La respuesta nuclear de Putin al uso de misiles de la OTAN, un presidente gagá que va a ser sustituido por otro sociópata y el objetivo único de derrotar estratégicamente a Rusia configuran escenarios demasiado inquietantes para nuestro mundo actual...
Después del que Rusia advirtiera en septiembre sobre cómo el uso de misiles de la OTAN -imposibles de operar sin la supervisión de ésta- significa una guerra directa por los países de la OTAN contra ella, EE.UU y sus aliados europeos han dado ese paso.
Moscú ha respondido modificando su doctrina nuclear, abriendo el uso de armas atómicas al escenario de ataques, incluso con armas convencionales, “si tal agresión creara una amenaza crítica a su soberanía e integridad territorial”.
Pese a la evidencia no solo doctrinal, sino también histórica, de que el uso de armas nucleares es perfectamente real y creíble en caso de que Rusia se vea confrontada a un enemigo superior en recursos convencionales, como es la OTAN -¡esa misma fue, precisamente, la doctrina de la OTAN en Europa cuando la URSS disponía de esa superioridad en el continente...!–, los políticos europeos rechazan tales peligrosas advertencias de Moscú como “retórica” (el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell) e incluso proponen la entrada de tropas OTAN contra Rusia (Margus Tsahkna, ministro de exteriores de Estonia).
Desde la misma génesis del conflicto, cuando la OTAN se metió en Ucrania a finales de los noventa, invitó a su gobierno a ingresar en la alianza (2008), forzó un cambio de régimen en el país (2014) más financió y armó después a su ejército con miles de millones, infraestructuras o entrenamiento, esta escalada ha venido despreciando claramente la voluntad de la mayoría de la población ucraniana expresada en múltiples encuestas. La escalada presente mantiene aún esa misma pauta.
En Ucrania el 52% de la población desea poner fin a la guerra lo más rápido posible, admitiendo gran parte de la sociedad concesiones territoriales al invasor ruso, frente a un 38% que quiere continuarla (según la encuesta de Gallup conocida esta semana). Y en el conjunto de Europa, una gran mayoría rechaza también esa política.
Hay que decir que en la cima de toda esta última grave y temeraria decisión de escalada se encuentra un presidente saliente errático y senil al que apenas le quedan dos meses al mando.
La combinación del propósito que encierra esta guerra de Ucrania -que no es la defensa de tal país agredido por Rusia, sino el “objetivo” del debilitar a Rusia infringiendo una 'derrota estratégica' y cambiando su régimen, como han declarado repetidamente los máximos dirigentes de los EE.UU y la UE-, con la respuesta nuclear que advierte Moscú para el caso de una “amenaza existencial” a su régimen, y un presidente gagá con sus facultades mentales mermadas en Washington que va a ser sucedido por un sociópata, configura un escenario absolutamente inquietante para el mundo.
Sobre todo si se tiene en cuenta que la coalición occidental que está escalando la guerra en Ucrania es la del mismo belicista EE.UU que anima genocidio en Gaza, permite un bombardeo israelí de Líbano e Irán, y calienta motores para el enfrentamiento con China en Asia.
Ya estaríamos tardando en clamar,
ResponderEliminarrotunda mente, contra su GUERRA.
Y en todo caso, NUNCA en nuestro
nombre: si l@ quisieren, que vayan
A... COMBATIR ELL@S MISM@S...
P. G.