Sí, hoy acá, sobre todo precisaríamos recordar [LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO]; pues... cuando ya nada se espera personalmente exaltante, / mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia, / fieramente existiendo, ciegamente afirmado, / como un pulso que golpea en las tinieblas, / cuando se miran de frente / los vertiginosos ojos claros de la muerte, / se dicen las verdades: las bárbaras, terribles, amorosas crueldades... Y hay con qué hacerlo bien:
"En un lugar escueto, en la mitad
del páramo, no tiene abrigo
alguno, el aire viene pingado,se va a poner el día tieso. Qué inmediatez
del cielo, ningún ruido. Está
muy nublo. Atiendo. Las palabras
de los padres. A su través, dignidad
y el aplomo, tener este sustento
con sus manos pacientes, como
si el paso de la luz fuese de piedra.
Que todo es regalado, acuérdate.
Que en mucho has de tener, más allá
de ti, cualquier amor: cualquier indicio
de amistad, de misterio compartido.
Vivimos de milagro y eso es suficiente.
Es cierta la belleza aunque lacere,
sobrecoja, remanse y niegue al tiempo.
Que es de admirar por junto, de parte
a parte, lo pasado y lo por venir;
de plenitud en plenitud. Si bien
una sola constancia bastaría. Una sola.
Que de tanto contento no se te acaben
estos días si deja de alumbrar el sol,
que dejará. Actúa como si no lo supieses
y, ante lo inevitable, como fuere razón.
No vas a detener
el mundo con tus versosque en tanto tienes,
ni habrá bastante precipicio
al que asomarte, a vista
de las aguas, en soledad
profunda. Antes, por el contrario,
más tarde o más temprano,
te ha de sobrar
la tierra. Intenta,
al menos, desbrozarla
lo justo, sin herirla
en exceso.
a la tierra, asumir
los ciclos pase
lo que pase, que el tiempo
dirá. A larga seca,
larga mojada, hacer
lo que se pueda, tan a gusto,
y mañana será otro día.
Tirar, si no,
de la añoranza, que congrega,
para sentirse como
en casa, al abrigaño.
Y en la necesidad,
la virtud, el arraigo.
Y en la consumación,
la entereza.
Mi ser es de silencio; en la quietud
del campo, solo donde siempre,
debajo de las peñas mantengo
la contemplación largo rato.
Sin más allá: vivir sintiendo
que la vida te pertenece
por completo, pararte a comprender
esa simpleza mientras te escucha,
largo rato, el silencio. Para volver
a congraciarse con el mundo.
Si no dijera más, cuánto mejor,
sin duda ganaría. Sentirse satisfechoy errar es todo uno. En los días
más rasos, hacia Aragón, se recorta
el Moncayo. Su nitidez abruma.
Es un aviso. El que descorre el velo
debe saber que las palabras pesan,
que son memoria, y mucha. Que en lo lúcido
el tiempo obliga; y que no hay soledad
ni perspectiva como la que da, en las cimas,
la nieve. Es una tarde de otoñada
con derrumbes de invierno: simple mente,
me abstraigo. Y basta. Qué serenidad al cierzo
del Urbión. Son las lágrimas de las cosas,
según Virgilio, lo mortal. Ni gloria
ni poder ni dineros -aquello por lo que trajino.
La extrañeza,
el encanto y la gracia.
Y la pérdida.
No hay
más. O sí,
lo que trasciende.
Y la ilusión, al menos,
de ser libres.
Mientras dura
el poema."
( Fermín Herrero: 'Sin ir más lejos' )
Tres
ofte mi bezonas rememori / kion scias besto jam de la infan-aĝo, / ĉar kiel do
sen rumoro de verbo kaj de contó / suprenirus montpinten ŝafinoj kaj ŝafidoj?
Lontana sonĝita akvo, vera kiel rivero, / kiu jame nin banis, movu min.
Mi aŭdas vin sub roko, / iu en la morgaŭaj mapoj / nomiĝas fonto. Venas vi, / kiam nokte mi vin prisonĝas tia, / kia vin pripensas la gazeloj / kaj la floroj de l' dezerto.
Ek!, ek!, ho, akvo prisonĝata, / skribu en mi la leĝon, / kin ekirigas / soifantan beston.
{ VALIDEZ DEL SUEÑO
Dudamos.
A menudo preciso recordar
lo que sabe desde niño un animal;
pues, ¿cómo sin rumor de hierba y manantial
subirían a las cumbres ovejas y corderos?
Lejana agua soñada, verdadera como un río
que ya nos ha bañado, muéveme.
Te oigo por debajo de una roca
que en los mapas del mañana
se llama manantial. Vienes,
cuando en la noche así te sueño:
como te piensan las gacelas
y las flores del desierto.
Vamos, vamos, soñada agua,
escribe en mí la ley
que pone en marcha
a una sedienta res. }
LUKO
Neniu diras ek!
Sed
certe ĉiu ŝtupo de orfeco / sian alvokon tenas netuŝita: / supren, supren!
Ankaŭ kie estis gepatroj, ne estas ĝiaj okuloj, / sed pli supre, pli supre, pli supre.
Ankaŭ kie estis gepatroj, ne estas ĝiaj okuloj, / sed pli supre, pli supre, pli supre.
Tie, kie ĉiu indig-bato / pensas pri sia nord' kaj sia febro.
Kie
lumpunkto estas preskaŭ lumo / kaj ne memoro.
Neniu diras ek!, tamen ne gravas, / ĉar kiu flor-frukto volus retroiri?
Neniu diras ek!, tamen ne gravas, / ĉar kiu flor-frukto volus retroiri?
Nur ĉielpec' kiun neniam mi atingas, / kiun neniu ankoraŭ povis / dungi kiel serviston, / magnetas la radikon.
{ TRAGALUZ
Nadie dice vamos.
Pero cada peldaño de orfandad
mantiene a salvo su reclamo:
¡subir, subir!
Donde hubo padres tampoco están sus ojos,
sino más arriba, más arriba, más arriba.
Donde cada golpe de añil
piensa en su norte y en su fiebre.
Donde un punto de luz ya es casi luz
y no recuerdo.
Nadie dice vamos y no importa;
¿qué fruto en flor querría volver atrás?
Un trozo de cielo que nunca alcanzo,
al que aún nadie aún ha podido
contratarlo por criado,
es el que imanta a la raíz.
¿La alegría que de él proviene
se debe a que siempre está ante mí? }
SPRING DENOVE
[…]
Tion scias la haŭto de l' animo kaj tio de ŝuo. / Tion oni scias en la Madrid ĉirkaŭaĵ, en Barcelono / kaj ĉi tie, tion scias ĉiu terkulturisto.
Ni iras, vidas, ke obstinaj herboj / kaj ege etaj nervoj / ĉe roko-kor' malfermas sian vojon.
Hor-post-hore, sensignifa trigo / kuraĝas ĉiumarte / rigardi desube supren, / trairas la granito aŭ l' asfalton, / evitas la mitrajlon, la pezon de traktoro / kaj tiun de la teruraj rigardoj...
Simple ĝi montriĝas / kaj enaere lasas sian denuncon kaj sigan kunvokon.
Ni iras, vidas, ke tio ja okazas ĉiuhore.
{ PRIMAVERA NUEVAMENTE
[…]
Lo saben la piel del
alma y la de un zapato.
Lo saben en las
afueras de Madrid y en Barcelona
y aquí, cada labrador
lo sabe.
Vamos, vemos que
obstinadas hierbas
y nervios diminutos,
entre un corazón de
roca, abren su senda.
Hora a hora, un
insignificante tallo
se atreve cada marzo
a mirar de abajo
arriba;
atraviesa el granito
o el asfalto,
sortea la metralla,
el peso del tractor
y el de las terrible
miradas...
Simplemente asoma,
y en el aire deja su
denuncia y su convocatoria.
Vamos, vemos que
sucede a cada hora.
La 1ª edición castellana del "Ni iras, vidas" se publicaba por un aniversario del celebrado '27/5/2000' [que vemos, aun hoy, cómo emprendíamos: para nada en vano]... Al más reciente poemario escrito por Fermín lo reconoció el 'Premio 2016 de la Crítica'; y parece muy saludable acierto, tan bien. Serían ambos dos consuelos que agradecer tras del, más triste, 27 de Mayo último...
Koran dankon, tutkore!