Nos ensordecen con milongas del 'Presupuesto social para recuperación' o la 'curva de Laffer'... pero el tan mentado autor
tampoco dijo sino que, 'si bien un Impuesto acumula recaudación de los
contribuyentes, cabría reducir aquélla incrementándolo sobre su nivel óptimo en cada caso'...
E, igualmente: aumentar 'Subvenciones a Empresarios demasiado por encima de niveles óptimos para sus casos únicamente trae más caídas en la misma Economía cuyo Crecimiento se pretendió así estimular' (como aquí ahora, cuando con Presión fiscal por debajo de lo mantenido para mejor Bienestar entre toda nuestra UE seguimos aun a las colas del mayor Paro -y menores Consumos- o consiguiente Depresión, en esta España...) cada vez...
E, igualmente: aumentar 'Subvenciones a Empresarios demasiado por encima de niveles óptimos para sus casos únicamente trae más caídas en la misma Economía cuyo Crecimiento se pretendió así estimular' (como aquí ahora, cuando con Presión fiscal por debajo de lo mantenido para mejor Bienestar entre toda nuestra UE seguimos aun a las colas del mayor Paro -y menores Consumos- o consiguiente Depresión, en esta España...) cada vez...
.Según recuerda
el animoso batallador Perednik,
“si se aceptan salomónicas admoniciones de que mejor es tener la reprobación
del sabio que los elogios de tontos ('Eclesiastés': 7,5), las Ciencias (en
particular Sociales) deben estar agradecidas tras una notable contribución que
recibieron en 1996… por parte de un físico. En efecto, el profesor A. Sokal –a la
sazón de New York University- se sentía perturbado por las arrogancias de aquellos
eruditos a veces postulando como verdades académicas unas expresiones que no
pasan de ser ampulosos galimatías, simplemente porque dichas jerigonzas nos resuenan sabihondamente complicadas o/y son suficientemente posmodernas.
.
Para
demostrar el síndrome, Alan Sokal pergeñó una operación ‘kamikaze’. La víctima
elegida fue la revista ‘Social Text’ de la Universidad de Duke, que
desde hacía casi dos décadas venía publicando artículos sobre marxismo,
feminismo, sexualidad, postmodernismo, o afines… Y armó un misil perfecto para
el embate: redactó con cuidado cierto artículo carente de sentido, mas deliberadamente
pseudo-científico, elevándolo hasta la redacción de dicha publicación universitaria
para tantear si lo editaban.
.
.
Los
contenidos del ensayo de Sokal estaban envueltos en un vano lenguaje académico
que pretendía competir con el de las Ciencias Exactas. Como tema, eligió uno
que pudiese cabalmente reflejar las actitudes casi nihilistas de los
posmodernos. Y para que no quedaran dudas del deterioro al que había llegado el
abuso del lenguaje para defender zonceras, se abocó a demostrar una tesis
patentemente absurda: que la ley de la gravedad no pasa de ser mera
construcción social.
.
Aunque
cueste creerlo, no faltan datos en el párrafo anterior. Sokal, doctorado en
Princeton en 1981 y hoy profesor de matemáticas en el University College
de Londres, «demostraba» en su extenso texto que la ley de gravedad existe en
la mente de la persona, sólo en la medida en que la gente se comporta como si
dicha ley existiera. En suma: si no ‘creyéramos’ en la gravedad, no nos
afectaría. Con ese tema potencialmente demoledor, revestido de un lenguaje
rimbombante a medida, había que ser sagaz también en la elección del título: “Traspasando
los límites prohibidos: Hacia una hermenéutica transformativa de la gravedad
cuántica”.
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Así quedaba
completo lo que terminó denominándose «Escándalo Sokal». Mas por que su
atentado fuera perfecto en sus consecuencias, Sokal preparó de antemano una
categórica autorrefutación, que iba a ser difundida simultáneamente en otra
revista: 'Lingua Franca'. Y para el azoramiento de cuantos se enteran
retrospectivamente del fraude, o para bochorno de las víctimas de marras, todo
salió según lo planeado.
.
En el
mismísimo momento en que ‘Social Text’ cayó en la trampa, y publicó lo
de la inverosímil hermenéutica transformativa y los delirantes límites
prohibidos de la cuántica, al mismo tiempo, la revista ‘Lingua Franca’
incluyó en su edición de Mayo-Junio de 1996 un artículo del mismo Alan Sokal
titulado: “Los experimentos de un físico con los estudios culturales”. En
éste, explicaba que su otro artículo era «un fárrago de jerga postmodernista,
reseñas aduladoras, citas grandilocuentes fuera de contexto, y un rotundo
sinsentido, apoyado en las citas más necias que había podido encontrar sobre
matemáticas y físicas, formuladas por académicos en Humanidades genéricamente
llamados 'postmodernos'».
.
Y el KO fue
rotundo: la respuesta de los editores de ‘Social Text’ distó de ser una
autocrítica; informaron de que la iniciativa de Sokal había constituido una
«traición fraudulenta de su confianza», que se arrepentían de haber publicado
el texto (sic), etcétera, etc. No incluyeron en su respuesta ni siquiera una
alusión al hecho de que la ley de gravedad no es relativa, y que tampoco había
sido relativa su idiotez en aceptar semejante absurdo como si fuese artículo de 'opinión'.
.
La aceptación
ponía al desnudo el nervio de los relativizadores enfermizos que abundan en el
mundo académico. Porque si todo vale, si no hay verdad, si todo es materia
opinable, pues ni la gravedad se salvaba. Y si lo opinable es limitado, lo que
no se salva es el posmodernismo. Por otra parte, si el blanco del ardid no
había sido directamente la postura posmoderna, hubo otra verdad que quedaba
expuesta gracias a Sokal: que las Ciencias Sociales abusan del lenguaje y linaje para elevar al pedestal como académicas 'verdades' lo que no pasan de ser meras
'opiniones', equivocadas generalmente.
.
Aclaremos
que Sokal no se alegraba de su logro. No es motivo de júbilo que las
universidades frecuentemente abandonen su rol en lides para el debate calmo de
ideas y la libre investigación; que dejen de ser marcos para que la diversidad
de opiniones permita fortalecer la sensatez de los argumentos; que rechacen el
ideal de ser un oasis de racionalidad que se eleve por sobre el furor
circundante.
.
Por el
contrario, es triste que muchas universidades [públicas, incluso] se hayan transformado
en santuarios religiosos imponiendo su dogma y acallando todo desvío de la línea
oficial, tenido por herejía… Y fanáticos no pocas veces son los mismísimos
profesores, o incluso decanos, a quienes considerábamos referentes en
salvaguarda del debate equilibrado.
.
Una buena
parte de los académicos en Ciencias Sociales resultan ser meros ideólogos que
no consienten a la realidad desviarles de su credo, y revisten con un aura de
raciocinio universitario cuanto no sería sino su conspicua militancia políticosocial.
.
Años después
del “Escándalo Sokal”, éste publicó también sendos libro profundizando
sobre dicho fenómenos: ”Imposturas intelectuales (1997)” y ”Más
allá de las Imposturas Intelectuales: Ciencia, filosofía y cultura (2009)”
.
¿Hasta cuándo seguirán t@ntos charlistones persistiendo sin entender toda la célebre obviedad gráfica esbozada por Laffer con sólo una servilleta del café que nunca cesan de citar en vano, inexacta mente, como simplísima panacea unidireccional?
Sin duda es cierto lo por Laffer mostrado, sólo que:
ResponderEliminar- 1/ Si algún gobierno establece un tipo de cualquier Impuesto con Presión fiscal confiscatoria (sobre bases declaradas por cada contribuyente) del 100%, dado que a nadie le quedaría ya nada sobrante para pagarlo, será Nulo su Ingreso con él…
y 2/ si bajase la Tasa impositiva hasta 0%, también pasaría lo mismo...
- Existirá, pues, algún otro valor ‘ÓPTIMO’ intermedio para el Tipo del Impuesto al objeto de maximizar su recaudación; ¡mas, a priori, no sabemos cuál es!
- Por ende, nadie nos puede asegurar sin más si re-bajando los Tipos de alguna Fiscalidad concreta van a beneficiarse o no, a perjudicarse, Bienestares que aquélla debe sufragar… Salvo COMPARANDO bien con los demás posibles casos concretos de una suficiente analogía en el mismo entorno geográfico-jurídico y temporal…
Salud, Miguel
Vale, sí, M...
EliminarPero además del hecho señalado en cuanto a ese carácter -ambivalente y de BOOMERANG- para la "curva de Laffer" (con sendas caras o curvaturas, ascendente una mas descendente la otra, en ambos lados del punto máximo) no debe olvidarse tampoco la principal objeción ante frecuentísimas conclusiones injustificadas con sus usos en acientíficos debates.
Lo principal es recordar que los Impuestos no se cobran para detraer dinero de la gente sin que aproveche, sino como TRANSFERENCIA desde la gestión directa por los contribuyentes a redistribución por administraciones públicas. Así que nunca tendrá sentido fijar por objetivo ni minimizar ni -como, tartufa mente, se parece querer buscar por quienes en estos casos nos dicen tan 'discípulos' de Laffer ser...- optimizar RECAUDACIÓN fiscal.
En realidad, el BIENESTAR a maximizar debe ser SUMA de los resultantes con ambas: tanto la renta gravada por cuanto recaude Hacienda como lo remanente que tras ello se deja en las manos privadas.
O, según lo sintetiza Martín Seco, el alegato de la famosa "curva de Laffer" es tan solo una FALACIA; sus defensores discurren más o menos así: un aumento de los impuestos produce descensos en la renta disponible, y por tanto de la producción, por lo que se provoca una disminución de la base imponible sobre la que se aplica el impuesto. Por el contrario, es posible que una disminución del tipo impositivo provoque un aumento de las rentas, del consumo, de la producción y finalmente una mayor recaudación.
Se presume erróneamente que los recursos dedicados a la finalidad de disminuir impuestos caen del cielo y que, además, no se pueden dedicar a ningún otro objetivo. Es posible que una reducción del gravamen provoque aumentos en la renta de los agraciados y en el consumo, pero solo a condición de que se reduzcan determinadas partidas del gasto con la consiguiente DISMINUCIÓN DE RENTA en los beneficiados o de consumo publico
Tanto cualquier gestión de Sectores PRIVADOS como la del PÚBLICO son susceptibles de ineficiencias, derroche y corrupciones. Lo que se trataría es de actuar en cada caso para minimizar dichos costes y optimizando resultado colectivo TOTAL.