jueves, 28 de mayo de 2015

Sin posibilidades de mejorar nada si queremos proseguir eligiendo tan sólo emocionalmente...

   
Para resacas del 24-M, ahí va fragmento entre lo escrito por Gustave LE BON (1841-1931), antropólogo y físico pionero al descubrir el gran poder que cabría desprenderse del átomo -según planteó con ‘La energía intro atómica’ en «Evolución de la materia»- incluso anteriormente a cuando por fin luego EINSTEIN (1905) formulaba su primera ‘Teoría de la Relatividad’...
  
En ‘Irracionalidad de las masas’ -base para reformulaciones que sobre lo mismo posteriormente plantearía FREUD- nos ofreció ya este LE BON alguna consideración que bien podrá iluminar aparentes incongruencias visibles (y demasiadas veces contempladas, por analistas ingenuos o sin fundamento, como novedosas) frente a nuestra dinámica, más de otro siglo después [Por cierto: el autor en 1902 también promovió una serie de semanales banquetes –‘les Déjeuners du Mercredi’- adonde, a discutir actualidad, fueron invitadas diversas eminencias como Raymond o Henri POINCARÉ (presidente de Francia y físico, respectivamente), Paul VALERY (literato), Henri BERGSON (filósofo), etcétera]...

    Nos resiste aún esta 'Casa del Inquisidor' -Dom. Çaldíbar- en Valpuesta (siglo XVI)
   
(...) Desde aquel momento en que se reúne cierto número de seres vivos, ya sean manadas de animales u otras multitudes de hombres, instintivamente se sitúan bajo autoridades del jefe, es decir, de un conductor o líder. La masa es rebaño que no sabría carecer del amo.
  
El líder es en primer término, la mayoría de las veces, un sujeto hipnotizado por aquella idea de la cual se ha convertido en apóstol. Generalmente, los conductores de masas no son hombres de pensamiento, sino de acción. Son poco clarividentes y no pueden serlo más, ya que la clarividencia conduce generalmente a dudas e inacción. Suelen reclutarse sobre todo entre aquellos neuróticos, excitados y semi-alienados que se hallan al borde de la locura...
   
La multitud escucha siempre al hombre dotado de una fuerte voluntad. Ya que los individuos reunidos en masa pierden toda voluntad, se tornan instintivamente hacía quien la posee. Los pueblos jamás han carecido de líderes; pero no todos entre ellos poseen las fuertes convicciones que los conviertan en apóstoles, con frecuencia son sólo hábiles oradores que no persiguen sino sus intereses personales... Y la influencia que siempre de tal modo pueden ejercer efímera es.
    
     
En toda esfera social, desde las altas hasta la más baja, en cuanto el hombre no esté aislado caerá muy pronto bajo dominio de un líder. Los conductores de masas tienden al sustituir hoy en día progresivamente a los poderes públicos, entre tanto estos permiten que se les discuta y debilite. Si el líder desaparece a consecuencia de un accidente y no es inmediatamente sustituido, la masa se convierte en una colectividad sin cohesión ni resistencia…
   
Cuando se trata de arrastrar a una masa por un instante, haciendo que cometa cualquier acto, hay que actuar mediante sugestiones rápidas; y la más enérgica es el ejemplo. Mas cuando se trata de hacer penetrar lentamente ideas y creencias en el espíritu de las masas –como teorías sociales modernas, por ejemplo– son diferentes los métodos del líder, recurriéndose muy principalmente a otros tres procedimientos básicos: afirmación, repeticiones y contagio. Su acción es bastante lenta en este caso pero, a cambio, los efectos duraderos.
    
 Por este río Lobos hace 900 años abusaba nuestro proto-yihadismo templario...
     
La pura o simple afirmación, desprovista de todo razonamiento y toda prueba, supone un medio seguro para conseguir hacer penetrar una idea en el espíritu de las masas; cuanto más concisa cualquier afirmación sea, cuanto más desprovista de pruebas y sin demostración, tanta mayor autoridad posee. Los códigos y libros religiosos de todas las épocas han procedido siempre mediante simples afirmaciones.
   

Sin embargo, estas últimas no adquieren auténtica influencia sino a condición de ser constantemente repetidas y, lo más posible, en los mismos términos. Napoleón decía que no existe más de una figura seria en retórica, la repetición: en efecto, aquello que se repite concluye por incrustársenos en las regiones profundas del inconsciente desde donde son elaboradas las motivaciones ante nuestros actos. Al cabo de cierto tiempo, olvidando quién es el autor para esas repetidas aserciones, terminamos por creerlas.
    

Cuando unas afirmaciones han sido suficientemente reiteradas, con unanimidad en la repetición (...)  se constituye  aquello que llamamos una corriente de opinión e intervienen los potentes mecanismos del contagio. En las masas, las ideas o sentimientos, emociones y creencias, poseen un poder contagioso tan intenso como el de los microbios (...). El contagio de las emociones explica lo repentinos que son los pánicos.
    

De modo similar a los animales, por naturaleza, el hombre imitador es; la imitación constituye una necesidad para él, por supuesto, a condición de que sea fácil. Por tal necesidad nacen las influencias de sus modas. A la masa se le guía con modelos, no por argumentaciones. En cada época, un número reducido de individualidades imponen su acción, que la masa inconscientemente imita… Por este motivo, los hombres demasiado superiores a su época no ejercerán, en general, ninguna influencia sobre la misma.
    
Una creencia u opinión se propagará mediante los mecanismos del contagio... y -sin embargo- muy poco por el del razonamiento
   
( Capítulo III: 'Los conductores de masas' )
 
 

  
El genial Michel de Montaigne nos legó ya un fundamental textículo, esclarecedor sobre la 'Servidumbre voluntaria', atribuido -pudorosa... y muy cauta... mente- a su brillante buen amigo Étienne de La Boétie: "Discours de la servitude volontaire"...  
    
  
Y algo más cerca, hace bien poco el profesor Manuel Arias Maldonado nos ilustró nuestros retos actuales ante ciertos rasgos de 'La democracia sentimental' para estas épocas:  
   
 
- Afrontar esa infección que padece nuestra "populista" democracia liberal representativa situando tales tendencias -para una sentimentalización irracional de las 'opiniones' ciudadanas- en más amplios contextos que proporciona el actual cuestionamiento, sobre aquella precedente asunción ilustrada según la cual los individuos actúan sólo como racionales y maximizadores entre sus preferencias, por la psicología o disciplinas afines hecho.
 
- Se tratará de algún cuestionamiento que también debiere afectarles a las disciplinas como economía y ética, obligadas al revisar sus asunciones de partida ante la cada vez más poderosa evidencia de que nuestra racionalidad individual se halla fuertemente mediada por emociones con distintas lagunas o sesgos en esa -tan "racional"...- decisión. Esta sentimentalización de la democracia podemos ponerla en relación con unos nuevos instrumentos para comunicación política, que han demostrado ser empleables más como vehículos expresivos que por persuasivas herramientas.
 
  
   
- Sea como fuere, resultaría inexacto afirmar que la teoría política ilustrada ha venido ignorando históricamente dicho problema; que, a fin de cuentas, es el mismo de aquella domesticación del ser humano sobre la que Sloterdijk llamase atención en su duelo con Heidegger y Habermas hace más de una década.

- Autores como David Hume ya señalaban con claridad que la razón humana bien puede verse como un instrumento al servicio de las pasiones. De ahí que aquel concepto ilustrado de subjetividad deba ser reivindicado –también, por cierto, frente a tradición comunitarista– como una 'prescripción' antes de para simple descripción. Y que consiguientemente se debiera defender autonomía personal como un ideal regulatorio e irrenunciable, para cuya promoción pudieren hallarse nuevos instrumentos...
      
  Corren desde una surgencia en la Fuentona, por Abioncillo y al Ucero, más limpias aguas...
       
Y por tales persecuciones, animosas mentes, continuar pretendemos -hacia otros cauces de menor contaminación, como mínimo inexcusable- aquí afanándonos...

1 comentario:

  1. Estas líneas se escribieron durante la jornada de reflexión, pero se publican cuando las elecciones autonómicas y municipales han quedado atrás.

    No habrán influido en la contienda partidista, de forma que nadie tendrá la menor duda sobre que se trata de 2 ocurrencias personalísimas debidas a uno de los candidatos para ser alcalde próximo en Madrid, el profesor Antonio Miguel Carmona (del PSOE)...

    Se trata de 2 peregrinas propuestas o cuchufletas ajenas a cualquier opción política determinada:

    El futuro de Madrid -según él sostiene- pasaría por las 'naumaquias' (o 'batallas navales', como cuando los circos romanos) en el estanque del Retiro y el lago de la Casa de Campo.

    Así como, también, por la declaración de Madrid como 'capital mundial del español o castellano'...

    Veremos qué pasa si Manuela Carmena se alza con la alcaldía de Madrid gracias al apoyo del PSOE.

    JLM

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