria o que se
dediquen más recursos a la dependencia. Exigen bajar los impuestos, pero no los
indirectos como el IVA, cuya subida de los años pasados no se ha corregido,
sino el IRPF, el impuesto más progresivo y cuya rebaja beneficia siempre a las rentas altas en
mayor medida. El argumento de que la rebaja va a incidir
sobre los trabajadores y sobre las clases bajas suele tener trampa.
El de trabajadores es un colectivo
demasiado amplio, que engloba tanto a los mileuristas
como a los Consejeros de Grandes Empresas, y las rebajas que se aplican a
los tramos bajos de la tarifa terminan afectando también a los tramos medios y
altos. Por otro lado, hay que preguntar si la reducción del gravamen a los
trabajadores en un mercado tan desregulado como el actual, y en un sistema que
se basa principalmente en retenciones, no se transmite a los empresarios, mediante
una reducción de los salarios. Algo similar ocurre con el 'Complemento salarial'
que plantea Ciudadanos también.
La bajada de impuestos tiene muy buena
prensa. La razón quizá se encuentra en que beneficia en buena medida a quienes crean opinión, a menudo quejándose por 'la enorme carga fiscal que soportan
clases medias', a las que creen pertenecer. Pero lo cierto es que la gran mayoría
se encuentran en el 10%, ¡cuando no a un 5% de mayor renta! Según los últimos
datos del INE, en 2016 los ingresos medios en España han sido de
10.708 € per cápita; ó 26.730 euros anuales por familia.
Las rebajas en el IRPF se dirigen
principalmente a ese 10% de mayores rentas, en una pequeña proporción a las
clases medias y en ninguna medida a las más desfavorecidas, que no pagan
impuestos directos. ¿Qué parte de los 2.000 millones de euros se va a destinar
a las familias que tienen todos sus miembros en paro? Es curioso el cómo para deducción fiscal no se toma en cuenta la renta de las familias, lo que sí suele
ocurrir en ayudas directas. Si se quiere beneficiar a las
clases populares en realidad, elévese la cobertura del seguro de desempleo e increméntense
las jubilaciones, dotándosenos mejor tanto la sanidad como la educación y demás servicios
públicos.
El líder de Ciudadanos justifica su bajada
de impuestos empleando tópicos del que el mejor sitio donde está el dinero es
'en la mano de los contribuyentes', como si fuesen para el
Gobierno sus recursos... En las prestaciones sociales y demás
subvenciones los recursos no permanecen en el sector público, ya que de manera
casi automática retornan también a los ciudadanos, e incluso ocurre lo mismo
con el resto de partidas del presupuesto, con la diferencia de que no se
devuelven ciertamente en efectivo, pero sí bajo forma de Servicios Públicos.
Es verdad, y quizá es lo que molesta a
algunos, que se reintegran a los ciudadanos los impuestos con una distribución
distinta a la inicial. El argumento anterior se parece mucho al discurso que
empleaba Aznar cuando afirmaba que con las privatizaciones se devolvían las
grandes empresas públicas a los españoles, o la perorata de Esperanza Aguirre
cuando proclamaba que privatizar el Canal de Isabel II era entregárselo a los
madrileños. Sin embargo, en ambos casos se trata del expropiarse todos los
ciudadanos y beneficiar a unos pocos privilegiados.
Existe incoherencia en la postura de Ciudadanos cuando se inclina por esa bajada de impuestos no incrementando gasto público. Porque si en estos años se ha desbocado el déficit público, se debió a comportamiento de los ingresos, no al del gasto; y porque además la presión fiscal en España es una de las más bajas de Europa -bajo Grecia, Polonia, Portugal, Malta, Chipre, las Repúblicas Checa o Eslovena, Hungría, etc.-, mientras que se cuenta con un nivel de tanto prestaciones como servicios públicos muy por debajo del de los otros países.
El Gobierno del PP parece haber accedido a
la petición de Ciudadanos, pero instrumentando rebajas impositivas mediante
deducciones, exenciones y bonificaciones. Contrasta la reticencia que el
discurso oficial mantiene frente a subida de los gastos públicos y esa
permisividad e incluso beneplácito con el cual [no] se reacciona por aprobación
de los gastos fiscales que, sin embargo, tienen el mismo efecto sobre déficits públicos. Y ello a pesar de que estos últimos presentan importantes
desventajas con respecto a una actuación decidida del Estado a través de las
distintas partidas de gasto público.
En primer lugar, al no estar explicitados en
el presupuesto, los gastos fiscales tienden a consolidarse en mayor medida que
las partidas de gastos propiamente dichas. En segundo lugar, al estar difuminados como
una reducción de los ingresos, pasan desapercibidos sin sufrir para su
concesión los rígidos controles de otros tipos de gastos y, lo que es más
importante, en muchos casos se desconoce una cuantificación adecuada de su
coste. En tercer lugar, son de muy difícil control
e incrementan las vías de fraude. Los requisitos que se imponen a cada una de
las exenciones, deducciones o bonificaciones en aras de conseguir el objetivo
para el que se han aprobado resultan en muchos casos imposibles de comprobar,
sobre todo cuando, como ocurre en la mayoría de los sistemas fiscales modernos,
las medidas afectan a un gran número de contribuyentes. La generalizada evasión
que posibilitan hace que se incremente y multiplique gratuitamente el coste de las
medidas. En fin, los gastos fiscales son
regresivos porque la mayoría de las veces reducen impuestos progresivos.
Fundamenta Ciudadanos la existencia del
margen en las cuentas públicas en el hecho de que los 2.100 millones de euros
pactados con el PP y previstos para sostener el regresivo 'Complemento salarial'
parece quedarán liberados del Presupuesto español, pues espera que se
terminen pagando con Fondos europeos asociados a la Garantía Juvenil [¡un total, por ejemplo, no mayor del sobrecoste imprevisto asumido en 'rescates' de Autopistas privadas!]... Sin embargo, las Ayudas europeas no están para nada
claras; porque hasta las mismas autoridades europeas, poco sospechosas de
izquierdismo, se oponen a que parte de los salarios se paguen con fondos
públicos. El Ministerio de Hacienda prosigue haciendo juego malabares para esconderla verdadera naturaleza de la ayuda y lograr que pase la criba de Bruselas.
Algunos comentaristas políticos
considerando el pacto de Ciudadanos, con los Partidos canarios y el PNV,
hablan del coste que va a tener que pagar el Gobierno para conseguir aprobar
'techos de gastos'. En realidad, el Ejecutivo no será su 'paganini', sino la ciudadanía toda; lo cual debe hacer meditar a los Partidos 'de Izquierda (PSOE, UP)' si no
tendrían que haber movido ficha ya para que fuese hacia a la izquierda, el giro, y
no hacia la derecha.
La política de 'D. Tancredo' que van adoptado
no conduce a nada, puesto que, con o sin su apoyo, el Gobierno va a aprobar;
como ya ocurrió, este año, en 'techo de gastos' más Presupuestos. Es más, aunque
no pudiera sacarlo adelante, principal perjudicable tampoco sería el
Gobierno, que podría funcionar perfectamente con otro Presupuesto prorrogado;
sino de nuevo la ciudadanía con las Comunidades Autónomas, ya que sus Presupuestos
y niveles para el Gasto quedarían congelados o sin apenas posibilidades de aumento.
Los españoles pueden preguntarse
para qué sirven los Partidos 'de Izquierda' si cuando gobiernan aplican la
política de las derechas mas cuando están con un gobierno
minoritario y en la oposición o débil son incapaces de arrancarles concesiones (ni siquiera lo
intentan).
Enredados en absurdas disputas acerca del
quién tiene liderazgo sobre 'la Izquierda', y desde un extraño complejo por 'pureza
de sangre' que les impide todo dialogar o/y pactos con la derecha, deciden tal 'no
contaminarse'... Su muy evidente peligro es que así terminen por resultarnos prescindibles, y pudiéndoseles aplicar lo que Péguy afirmó del kantismo, que se habría conservado sin mancharse sus manos puras
tan sólo porque ya no las tenía..."
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“Uno de los mensajes estrella del FMI hoy es el clásico anatema sobre nuestros sistemas públicos de las Pensiones que comienza mentando al envejecimiento de la población y, en base a él, arremete contra todo intento de modificar la Ley actual.
ResponderEliminarConsideran ‘muy acertado el incremento anual del 0,25%, ya que toda actualización por un porcentaje superior iría en detrimento de las generaciones futuras’: la incongruencia del discurso aparece cuando al mismo tiempo reconocen lo que se llama ‘recuperación impresionante de la Economía española’ previendo crecimiento hasta 3,1% -del PIB- para el año en curso y siguiente…
Permaneciendo constante una población total (sea cual sea su relación entre activos y pasivos), la renta per cápita se incrementará también anualmente con el mismo porcentaje. Es decir, somos y seremos los españoles cada año más ricos... Y resulta difícil entender por qué un colectivo, el de Jubilados, (tanto presentes como futuros) no puede, sea cual sea la pirámide de población, ver incrementada su renta en esa misma cuantía cada año; o al menos mantener el poder adquisitivo sin deber empobrecerse. Para viabilidad de las Pensiones, lo importante no es cuántos producen sino cuánto se produce; y que su reparto sea el adecuado…
Simplificando podríamos calificar reparto equitativo aquel en el que todas las rentas (de trabajadores, empresarios, pensionistas, etc.) se incrementan igual (el aumento experimentado por la renta per cápita, o/y SMI). Ello es posible aun cuando la relación activos-pasivos haya evolucionado en contra de los primeros. La única condición es que la parte de renta nacional que se destine a empresarios y asalariados (activos) se reduzca (en la misma medida que lo haga el número de personas que componen estos colectivos), respecto a lo que va para el Estado (pasivos).
Lo que quizás hasta la fecha esté ocurriendo es que la distribución de la renta nacional se esté modificando a favor del excedente empresarial y en contra de los trabajadores y del Estado. Este reparto es el que pone en peligro, entre otras cosas, la cuantía de las Pensiones, para tanto jubilados actuales como de futuras generaciones. El concebir la Seguridad Social como sistema cerrado independiente, y creer que las Pensiones deben financiarse exclusivamente por cotizaciones, olvida que -según manda la Constitución- es nuestro Estado con todos sus ingresos el obligado a sostener la Pensión y actualizarla periódicamente impidiendo que pierda poder adquisitivo…
Retrasar edades de jubilación podría tener cierto sentido para una economía con pleno empleo; pero no en un país que tiene la mayor tasa del paro, después de Grecia, entre toda nuestra UE… La única conexión que un Fondo llamado de Pensiones tiene con estas es que no se pueden hacer efectivos hasta la jubilación, pero incluso esa relación se ha debilitado últimamente: se pierde control sobre la inversión, desconociendo el destino; y en caso de que se produzcan beneficios, serán absorbidos casi todos por las comisiones de gestión o depósito…
Propugnar el ahorro privado como alternativo al sistema público de Pensiones es condenar a buena parte del pueblo en la indigencia más absoluta para su jubilación, ya que solo una porción muy reducida entre todas las familias tiene capacidad ahorradora. Lo que resulta evidente es que garantizar Pensiones públicas adecuadas precisa de una presión fiscal adecuada, que no hay en España, donde se halla por colas entre casi todos los países europeos. Y no existe recomendación alguna para elevarla con excepción de la propuesta del subir el IVA, impuesto regresivo, tanto más cuando se incrementaría su tipo reducido...”
Juan F. Martín Seco (en ‘República de las ideas’, 28.07.2017): ‘Las pensiones y el FMI’