lunes, 3 de marzo de 2014

'Abismarse inconsciente mente, gozo supremo' según GERARD MORTIER (*** In Memoriam)


Por fin, “todo el asunto consistirá en saber si uno puede vivir con sus pasiones; y ello además aceptándose su ley profunda, la cual sólo es quemar ese corazón que al mismo tiempo exaltan…”, como afirmó en ’El mito de Sísifo’ un ahora centenario Albert Camus que había enraizado su reflexión sobre una conseja esclarecedora del gran vate Píndaro desde hace ya 2.500 años: “¡Oh, alma mía, no aspires a la vida inmortal pero agota el campo de lo posible...!”
 
Mas también 'Tristan...' -aquel mismo del cual Wagner nos ha pintado, imperecederamente, ya cómo terminaba dejando caer la espada...- puede aclararnos hoy algo de nuestras cuitas más comunes: “¡anhelar, anhelar hasta la muerte… y no morir de anhelo!”
 
Isolde, mirándole profundamente, canta: “Delicioso y suave, cómo sonríe; cómo los ojos propicio abre, ¿lo veis, amigos? ¿No lo veis y sentís?... ¿Oigo solo yo esta melodía, que tan maravillosa y suave, lamentándose de gozo, diciéndolo todo, dulcemente conciliadora, sonando desde él penetra en mí, se eleva sobre sí, resonando propicia, rodeándome de sonido?...
 
¡En la crecida resonante, en el ondulante sonido, en el universo suspirante de la respiración del mundo... anegarse... abismarse... inconsciente... supremo deleite!”
 
<Con su extraordinario ensayo ‘La llama doble’, Octavio Paz analiza el contenido y la relación entre la sexualidad, el erotismo y el amor. Lo hace sobre la base de su inmensa erudición literaria, y muestra cómo la imaginación es el motor para nuestros impulsos tanto del acto poético como del erótico. Escribe: “Ella es la fuerza que transforma el sexo en ceremonia y rito, la lengua en ritmo y metáfora”. Es la imaginación, porque todas las cuestiones que los amantes se hacen cristalizan en la frase “¿Quién eres tú?”.
 
La intuición nos abre los ojos y los oídos a “otro mundo en este mundo, el otro que a la vez es éste”; y por eso, con una sutil intuición, cita la frase de Rimbaud “et j’ai vu quelquefois, ce que l’homme a cru voir”. Paz escribe su ensayo más allá de reflexiones morales. Según él, hay que tener siempre presente que la sexualidad se orienta a la reproducción. El erotismo niega la fecundación, en cambio: el significado de la sexualidad se puede comparar al lenguaje para comunicación; mientras que lo del erotismo puede ser equiparado con poesía, en literatura.
 
El amor encuentra sus expresiones en la relación entre Psique y Eros; de lo cual Canova, en su escultura de mármol, nos ha dado la imagen más bella. Platón investiga al respecto con mayor o menor acierto. Y el significado del amor lo encontramos en el amor cortés, tal como lo han desarrollado los trovadores en sus canciones. Cabe destacar cómo en tal momento esa relación supone la emancipación de la mujer, con Leonor de Aquitania, como modelo. El caballero debe hacerle la corte a su dama.
 
En cuestiones de sexualidad y erotismo, la moral sólo surge a partir de los tabúes que el ser humano se ha impuesto a sí mismo por evitar que el instinto de la sexualidad animal se convierta en una fuerza destructiva para la sociedad. Ello es posible porque la sexualidad del ser humano es totalmente diferente a la de los animales. “La estirpe humana sufre de un insaciable hambre sexual. Por eso los seres humanos hemos tenido que inventarnos reglas que canalicen el impulso sexual y que protejan a la sociedad de sus excesos”, escribe Paz.
 
Resulta empero erróneo relacionar estas prohibiciones y tabúes con leyes divinas, cuya conculcación será castigada con los fuegos infernales y la maldición eterna, tal como Dante lo describe en su encuentro con Francesca Da Rimini en el Infierno de 'La Divina Comedia'.
 
La relación entre pecado y erotismo surge en el siglo III, cuando el emperador Constantino instaura la doctrina cristiana como religión del Estado. La Iglesia cristiana nos enseña que la sexualidad sólo resulta aceptable si se vincula a la procreación, razón por la cual no sólo habría que censurar las pervertidas costumbres del Imperio romano desde Tiberio y Nerón hasta Heliogábalo, sino también degradarse a Epicuro por 'lujurioso'... Algo que no se correspondía ni un ápice con la verdad.
 
Con una de sus cartas escribió Epicuro: “Si afirmamos que el gozo es la máxima aspiración, no nos referimos a los placeres de la intemperancia y la gula como algunos ignorantes, opositores y difamadores alegan, sino a la liberación del dolor físico y espiritual. No son la ebriedad y las orgías lo que constituye una vida de gozos llena, sino el pensamiento sobrio que procuraría los cimientos de todas nuestras elecciones y rechazos”.
 
A su estela el poeta Lucrecio escribió por la época de Cicerón un poema de 17.000 versos, 'De rerum natura', en el que analiza la doctrina de Epicuro iniciándolo con un loor a las fuerzas impulsoras de la primavera. Los primeros fragmentos de este poema se hallaron en la Villa dei Papiri en Herculano, enterrado bajo la lava del Vesubio, donde el suegro de Julio César reunía en torno a sí un gran círculo de epicúreos. Afirmaban que todo lo visible está formado por partículas invisibles que se mueven en un vacío infinito.
 
Constituye, pues, base de donde surge la teoría del átomo; y añade, además, que no existe creador alguno: el universo no ha sido creado ni por ni para los seres humanos. Para ellos, el alma es mortal, no hay vida después de la muerte, las religiones organizadas son ilusiones supersticiosas y todo ello espantoso. “Todas las cosas surgen desde pequeñas desviaciones en el movimiento de las diversas partículas y los seres humanos no son singulares. La muerte no debe conmovernos porque no hay vida más allá de la muerte, y por ello la máxima aspiración es el incremento del gozo y la disminución del sufrimiento”.
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Naturalmente, se llevó a cabo una guerra milenaria contra los textos de Lucrecio ganada con grandes éxitos. Y así vencieron al sufrimiento y dolor sobre todo gozo. El único que se movía entre ambos fue S. Francisco de Asís, que si bien recibe los estigmas, también escribe una loa al Sol; percibe en el canto de los pájaros la presencia de Dios y se entrega por completo al ángel músico. No resulta extraño, pues, que tanto Wagner en 'Tristan und Isolde' como el 'Saint François d’Assise' de Messiaen acaben con análogas palabras respecto a deleitosa experiencia: “Lust” y “Joie”.
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La guerra comenzó por afirmarse que la expulsión de Adán y Eva del Paraíso no está ya en relación al deseo sino con su incontrolable impulso sexual; el pecado original dejaba de ser uno contra el espíritu para en otro carnal convertirse. Al mismo tiempo, en el siglo VI con S. Benito, se instala un culto a la castidad del cuerpo –'vapulatio, disciplinas et flagelatio'– que deberá exterminar todo deseo de los sentidos.
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Afanes del dolor triunfan sobre los de placer; y en ningún otro país de Europa se cultivó tanto ese principio como por España, cuya cristalización se plasma en la Semana Santa de Sevilla, razón por la cual solo desde allí podía surgir la mitología referente al Don Juan que formula el jesuita Tirso de Molina.
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Tras redescubrirse a principio del Renacimiento por los humanistas aquel 'De rerum natura', se introduce ya una contraofensiva -cuyo mayor promotor será M. Montaigne- mientras Copérnico y Galileo se basan en Epicuro y Lucrecio para desarrollar su teoría sobre el sistema solar; Montaigne poseía una de las primeras ediciones impresas del poema, en la que hizo muchas anotaciones.
 
El texto llegó hasta Shakespeare, lector suyo entusiasta, y por ello puso a 'Hamlet' en escena para la primer aparición con los 'Ensayos' de Montaigne bajo el brazo. Su narración sobre la reina Mab, en 'Romeo y Julieta', traducirá de un modo fascinante la idea de Lucrecio sobre los átomos.
 
Por supuesto, también las grandes figuras de la Ilustración, Diderot y Grimm entre ellos, conocían el poema; y por tanto no debería sorprendernos que el segundo presidente americano, Jefferson, se reconozca como seguidor de Epicuro en la carta que a los 77 años escribió: “Siento, luego soy; siento cuerpos que no son yo mismo, luego debe haber otras existencias. Yo las llamo materia. Siento cómo cambian de lugar. Eso me procura movimiento. Sobre la base de impresiones sensoriales podemos construir certezas que podemos tener o necesitar”.
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A pesar de la moral victoriana en Inglaterra y los sulpicianos en Francia, la visión de Lucrecio se mantendrá (...) 
 
Sendas óperas –'Tristan und Isolde' y 'Brokeback Mountain'– nos conducen, de distinta forma, a través del laberinto del erotismo y el amor hasta el sufrimiento que causan las prohibiciones instauradas por la sociedad. Creo que sería importante reflexionar, a través de las obras de arte, sobre las causas por las cuales la sociedad tardoburguesa cae en el sexismo, el culto a la silicona y la pornografía. Eso está relacionado con la represión de las cuestiones que plantean tanto Octavio Paz y Epicuro, como Lucrecio. Ahí radica también una de las causas de la actual crisis social, que va mucho más allá de los problemas económicos y financieros.
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La relaciones amorosas en 'Tristan und Isolde' son más complejas de lo que se piensa. Isolde se enamora de Tristan cuando le mira a los ojos mientras le cura la herida mortal que le ha infligido su amante Morolt, muerto en el duelo entre ambos, con su espada envenenada. Como en la historia de Jack y Ennis, se mezcla lo cotidiano con gran pasión. ¡Cuántos soldados y enfermeras no se habrán enamorado en la I Guerra Mundial cuando les llevaban a la retaguardia en Inglaterra para curarlos y enviarlos de nuevo al frente!
 
Se comprende por ello la ira de Isolde al principio de la ópera, cuando Tristan la conduce a Inglaterra como trofeo matrimonial para el rey Marke. Por otra parte, Tristan no puede resistirse a cumplir este servicio para su eterno amigo del alma, aunque también él esté desesperadamente enamorado de Isolde. Poseemos dibujos medievales en los que Tristan se encuentra en el regazo de Marke tocando el arpa. Por su desesperación, acepta en señal de penitencia el elixir de amor que Isolde le ofrece, pensando ambos que se trata de un elixir de muerte.
 
Como director de escena, Wieland Wagner fue el primero que dejó claro este momento, al hacer que los amantes caigan uno en brazos del otro tras apurar la copa, porque ambos creen que van a morir y por eso pueden reconocer su amor: que ambos tomen tal elixir de amor es una pura convención social, al tratarse de un amor que la sociedad rechaza radicalmente. Brangäne les dio, al parecer, un buen vaso de vino, como en 'L’elisir d’amore'. Lo importante es que ambos creen hallarse con una situación en la que pueden conculcar el tabú social. Para ello necesitan a Brangäne, que sirve a Isolde como Geschwitz a Lulu.
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Tras haber roto este tabú, Tristan incluso se alegra de su infidelidad y la reconoce sin tomar en consideración a Marke como amigo; por lo que, para ponerlos en escena, Peter Sellars hace que le bese al momento mismo que debe reconocer su traición. Marke lo descubre gracias a Melot, compañero de armas con Tristan también consumido por el amor que siente hacia Isolde, razón por la cual es infiel a Tristan e incluso le traiciona.
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La única salida que le queda a Tristan es el anhelo de muerte, el regreso al país desde el cual su madre le mandó, “el oscuro país de la noche, en el que la luz del sol no brilla”. Como todos los amantes consumidos por un amor prohibido, se entregará a la noche. Esa es la razón también de que los castillos de Luis II de Baviera, Linderhof, Herrenchiemsee y Neuschwanstein resulten más hermosos a la luz de la luna y las velas. Isolde glorificará esa muerte de Tristan sumida en el más pleno gozo.
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Otra historia de amor que Annie Proulx, escritora, y el compositor Charles Wuorinen desarrollan en su ópera 'Brokeback Mountain' va mucho más lejos que la película homónima basada en un relato de Annie Proulx. Ella se sintió un tanto insatisfecha con la interpretación de la película y por ello se decidió a escribir el libreto para la ópera. En todos nuestros encuentros remarcó siempre lo importante que le resultaba que el público comprendiera que se trataba de una pasión entre Jack y Ennis que se extiende a lo largo de 25 años. Una pasión que no termina hasta la muerte de Jack, asesinado por una banda homófoba.
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Ambos son unos pobres diablos, que se ganan algo de dinero pastoreando enormes rebaños de ovejas durante los tres meses de verano, con la única compañía de algunos lobos y osos, en un fascinante pero peligroso paisaje montañoso, Brokeback Mountain, en Wyoming, al noroeste de Estado Unidos. La soledad y el peligroso empleo los lleva una noche al encuentro. El día siguiente, Ennis se negará al asumir la experiencia, para él tabú porque, cuando era un adolescente, su padre le creó un trauma obligándole a presenciar la castración de un homosexual en su pueblo del Medio Oeste.
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En el otoño siguiente a este verano, se casará de inmediato con su prometida pero, tras una larga separación, cuando ambos hombres a encontrarse vuelven estalla entre los dos la relación apasionada que -aun cuando esporádica, en cortas escapadas- se extenderá a lo largo de 25 años hasta que asesinan a Jack. Ennis se instala solo después de que su mujer y los hijos le abandonen, pero se niega a convivir con Jack en una granja porque sigue sin comprender esta pasión a pesar de que no puede sustraerse a ella.
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Cuando, tras la muerte de Jack, visite a los padres de este, descubrirá en la habitación de su compañero que conservaba como una reliquia una camiseta suya, manchada con su sangre tras una pelea entre ambos. Entonces entiende cómo tal pasión, con su erotismo, era expresión de un gran amor.
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A raíz de la composición de Tristan, se produjo una historia amorosa más bien banal entre Wagner y Mathilde Wesendonck, la esposa de su antiguo amigo, quien le había procurado alojamiento en Zúrich durante su exilio. Así son la mayoría de los líos amorosos, pero a menudo se transforman en situaciones existenciales que han dado lugar a miles de obras extraordinarias de arte, desde el 'Cantar de los cantares' de Salomón al 'Tristan...' de Wagner, pues los laberínticos caminos y entretejidos impenetrables del erotismo y el amor no se pueden restringir con reglas ni definiciones.
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El impulso sexual puede analizarse. Erotismo y amor solo se pueden sentir y en ellos, hasta su perdición, sumirse. Por ello necesitamos las obras de arte, para poder identificarnos con los protagonistas. Necesitamos a Julieta para exclamar con ella: “¡Dulce noche, noche amorosa, ven con mi Romeo, y córtalo en estrellas pequeñitas, dará tal esplendor al firmamento que el mundo, enamorado de la noche, se olvidará del sol y de su fuego!”> 
 
(Gerard Mortier, Madrid, 2014)
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Sabido es el que quienes disfrutan poco y mal amando... no pueden ser nunca bastante creativos como para mejorar nada en lo de su alrededor...
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- Postdata (06/03/2014):
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En definitiva y volviendo por aquel texto, El mito de Sísifo’, desde cuya cita comenzaban estas reflexiones ya deudoras del camusiano autor que rebatió cartesianismos con su “¡me rebelo, luego existimos!”, podría concluirse que “lo absurdo aclara este punto: no hay mañana; ésta es en adelante la razón de mi libertad más profunda…
 
Al abismarse, completamente vuelto hacia su muerte (tomada aquí como la más evidente absurdidad), el hombre absurdo se siente desligado de todo lo que no es tal atención apasionada que cristaliza con respecto a las reglas comunes para él en libertad (…) La vuelta a la conciencia y evasión del sueño cotidiano son los primeros pasos de dicha libertad absurda…
 
Abismarse en la certidumbre sin fondo (…) ese increíble desinterés por todo, salvo por la llama pura de la vida (…) que un corazón humano puede sentir y vivir (…) Sentir la propia vida, su rebelión, su libertad, y lo más posible, es vivir lo más posible.
 
Donde reina la lucidez se hace inútil una escala de valores (…) El presente y la sucesión de los presentes ante un alma sin cesar consciente, tal es el fin del hombre (…) meditación sobre lo absurdo (…) al seno mismo de las llamas apasionadas de la rebelión humana…
 
Si debemos encontrarnos con una noche, ésta debe ser más bien de la desesperación (…) lúcida, noche polar, vigilia del espíritu, de la cual surgirá, quizás, esa claridad blanca e intacta que dibuja cada objeto en luz de la inteligencia y coincide con la comprensión apasionada
 
El hombre absurdo, por lo eterno no hace nada, sin negarlo. No es que la nostalgia le sea extraña, sino que prefiere a ella el valor y su razonamiento: enseñando lo primero a vivir sin apelación, y al contentarse con cuanto tiene; el segundo, también, sus límites
 
Se tratará de no eludir nada; en defensa de tal absurdidad del mundo hay una felicidad metafísica. La conquista o el juego, amor innumerable y rebelión absurda son homenajes que tributa el hombre a su dignidad por una campaña en la cual vencido está de antemano (…) No hay fronteras entre las disciplinas que un hombre se propone para comprender o amar…
 
Pensar es, ante todo, querer crear un mundo (o limitar el propio, que a lo mismo equivale)… pero para que tal actitud absurda siga siéndolo debe permanecer consciente de su gratuidad. Lo mismo sucede con la obra (…) No ya esos ejercicios de pasión y desapego que consumen el esplendor e inutilidad por una vida (…) es el camino medio que a los rostros del hombre lleva lo que se intenta encontrar…
 
Los lúcidos pensadores erigen las imágenes de sus obras como símbolos evidentes de un pensamiento limitado, mortal y rebelde (…) son quienes hacen las obras apasionadas filósofos irónicos (…) queda un destino cuya única salida es fatal; fuera de la fatalidad por tal muerte, todo lo demás, goce o dicha, es libertad...


El esfuerzo mismo por llegar a las cimas basta para llenar un corazón de hombre. Y por ello hay que imaginarse al Sísifo dichoso…"
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-> Postdata última *** IN MEMORIAM  (9/3/14):

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El animoso Gerard Mortier, al que tantas excelencias le debemos entre todo su valioso empeño por desigual pero siempre valiente búsqueda de lo mejor, ha llegado ayer a un demasiado prematuro término en su vida; feliz mente hasta el final, siempre, como nuevo Sísifo...

Tras despedida para los amigos en Madrid hace muy poco por aquel postrero "¡Viva el Teatro Real...!", nos quedan estos ecos con sus ultimísimas palabras... recitando amorosos arrullos de Isolda y Julieta...

¡Nunca olvidaremos tantas ocasiones vividas junto a él, de las mayores alegrías!
 

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  1. Y MÁS ENLACES A VIDEO DE INTERÉS =

    ‘Ópera, el Teatro de las emociones’ 18-1-11
    desde la universidad Politécnica, en Madrid:
    www.youtube.com/watch?v=IYsVwKrGgZQ

    ‘Ópera, dramaturgia de una pasión’ 24.2.12
    Mortier entrevistado, en la Fundac J. March:
    www.youtube.com/watch?v=GU53NyuMRa4

    Encuentro con Mortier, en la Uni.Autón.M-1
    www.youtube.com/watch?v=Nq0pC44PE-c
    …Íd. íd. (30-05-13, recién diagnosticado) -2
    www.youtube.com/watch?v=luXxmR9SsLk
    …Íd. íd. (30-05-13, recién diagnosticado) -3
    www.youtube.com/watch?v=h2nujcDWeZA
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