sábado, 31 de marzo de 2018

¿Vamos a seguir dejándonos robar en Pensión, para sostener sus 'huchas de la Recuperación'?


Quisieran que sólo atendiésemos a lo de 'Catalonia (dividida en 2), o sea, Estelad' unya vs. Tabarnia: quienes arrojaron su País... propio al 'choque... de trenes' -tan 'astuta...' como unilateral... mente...- más la otra mitad, acusada por aquellos con el 'nos roban, a cuantos España no seremos'...

  
 [[ Y sesudas lumbreras pretenden contarnos, como del todo incontestable, que nuestras Jubilaciones van a toparse con su 0.25% hasta 2060; será un precio a pagar, según parece, por tantísimas prosperidades colectivas cuantas nos vienen pregonando desde al menos hace cuatro años: PIBs en alza durante hasta nueve semestres consecutivos ya; incrementos del 8,76% a Sueldos Públicos para el trienio de la presente legislatura; elevar un 20% al Salario Mínimo Interprofesional; o 'actualizarse' hasta otro 31% más las remuneraciones de la Policía Nacional y Guardía Civil, para 'equiparárselas' con los demás Cuerpos armados de Seguridad autonómica; etcétera, etc. ]]
  



¡¡¡Pero no, nunca, por nada, les aceptaremos -tragar, sin más...- con tamaños planes; ni hablar del cuento...!!!
   
   
         
El ex secretario general del IMSERSO responsable para Servicios Sociales a Mayores en la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS) muestra como directivo de UDPJE (Unión Democrática de Jubilados y Pensionistas en España) cuánto esto va en serio, cómo la movilización suma pensionistas de toda clase o condición y que no van a parar hasta conseguir su derecho irrenunciable -según la Constitución- del “que toda pensión se actualice anualmente, también las máximas: como unos mínimos, y de acuerdo con el IPC, para mantener siempre así su poder adquisitivo
    
Porque la indignación ha ido creciendo, sobre todo con esta práctica congelación de toda Pensión (una subida del 0,25% es prácticamente congelar) mantenida en el tiempo… Aunque quizá se ha escuchado más a los pensionistas con bajas pensiones, la injusticia que no se puede admitir es tanto en sus mínimas como para las demás, también: las Pensiones contributivas han adquiriéndose por un derecho en función de todos los años trabajados y cotizados; todas tienen que actualizarse, esto es lo que ahora oímos y vivimos en la calle”.
 
       
  
        
Por fin, José Carlos Baura nos lo explica: se reclamaría una “Derogación inmediata de las subidas del 0,25% y recuperar las subidas con cada IPC tal como ya fue por acuerdo unánime en Pacto de Toledo que, tras aquella otra previa congelación súbita para 2011 por J. L. Rodríguez Zapatero, unilateralmente modificó el gobierno del PP”.
     
Se entiende muy mal "la cerrazón en Rajoy del no actualizar pensiones, siquiera de acuerdo a inflación. Ya no hay presión desde la UE como hace tiempo, cuando el 'rescate a los bancos', o por lo menos no tiene aquella misma fuerza. La 'política de austeridad' pierde puntos y es puesta en cuestión.
    
¿Cómo se puede afirmar que la crisis ha pasado y va viento en popa la economía mas al mismo tiempo... defender que debemos recortar las rentas a una parte importante de la población, tan vulnerable como la de los pensionistas? 
    
  
         
Hay que remarcar el hecho de que la cuestión no radica en 'subir -o no- pensiones', sino sobre si se reducen; eso es la consecuencia del, ya, no regularizarlas por cada IPC.
   
España es de las pocas economías en que NO... se actualizan (pues el índice de 'revalorización' en la Ley es realmente una broma macabra). Alguien le habría soplado a Rajoy que sólo 2 países lo hacen con el IPC, lo cual puede ser cierto solo a medias pues los otros o bien lo hacen con la evolución de la economía (PIB nominal) o con salarios, y ambas variables llevan ya un componente de precios. 
   
En esos otros casos la actualización no se limita a mantener el valor adquisitivo de las pensiones, lo cual se daría por descontado, sino además intenta que participen de algún modo en bonanzas de la economía cuando se producen. Y los jubilados españoles estarían encantados de que sus prestaciones se regularizasen de acuerdo con cualquier evolución... nominal de la economía, o de los salarios. Saldrían sin duda ganando.
              
  
Tanto Ciudadanos como PP y el Gobierno pretenden engañar a los jubilados limitando posible mejorar a "sólo las pensiones mínimas y de viudedad"...
  
Deberían tener claro el cómo en España ninguna pensión es alta. La jubilación máxima lleva bloqueada desde hace 30 años, de manera que son muchos los jubilados que están cobrando una prestación menor de la que les correspondería de acuerdo con su cotización. Los gobiernos son proclives a realizar una única política redistributiva, la que transfiere fondos de los pobres a los muy pobres.
  
 

 
  


Entre los pensionistas hay muy pocos ricos; economías sencillas, como mucho, clase media, pero 'clase media' de verdad y no la que pinta Albert Rivera en sus peticiones de bonificaciones y subvenciones. Los niveles medios y altos de las pensiones hacen referencia en su mayor parte a trabajadores muy normales, incluso modestos, que simplemente han cotizado a lo largo de toda su vida profesional. Tratarles como ricos y manifestar que solo se van a subir -mejor dicho, que no se van a bajar- las pensiones mínimas no tiene sentido.    
    
  
En cuanto a las pensiones de viudedad, hay cosas difícilmente explicables. La Biblia establece como una de las principales obligaciones religiosas la de socorrer a los huérfanos y a las viudas, hasta el extremo de instituir la ley del levirato, exigencia de casarse con la viuda del hermano difunto. Esa condición de debilidad social de las viudas se ha perpetuado a lo largo del tiempo y ha llegado a nuestra sociedad capitalista desde el momento en que era el marido el que trabajaba fuera de casa y el que proporcionaba los recursos económicos. Su defunción era un drama para la familia. Pero la situación hace tiempo que va cambiando
     
La incorporación de la mujer al mercado laboral hace que, en primer lugar, tengamos que hablar también del viudo y, en segundo lugar, que las circunstancias económicas se hayan modificado. Sin embargo, se produce la inconsistencia de que la pensión de viudedad es compatible con todas las rentas del trabajo (cosa que no ocurre en otros países como Francia, Italia o Alemania), pero en cambio... no de jubilación. En cualquier caso, en las circunstancias actuales no se puede decir que todas las pensiones de viudedad sean las más necesitadas de subida.
   
Ciudadanos, PP y el Gobierno quieren liarnos también estableciendo la posible mejora mediante una reducción en el IRPF. Es curiosa la buena prensa que en ciertos ambientes tiene la rebaja de impuestos y la repulsa que suscita el incremento del gasto, cuando en principio tendrían que tener unos mismos efectos macro-económicos. Los resultados distributivos, sin embargo, casi siempre son distintos. 
    
Las minoraciones impositivas son mucho menos transparentes y, como van unidas a otras muchas variables, nunca se sabe a quién benefician y sobre todo en qué medida. Eso es lo que ocurre con la oferta que Rivera va pregonando para ocultar su falta de propuestas para los pensionistas. La subida del límite exento desde 12.000 a 14.000 € precisamente no implica el que sí se les ayude a los perceptores de tales rentas, quienes podrían estar ya exentos. 
  
Se quiere beneficiar a todos los contribuyentes por tal caso y en mayor modo a los que tengan tipo marginal más alto, es decir, de rentas superiores. Debemos esperar que ni los pensionistas ni las clases bajas se dejen engañar. Cuando oigan hablar de reducciones de gravámenes en impuestos progresivos como los del IRPF, deberían echarse a temblar porque casi seguro que por uno u otro caso terminan resultando perjudicados.
  
Tampoco parece que ni el PSOE ni Podemos se aclaren mucho en esta materia. Su actuación, demasiado sesgada por sus intereses electorales, no termina de abandonar el reducido círculo de las cotizaciones, del fondo de reserva y considerar las pensiones como un problema diferente (¡?) al del resto de las prestaciones y servicios del Estado de bienestar. 
    
Sobre todo, son incapaces de hablar claro a los ciudadanos y de decirles abiertamente que todo ello solo es posible manteniendo un sistema fiscal potente, estructurado y progresivo, que hay que subir los impuestos, y que lo que pone en peligro las pensiones y el resto de logros del Estado social, han sido rebajas fiscales que practicaron tanto PSOE como PP de forma un tanto demagógica desde mediados los 1980...
  
Proponer impuestos a la banca está muy bien y tiene muy buena prensa, pero que nadie crea que con ello está resuelto el problema. Detrás de los bancos casi nunca se sabe quién hay o, lo que es peor, está el Estado que termina haciéndose cargo de las insolvencias. Lo importante es gravar a los banqueros, a los accionistas y a los ejecutivos, aunque... no solo en la banca, sino de otras muchas empresas. En general, restituir la imposición de las rentas de capital a las que casi se ha eximido de tributar y reformar globalmente todos los impuestos directos (o sea: IRPF, Sociedades, Sucesiones y Patrimonio) para que recuperen la virtualidad de la que se les ha privado a lo largo de las tres últimas décadas. 
    
El mensaje de que hay que subir los impuestos no es fácil para una formación política, pero, si de verdad quieren ser creíbles, no tendrán más remedio que afrontarlo. Todo lo demás es demagogia y pretender engañar al personal, y al personal no se le engaña tan fácilmente."

   

El Gobierno del PP, aun minoritario en su representación parlamentaria, nos demuestra ser incorregible con respecto al atraco de Pensiones devaluadas por inflación...
              
Pero los Partidos de la Oposición, que se apresuran a sumar Mayoría cuando les interesa (como muy recientemente, por ejemplo, para repartirse su control sobre RTVE), tampoco quisieron imponer actualizaciones mínimas del IPC...
                  
¿Hasta cuándo las Ciudadanías permanecerán tolerando todo ello -tan pasivas mentes...- no retirándoles cada voto a 'hunos y otr@s', cómplices...? 
  

jueves, 8 de marzo de 2018

Gastar 151.000 millones más que lo ingresado, pero sisándonos 1.750 al no actualizar Pensión

 
  
Los Presupuestos Generales del Estado que se aprobaron en 2016 para el 2017 pero siguen aun prorrogados en este año 2018 incluyen 151.041.000.000 € más de Gastos que los Ingresos totales proyectados... Y luego han ido ampliándose nuevos compromisos de Pagos ahí por decenas de miles de millones de euros más, no previstos (en 'rescatarse' autopistas de peaje privadas; nivelarse 'poder adquisitivo' a policías nacionales, con otras; 'aliviar' deudas autonómicas; etcétera), sin problemas aparentes ninguno... 
 
 

Ahora nuestro Gobierno acaba de prometer subir a Sueldos públicos un 8% -como mínimo- y hasta el 20% al SMI en toda esta Legislatura... ¡mas nada para las Pensiones... 
   
    
  
  
  
    

Hasta el ex… Ministro del PP, y Vicepresidente de comisión para Economía del Euro Parlamento, e inspector técnico fiscal Gª Margallo, llegó a proponer lo que del 'Cuento Único' se sale: “Enviar al baúl de los recuerdos la vieja concepción sobre que nuestro nivel de Jubilaciones depende del parejo en cotizaciones a la Seguridad Social... Las pensiones son un gasto como cualquier otro (Política exterior, Defensa, Educación, Salud); por lo cual deben ser financiadas con... aquellos Impuestos que más contribuyan al aumentarse las productividades y el empleo”.
 
¿Por dónde se ven las "huchas" hoy utilizadas [¡?] para sufragar esos Otros gastos, no supuestos 'no sostenibles', aunque van siendo siempre más deficitarios...? ¡Alguien debe hacérselo mirar, a esa 'Comisión del Congreso para Pactos de Toledo' que -tras de 60 reuniones con 300.000 € cobrados por dietas- aún sólo anda entre marcarse su postureo... sin Progresos contantes y sonantes...!

 
     
        
    
       
Toda la Deuda hoy acumulada por Seguridad Social suma 27.000 millones, la menor frente a los otros 29.000 para Entidades Locales, 288.000 de las CC.AA. y hasta 996.000 millones € más en Administración Central del Estado. Pero amenazan con burdas 'posverdades' del que actualizársenos 'IPC de Pensión requeriría incremento sobre 20% en IRPF'...
 
¿Cuándo iremos a poner en su sitio al verdadero cáncer social que prosiguen representando t@ntísim@s figuron@s, dedicándose sólo -e impunes... mentes...- al prevaricar(nos) con su falsedad para mayores alarmismos, terroristas...
      
         
En 2011, mientras la UE aprobaba prestar 100.000 millones para "rescates" a Banca, se aplicó Decretazo -de ZP del 2010- que congelaría Pensiones: contra el compromiso legal anteriormente asumido desde los 'Pactos de Toledo'...
    
 
 


      
     
¡Vamos a ver, por favor: no caigamos hasta burdo timo como sería el creerles -nada…- en cuanto a lo que ‘hucha de Seguridad Social para Pensiones’ representa, supuestamente! Acabamos de conocer penúltim@ cuent@ sobre nuestro -preocupantísimo- Endeudarnos entre los (Públicos, por supuesto…) Erarios; y resulta que la única "huchita" vacía, determinante para deberse recortar algunas prestaciones "insostenibles", parecería ser la de dicha S.S...
 
¿No habrá que comenzar cortando antes grifos de otro derroche, mucho mayor, para l@s Grandes Empresas y Polític@s... en vez del arruinar más a pobres Personas ya Jubiladas, o sea, "clases -inevitablemente...- pasivas"?
 
Mientras que como siempre desde 'la Canallesca' [Voz de sus amos, o sea, las Castas] nos azuzan al dividirnos -por “naciones, propiedades... o/y género”…- unámonos: contra todo el de(s)preciarse nuestro derecho, ganado a través de unas vidas laborales, entre compromisos finalmente incumplidos...
  
¡Ojo, que no se pueda obviar: hay quienes vamos en absoluto desacuerdo con que todo aquí suba hoy, muchas veces más del 0'25%, y la persona ya 'dependiente' (por fuerza, es decir, gentes “Mayores”...) no puedan subir con -las mareas- del nivel medio del país...!
     
   
   
  
       
 

Son datos públicos, desde hace ya 11 años conocidos, que con UP & C's tampoco han cambiado: rechacemos que nos despisten con las anécdotas habituales de casitos tan sólo marginales... Desde hace 10 años largos, es notorio cómo primer@s espadas’ en la Casta del mismo PPSOE que nos castiga con su "Pacto de Toledo" -cual Solbes, Rato, Marín (q.e.p.d.), Oreja, Solana o Matutes, por ejemplones…- ya se garantizaron Sus Pension…azos muy superiores a toda nuestra (supuestísima, para todas...) "Jubilación Máxima Total" (¡?), hasta en 5 veces y más...

                  
 
 

viernes, 2 de marzo de 2018

¿Gentrificación? Sí, son las grietas ciudadanas

 
 
"La primera vez que pisé las calles de Malasaña todavía no conocía el concepto de gentrificación. Por aquel entonces el nombre de este barrio era para mí una serie interminable de promesas de juventud. Las primeras veces lo visité nervioso, ávido por llegar a conocerlo pero todavía ajeno.
 
Más adelante llegué a recorrerlo tanto que me sentía por su interior como un pez en el agua. Es más, cuando decidí mudarme a uno de sus pisos no sólo adquirí temporalmente una habitación sino que aumentó mi autoestima: no es lo mismo vivir en Madrid que en Malasaña. De hecho, en cuanto tenía la oportunidad utilizaba mi nuevo estatus. A veces, incluso para ligar: «¿sabes? Yo vivo en Malasaña».
 
En mi adolescencia tardía estaba convencido de participar en una utopía que pronto empezó a mostrar sus grietas. Así, a las pocas semanas de empezar a vivir en el barrio, comenzaron a aparecer fisuras en mi paraíso urbano. Una tras otra se sucedían una serie de intuiciones sobre los cambios del barrio que se convirtieron en todo tipo de incomodidades éticas y políticas. Poco a poco las tiendas más vanguardistas que le daban encanto comenzaron a copar todos los locales.
 
 
Por tal manera, tiendas de primera necesidad (panaderías, fruterías, ferreterías) se marchaban y en su lugar abrían comercios especializados en los productos de consumo más sofisticados (como 'variedades de palomitas', reposterías para perros, o ropas escandinavas)... Al mismo tiempo, quienes buscaban vinilos de segunda mano en el mercadillo de la plaza del 2 de Mayo eran personas extremadamente semejantes a mí.
 
Cada una matizada por una nueva frontera de la vanguardia del consumo pero todas participantes en la misma competición por la distinción. En cambio, ni rastro de las anteriores personas inmigrantes que vivían en el barrio, ni de las otras más mayores, ni de las clases populares.
 
Y, sin embargo, quienes poblábamos y usábamos el barrio en números cada vez mayores permanecíamos en una cierta autocomplacencia. Al fin y al cabo, con nosotros y nosotras había llegado al barrio una ola de cultura, civismo, mezcla social, innovación y creatividad. Éramos algo así como el 'agua bendita'... que purificó aquellos barrios... cuya leyenda negra quedaba cada vez más lejos.
 
Donde antes se habían concentrado las prostitutas, los yonkis y camellos ahora reinaba la escena cultural más vibrante. Pero, ¿dónde estaban ahora todas esas personas? ¿Se habían convertido todas en vanguardistas creadores culturales? ¿O habían sido tan sólo gentes desplazadas a otros lugares de Madrid?
 
 
Tras la primera grieta que se había abierto en las paredes de mi paraíso urbano apareció la segunda, y esta vez estrictamente política: sí, Malasaña era una fiesta, pero ¿de quién? Sabía que el piso donde residía había sido 'rehabilitado' gracias a un programa de inversión pública en barrios degradados. Como indudable consecuencia, yo había encontrado atractiva esa vivienda por la que pagaba una suma considerable cada mes.
 
En último término, el propietario de la vivienda había financiado su negocio inmobiliario con los presupuestos procedentes de trabajo del personal que ya no podría permitirse vivir en Malasaña nunca más. Es más, muchos de ellos no podrían hacerlo ni en Malasaña o ningún otro barrio del centro de Madrid y, al tener que mudarse, perdían vínculos vecinales que habían tejido a lo largo de años. Los mismos lazos que coronaban al barrio como ese lugar al mismo tiempo tan auténtico e innovador que yo me andaba buscando.
  
 
A los dos años de residir allí era ya muy difícil encontrar ningún rastro de esas prácticas de confianza y ayuda mutua que escapaban de las garras del mercado. Por el contrario, a mi alrededor sólo veía relaciones atravesadas por el dinero. Por supuesto, quienes no podían permitírselas habían sido desplazadas cada vez más lejos, a unas periferias urbanas y sociales desde donde sus luchas resultan cada vez más inaudibles e invisibles.
 
Y allí permanecía yo rodeado de tantas o tantos otros pioneros de la innovación social más cultural, alimentando este nuevo producto del consumo sofisticado llamado Malasaña. Lejanísimas ya muchas de sus vecinas más empobrecidas, su territorio era una pista de aterrizajes continuos para turistas nacionales e internacionales en busca de la siguiente frontera urbana. No cabe duda de que la encontraban: en cada uno de nuestros grafitis (ahora subvencionados por las marcas de cerveza que se sirven en el barrio); en cada una de nuestras conversaciones en las terrazas donde celebrábamos las nuevas galerías de arte transformador; y en cada uno de aquellos huertos urbanos que plantábamos entre los solares en barbecho de algunos especuladores.
 
 
Como sostiene Sharon Zukin, estábamos domesticando el espacio a base de capuccinos hasta consolidar ese producto de consumo que es Malasaña. Un producto distinguido, por supuesto. Nada que ver con la monotonía de los adosados de las elites conservadoras. Y entre tanta distinción, unas geografías contra otras no han hecho sino lubricar el mecanismo por el cual la fortuna de nuestros barrios se devalúa o revaloriza según criterios definidos por el mercado y no por el Derecho a la Ciudad. Es precisamente esta dinámica la que denuncia esa palabra tan extraña que no conocía la primera vez que pisé las calles de Malasaña y que, pasados los años, me ha permitido comprender tantas intuiciones e inquietudes.
 
Gentrificación (proveniente del inglés gentry, 'alta burguesía') no es un nombre de señora, señaló el colectivo 'Left Hand Rotation'. Es un proceso de cambios para la composición social del barrio mediante los cuales han llegado nuevos usuarios pertenecientes a una clase social más privilegiada que las de sus predecesores, a su vez desplazados hacia otros lugares en la ciudad.
 
 
Al respecto, es crucial comprender cómo ese proceso es comandado por los agentes resultantes más beneficiados: Administraciones Públicas y propietarios privados que ven por nuestro barrio una oportunidad de lograr legitimidad e ingentes beneficios; y para ello invierten grandes sumas de dinero en algunos de los territorios que antes abandonaron. La diferencia entre aquellos precios por los que se ha comercializado propiedades -antes y después de dicha inversión, a menudo pública- explica las tasas del beneficio que dirigen todo el proceso.
 
Entre medias, algunas personas contribuimos a este expolio de lo común sin ni siquiera sospecharlo. Sin embargo, una reflexión crítica sobre consecuencia social de nuestras prácticas cotidianas puede servir para evitarnos participar en dinámicas a las que nos oponemos discursivamente. No se me ocurre una aportación mejor de las ciencias sociales a nuestras vidas en común: ayudarnos a pensar sobre cómo contribuimos privadamente en los asuntos públicos. Tal vez de este modo decidamos cambiar algunas de nuestras conductas y participar cotidianamente de lo común en nuestras ciudades. De esta manera, reflexionar sobre los procesos de gentrificación nos puede ayudar a ocuparnos de los asuntos públicos de la ciudad y así dejar de ser, en el sentido griego clásico, unos idiotas distinguidos.
 
 
Para ello es imprescindible entender que las inquietudes en torno a la gentrificación (o/y turistificación: una de sus variantes más peligrosas) no sólo nos acechan, a muchos de sus colaboradores necesarios, sino también a las élites que los promueven.
 
Al respecto, David Harvey señala que los espacios para esperanza se nos multiplicarían por doquier y no pueden desparecer puesto que son aquellos que los agentes privados necesitan para mercantilizarlos. Esto es así porque sólo la creatividad de lo común daría lugares a espacios sorprendentes, vibrantes y anómalos. Por tanto, el mercado no puede permitirse terminar con ellos, si bien siempre trata de colonizarlos. En la tensión entre ambas realidades se hallará una contradicción que vecindarios podríamos explorar para proteger esos espacios de la mercantilización completa sobre nuestra vida.
 
Entre tantas grietas, fisuras y contradicciones, cada vez que uno de estos espacios resiste, se hacen realidad los versos de Leonard Cohen: 'En todas partes hay grietas / así es como entrará la luz' [There is a crack in everything / That’s how the light gets in]..."
 
('Gentrificación: las grietas de la ciudad', Daniel Sorando, revista Minerva-28)