domingo, 27 de agosto de 2023

Por (este) "Cambio Climático" (Global): {'ESCUELA[S] DE CALOR[ES]'...- 2023}


La bisabuela inglesa de mi mujer era una señora elegante y espartana, y cuando sus hijas pequeñas se quejaban de la temperatura, contestaba impertérrita: “Nenitas, nenitas, en invierno hace frío y en verano hace calor”. Pues bien, cuando los propagandistas del cambio climático aprovechan una simple ola de calor para repetir sus cansinas letanías catastrofistas sobre el apocalipsis que nunca llega me entran ganas de repetirles: “en invierno hace frío y en verano hace calor”.

[A mis lectores anteriores les habrá resultado familiar este párrafo inicial. En efecto, así es como comencé mi artículo 'Escuela de Calor' en junio del 2022 ante la usual campaña del alarmismo climático veraniega, que hiberna como los osos para resurgir con fuerza cada verano aprovechando las olas de calor propias de la estación. Dado que dicha campaña llega todos los veranos con la puntualidad de un reloj atómico he decidido mantener el mismo título cada año.]
  
Buena noticia: el planeta goza de magnífica salud

El fraude del cambio climático –la mayor estafa de la historia– necesita de un flujo constante de noticias alarmantes que creen un estado de miedocomo en el Covid– para mantener vivo el eslogan de “salvar el planeta”. Sin embargo, el planeta goza de magnífica salud –frase que alegra a las personas normales y enfada a los abducidos– y la llamada emergencia climática simplemente no existe. Uno a uno, los grandes iconos del alarmismo climático han ido mostrándose falacias propagandísticas. La población de osos polares crece feliz [1], hasta el extremo de que en la secuela del 2017 de su famoso documental Gore no hizo mención siquiera del sanguinario depredador que había sido su estrella diez años antes.
 
 
El hielo continental de la Antártida (reservorio del 90% del hielo del planeta con una temperatura media de -57°C), se mantiene estable [2] al igual que el hielo flotante que rodea el continente antártico [3], protagonista habitual de la propaganda climática y que, tras su máximo de los últimos 40 años alcanzado en 2014 es hoy similar al que había en 1966 [4]. Apuesto a que no lo leyeron en los medios, como tampoco leyeron que los corales de la Gran Barrera de Coral están en máximos de los últimos 37 años [5], que el hielo de Groenlandia es hoy superior a la media histórica [6] y que su ligera disminución en la década anterior se habría debido a causas naturales [7]. En realidad, la lógica indica que el factor principal en las variaciones de hielo flotante marino no son las pequeñísimas variaciones de temperatura atmosférica, sino la temperatura del mar, afectado por las poderosas corrientes oceánicas, horizontales y verticales.

Finalmente, el aumento del nivel de los mares continúa a su paso de caracol tras el final de la última glaciación a un ritmo de 2-3 mm. al año (1 m. cada 500 años), los incendios forestales se han reducido un 25% en las últimas décadas [8] y los fenómenos meteorológicos extremos (sequías, tornados, huracanes, inundaciones) no muestran ninguna tendencia significativa [9]. 'Buenas noticias', ¿verdad?

Pero a pesar de que el planeta se encoge de hombros e incluso disfruta del ligerísimo aumento de temperaturas (a un ritmo de 0,14°C por década desde 1979), las políticas dirigidas para “combatir el cambio climático” sí están teniendo devastadores efectos reales y tangibles que la población (¡por fin!) está empezando a comprender. Efectivamente, no sólo sufre el aumento de los costes de la energía, sino que en Europa ya no podrá siquiera elegir qué coche comprar, igual que pasaba en la URSS.

Por último, el aumento del CO2 atmosférico, esa fuente de vida tan alucinantemente demonizada, alimento por antonomasia de árboles y plantas, está teniendo efectos claramente positivos, como el aumento de la producción de cereales –clave para eliminar el hambre– o su contribución al final del problema de deforestación. Así, el planeta está significativamente más verde gracias al aumento de CO2, en una pequeña parte gracias a la actividad humana. Loada sea.
  
 
La temperatura del planeta siempre ha variado

En realidad, la temperatura del planeta ha ido variando a lo largo de su historia por causas puramente naturales. El siguiente gráfico nos muestra la reconstrucción de temperatura de los últimos dos mil años en el hemisferio Norte (Ljungqvist, 2010 [10]):
  
¿Qué conclusiones podemos sacar? En primer lugar, que la temperatura del planeta es extraordinariamente estable: como pueden ver en el eje de ordenadas, las variaciones se miden en décimas de grado, lo que no está nada mal para la atmósfera de un pequeño planeta perdido por el espacio y calentado por una estrella mediana como es el Sol. En segundo lugar, observamos que las pequeñas diferencias de temperatura son cíclicas, y que estos ciclos se han producido por razones naturales mucho antes de la industrialización del planeta. En efecto, del pico de temperatura del 'Período Cálido' Romano a comienzos de nuestra era pasamos a una época más fría alrededor del 500 d. C para subir de nuevo hacia el año 1.000 d. C ('Período Cálido' Medieval) y volver a caer súbitamente hasta alrededor del año 1.700 d. C, en la llamada 'Pequeña Edad de Hielo' (que coincide con el 'mínimo de Maunder'). Desde entonces la temperatura del planeta habría subido de nuevo hasta cifras ligeramente superiores a la de los anteriores picos. 

Evidentemente en 1700 la actividad humana no generaba CO2, que se mantuvo estable hasta aproximadamente 1950, por lo que ¿cómo explican los defensores del 'cambio climático antrópico' que la temperatura del planeta aumentara desde 1700 hasta 1950 en un mundo sin industria ni aumento del CO2? ¿Cómo explican que disminuyera de 1940 a 1975 a pesar del aumento del CO2? Tampoco hay correlación temporal en series largas de escala geológica, y sin correlación, ¿cómo puede haber causalidad?

Déjenme que les cuente un secreto: hoy por hoy la ciencia no alcanza a comprender el clima, un sistema multifactorial, no lineal y caótico “que hace imposible la predicción a largo plazo [11]”, según reconoció el propio IPCC en 2001. Los científicos andan a tientas en un campo complejísimo que excede sus conocimientos, y la contaminación del dinero y la política no ha hecho más que enturbiar aún más la ciencia atmosférica. Los mismos meteorólogos que son incapaces de predecir el tiempo que va a hacer en mi ciudad más allá de unos pocos días, ¿de verdad pueden predecir el clima del planeta para dentro de 100 años? ¿Qué meteorólogo predijo la sequía en España? Efectivamente, el clima del planeta está sujeto a multitud de factores de cuya interacción los científicos tienen una comprensión bastante pobre y que quizá jamás alcancen a desentrañar (¡una afirmación blasfema para el cientificismo imperante, que da por sentado al hombre-científico como siendo un 'omnisciente' dios!).
  
  
Fenómenos naturales y clima
 
Aunque nadie lo diría viendo los titulares de prensa, en España este mes de julio ha sido significativamente menos caluroso que el del año pasado. Mientras, las temperaturas máximas de las olas de calor no registran ninguna tendencia significativa (fuente: AEMET)...
  
Como tantas veces he repetido, la meteorología local nunca puede extrapolarse al clima del planeta, pues en Australia han vivido en estos mismos meses de verano boreal (invierno austral) temperaturas mínimas históricas [12], pero lo cierto es que en el planeta este mes de julio extraordinariamente cálido (unas décimas de grado centígrado superiores a lo normal) ha sido; nadie sabe muy bien por qué, aunque resulta intrigante cómo hace meses varios expertos previeran un aumento de temperatura en el planeta motivado por la erupción del volcán submarino Tonga en enero del 2022 [13].
 
Nunca dejará de fascinarme el efecto que los fenómenos naturales tienen en el clima, muy superior al que provoca esa pequeña pero pretenciosa criatura llamada hombre. Generalmente, las erupciones volcánicas lanzan a la atmósfera ceniza y gases que enfrían el planeta, pero no en este caso. En lo que quizá haya sido el evento climático más significativo de nuestra era, Tonga inyectó como un gigantesco géiser megatoneladas de vapor de agua a la atmósfera. Dado que el vapor de agua es el gas de efecto invernadero más importante, algunos científicos advirtieron que esto podría provocar un temporal aumento de temperaturas que nos acercaría a la “anomalía” de 1,5°C que, según los propagandistas, sería el arbitrario punto de inflexión que desataría el Apocalipsis. Ojalá lo alcancemos pronto, porque podremos ver cómo así no nos ocurre absolutamente nada
 
   
La falsedad del soviético “consenso” científico sobre el origen antrópico del cambio climático y sus consecuencias catastróficas es ya evidente. Hace pocas semanas, a la declaración de 1.600 científicos [16] se ha sumado el Premio Nobel de Física 2022 John Clauser al afirmar en una conferencia científica que “ni hay crisis climática alguna ni el cambio climático causa fenómenos meteorológicos extremos [17]”, tildando al IPCC como “una de las peores fuentes de desinformación” y al cambio climático como “pseudociencia”, es decir, como “una corrupción de la ciencia que amenaza el bienestar de miles de millones de personas”. No es el primer Premio Nobel en realizar manifestaciones similares [18].
 
¿Quiénes son los grandes beneficiarios de este movimiento reaccionario, el mayor enemigo de la Humanidad desde los totalitarismos del s. XX? Los primeros beneficiarios son las élites misantrópicas de Davos y sus organizaciones supranacionales tapadera, que sueñan con el diabólico Great Reset: su siniestra utopía es nuestra peor distopía. Así, cada vez que oigan mencionar “cambio climático” piensen en Davos, el verdadero autor intelectual de la estafa.
  
   
“El hombre que no piensa por sí mismo no piensa en absoluto”, escribió el genial Oscar Wilde. El sentido común debería sorprenderse al oír que debemos preocuparnos por una temperatura media 1,5°C superior a la que había en la 'Pequeña Edad de Hielo' (repito, “de hielo”...) y similar a la que había en tiempos medievales o en la Antigua Roma. El frío, sinónimo de muerte, mata al menos diez veces más personas que el calor, sinónimo de vida [14]. Los ecosistemas tropicales son infinitamente más ricos que los polares, las aves migran al sur en invierno en busca de climas más cálidos y los europeos del norte pasan sus vacaciones en el sur buscando climas más templados. ¿Qué prefiere la naturaleza, el calor o el frío?
  
Además de los volcanes (y de los 'ciclos de Milankovitch' y un largo etcétera), otro ejemplo de poderosos fenómenos climáticos naturales son 'El Niño' y 'La Niña' (ENSO), que muestran la enorme y aún incomprendida influencia de los océanos en el clima del planeta. Con una profundidad media de 3.500 m., los océanos están formados por una fina capa de unos 100-200 m. de aguas templadas (única con la que el ser humano entra en contacto) y por una gran masa de aguas profundas muy frías, hasta el extremo de que la temperatura media de los mares es de sólo 4°C. Estas dos masas intercambian flujos constantemente, pero cuando en el Océano Pacífico el flujo se ralentiza (por causas en gran medida desconocidas), la fina capa superficial no se renueva y se va calentando paulatinamente, lo que produce mayor evaporación y mayores precipitaciones y un aumento de la temperatura atmosférica, entre otros efectos. Esto es lo que se conoce como 'El Niño'. Cuando el proceso se revierte y el intercambio de flujo entre ambas capas se acelera, el efecto es inverso: la fina capa superficial se enfría más de lo debido y se enfría la atmósfera ('La Niña').
  
¿Quiénes se benefician del fraude climático?
  
Pero dejemos la ciencia, pues el cambio climático no va de ciencia, sino de poder y dinero. Como escribía Richard Lindzen, profesor en Harvard y catedrático emérito de Física Atmosférica del MIT durante 30 años, “la supuesta crisis climática no es una cuestión científica, a pesar de los inmensos intentos de invocar la supuesta autoridad de la ciencia, sino una cuestión política [15]”. En efecto, el cambio climático es sólo un gran pretexto para un golpe de Estado en toda regla perpetrado por un pequeño grupo de megalómanos que pretenden transformar el modelo de sociedad basado en la libertad, el crecimiento poblacional y el progreso económico en una claustrofóbica tiranía caracterizada por la coercitiva reducción y el masivo empobrecimiento de la población, sus tradicionales obsesiones.
 
 

Otro gran beneficiario es el gigantesco negocio de las energías renovables intermitentes, ineficientes y creadas a la sombra de subvenciones e imposiciones políticas (500.000 millones de dólares invertidos sólo en 2022, pero ya saben, sólo el dinero del petróleo compra voluntades). También se benefician del timo los insaciables Estados occidentales, encantados de tener una excusa para crear nuevos impuestos (“verdes”), y desde el punto de vista geopolítico, China, el gran ganador del “cambio climático”, pues controla el negocio global de vehículos eléctricos y observa con satisfacción el suicidio de Occidente mientras sigue construyendo plantas de carbón.

 

Finalmente, y sin perjuicio de aquellos genuinamente convencidos por el alarmismo climático y que actúan de buena fe, podríamos mencionar el sinnúmero de activistas con pasaporte “científico” (biólogos, etc.), que han encontrado en la repetición de las letanías catastrofistas una nueva forma de expresión de sus ideas políticas anticapitalistas y, sobre todo, un filón que les da mucho dinero y notoriedad: más... que dar clases en un aula o publicar artículos en alguna oscura revista.

  

¿Y quiénes son los grandes perjudicados? Usted y yo, querido lector, los ciudadanos europeos a quienes nuestros políticos nacionales y la inepta burocracia de la UE nos hunden a plomo al abismo de la servidumbre y pobreza.

 

 

[1] The State of the Polar Bear Report 2020 (thegwpf.org)
[2] Mass balance of the Antarctic ice sheet 1992–2016: reconciling results from GRACE gravimetry with ICESat, ERS1/2 and Envisat altimetry | Journal of Glaciology | Cambridge Core
[3] Understanding climate: Antarctic sea ice extent | NOAA Climate.gov
[4] Arctic Sea Ice News and Analysis | Sea ice data updated daily with one-day lag (nsidc.org)
[5] Coral in a Warming World: Causes for Optimism (thegwpf.org)
[6] Claims that ‘Global Boiling’ Led to «Shocking» Melting of Greenland Ice Sheet are Nonsense – the Ice Sheet is Currently Bigger Than Normal – The Daily Sceptic
[7] Slow-down in summer warming over Greenland in the past decade linked to central Pacific El Niño | Communications Earth & Environment (nature.com)
[8] A human-driven decline in global burned area | Science
[9] IPCC AR5, Working Group 1, Chapter 2.6, p.214-220
[10] A NEW RECONSTRUCTION OF TEMPERATURE VARIABILITY IN THE EXTRA-TROPICAL NORTHERN HEMISPHERE DURING THE LAST TWO MILLENNIA on JSTOR
[11] TAR-*A (ipcc.ch)
[12] South-east Australia hits record June cold, with frosty weather conditions to continue | Australia weather | The Guardian
[13] Tonga Eruption May Temporarily Push Earth Closer to 1.5°C of Warming – Eos
[14] Where more people will die — and live — because of hotter temperatures – Washington Post
[15] Alarmismo climático y la irrelevancia de la ciencia – Fernando del Pino Calvo-Sotelo (fpcs.es)
[16] WCD-version-06272215121.pdf (clintel.org)
[17] The Joint Winner of the 2022 Nobel Prize for Physics, Dr. John F. Clauser, Dared to Say There is No Climate Crisis – Now He’s Being Cancelled – The Daily Sceptic
[18] Nobel Laureate John Clauser Elected to CO2 Coalition Board of Directors – CO2 Coalition

 

lunes, 21 de agosto de 2023

Sobre la ciencia y la Vida: diálogo de Cardona (entre José L. SAMPEDRO y Valentín Fuster)

 
[Por estas mismas fechas veraniegas, hace ahora justamente 16 años, en el castillo-parador de Cardona se reunieron para mantener una reposada tertulia el sabio cardiólogo Valentín Fuster y su paciente -a más de nada menos distinguido amigo- el profesor José Luis Sampedro: sobre un breve fragmento escogido de lo que allí entonces ellos trataron podemos contar ahora con los testimonios que Olga Lucas, en una recomendable publicación, así nos dejó documentados
 
"— (...) ¿Cuál es el motor, la energía que lleva a hablar de moralidad? Ésta es mi pregunta: ¿de dónde viene y por qué?
 
 — Bueno, Valentín, puedo contestarte en lo que a mí respecta. Cuando era niño, en el catecismo que nos imponían, el Ripalda o el Astete, se nos planteaba el sentido de la existencia con la pregunta «¿Para qué nos creó Dios?». Y la respuesta categórica: «Para servirle y adorarle en esta vida y después gozarle en la otra». Naturalmente, con el tiempo comprendí el alcance de tamaña barbaridad. Me parece una afirmación tan monstruosa que en sí es suficiente para destruir la creencia en ese Dios. Imaginar que el Dios, creador de los cien mil millones de estrellas y demás, de pronto un día se da cuenta y dice «anda, que no me adora nadie, a ver, necesito que alguien me adore» y entonces crea ese gusano que es el ser humano y le dice «adórame», es lo más impropio de la idea divina. Para eso no se necesita ser Dios, es una visión magnificada de ricachón de pueblo que exige adulación todas las mañanas.
 
Para mí el sentido de la existencia, por el que me preguntas, es una ampliación cultural, una expansión cultural de algo que es puramente biológico, tú lo has dicho, y está en los cerebros primitivos. Me refiero al afán de supervivencia. Somos portadores de vida y sobrevivir, sostener esa vida es nuestro primer objetivo. Luego, la cultura sobrepone a eso toda una serie de ampliaciones, de consideraciones. Para mí el vivir es hacerse lo que se es. ¿Qué es lo que soy? No lo sé, pero me tengo que hacer lo que soy. Eso es lo que da sentido a mi existencia, ése es el eje de mi existencia, del cual si me separo lo empiezo a notar. Me salen mal las cosas, me equivoco, no sé, algo se resiente, aunque tenga éxito. 
 
 — ¿Y dónde está el sentido de la moral en lo que me estás diciendo?
 
 — El sentido moral está exactamente en que yo estoy vivo, tengo que vivir, y tengo que vivir la vida que es la mía, está en la fidelidad a lo que soy, en adaptarme a lo que me rodea, en acomodarme, aceptar, sumarme al conjunto, en hacerme parte del Universo. Y para hacerme conscientemente parte del Universo, para convertirme en un ser que comparte la vida universal íntegramente tengo que hacer con mi vida lo más que pueda como tal vida, es decir, realizarme al máximo.
 
 — Esto lo entiendo, pero ¿tú crees que engloba el concepto de moralidad?
 
 — El concepto de moralidad oficial, no, pero el vital sí. El concepto de moralidad oficial, en el fondo, si empiezas a rascar, es la codificación de los intereses de los poderosos, sean poderosos religiosos, o sean poderosos políticos. La ley es la expresión de la voluntad del fuerte, digan lo que digan. 
 
 
 — Ya, pero ¿en qué concepto encajarías tú la contribución a la sociedad de la que hemos hablado antes?
 
 — Ah, bueno, pues es uno de los aspectos de la realización de mi vida. Si pienso que no vivo solo y que estoy inmerso en una sociedad, tengo que compartir. Mi vida personal es una parte de la vida colectiva, la cual es una parte de la vida universal. Y en eso estamos.
 
 — Es interesante, aunque, claro, mi concepto es un poco distinto. Tú me estás hablando de una realización personal que no puede ser completa si es ajena a la sociedad porque, de lo contrario, te conviertes en un ser aislado y tu realización consiste en integrarte en el universo. Es interesante porque me parece un enfoque educativo, pero no es como yo lo vivo.
 
Yo lo vivo como una obligación, que es algo distinto, y con esto entramos en el punto de la religión católica.
 
Uno de los problemas más importantes de la religión católica es básicamente el negativismo. Es lo que está llevando al cisma dentro de la Iglesia católica.
 
 — Exactamente, un merecido cisma. 
 
 — Cuando yo me analizo viniendo de donde vengo, veo muy probable que mi intenso sentido de la obligación, de hacer algo por alguien no tiene su origen en ese sistema de premios y castigos tan propios de la religión católica. Y es curioso porque estamos hablando dos personas diciendo algo parecido y distinto a la vez. En mi caso es un sentido de la obligación, tal vez, pero no estoy seguro, enraizado en la religión y en el tuyo es el sentido de realización personal a través de la reflexión.
 
 — Seguramente, aunque, no creas, yo también tengo un sentido de obligación, pero es de obligación a la vida, que está mucho más, más arriba que ese Dios que considero una invención. Mi obligación es una obligación hacia mí, pero hacia mí dentro de un todo, dentro del cosmos, vamos. Mira, una cosa muy clara es ver el mundo como macrocosmos y la persona como microcosmos. Y no termino todavía porque queda una cosa.
 
 — No, ya, ya.
 
 — Es que tú me preguntaste dos cosas -continúa Sampedro-: una, el sentido de la vida y otra, la sabiduría. La sabiduría es mucho más que la ciencia y mucho más que la vida y todo lo demás.
 
 — Sin duda alguna -asiente Fuster-.
 
 — Para mí la sabiduría es la vivencia de la sintonización con el macrocosmos, vivir sintonizado consciente o inconscientemente con el mundo, con el Universo, con lo que te rodea, con el todo del que tú formas parte. Ser parte profunda de ese todo, eso es sabiduría.
 
 
 — A ver, a ver. Permíteme que sea yo quien te formule las preguntas porque me interesa mucho lo que dices... A mí, una de aquellas cosas que más me ha impactado como científico, nuestra ignorancia es. Y, dentro de nuestra ignorancia científica, uno de los terrenos más resbaladizos es precisamente el tema del Universo que tú has tocado someramente. Es un tema que a mí me interesó mucho durante algunos años. Cuando empiezre lo que se pontifica y lo que en realidad se sabe es muy grande. Eso está haciendo mucho daño. Nadie está libre de pecado en un mundo con tantos intereses creados. Me has dicho que tu concepto de Dios es...
 
 — Es una invención. Es lo que he dicho.
 
 — Explícate.
 
 — Un personaje de mi novela 'Congreso en Estocolmo' decía que el hombre crea a Dios a su imagen y semejanza, gracias a lo cual la censura previa se cargó inicialmente el libro entero. Luego conseguí que la novela pasara suprimiendo esa frase. Ni siquiera me sirvió haber tomado la precaución de especificar que el Piel Roja tiene un Dios gran cazador de bisontes y el esquimal de focas, etc.
 
Para mí el Jehová de los judíos es un poderoso dueño de grandes ganados que gobierna como un gran señor. Tú te lees en la Biblia el pasaje sobre Sodoma y Gomorra y te encuentras con que Dios llama a Lot y le dice: «Oye, vete a la ciudad de Gomorra y dime lo que pasa allí que dicen que pasa...», y te preguntas pero ¿cómo Dios, siendo Dios, no sabe lo que está pasando en Gomorra? Y Lot informa. Y Dios pide aclaraciones, etc., y le dice a Dios: «Señor, sí, allí los hombres pervertidos...». Esto lo cuenta la Biblia tan tranquila. ¿Te parece serio?
 
 — Eso me preocupa menos porque está claro que podemos reaccionar a los ritos, podemos reaccionar a los aspectos que acabas de mencionar, cada época describe a su manera el contexto histórico, describe los Nuevos Evangelios. Yo sí encuentro aspectos muy positivos e importantes en el cristianismo y judaísmo. Tu posición frente a la religión católica es de rechazo, la mía es la de intentar crear.
 
 — Más bien seleccionar. Yo respeto a los creyentes, pero rechazo al clero.
 
 —Sí, seleccionar. Y la pregunta que intento formularte es la siguiente: ¿te has planteado que el Universo pueda tener es un cierto orden inexplicable sin la creencia en un «Dios»? Y, por favor, al contestarme, olvídate de todo sistema ritual, de las guerras de religión, de toda esta historia. Estoy hablando en otro plano, en otro escenario. Estamos aquí sentados, tenemos una misión y yo te pregunto: ¿cómo te planteas tú todo esto?
 
 — Mira, yo me lo planteo diciendo que la fuente de absolutamente todo lo que existe es lo que yo llamo la energía cósmica, y que tú puedes llamar Dios, si lo prefieres. ¿Cuándo empezó la energía?, si es que empezó, ¿quién la creó?, si es que la creó alguien, ¿cómo saltó?, no lo sé. Por ejemplo, el Big Bang, será verdad o no, pero podría explicar la evolución de todo esto. Como la semilla. Algo tan pequeño como la semilla genera un árbol. Bueno, se puede aceptar todo eso, sin seguridad, pero lo cierto es que es fruto de la energía. Para que es mí el mundo es esencialmente vacío y energía, entendiendo por vacío no la nada, sino un ambiente, un ámbito por decir así, provocador, conjurador, convocador de la energía y que además está transido y traspasado y lleno de energías en forma de radiaciones. Cuando leo por un lado que la energía se estructura o se coagula en materia (porque según Einstein, la energía y la materia son convertibles), y cuando, por otro lado, leo que en cuestión de pequeñez, la nanotecnia está llegando a milésimas y millonésimas de milímetro, que los corpúsculos que utilizan los físicos son tan diminutos como meros puntos portadores de energía, creo que, efectivamente, el mundo es vacío y energía.
 
Lo creo, es mi verdad. Y, además, estoy contento; porque entre lo poco que sé de física y lo poco que sé de los orientales, tambiénles veo coincidir.
 
 
 — Fíjate -incide Fuster-, yo creo, en contraste contigo, que hay algo más.
 
Recogiendo todo lo hablado en estos dos días, creo que, en general, empleamos mucha energía, siguiendo con tu terminología, en desgranar conceptos. En cambio, estamos fallando en la creatividad desde el punto de vista de la sabiduría que has mencionado, no desde el punto de la ciencia que, como ya hemos visto, va adelante a buen ritmo.
  
Te pregunto: ¿cómo podríamos nosotros contribuir al cambio de esta sociedad en la que observamos un claro deterioro de los valores? ¿Qué podemos hacer nosotros en pro de la restauración de aquellos valores humanos que nos parecen imprescindibles para la buena convivencia y para la salud colectiva? Ahí, en esa falta de respuestas, en esa impotencia, es donde yo veo que falla la creatividad. Tú me dices: «Yo me hago a mí mismo y como ser inserto en la sociedad....», y yo te contesto: «Sí, eso es una visión y una definición del humanismo...», pero sinceramente, no veo en ello la solución. Para encontrar una solución, ha de haber algo más. A mí me ha influido mucho Teilhard de Chardin.
 
 — No. Yo no trato de convencer a nadie. Y también acepto que puede haber algo más, pero sitúo ese algo más en la punta de lanza del espíritu. Es, digamos, la avanzadilla del progreso, de la evolución, de la energía. 
 
 — Bueno, a esto Teilhard de Chardin lo llama punto omega. Te menciono a Teilhard de Chardin porque era un jesuita francés que tuvo sus problemas con el establishment, pero (o tal vez porque) fue un científico que a mí me influyó mucho. Tengo la sensación, una intuición, alguien lo llamaría fe, de que hay algo, un alguien que nos está llevando a algún sitio; a este punto omega, ¿comprendes?, es una percepción interna. Me resulta difícil comprender dónde estamos y encarar el cómo estamos simplemente diciendo: bueno, todo esto es una consecuencia de la energía. Me cuesta aceptar esto sin más, como científico y como observador.
 
 — Lo comprendo.
 
 — Una de las personas que a mí me ha inducido mucho a la reflexión en estos temas es el doctor Francis Collins, el director del programa de genética del Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos. Es uno de los dos autores del mapeo genético humano. Nos conocemos y hemos hablado con motivo de un doctorado honoris causa que recibimos juntos en la clínica Mayo. Es un hombre muy interesante porque siendo creyente es un científico puro y cuando hablas con él te transmite lo mismo que os estoy transmitiendo yo ahora. Él ve la ciencia como una parcela dentro de algo que yo creo que has definido muy bien, que está muy por encima de él, pero también ve al individuo, a la persona. Es difícil condensar aquí en unas palabras la profundidad de lo que transmite el hombre, este ser pensante, este ser emocional.
 
Todos necesitamos andar de alguna manera por la vida. Yo te hacía esta pregunta acerca del «algo más» primero por el respeto que te tengo, naturalmente, como persona y como pensador y por lo mucho que me interesa el tema. Como científico y como persona ligada a la persona, creo en tu respuesta, en la energía, en el cosmos, pero también tengo la intuición de que hay también un 'reason for' (motivo, razón de ser), algo más que simplemente la energía.
 
 — Bueno, yo ahora quisiera decir una cosa. Admito ese «algo más», esa cosa diferente que dices tú, pero yo la sitúo en el ápice, en la llama más alta del espíritu del hombre. Es su punto de máxima tensión hacia delante, donde la energía en evolución creadora irrumpe en el mañana.
 
Hay un problema que tú has mencionado de pasada: «creo que esto nos lleva a algún sitio» o algo parecido has dicho. Se trata, pues, de si el proceso de evolución histórica tiene una finalidad en concreto o si el proceso no tiene finalidad. Personalmente creo que no tiene finalidad. Creo que la energía, la vida no actúa siguiendo un plan deliberado con una hoja de ruta, sino que actúa como el sembrador, por dispersión de energía, por multiplicación de oportunidades. La vida, por decirlo gráficamente, se levanta por la mañana y dice «bueno, vamos a seguir adelante» y coge un puñado de energía y hace «brrrrr» y la esparce por ahí. ¿Qué va a salir de esa siembra? Pues no sabemos.
 
 — Me ha gustado mucho cómo has resumido la cuestión. ¿Hay o no hay finalidad? Mi intuición es que sí, la tuya que no.
 
 — Pues sí, yo lo veo así: la vida se levanta y hace «brrrrr».
  
Luego unas cosas funcionan y otras no, una especie se crea, otra se destruye porque no cumple y así sucesivamente, pero la cosa marcha y la complejidad organizada sigue creciendo, aumentando, proliferando. Y puesto que tú sí crees en una finalidad, ¿te apetece detallarlo un poco más? ¿A qué finalidad te refieres?
 
 — No, ahí ya no entro -se niega Fuster-. No sólo porque es muy tarde. Sinceramente, creo que el decirte que tengo respuesta a ello sería de pedantería, por mi parte. Lo único que puedo decir es que hay algún fin relacionado con ciertos aspectos de la moralidad, con aquel cuarto aspecto de la función cerebral que hablábamos antes, el espíritu, la espiritualidad, algo o alguien que nos trasciende..."



martes, 15 de agosto de 2023

Palabras para quitar el calor [e incluso la Caló, los... calores o 'lah Caloreh': ¡de menos a Más!]

  
"Mi madre solía decir que la televisión es igual que una manta de invierno, y que en verano debía, si no que guardarse, al menos tenerla apagada, porque daba calor. Mi madre siempre fue una visionaria, ya que quizás no daban tanto calor las teles de antes, pero yo sí noto que las nuevas televisiones desprenden mucho más calor que las primeras que se inventaron, como si a más píxeles, más hilos de manta.


“Apaga la tele, por favor, que hace mucho calor”.- Puede que tanta presencia humana y tanta voz, aunque sea en remoto, también suba la temperatura.

 

Se diría de otra frase ser un aviso a navegantes de nuestro cuerpo que parece desprenderse, si no del calor, al menos de las letras que lo nombran, como si también ellas dieran calor al cerebro:

 

Decir, repetidamente, “Qué calor hace”, refresca.

 

Por eso yo hoy, lo que quiero, es escribir un artículo ligero, un poco refrescante, en el cual exponer las palabras del calor que sé, o las que me contaron, para escribirlas en voz alta y bajar así la temperatura ambiente; la primera: 


canícula.- f. Periodo más caluroso del año. 

 

Y luego, también, una estrella...


“... abrasadora”.- la más brillante y cercana que a la boca del perro está en la constelación del Can Mayor, la cual desparecía oscurecida por el Sol durante los “días perros”, caniculares... a punto de llegar en el hemisferio Norte, ya que se suele considerar que abarcan del 15 de julio al 15 de agosto. 

 

Otra palabra del calor que me gusta muchísimo, casi igual que la anterior desde que conozco su significado lleno de estrellas de verano, es:


rechizar.Calentar el sol de más, en general durante las horas del resistero (después del mediodía) también conocido como resistidero, cuando hasta las moscas duermen la siesta.

 

También se puede definir rechizar, por que es como si la tierra casi echara chispas por el calor, o nuestros ojos nublados por el sudor sobre las pestañas, como: Calentar el sol la tierra, o el mar, irradiando luz. Esa luz que es casi la de los espejismos, la del agua que no hay, brillando sobre la carretera, rechiza.

 

Una luz hechizada por el calor es rechizar, irradiar luz el sol a mediodía.

 

Algo a lo que también se le llama: 


chiribita.- f. Chispa o brillo del mar o de la tierra. Francisco López Acebal utilizó en 1911, en “La lectura”, el término para referirse al brillo de la tierra con el calor: “Esas vislumbres, fuera de los ojos, debidas al sol vivo y calor achicharrante, son las que en la campiña de Córdoba he oído llamar chiribitas”.

 

También así se les suele llamar a las flores blancas ('Bellis perennis') en los pastos

 

las margaritas diminutas, o chiribitasque brillan en el verdor como de noche las estrellas lo hacen sobre los cielos del verano.


     Atendiendo, desde Lombillo de los Barrios, hacia las nubes al atardecer...

Pero vayamos un poco a la sombra: 


amaturriarSestear las ovejas de pie, al cobijo de una sombra, apretándose entre ellas, para evitar el sol y las moscas.

 

Hay pueblos en Huesca donde se dice:

“amatallar”, también, a este resguardarse del calor el ganado bajo la copa de un árbol.

 

O en Extremadura, igual, se dice:

“acarrar”, para lo mismo....

 

Y en Asturias: 


“moscar”, para las vacas buscando la sombra

 

Hay un verbo más que ya no sólo vale para el ganado sino también para cualquier otro animal, como el perro, cuando está sediento y jadeante por el calor: 


carlear.- Jadear haciendo ruido, con la lengua fuera, el perro u otro animal.

 

Y esta otra palabra, sí que da mucho calor: 


recalmón.- m. Calor sin aire. “Cuando el horizonte arde en el recalmón de la siesta” escribió en 1950 el articulista y poeta Joaquín Romero Murube con quien, por hoy, termino, con el frescor que da el punto y final."

  

viernes, 11 de agosto de 2023

¿Por qué acá sólo nos podremos andar ya, tan malamente, así ahora...?

 
Tratar de tener Debate
para conseguir [algunas]
mayores perspectivas en
asuntos 'de política' será
siempre lo ha ya sido el
pretender intercambiar
opinión sobre creencia
'religiosa' o las filias y
fobias 'futbolísticas';
inimaginable que se
dude, ¡tan siquiera!,
si hacer autocrítica.

Mas algunos DATOS
concretos u objetivos
(en casos de no dejarse
ilusionar contra escéptico
despego frente a cualquier
tentación del 'partidismo')
con libres pensamientos
quizá cabe señalar:

El alcance de nuestros preocupantes marasmos políticos actuales no se puede imputar tan sólo a factor -ninguno- inevitable o ajeno, ¡ni, por supuesto, del azar! Tampoco en exclusiva débese, "sobre todo", a lejanos orígenes -como es oído con demasiada frecuencia- remontándose "al 1978..." e incluso anteriormente... Sino que nos ha venido trayendo precisas [con]causas, muy bien identificables, además...

Y desde aquellos -dichos- "entonces" (aún, todavía, durante "Transicionales" cimientos preparatorios...) hasta este hoy mismo, con responsabilidades en toda una serie concreta de polémicos pasos dados (o "actuaciones" tanto mediante lo decidido... cuanto, a la vez también, por sus omisiones) asumidos entre -sin duda plurales- representantes populares gobernándonos al legítimo amparo expreso de sucesivas votaciones democráticas:
 

 

  
 













 La investidura de Sánchez depende por hoy de Puigdemont...




     






 
     




  
 
     

  


 
¿Acaso ya no
es "de mala
educación"
hablar con
la cabeza
[y no sólo
"bocaza"]
cegada?