martes, 8 de noviembre de 2016

Autócratas: desde -por allá- Trump... al Partit Socialista de Cataluña (PSOE) sin ir más lejos


Quien siga sin entender aún lo de 'Trump contra... Hillary Clinton' puede imaginárselo parecido a otros dilemas por 'Gil y Gil -o, mejor, Ruiz Mateos- compitiendo enfrente de... Ana Botella'.

E, igual mente, recordamos aquello del Viejo Profesor Tierno Galván (que desde su Partido Socialista Popular justificaba sus exiguos resultados electorales partidistas llamándoles "votos de calidad..." a los escasos tenidos antes de ser absorbido por el PSOE): "para no cumplir, son promesas electorales..."
 
¡Vaya disyuntivas, entre poco [atrayentes] demócratas, en la cruda realidad!, ¿no?
  
           
"Ha sido motivo de hilaridad, cuando no de preocupación, la respuesta dada por Donald Trump acerca de si iba a aceptar los resultados electorales. En su contestación hizo honor a su fama y a su trayectoria: “Aceptaré los resultados electorales si gano”. La opinión pública internacional ha quedado pasmada de una respuesta “tan democrática”. Pero he aquí que la postura adoptada por el Partido Socialista de Cataluña (PSC) en la investidura de Rajoy tampoco ha sido muy diferente; de hecho, es una actitud que abraza con demasiada frecuencia. Participa en los órganos de decisión del PSOE, pero solo asume los acuerdos si le conviene y coinciden con su opinión. Lo ha hecho ahora y en otras múltiples ocasiones, por ejemplo en esa defensa del derecho de autodeterminación de Cataluña.
  
Hay que reconocer que en Cataluña la postura de romper la baraja si no se gana no es propiedad exclusiva del PSC. Los secesionistas han adoptado una actitud similar. Usan las instituciones españolas al tiempo que las repudian; recurren a los tribunales pero solo aceptan sus sentencias si les favorecen y los deslegitiman si les son adversas; mantienen que las leyes españolas no rigen para Cataluña, pero ellos concurren en la elaboración de esas mismas leyes. Los catalanes han participado en los gobiernos, y en las Cortes en mayor -o al menos igual- medida que cualquier otra región de España. Al tiempo que se nos han declarado 'independientes' del Estado, se sientan en el Congreso español; e intervienen para las elecciones del Presidente de Gobierno.   
 
Entre ambos, PSOE y PSC, sus relaciones totalmente asimétricas han sido: mientras los miembros de este último partido son celosos de su independencia y no permiten que los militantes del PSOE se inmiscuyan en la elección de sus órganos directivos, ellos sí participan en los del PSOE. Podemos recordar cómo los votos del PSC fueron decisivos en la elección de Zapatero, cuyas consecuencias hemos pagado todos.
   
Iceta, con tono melifluo, tras mostrarse inquebrantable en el voto negativo de los diputados del PSC en la investidura, se ha dirigido a sus compañeros del PSOE pidiéndoles comprensión y que sean conscientes de las especiales circunstancias de Cataluña. Es un mantra del nacionalismo, o de aquellos que lo imitan, recurrir a la especificidad de Cataluña; y reclaman compresión a todos los demás. Comprender, comprender, se comprende todo, pero no son las Comunidades ricas (Madrid, Cataluña y el País Vasco) las que necesitan mayor comprensión, sino las Comunidades de menor renta per cápita (Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha, etc.).
     
  
Es verdad que el PSC se encuentra en una situación crítica, pero de eso nadie más que ellos tienen la culpa por coquetear con el nacionalismo, y si continúan por ese camino en el futuro no les va a ir mucho mejor. El otro día en las Cortes tuvieron ocasión de constatar lo que pueden esperar de partidos como Esquerra y en energúmenos como Rufián. Es cierto también que el sentimiento secesionista ha aumentado en los últimos años en Cataluña, pero la responsabilidad en buena medida recae también sobre ellos propiciando y aprobando un Estatut anticonstitucional.
  
Por otra parte, contrastan los remilgos que ha manifestado el PSC a la hora de abstenerse en la investidura de Rajoy con la total carencia de escrúpulos que mostró en 2010 para abstenerse en la investidura de Artur Mas. Si de corrupción se trata, ningún partido creo que esté a la altura de Convergencia y hay pocas dudas también acerca de que esta formación política se sitúa a la cabeza en cuanto a ideología conservadora se refiere. CiU ha sido el adalid en el Congreso de los Diputados de todos los lobbies económicos. Basta con mirar las actas de sesiones para comprobarlo. Pero el nacionalismo lo tapa todo. Solo eso explica que partidos que llamados de las izquierdas, como Esquerra Republicana y la CUP, no solo a la abstención están dispuestos: también al voto positivo... e incluso a gobernar en coalición con CiU o su actual sucesor, el PNEC. Lo grave es que después se atreven a llamar 'fascistas' y 'azules' al resto.
  
La votación en la investidura de Rajoy ha dejado al descubierto también otra de las mojigangas arraigadas en nuestro espacio político, la de los 'independientes' (ver mi artículo de 5 de mayo). Normalmente son reclutados al margen de todo procedimiento democrático por el líder supremo, que los impone al resto de la organización. Pero con frecuencia se consideran situados en un estrato superior, y sin sentirse obligados a ningunas de las servidumbres que pesan sobre los demás diputados o militantes. En esta ocasión ha surgido de manera evidente en la reacción tanto de Margarita Robles como de Zaida Cantera. Ambas le fueron impuestas a la Organización de Madrid por Pedro Sánchez.
 
Las dos decidieron contravenir el acuerdo del Comité Federal del PSOE (supremo órgano entre congresos) basándose en su responsabilidad y en su compromiso con los ciudadanos que las han elegido. Lo cierto es que los ciudadanos no eligen candidatos sino listas cerradas, pero es que, además, a la ex jueza y a la ex comandante tampoco las designaron los militantes. Solo el 'dedazo' de P. Sánchez.... Una vez dimitido este, lo único digno que hacer les cabría ya era un abandonar el acta de diputada. No deja de ser curioso que hayan argumentado que la decisión tomada por el Comité Federal debería haber sido consultada a las bases.
  
  
Los socialistas rebeldes han recurrido a la libertad de conciencia. No parece que la decisión de haberse inclinado o no por la abstención haya tenido mucho que ver con la conciencia; se trata más bien de una medida meramente estratégica, la de permitir gobernar a Rajoy ahora o ir a terceras elecciones, con lo cual pareció posible que el presidente del PP gobernase finalmente pero ya con 150 diputados. Manejan un concepto erróneo, el de que la abstención constituye un incumplimiento de la promesa que habían hecho a sus votantes. La imposibilidad de cumplir el programa electoral surge tan solo de haber perdido unas elecciones. Solo quien obtiene tal mayoría absoluta está en condiciones de poder llevar a cabo la totalidad de sus promesas, e incluso en este caso a menudo dependerá de que las circunstancias lo permitan.
 
En política, cuando no se transforma en épica (ver mi artículo del pasado día 7 de octubre), lo único que está en cuestión es optar por la mejor alternativa de lo viable. El PSOE con 85 diputados no puede aspirar a imponer el 100 por 100 de su programa electoral; solo a influir lo más posible en las medidas que se tomen. Y no es demasiado descabellado pensar que las condiciones para presionar son mejores ahora que lo serían después de unas terceras elecciones. En cualquier caso, acertada o no, la decisión no parece -ni de muy lejos- un problema de conciencia, sino exclusivamente un juicio acerca de lo mejor o, quizás, de lo menos malo.
  
Hay quien en un exceso de celo ha llegado a declarar que ninguna ocasión como esta plantea un problema de conciencia. Se me ocurre otro sinfín de opciones tomadas por diputados socialistas que podrían haberles dado lugar con mayor motivo a una objeción de conciencia, sin que en ningún caso se planteara. Por ejemplo en 1985, con la primera reforma de las pensiones, tan solo Nicolás Redondo y Antón Saracíbar votaron en (su) contra; o con la Ley de Presupuestos de 1989, que provocó la huelga general de 1988, y que causó la dimisión de los sindicalistas anteriores, o cuando se aprobó el Tratado de Maastricht, que se encuentra en el origen de las duras medidas acometidas por Rajoy y Zapatero, o en épocas más recientes, del 2011, cuando se modificó el artículo 135 de la Constitución, en virtud del cual el Estado social de nuestra Carta Magna se transformaba en el Estado liberal del santo temor al déficit.
 
En ninguno de dichos casos los diputados socialistas (excepto los dos anteriormente citados, en la modificación de nuestra Constitución, y Antonio Gutiérrez...) nada en conciencia objetaron. La historia es muy antigua como para que ahora se puedan exhibir ciertos remilgos que solo suenan a hipocresía o a sectarismo, tanto más si quien los plantea fue secretaria de Estado en la legislatura 1993-1996, la más oscura de Felipe González."
    
  
  

12 comentarios:

  1. La comparación con España puede ser algo matizada: en vez de Ruiz-Mateos, o Gil y Gil, podría ser Mario Conde u otro (como aquel Garrigues de la tan fallida estrepitosamente Operación Roca, ¿no recuerdan?); mientras que la 'Espe...' Aguirre e incluso Carmen Romero podrían habérseles opuesto sustituyendo a cualquier Ana Botella...

    Mas tal analogía sería semejante, o sea, ¿podría creerse alguien que 'las mujeres paradas... desde Vallecas, Cádiz, Vigo y Badalona o Rentería' vayan jamás a poder movilizarse para encumbrar esas primeras candidatas ante semejantes populistas?

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    1. La historia parece repetirse: a pesar de lo que sesudas lumbreras comentaristas no quieren ver nunca, como en el Brexit, las gentes compran más nuevas mentiras... que hipocresías ya demasiado conocidas.

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  2. Y... ha ganado, por fin, TRUMP...

    Según hace ya 2 días que alguien muy fiable, a contra corriente, nos lo supo anticipar...

    ( Hoy puede comprobarse su aviso por todas las hemerotecas: 'Elecciones en los Estados Unidos. El historiador yanqui siempre infalible, al predecir sus Presidentes desde hace más de 4 décadas, da la victoria para Donald Trump' = www.elmundo.es/internacional/2016/11/07/581f82f122601d9f2f8b4625.html )

    Es acaso peor que Señorías votadas aquí... como los Matas, Rita Barberá, Otegi, Blasco, Rufián, Chaves, Griñán, Susana Díaz, Granados, Moral Santín, Munar, Rato, Fernández Villa, Bódalo, Roldán, Artur Mas, etc.?

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  3. Otro aviso lo había dado también el cineasta Michael Moore, hace días...

    "Siento ser el que dé las malas noticias, pero ya os lo advertí el pasado verano cuando dije que Donald Trump sería el candidato republicano a la Presidencia; y ahora traigo unas noticias aún peores y más deprimentes:

    Donald J. Trump va a ganar las elecciones en noviembre. Este ignorante, peligroso y miserable payaso a tiempo parcial y sociópata a tiempo completo será el próximo Presidente de los Estados Unidos.

    El mayor 'fuck you!' en toda la Historia de la Humanidad, o sea 'President Trump'. Vamos, id practicando, pues así será como nos tendremos que dirigir a él durante los próximos 4 años"

    Y el filósofo neo-marxista Savoj Zizek coincidió: "el peligro a día de hoy no es la pasividad, sino seudo-actividad, necesitar del 'ser activo, participar' para enmascarar la vacuidad entre los acontecimientos...

    Lo más realmente difícil es dar un paso atrás, batirnos en retirada. Quien está en el poder prefiere una participación 'crítica', un diálogo, al silencio -sólo por el simple hecho de implicarnos en aquel se asegura nuestra pasividad ominosa-.

    Así pues, la ABSTENCIÓN del votante se revela como un verdadero acto político que nos confronta forzosamente con la vacuidad de las democracias actuales.

    Exactamente así es como los ciudadanos deberían actuar al enfrentarse a la elección entre Clinton y Trump. Cuando a Stalin le preguntaron al fin de los años 20 qué desviación le parecía peor, si derechista o izquierdista, replicó: '¡Las 2 son la peor!'.

    ¿No ocurre lo mismo en el caso de la elección a la que se enfrentan los votantes estadounidenses en las elecciones presidenciales de 2016?

    Trump es obviamente 'peor' ya que promete un giro a la derecha y representa la decadencia de la moral pública -aunque al menos ha prometido un cambio-, mientras que Hillary es 'PEOR' pues hace que no cambiar nada parezca lo deseable...

    ¡Y no, los populismos hoy tampoco son (aun) de simples fascistas!

    Cuando a los partidarios de Trump se les acusa de ser 'basura blanca' es fácil discernir en esa designación el miedo hacia las clases más bajas que caracterizó a la élite progresista.

    Aquí van titulares del Guardian: 'En el interior del mitin de Trump, gente buena en un bucle retroalimentado de paranoia y odio. Su público repleto de honestidad y decencia causa efecto espeluznante en el show unipersonal.

    «Los medios han presentado a blancos de clase trabajadora como un todo, creando imaginarios caducos y traicioneros que resultan muy convenientes para mercados. Según este mensaje, los pobres son unos idiotas peligrosos»...'

    ¿Quién gobierna realmente en USA? ¿No escuchan el murmullo de los encuentros secretos en que miembros de la 'élite' financiera y otras iban negociando la distribución de puestos clave para su Administración Clinton?..."

    E igual, Matthew Bennett nos advirtió ya: "no convencen los 'Unicornios para todos' dentro de 5 años, así que mejor pan y agua para los míos hoy.

    ¿Qué ha pasado? Si el cambio era el Brexit del Reino Unido, ¿por qué ha fracasado Pablo Iglesias en España?

    Si nos fijamos en todos los casos, ganó la opción más o menos de derechas, al menos conservadora, cuando no tendente a la xenofobia o el racismo. Se rechaza la promesa progresista que otro bando hizo.

    No a seguir en la UE, no a esa política sobre inmigración, no asaltos al cielo en España y no a esa paz en Colombia. No así.

    Son todas opciones ofreciendo algo mejor en el futuro comparado con un presente problemático, si tragaba el votante con algo que no deseaba mientras.

    La UE, si Ud. traga con problema de inmigrantes; la reforma del régimen del 78 en España, si traga con los aspectos chavistas del proyecto y no la prometida tierra escandinava; la paz con las FARC tras 50 años de violencia, si Ud. traga con los escaños obligatorios en el Congreso...

    En cada caso, una ligera mayoría de votantes ha dicho: «pues no trago»..."

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  4. Los análisis (previos) citados de Slavoj Zizek pueden consultarse desde:
    - www.theguardian.com/books/2016/apr/28/slavoj-zizek-donald-trump-is-really-a-centrist-liberal
    - www.newsweek.com/slavoj-zizek-hillary-clinton-donald-trump-us-presidential-election-bernie-489993
    - http://inthesetimes.com/features/zizek_clinton_trump_lesser_evil.html

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  5. "¿Por qué ha ganado Trump?

    En los EEUU las resistencias a la corrección política han sido mucho más tajantes que en Europa por chocar frontalmente contra algunos de los principios que forjaron la nación americana, la primera democracia moderna.

    La originaria mentalidad americana de ciudadanos libres e iguales es incompatible con la discriminación positiva, donde cada uno vuelve a ser tratado según su nacimiento, raza, sexo o grupo social; no por sus méritos.

    Mucha gente percibe que la clase política se pliega a la voluntad de grupos bien organizados, concediendo privilegios y ventajas. Y se extiende la sensación de que la sociedad estamental, aristocrática, que fue erradicada por la revolución americana, amenaza con instalarse de nuevo..."

    (Benegas y Blanco, en 'Vozpopuli')

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  6. Ya el prof. Vicenç Navarro hace 4 semanas de 'lo que no se informa y/o se desconoce sobre las elecciones en EE.UU' nos alertó: "uno de los elementos en lo que hoy está ocurriendo que ha sorprendido más al 'establishment' político-mediático es el apoyo a los candidatos Trump y Sanders por la clase trabajadora (de raza blanca); un sector de la población que creían ya no existir en aquel país, pues su percepción de la estructura social había sustituido incluso el término 'clase trabajadora' por 'clases medias', definiendo como tales a toda la población que no es rica ni pobre.

    Según esa percepción generalizada de la realidad estadounidense, las categorías de clase social prácticamente han desaparecido, pues la mayoría de la población es y se siente de clase media. En esta visión de EE.UU, la clase trabajadora o bien ha desaparecido, o se ha convertido en clase media (por extraño que parezca, esa visión sobre la estructura social de los países capitalistas desarrollados también está generalizada en el 'establishment' político-mediático español).

    Dentro de tal esquema, se considera que la igualdad de oportunidades (que se asume existir en EE.UU) actúa como un ascensor social vertical, permitiendo a los ciudadanos alcanzar los niveles que su mérito y esfuerzo permiten. Se reconoce que racismo y machismo prevalentes en la sociedad (y la consecuente gran discriminación que determinan) dificultan para tales grupos –los afroamericanos, los hispanos (procedentes de Latinoamérica) y las mujeres- el ascensor social. De ahí que lo que en EEUU se presenta como el partido de centro-izquierda (el Demócrata) acentúe, como punto central de su programa, las políticas antidiscriminatorias a favor de afroamericanos, latinos y mujeres.

    Su objetivo es la integración de estos sectores en el sueño americano que les permita ser miembros de la clase media y alcanzar las metas personales que se propongan. La victoria electoral de un ciudadano de raza negra en las últimas elecciones presidenciales, encarnada en la figura del Presidente Obama, era un hito esencial de esta estrategia de integración. Y la posible victoria de la Sra. Clinton significaría otra gran victoria de esta estrategia de integración de los discriminados (mujeres, en su caso) en el sistema político-económico del país.

    El Partido Demócrata es el partido postmodernista que ha estado enfatizando los temas de identidad como centrales de su estrategia, orientada a conseguir el apoyo electoral de las minorías –los negros y los latinos- y de las mayorías -las mujeres-. La clase social no juega un papel esencial en dicha estrategia, excepto en el énfasis de mantener el nivel de vida de las clases medias, que asume constituyen la mayoría de la población. Hasta aquí la visión del 'establishment' político-mediático del país y sus consecuencias para la estrategia electoral del Partido Demócrata.

    El problema con tal visión es que resulta profundamente limitada e insuficiente. Y lo que está pasando en EE.UU es un indicador de ello. Estas estrategias basadas en la identidad han tenido escaso efecto en cambiar las condiciones de vida de la mayoría de las clases populares, que incluyen la mayoría de minorías negras y latinas y la mayoría de mujeres. La clase trabajadora de raza negra ha visto su nivel de vida continuar descendiendo durante el mandado del Presidente Obama, que es una persona perteneciente a tal raza.

    En realidad, el fenómeno más llamativo que ha ocurrido en EE.UU es el espectacular deterioro del bienestar y calidad de vida de la clase trabajadora y de sus diferentes componentes, incluyendo la clase trabajadora de raza negra..."

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  7. Sí: sólo la DEMAGOGIA del populismo divide los grupos partidistas (nacis o no) entre 'progres' o conservadores y mexicanos, ingleses, yanquis, judíos, árabes, vascos, asturianos... u otros: halagando razones de lo propio para denostar ese supuesto 'absurdo' que imputar creen poder siempre al resto.

    "El propio Pablo Iglesias fue quien declaró una vez que de ‘peronismo’ algo había en Podemos... y tampoco le ha hecho asco alguno al término ‘populista’... Pero se ha indignado -mucho- cuando algunos dirigentes políticos, como la presi de Andalucía Susana Díaz, dicen que lo populista de Donald Trump y Podemos ‘beben de la misma fuente’.

    Iglesias, que calificó a Trump de ‘tipejo sinvergüenza’, ha respondido a la presidenta andaluza preguntándole qué es lo que bebe ella para luego decir lo que ha dicho. Pero el enfado de Iglesias revela que el populismo existe en Podemos aunque sea de izquierda y eso significa que se utiliza la demagogia ante los sectores más desfavorecidos de la sociedad para ofrecer soluciones rápidas y muy sencillas a problemas complejos que, en muchos casos, no tienen solución y menos aún inmediata o por la simple llegada de los líderes populistas al poder.

    Lo estamos viendo ya en los Estados Unidos tras la victoria de Donald Trump e incluso en la propia imagen de tan controvertido personaje que ahora se nos presenta con el disfraz de pacífico y dialogante político porque se teme una revuelta general en el país contra su persona y presidencia, como la que ya esta llenando de manifestaciones muchas ciudades americanas.

    Manifestaciones que Trump ha descalificado como ‘profesionales’ y agitadas por los medios de comunicación, aunque poco después ha rectificado en su Twitter para decir, ridículamente acaramelado, que las manifestaciones son de ‘unos pocos’ jóvenes que tienen ‘pasión por su país’ pero que todos deben de unirse.

    Y dice Trump estas tonterías cuando acaba de anunciar medidas urgentes contra la reforma sanitaria de Obama, la inmigración y los impuestos, lo que sin duda dividirá mucho más a los norteamericanos. Aunque aún le quedan dos meses de ‘electo’ antes de que ponga en marcha su presidencia en la compañía de lo más granado de la política ultraconservadora del país lo que confirma el choque de trenes político y social que pronto veremos en USA.

    El populismo es una epidemia, muy ligada a personajes con proyección en grandes canales de televisión (Berlusconi fue un precursor) que ahora está infectando las democracias mas asentadas de Occidente. Lo hemos visto con Grillo en Italia (donde no deja de crecer), con Farage en Gran Bretaña (donde triunfó con el Brexit), con Le Pen en Francia (en la víspera de las elecciones presidenciales) y empieza a crecer en Alemania, Holanda y Austria por la derecha xenófoba y en España y Grecia por la izquierda.

    Y sus causas están en el deterioro económico y social de amplios sectores de la ciudadanía como consecuencia del tsunami financiero de 2008 (en especial en USA y en la UE por el empeño alemán en salvar el euro), unido a la globalización de los mercados y a la fuga masiva de empleos hacia las potencias emergentes con mano de obra de costes miserables. Lo que unido a desesperadas migraciones de desamparados -que desatan bajas pasiones en su contra- creó una mezcla explosiva de la que se nutren los populistas.

    Y en el caso español con el agravante de la corrupción política."

    (Pablo Sebastián, hoy: 'El populismo de Trump, Iglesias y otros artistas')

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    1. YA LLEGÓ

      "Así como el siglo XX no comenzó hasta la guerra del 14, así también parece que esta vez va en serio y ha comenzado el siglo XXI. En sus orígenes debemos situar a Berlusconi, a los neonacionalistas y a la extrema derecha francesa. Luego su desarrollo ha ido mejorando los sistemas de captación de masas. Se fueron añadiendo el partido del payaso Grillo, los racistas holandeses y daneses, la xenofobia centroeuropea, los chovinistas ingleses del Brexit, los chavistas españoles, los separatistas vasco-catalanes y, finalmente, Trump.

      En este crescendo con final wagneriano hay un elemento desolador. No lo hemos tomado en serio hasta que llegó la apoteosis. Cuando los judíos alemanes empezaron a inquietarse, ya era demasiado tarde. Muy pocos profesionales de la política han hablado con seriedad del nuevo totalitarismo rampante que aprovecha las leyes de la democracia para tomar el poder y destruirla. No es una payasada. Los medios para combatir lo que ya se encuentra bastante estructurado requieren estudio, resolución y fortaleza ejecutiva. Sobre todo, no negociar ni un solo privilegio más para los populistas y, a poder ser, negarles hasta el último céntimo mientras sea posible.

      Esta situación no es sino el resultado de la destrucción final de los restos de Ilustración que aún quedaban en Occidente. Es ingenuo creer que el bombardeo de estupidez televisiva, irracionalidad social, estafa educativa, publicidad mendaz, corrupción y pornografía informativa no iban a tener como consecuencia esta enorme bolsa de ciudadanos sin capacidad crítica. Ahora hay que pensar cómo se vuelven a llenar con valores civilizados las conciencias barbarizadas, las cabezas huecas. Tarea que requerirá, seguramente, otro siglo de trabajo."

      Félix de Azúa

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  8. “Se desgarraron vestiduras moros y cristianos (los neo-fascistas no) con la elección para presidente de EEUU del ‘outsider’ Donald Trump y, como suele pasar, las pasiones del momento reducen los espacios para el análisis en hielo. Habíamos señalado desde este medio (‘TRUMP NO es Barba Azul NI HILLARY Juan de Arco’) que Trump se dirigía, certero, a los blancos -que eran el 69% del censo de votantes- y que temas como la inmigración buscaban arrastrar votos frente a Hillary, a la que varias encuestas daban por derrotada.

    Seguimos insistiendo en que, pasando por alto sus chirridos, puede que por los hechos Trump resulte mejor opción a Hillary; dando tiempo al tiempo, aplicar lo dicho por Mateo, del que ‘por sus frutos los conoceréis’ (Mateo, 20).Análisis menos pasional de las acciones que adoptaría Trump una vez en la Casa Blanca, puestas en perspectiva real (sin olvidarse lo dicho en el citado artículo del que, ‘gane quien gane, una vez ungido se integrará en el establishment’), deja ver que no es tan malo el lobo como lo pintan. Veamos:

    * 1.- INMIGRACIÓN: Trump afirmó que haría una deportación masiva de inmigrantes, en EEUU sinónimo de latinoamericanos (latinos o hispanos, a secas). Ahora dice que serán sólo 3 millones (hay más de 11), pero con antecedentes; que, si es así, serían 4 gatos. Alharaca contra Trump ha creado la idea de que, antes, no había deportaciones. Nada más falso. El ‘benévolo’ Obama practicó, durante su gobierno, las más duras políticas inmigratorias de los últimos 30 años. Según datos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), entre 2009 y agosto de 2016 fueron deportadas 2.768.357 personas. En 1986, con Reagan, la cifra fue de 24.592 inmigrantes hispanos; en 1996, con Bill Clinton, 69.680; en 2006, con Bush Jr., 280.974; en 2012, con Obama, 435.498 personas. Cuando Barack termine su mandato, habrá expulsado a 3 millones de inmigrantes sin más antecedentes que el hambre. Trump, al excluir –por ahora- en su amenaza del deportar a los inmigrantes sin antecedentes, excluye al 95% de ellos. Frente al ‘café-deportación para todos’ de Obama habrá ‘café-deportación de fichados’ de Trump, lo que mejora mucho la situación de los inmigrantes irregulares.

    * 2.- EL MURO: Reiteramos nuestra idea de que el muro no se construirá. Trump ha ya dicho que sólo se harán partes. Tampoco hay novedad en el tema. El 1º se construyó en 1990: 20 kilómetros en la zona de San Diego. En 2005, el Senado de EEUU aprobó extenderlo en 1.123 km, agregados a los 600 km existentes ese año. En 2006, el mismo adoptó una nueva enmienda para construir 595 km más y 800 km de vallas. En 2009 muros, vallas y similares superaban los 1.000 km. Hay, el día de hoy, 509.5 km de muro contra peatones, 482.4 km de vallas contra vehículos (que pueden saltar los peatones) y 58.4 km de doble o triple muro en el sector de S. Diego. Muros van, muros vienen, pero a la inmigración nada la detiene. De 1990 al presente, unos 20 millones de hispanos cruzaron la frontera, demostrando la inutilidad de las barreras. Contrario a los gobiernos anteriores, que levantaban muros y vallas sin hacer alharaca con ello y pisoteando las protestas de México, Trump ha puesto el tema sobre la mesa y -¡oh, sorpresa!- se reunirá con el presidente mexicano –ningún otro presidente de EEUU lo ha hecho- para tratar el tema. Habrá ocasión de ver cómo el tema se irá diluyendo y, finalmente, quedará todo más o menos igual, con alguna valla para cubrir las apariencias. Lo inédito será que Trump lo discuta con México, nada más.

    * 3.- LOS TRATADOS DE LIBRE COMERCIO: Hagamos historia. Los tratados de libre comercio (originariamente ‘de libre cambio’) los inventó Inglaterra en el siglo XIX para favorecer su producción industrial, cuando Gran Bretaña era la fábrica del mundo; las primeras víctimas fueron los países latinoamericanos, cuyos ‘libertadores’ aceptaron firmar acuerdos eximiendo de impuestos a los productos británicos. Aquellos tratados mataron la economía de los países y dieron origen al neocolonialismo. Las premisas siguen siendo las mismas…

    [continuará]

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    1. [es continuación]

      La ‘globalización’ es sólo del capital y las transnacionales, no de los trabajadores. Los TLC han precarizado al extremo las condiciones laborales, entre ellas, las de la clase media estadounidense, que votó mayoritariamente a Trump. Transnacionales llevaron sus fábricas al Asia o México y las cerraron en EEUU. La promesa de Trump, de reindustrializar el país, sólo pueden criticarla corporaciones de todo tipo que quieren libre circulación de bienes y capitales y trabajadores sin derechos, como viene ocurriendo en España desde hace años. El TTIP, al que Trump calificó de ‘locura’, es un tratado que pone de rodillas a los Estados frente a las grandes empresas y capitales. Defender los derechos económicos y sociales ha sido lucha de las izquierdas. Si Trump apoya, bienvenido sea.

      * 4.- LA OTAN: Según Trump, los europeos deben cubrir sus gastos de ‘defensa’, pues la economía de EEUU no está para financiar el despliegue belicista que dirige la OTAN. Desde 1999, Europa vive un proceso de militarización sin precedentes que, si nada lo detiene, tarde o temprano llevará a una guerra con Rusia, cada día más acorralada en sus fronteras. Que Trump haya puesto sobre la mesa el cómo Europa vive un estado de guerra, tema omitido deliberadamente por los medios de comunicación, es de agradecer. Para información de la feligresía, en los próximos meses está previsto desplegar 6.000 soldados estadounidenses y centenares de helicópteros, tanques, vehículos blindados y obuses pesados en Europa del Este. También que la Brigada Blindada de la 4ª División de Infantería de EEUU envíe otros 4.000 soldados en enero de 2017. EEUU desplegaría también el 60% de efectivos y medios de la 10ª Brigada de Aviación de Combate de New York, formada por 1.750 aviadores y 60 aviones o helicópteros, entre ellos UH-60 Black Hawk y CH-47 Chinook. Si hay guerra, que avisen.

      * 5.- CRIMEA: Un capricho del líder soviético, de origen ucraniano, Nikita Krushev, héroe de la batalla de Stalingrado, traspasó a la República Socialista Soviética de Ucrania, en 1954, la histórica península rusa de Ucrania. Lo hizo para conmemorar los 300 años de unidad ruso-ucraniana y desde la convicción de existencia eterna de la Unión Soviética, entonces en plenitud de poder. El suicidio de la URSS puso a tiro de la OTAN el viejo sueño germano de satelizar Ucrania para utilizarla contra Rusia. El golpe de estado de 2014, promovido por EEUU y la OTAN, amenazó con la entrada de Ucrania en la organización atlántica y –por ende- el dominio de Sebastopol, base histórica de la flota rusa en el Mar Negro, por la OTAN. Pero en Moscú ya no estaba el alcohólico Boris Yeltsin, sino Vladimir Putin. Éste había expresado que no admitiría bases militares de la OTAN en Georgia. En 2008 invadió Georgia y puso fin al proyecto atlantista. Con ese antecedente, estaba cantado que Moscú no admitiría la pérdida de Crimea. En julio pasado, Trump declaró que ‘la gente de Crimea… prefiere estar con Rusia, en lugar de donde estaban antes y hay que tenerlo en cuenta’. También expresó su opinión sobre lo que podría pasar si se pretendiera que Rusia devolviera Crimea a Ucrania: ‘¿Y ahora desea organizar la Tercera Guerra Mundial para devolvérsela [a Ucrania]?’. Que Trump reconozca la recuperación de Crimea por Rusia será una derrota política para la OTAN y la UE, pero ayudaría a afianzar la precaria paz del continente.

      * 6.- UCRANIA: Es vox populi que Ucrania vive sumergida en un caos interminable de corrupción y desgobierno. La pobreza del país ha hecho que los salarios sean un 50% más bajos que en China. La corruptela institucional ha situado a Ucrania en el primer lugar en la lista de corrupción en Europa. Trump, durante la campaña, calificó a Ucrania de ‘país en desorden’, lo que generó airadas reacciones en los gobernantes ucranianos. El ministro del Interior, Arsén Avákov, lo llamó ‘marginado peligroso’ y un diputado del gobierno ‘completo idiota’…

      [continuará]

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    2. [es continuación]

      Ucrania es un limes geoestratégico de Rusia y Rusia no va a permitir que ingrese en la OTAN, no, al menos, sin que estalle una guerra. Crimea y Ucrania van en el mismo paquete. Ninguna de las dos vale una guerra nuclear. En realidad, nada lo vale, pero reforzar la paz vale más que nada, salvo entre suicidas…

      * 7.- SIRIA: ‘Obama es el fundador del ISIS y Hillary Clinton la cofundadora’, afirmó Donald Trump en varias ocasiones. También que acabaría con el Estado Islámico en cien días. Que sean 200 no importará si se lleva la paz a la destrozada y martirizada Siria. Con Hillary no hubiera sido posible. 250.000 muertos, el país semidestruido y hasta 8.000.000 desplazados ameritan un acuerdo de fondo entre EEUU y Rusia. La anunciada reunión entre Trump y Putin puede dejar, como poco, ese acuerdo. A la OTAN no le gustará, pero a los sirios sí. Con el país pacificado, centenares de miles de ellos podrían volver y, con apoyo internacional, reconstruir su país. ¿Alguien en contra?

      * 8.- SALARIO DE 1 $: Admitámoslo, aunque tenga su dosis demagógica, es un gesto de honradez que no cabe menospreciar. El multimillonario Trump dice, con ese gesto, que gana tanto dinero que no necesita de salarios pagados por los contribuyentes. ¿Algún otro multimillonario lo ha hecho antes, aunque muchos de ellos hayan ocupado cargos públicos? George Washington, primer presidente de EEUU, aunque esclavista y millonario, se adjudicó un salario que era el 2% del presupuesto del país. Según el Center for Responsive Politics, hay sentados en el Congreso 268 millonarios, todos los cuales cobran religiosamente salarios y prebendas. El tejano Michael McCaul posee una fortuna de 500 millones de dólares. ¿No dice nada el gesto de Trump al reino de las ‘tarjetas black’ o de directores deportivos que gastan 737.000 € en restaurantes a cargo de fondos públicos, en un listado de empezar y nunca acabar?

      * Y una 9ª razón hay: Trump ha PROHIBIDO LAS ‘PUERTAS GIRATORIAS’. Ningún miembro de su gobierno podrá lucrarse del ejercicio del cargo hasta 5 años después de haberlo abandonado. Que tomen nota en España y Europa.

      Pidamos a la UE que expulse sólo a los inmigrantes con antecedentes penales y otorgue documentación a los que no; que se derriben las vallas y alambradas levantadas por democráticos gobiernos y vuelva la libre circulación de personas; que cese la disparatada militarización en marcha y se afiance la paz en el subcontinente; que se pongan fin a las políticas criminales que destruyeron Libia, Siria e Iraq y se ayude a la reconstrucción de esos países. Que se critique menos y se predique más con el ejemplo. No es peor Trump que lo que tenemos aquí. Pensar lo contrario es autoengaño, ceguera pura y dura. En Europa gobierna la extrema derecha racista en Polonia, Eslovaquia, Hungría, Dinamarca, Finlandia, Letonia, Ucrania… Esas son realidades, no sospechas.”

      (Augusto Zamora R, autor de ‘POLÍTICA y Geopolítica para REBELDES, Irreverentes y ESCÉPTICOS’, en diario ‘Público’ el 20-N del 2016: ‘Razones para ese ‘amar’ a Trump’…)

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