miércoles, 21 de septiembre de 2016

‘Outsourcing’ de Conciencia delegó a Polític@s Éticas y Bienestar por Memoria ‘externalizada’

         
Merecerá la tarea dar por lo menos alguna ojeada completa sobre transcripción precisa del texticulín original de J Sacks que a continuación, apenas extractado, se adjunta.
 
    
Según brevísima síntesis -y previo aviso por S.McCoy en 'El Confidencial' (Valor añadido) del 8.09.16- su tesis central es que habremos perdido memoria; y fundamentos, con ella, sobre los que nuestra civilización ha estado progresando a lo largo de los últimos siglos.
  
Pues la [propia] Memoria, señala Sacks, no es Historia [his-story], ni un '¿qué pasó?' sino '¿quién soy?', o sea: no son hechos tampoco, sino identidad, ese conjunto fundamental con valores que, transmitidos de generación en generación, configuran a un pueblo...
  
Realmente -continúa- no sería tan completa dicha pérdida; sino que hacemos, de maneras colectivas, un outsourcing con ella. Y sobre todo en aquello que nos implica voluntad, orientación de la libertad o ejercitar responsabilidad para un solo fin: dejar el mundo mejor que lo heredamos. En efecto, de una parte, "la ética se ha reducido a economía".
  
Como prima el Mercado por encima de toda persona, en definitiva, "se les ha hecho subcontratos [o sea, 'outsource'] a las conciencias".

Y por otro lado, sustituimos comunidades -del buscarse Bienestar...- con los Estados, proximidad mediante un ente abstracto al que podamos culpabilizarle por todo; esto es: delegamos en la Política consecuencias de nuestros actos personales, el porqué sobre lo que pasa.

En definitiva, hemos dinamitado lo que daba estabilidad a la sociedad en tiempos de crisis. [Al respecto se pueden señalar sendos fenómenos históricos fascinantes. Uno es el extraño hecho del que, habiendo quedado a la zaga de China durante mil años, Occidente logró superarla ya tras el siglo XVII en creación científica, industria, tecnología, mercado y sociedades libres. El otro, nada menos extraño, es cómo dos mil años después del ser destruido el segundo Templo Jerosolomitano sobreviven los judíos pese a perder todo en lo que según la Biblia se basaba su existencia…

La explicación para entrambos casos es lo mismo y, precisa mente, opuesto al ‘outsourcing’ o externalizarse: a saber, internalización de aquello que había sido exterior (y algo similar ocurrió con esas corrientes del Islam que interpretan la ‘yihad’, no como una guerra física en los campos de batalla, sino mediante lucha espiritual para el alma).
Era esto a lo que Max Weber atribuyó el espíritu del capitalismo: cualquier autoridad externa -de un púlpito, más o menos mercantilizable- fue reemplazada por otra voz interior a las conciencias.]


Estamos tan acostumbrados a contrastar entre lo material o espiritual que a veces olvidamos cómo la palabra crédito vino del latín ‘credo’ (creo) y confianza, en cuanto requisito para crecimiento económico e inversión, proviene también de ‘fidentia’ (fe).
  
 
Eso que habría surgido [tanto en el judaísmo como para cristiandades posteriores a su Reforma...] fue la más rara entre las tipologías del carácter social, o sea, una novedosa personalidad auto-guiada. En las mayores partes de nuestra historia, cualquier sociedad había sido antes teledirigida, ya fuera desde su misma tradición precedente o por alguna otra rival externa. Aquellas del tipo 'interior' -o autónomas- en cambio, son distintas.


De modo que acaban mostrándose las pioneras, innovadoras y supervivientes... Contarían con algo así como su sistema propio -'de navegaciones'- interiorizado, por lo cual nunca se amedrentan frente a territorio desconocido.

Tienen algún fuerte sentido del deber, hacia los demás, o disciplina (...) porque sólo así sobrevivirán a largo plazo: no se hacen dislates como hipoteca ‘subprime’, contabilidades ‘creativas’ ni falsificar los datos en sus emisiones (...) pues conservan sentido de la responsabilidad frente al futuro con capacidades para diferir satisfacción del instinto. Y todo eso debido a guardarse una voz moral interior...
 

Si desaparecen la moralidad o sus límites, surgen aun las insatisfacciones que no pueden ya cubrir los Gobiernos ni Finanzas. Y parece que las cosas funcionaron, así, cuando menos durante una o dos generaciones; pero ahora surgen problemas que no pueden ser resueltos desde los Estados o el Mercado por sí solos [para citarse sólo algunos:

- Subempleo estructural que sigue a la externalización de producciones y servicios;
- aun mayores Paros cuando inteligencias artificiales reemplacen cada vez más juicio y habilidad humanos;
- anómalas tasas de interés bajo que fomentan Endeudamientos o/y Deudas desalentando ahorro e inversión;
- muy exagerados Beneficios cobrados por ejecutivos, con Recortes en nivel de vida, primero entre los obreros y después para las clases medias;
- Inseguridades del empleo incluso de graduados y Colapso (…) para tasas de la natalidad en toda Europa, dándose así lugar a...
- entradas de Inmigración sin precedentes, como único modo ya del que por Occidente se sostengan sus poblaciones…
- más fracaso sistémico al No integrarse más -cívica mente...- algunos de tales grupos…]

  
Y es entonces cuando, como tantas veces a lo largo de la Historia, ciudadanías recurren al ‘pensamiento mágico’ (sea éste cualquiera entre los posibles: las extremas derechas, o "volver a un pasado no realizado nunca"; extrema izquierda, y "búsqueda del futuro utópico que tampoco jamás existirá"; los extremismos religiosos, al asociarse la salvación con el terror; e incluso secularismos agresivos, propugnando una vida sin trascendencia).
  

  
¿Qué hacer? Sola mente, podrán traer los individuos el que una sociedad permanezca joven y no se desvanezca como fruto de la entropía, según ya pasó en imperios pretéritos. Tenemos que recuperar moralidad y conciencia, no como conjunto de normas, sino a modo de GPS orientando entre bien o mal; buscar el camino mejor, y sostenible, no solo para quien conduce sino considerados todos aquellos que le rodean.
  
"No solo somos consumidores y votantes; nuestra dignidad va más allá de cuanto podamos ganar o tengamos. Hay que rescatar memorias e identidad, colectivas mentes, de modo tal que todo este mundo donde vivimos no sea ya ese hotel en el cual se ha convertido para mucha gente; sino un hogar verdadero".

Olvidar que "cualquier sociedad libre debe ser una conquista moral" es el principio del fin, como ya nos enseñaban desde aquellos profetas de Israel al sabio del Islam ibn Jaldún, o de Giovannibattista Vico a John Stuart Mill, e -igual mente- por Will Durant y Bertrand Russell [tal era también lo que nos quiso decir Locke diferenciando, sobre nuestras Libertades (o sea, Freedom), entre una ‘liberty’ (autonomía, sin dependencias) al hacer lo que debamos… u otra ‘licence’ (autorización, con permisos) para escoger cuanto deseemos].
    
Sin esa dimensión, esta debilidad nuestra será una fortaleza de otros [¿Rusia, El ISIS, Irán o China?] y, por dejadeces, condena para generaciones…
 
 

     
  

2 comentarios:

  1. Sí, ‘algo HUELE A PODRIDO...’ y no ‘en Dinamarca’: pérdida de credibilidad por la clase política e instituciones o los ‘media’, incapaces de información u opinión independiente.

    ¿Hay que buscar la raíz de los males arriba o abajo? ¿Perversión de las instituciones y depravación del poder o acentuada DESIDIA de las masas? En ‘Amusing ourselves to death’ (1985) N. Postman plantea tal disyuntiva contraponiendo 2 distopías del siglo XX geniales: ‘1984’ (G. Orwell) y ‘Un mundo feliz’ (A. Huxley). Ambas describen sistemas totalitarios con desmedido control político y social, sin quedar rastro democrático.

    En la ‘orwelliana’ hay opresión explícita y agobiante, activa; el despotismo ‘huxleyano’ resulta sutil, imperceptible a mucha gente que se siente feliz, cómoda, encantada con él. En una, el gobierno prohíbe libros; la otra no necesita proscribirlos, a nadie interesan. En la 1ª, el PODER tergiversa verdades, controla información y la ofrece a cuentagotas; en la 2º, el torrente de información es tan abrumador que su verdad queda disimulada, disuelta con océano de noticias irrelevantes. La sociedad ‘orwelliana’ da cultura cautiva; lo ‘huxleyano’ insustancial, frívola y trivial; simple mente...

    La tiranía del ‘1984’ es aparente; resulta mucho más fácil de identificar y combatir que ‘Un mundo feliz’. Siempre hay dispuestos al resistir ante dictadura represora pero no tanto a despotismo paternalista, donde la gente se deleite con diversión banal desentendida de problemas reales. No suelen rebelarse NARCOTIZADOS; A. de Tocqueville anticipó hace 2 siglos el peligro: "Veo multitud de personas dando vueltas constantes en busca de placer mezquino y banal con que saciar su alma. Cada una, encerrada en sí misma, es inconsciente del destino de otras. Y sobre tal humanidad cerniéndose inmenso poder, absoluto, responsable del asegurar disfrute; se parece mucho al paterno, mas en vez de preparar madurez busca mantener ciudadano en infancia perpetua".

    Cambios en las TIC, y especialmente TV, generan sociedad de BANALIDAD o diversión que rechaza pensar infantilizándose a paso agigantado. La tele no requiere formación, capacidad comprensiva o lectora ni pensamiento crítico. Y ofrece noticiario sin contexto, seriedad ni valor. No hay concepto, sólo variedades, novedad, acción, movimiento; puro placer y entretenimiento. Pequeñas pantallas anulan conceptos e ideas, atrofian capacidades de abstracción y anquilosan entendimiento, sustituyendo conocimiento profundo por visión superficial.

    Televidente muy entretenido y pésimamente informado, aun creyendo justo lo contrario gracias a falsa sensación de conocimiento que ofrece la pantalla. Nada resulta más correoso, difícil de combatir que ignorancia con DISFRACES de sabiduría, ‘panem et circenses’ para masa embrutecida creyéndose Cicerón; la TV no prohíbe libros; los desplaza por simple ley del mínimo esfuerzo: no es que los dirigentes engañen ahora mejor; la sociedad pierde capacidad para detectar mentira, en apoteosis de vulgaridad.

    Medios escritos imitan al programa televisivo promocionando el cotilleo más obsceno, CHASCARRILLO, escándalo, sensacionalismo, noticias que hacen delicia del público con mentalidad adolescente; fuerte derivar hacia puro entretenimiento, mera diversión, en detrimento de información y análisis riguroso: ‘preponderancia de ubres y glúteo sobre opinión razonada’.

    Con más en línea del ‘1984’, como el control ejercido por partidos sobre los medios para manipular información, sea en forma directa o a través de publicidad y grandes empresas conniventes para gobiernos; malsanos vínculos que parte del periodismo mantiene con el poder político y económico, relaciones basadas en intercambio de favores, corrupción, utilizando información como moneda para cambiar ventajas, prebendas o subvenciones. También es asfixiante ‘orwelliana’ opresión por la CORRECCIÓN POLÍTICA, creadora de absurda ‘neo-lengua’, condenando los transgresores a marginación, vilipendio o el ninguneo...

    Juan M. Blanco (‘Una sociedad… ¿oprimida o entretenida?’)

    ResponderEliminar
  2. Otro ejemplo más al respecto, de actualidad aquí, hace poco dado:

    "TARUGOS

    Lo vi en la tele, el mes pasado. En una playa levantina se había ahogado un bañista, que se internó en el mar con bandera roja y fue arrastrado por la resaca. Al día siguiente, en las mismas condiciones, una pareja de mediana edad estuvo también a punto de perecer pero fueron rescatados con gran esfuerzo y peligro por el equipo de salvamento de la playa. En la orilla, la mujer cuenta su peripecia al periodista, con asombro y algo de orgullo:

    “Oye, una barbaridad. El agua nos arrastraba que no te lo puedes creer...”. Por lo visto, la buena señora pensaba que la bandera roja se izaba porque la playa era comunista. El periodista recordó que el día anterior se había ahogado otra persona. “¡Claro, es verdad! Pero si estábamos nosotros aquí mismo. ¿Te acuerdas, Pepe?”. El marido asiente con la cabeza, muy satisfecho por su buena memoria. Todo en lugar de estar arrodillados ante sus salvadores, pidiendo perdón por su imprudencia y por haberles obligado a arriesgar su vida.

    Varias personas en atuendo playero escuchaban la entrevista. Preguntan a uno cualquiera: “¿Usted se bañaría a pesar de la bandera roja?”. Respuesta ufana, seguro de sus derechos: “¡Pues claro que sí! Voy a meterme ahora mismo. Yo he venido aquí para bañarme... ¡Para cinco días que tiene uno!”. Al fondo, los de salvamento, tratando de recuperar el aliento...

    Estos tarugos de la gente soberana, por encima de toda norma, dispuestos a hacer su real gana porque si algo va mal ya les salvarán quienes cobran para eso... son el verdadero peligro que amenaza nuestros valores y a las democracias occidentales, no esa nadería del burkini que casi logra ridiculizar al laicismo y la Ilustración de mi vieja maestra, la Francia republicana."

    Fernando Savater

    ResponderEliminar