miércoles, 18 de octubre de 2017

¿"Hablemos, parlem"...? ¡Sí, ocupémonos de nuestras vidas, no tratando 'su Tema' solo...!

     
 
Por hacerle t@nto caso a intereses muy particulares de las Castas, aquí durante años la inmensa mayoría de análisis y debates han estado monopolizados por aquel "asunto único" -sucesiva mente...- dictado para cada temporada: 'Proceso de Paz', 'Estatut', 'Plan Ibarreche', 'Procès del 9-N', 'No es no', 'DUI del 1-O', etc.     
   
Según el 2º Principio físico de la Termodinámica Universal: construir cualquier forma -'ordenada'- cuesta mucho... mas, en cambio, su estallido destructor rapidísimo siempre puede suceder (y esta verdad material vale para todo).

Al fin y a la postre, se podría "comprender..." si algunos (catalanes en Cataluña, hoy, por ejemplo; aunque no sean ellos ni allá, o ahora, sola mente) caen por el delirio de los ensimismamientos con lo 'propio', claro está. Pero aun así, quien se despepite a propósito del 'ombliguismo' ajeno desmesurado es otr@ c@s@; y debería, quizás, hacérselo mirar muy urgente: ¡como si acaso no tuviéramos temas bien próximos, aquí mismo acuciantes, para ocuparnos con mucha mayor preferencia!

Apabullan los catálogos de cuestiones decisivas para nuestra más grave actualidad comunitaria que todavía permanecen procrastinadas entre una estupefaciente indiferencia social: Rentas bajo nivel de pobreza; Endeudamiento insostenible; Salarios en recesión; Recorte del bienestar; Siniestralidades laborales al alza; Jubilaciones bajo mínimos; y más Etc. tal cual hundimientos demográficos, por poner un ejemplo...
 
     
“Nos enfrentaremos a una ola del envejecimiento: la edad más numerosa entre población española de hoy son los 40 años, dentro de una década serán 50 […] Vamos hacia una sociedad absolutamente llena de mayores, lo cual estaría muy bien si no fuera porque no hay gente joven para compensarlo. En España, nacen menos niños que por el siglo XVIII. Es verdad que se redujo la mortalidad infantil; pero si no aumentan estas tasas en natalidades, cada año nos nacerán otros 2% menos de niños…

Tenemos las 3 provincias con récord mundial en balances entre muertes y nacimientos (de las que tienen al menos 100.000 habitantes). En Zamora, durante 2016 por cada nacido más hubo casi 4 muertos. En Lugo y Orense hay otras 2 muertes, hoy, por cada neonato. No sólo es que tengamos la menor tasa de fecundidad -para Europa- sino que los últimos 20 años esta España tiene las menores tasas de natalidades, del mundo, como promedio…

Cuando yo nací, nacieron el triple de niños que ahora en Asturias: es la primera región de toda Europa donde, si nada cambiase, su población desaparecerá… El número de las personas era decisivo para un desarrollo de los pueblos, históricamente. Pero […] si produces 20 veces lo que una persona primitiva, aunque tengas la mitad de gente, aún producirás más…

Ahora que por el 'Tercer Mundo' están emergiendo, la productividad media de su población se va igualando a las nuestras, con lo cual aquel ‘número de personas’ vuelve a ser decisivo. Cuando China haya igualado en productividad a EE.UU tendrá entre 4 y 5 veces ya su PIB. Los europeos tenderíamos a la irrelevancia… En Occidente necesitamos pensar que le debemos a las comunidades, y la Humanidad, el tener hijos. No pasará nada si no los tiene alguien, pero la mayoría debe tenerlos...
  

    
El País Vasco ha sido un desastre de natalidad; ahora va repuntando un poquito, pero era la región de toda España que más había envejecido desde que se murió Franco... Y en Cataluña su natalidad nativa, por catalanes ‘de pura cepa’, es la menor históricamente. He ahí una de las razones del que haya necesitado tanta inmigración. Cataluña mejora sus cifras globales gracias a los magrebíes. Casi la mitad de los niños que nacen o viven hoy en Catalunya ni son de padres españoles, tan siquiera; no ya catalanes.

La Cataluña del futuro no será española, no; ¡mas tampoco catalana! Si consiguen integrar a los inmigrantes, muy bien. Pero como no, serían una sociedad fracturada y dual: en Gerona, son hijos de musulmanes el 20% entre todos los niños que nacen; hasta otros 15% para Tarragona, o Lérida, y por Barcelona un 12%...
 
En Europa hay 10 países ‘de primera’ cuyo primer ministro o equivalente no tiene niños. En Alemania, entre los 2 últimos cancilleres, Schröder y Merkel, se casaron 6 veces ya… pero han tenido 0 hijos biológicos; aunque también están Francia, Italia, Reino unido, los 3 primeros ministros del BE-NE-LUX, Suiza, Irlanda o Suecia (80 años atrás, tan solo, había dos 'números uno' que no tenían hijos: Hitler y Azaña)...
 
Si los líderes hoy no tienen hijos y tampoco la familia está en el discurso público es difícil fomentar más natalidad, mas Occidente tiene una gran satisfacción de lo conseguido en estos últimos 200 años [...] Se han superado situaciones de precariedad, del morirnos por todo tipo de enfermedades; las mujeres han conseguido igualdad, vivimos en sociedades mucho menos autoritarias ya, donde hay libertad -teórica- del pensamiento... Y sin embargo, cuando son cuestionadas determinadas verdades, a degüello se lanza la gente
  
     
Es un problema complejo que va ligado al modelo social […] Habría que incentivar (según el conservador), ayudar (para un social-demócrata) o compensar (de acuerdo con aquellos más liberales), cada uno en su ideología lo que quiera… Pero hay que subvencionar a las familias una parte significativa del cuanto -de más- les cuesta tener niños
  
   
Tal compensación tiene que centrarse sobre la mujer; pero no sólo… También el hombre juega un papel importante. Y hay que tener cuidado con favorecer sólo a la mujer que trabaje fuera del hogar, como ahora. Si queremos incentivar la natalidad tiene que ser a todo tipo de mujeres, no sólo a unas en función de la ideología
 
  
Antes de nada debe pensarse que tener hijos completa la vida, el cariño no te lo va a poder dar una máquina […] Lo real es que la 'esperanza de vida' crece pero en […] una sociedad menguante: lastrada en lo económico y afectivo. Los ancianos son caros, pesados de cuidar… Veremos cosas moralmente indeseables. La presión hacia unas 'eutanasias' no deseadas va, seguro, a ser creciente; porque son escasos los recursos…”
    
Lo que no se le debería ocurrir ni a quien obtuvo fama por ser aquel que asó las mantecas es echar en saco roto tan contundentes realidades -de todos los órdenes- por seguir absortos como meros espectadores distantes las "noticias únicas" del culebrón... sobre "DUI, sí o no", absurdo e inane dilema-trampa: CatalEXIT... a  mentes...
 
 

5 comentarios:

  1. NOCHES DE INSOMNIO, DÍAS DE FACUNDIA

    A pesar de las bravatas, los desafíos, las manifestaciones y los discursos encendidos, los gobernantes catalanes tienen miedo. Miedo de lo que hará el estado, de lo que harán lo suyos, miedo de ellos mismos. Es ese miedo que, como ya dejó sentenciado Goethe, hará que sus adversarios venzan.

    No hay que darle más vueltas: si en Cataluña hemos llegado al momento presente solo se debe a la inacción por parte del gobierno de España, a su proceder timorato (…) los separatistas interpretan el silencio como debilidad. El tacticismo (…) ha provocado que los separatistas pensasen que nadie iba a llamarles al orden seriamente.

    Es lógico que Puigdemont se encuentre sorprendido por la detención e ingreso en la cárcel de los dirigentes de la ANC y de Ómnium. Nunca pensó que podía ser posible, igual que Artur Mas no creyó que debería pagar 5 millones o Junqueras que 700 empresas iban a marcharse de Cataluña. Son personas que lo han tenido todo muy fácil, con la administración catalana y la complicidad de sus medios de comunicación ejerciendo de colchones en los que descansar cómodamente.

    La vida los ha tratado bien, nunca han tenido que pagar el precio de nada y ahora, que se dan cuenta de que sí, que no existe nada gratis, que la política no es una broma, ahora que la hora del patio finaliza y toca rendir cuentas, se encuentran desnortados, paralizados, desconcertados. Hoy dicen que las empresas ya volverán y al siguiente que, si no vuelven, peor para ellas. Han pasado del remoquete cansino de que la Unión Europea se precipitaría ante la Cataluña independiente, poco menos que implorándole que entrase en su selecto club, a decir que fuera de la UE se vive tan ricamente.

    Ese baño de realidad, que no ha hecho más que empezar, les produce otra sensación, una que tampoco han experimentado jamás: el miedo. Porque las 'jaimitadas' de Puigdemont, el ahora proclamo la república, pero no, pero sí, pero pido diálogo, no obedecen más que al miedo que sienten él y los suyos. Tienen miedo del abismo que les ha devuelto la mirada y es negro, profundo, sin posibilidad de salir de él una vez caídos en su abisal profundidad. Tienen miedo ellos, tienen miedo sus correligionarios, burgueses pacíficos, empresarios del 3%, funcionarios de la gralla y sardana, que jamás osaron creer que sus cantos patrióticos y su olímpico desdén hacia España acabaría llevándolos a ser unos revolucionarios a su pesar.

    Tienen miedo sus voceros mediáticos, que ya se la ven venir y, como no saben vivir sin la subvención pública, están tascando el freno por lo que pudiese pasar, véase el ejemplo del Grupo Godó o, impensable hace un mes, el del diario vinculado a Esquerra ‘Ara’.

    Tienen miedo los empresarios que abonaban religiosamente el ‘pizzu’ o mordida a los Consellers de turno, satisfechos y felices, porque lo hacían ‘pels nostres’, por los nuestros. Tienen miedo en el Barça, ellos, que tanto han hecho para abonar el caldo de cultivo de lo que hoy estamos padeciendo. Hay miedo, sí, porque lo desconocido siempre produce temor, y con ese pánico que les produce tener que obrar en consecuencia a sus inflamadas soflamas patrioteras ahora están en catalepsia, esperando un milagro del CatalExit.

    Los últimos creyentes son quienes provocan las mayores desgracias. Creen en su búnker empapelado con esteladas que alguna mediación extranjera o designio divino los va in extremis a salvar, pero en su fuero interno saben que no; que parafraseando al film ‘El hundimiento’, el ejército de Wenck no va a venir, que están rodeados por un océano de ley. Al pasar frente al Palau de la Generalitat se nota, se palpa, se huele ese miedo. Las caras de los consellers, con esa sonrisa que pretende ser autosuficiente, se convierten en muecas crispadas…

    (continuará)

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  2. NO RECTIFICARÁN (continúa)

    No ha hecho falta que entrasen los tanques por la Diagonal ni que hubiera inmolaciones patrióticas. Solo con las empresas que se han ido – algunas, las más, para no volver nunca – y 2 ingresos en la cárcel ya se han puesto todos a elaborar planes B, C, y así hasta la Z. Su miedo empieza a calar entre los partidarios del sueño independentista, que ven prolongarse día a día la agonía de un proceso que jamás tuvo hoja de ruta, solo una serie de faroles a cuál más burdo y tabernario.

    Está claro que el propio miedo al ridículo, a quedar como cobardes, a que les digan que no han sabido estar a la altura va a condicionar que Puigdemont y los suyos sigan adelante. Ese es otro miedo, quizá tan poderoso como el de la incertidumbre ante el estado de derecho. Tengamos presente que el miedo, en política, engendra siempre crueldad, como dijo Maurois.

    Es en ese terreno cenagoso y sin esperanza donde se mueve el Govern de la Generalitat. Sabiendo que no van a conseguir lo que se proponían, seguirán adelante como el sonámbulo que camina por la cornisa de un 6º piso. Sus mentalidades estrechas, provincianas, hechas a lo enano y banal, no pueden admitir que se equivocaron. Ese orgullo, esa soberbia, les ciega e impele a precipitarse más y más en su carrera hacia la nada.

    En ese loco empeño han recabado las ayudas de pro etarras, de radicales demagogos y resentidos así como de los que odian a España, al PP o al PSOE; da igual, la cuestión era no saberse solos en sus delirios. Abandonaron a los sectores que les habían apoyado tradicionalmente: es decir, los grandes empresarios, las pequeñas y medianas empresas, los comerciantes… E incluso a los independentistas de corazón que, con toda lógica, se sienten cansados después de 5 años del ‘procés’: manifestaciones, banderitas y toda suerte de folclore.

    Cegados por sus propios miedos, en su patética vanidad, los actuales dirigentes secesionistas van a consumar su locura no tanto por convencimiento, sino porque no tienen otra opción. Los miedos yuxtapuestos son la causa, sin duda, de su actuación irresponsable. De la misma manera que los miembros de la antigua CiU están temblando al ver que se acaba su tiempo, su manera de entender la política, su continuo cambalache, los que dirigen ahora el cotarro, salidos de las Juventudes Nacionalistas, sienten el mismo pánico.

    Ellos, criados en el pujolismo con el inherente sentimiento de superioridad frente a todo lo que no fuese su ideario político que les hemos consentido todos, dentro y fuera de Cataluña, también entienden, aunque se nieguen a confesarlo, que al Estado no se le puede hacer chantaje para después salir indemne.

    Es el miedo que siente el delincuente al escuchar las sirenas de los coches patrulla, el que quien sabe que obró mal experimenta, el miedo del pecador que se sabe en falta.

    Es una lástima que su miedo sea bien distinto de aquellos que también tenemos miedo, pero no por quedar mal ante los nuestros o por cómo la historia ha de reflejar nuestra actitud; nuestros miedos son mucho más cotidianos, encaminándose hacia nuestra tierra, a la convivencia pulverizada, al desastre económico.

    Son, en suma, miedos mucho más humanos que los suyos que, incluso en esto, han de caracterizarse por la mezquindad y el egoísmo. Así es como esta generación de aprendices de brujo pasará por la historia, como la de una generación que pudiendo hacer todo se quedó en la nada.

    Miquel Giménez (en ‘Vozpópuli’, 20-O-2017)

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  3. ¡PERO HABLEMOS, EN FIN, SOBRE DE QUÉ VA TODO ESTO!

    "Tradicionalmente, el Estado social y de derecho se ha basado, con mayor o menor intensidad, sobre una cuádruple unidad: comercial, monetaria, fiscal y política. Es sabido que las dos primeras generan desequilibrios regionales, tanto en tasas de crecimiento como en paro, desequilibrios que son paliados, al menos parcialmente, mediante las otras dos uniones, la fiscal y la política.

    La unión política implica que todos los ciudadanos tienen los mismos derechos y obligaciones independientemente de su lugar de residencia, y que por lo tanto pueden moverse con libertad por el territorio nacional y buscar un puesto de trabajo allí donde haya oferta. La unión fiscal, como consecuencia de la unión política y de la actuación redistributiva del Estado a nivel personal (el que más tiene más paga y menos recibe), realiza también una función redistributiva a nivel regional, que compensa en parte los desequilibrios creados por el mercado.

    La Unión Monetaria Europea ha roto este equilibrio creando una unidad comercial y monetaria, pero sin que se produzca, ni se busque, la unidad fiscal y política, lo que genera una situación económica anómala que beneficia a los países ricos y perjudica gravemente a los más débiles, ya que la unidad de mercados y la igualdad de tipos de cambios traslada recursos de los segundos a los primeros sin que esta transferencia sea compensada por otra en sentido contrario, mediante un presupuesto comunitario de cuantía significativa.

    Esta situación anómala que crea la Unión Monetaria es la que ansían para sí los soberanistas surgidos en las regiones ricas. No se puede negar que tras el nacionalismo se encuentran pulsiones irracionales, sentimientos, emociones, afectos, recuerdos que en principio pueden ser totalmente lícitos. Pero, en la actualidad, cuando se trata de países occidentales y de territorios prósperos, el principal motivo, al menos de las elites que se encuentran al frente del independentismo, es el rechazo a la política presupuestaria y fiscal del Estado, que transfiere recursos entre los ciudadanos, pero también entre las regiones.

    Recordemos que la deriva secesionista de la antigua Convergencia se inicia no en 2010 con la sentencia del Tribunal Constitucional como quieren hacernos creer, sino en 2012 con el órdago acerca del pacto fiscal que Artur Mas dirige al presidente del Gobierno y de la negativa de este a romper la unidad fiscal y presupuestaria de España.

    Y de esta manera retornamos al principio del artículo y comprobamos que la paradoja que nos planteábamos no es tal, ya que se explica el motivo inconfesado que al menos las elites y dirigentes del independentismo tienen para querer romper con España y que sin embargo no tengan ningún problema, todo lo contrario, para admitir la pérdida de soberanía que representa la Unión Europea. Se encuentran confortables en un ambiente de total libertad económica como el de la Unión Monetaria y les incomoda el Estado español, no tanto por español como por Estado y por la función redistributiva que ejerce.

    De ahí la contradicción en que caen los nacionalistas de izquierdas, o aquellos que desde la izquierda coquetean con el nacionalismo, defienden en el ámbito nacional lo que critican a la Unión Europea: la carencia de una unión fiscal y política."

    (JF M. Seco, Contrapunto del 19/10/17, 'Cataluña y Europa')

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  4. Última noticia de la prensa nacional: "Raisa, Oyane, Pepe y Siraj fueron los primeros bebés del 2018 en Catalunya": o sea, otros cuatro seres más añadidos (rumano, cubana, castellano e india) que agregarse al -tan reputado ya- 'Hecho diferencial CATALÁ...', ¿no?

    ¡Desde luego, así esto -del 'Procés'- no hay quien lo pare! Y cualquier día nos llegará, ya, la DUI...

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    1. ¿Y a las mayorías que se nos va, o viene, con todo ello? ¡dale que te pego... sobre la monserga nazi_o_ná... de coña por t@nta Casta en su escaño...!

      A ver cuándo veremos más LAZOS MARRONES: contra las revisiones del 0'25% de mierda, contra las clases pasivas, a PENSIONISTAS.

      Sobre tal estafa, sí, de Rajoy no me fío un pelo; mas lo peor es que tampoco tendría razones para confiar más al respecto en PS...ánchez, Riverita, Urkullu, Colau, Puigdemont, Junqueras o Garzón e Iglesias.

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