lunes, 1 de agosto de 2016

Con lo de "la Crisis", a España el sub-Empleo ha venido para quedarse: mini-Salario hacia Ruina

  

 
Sí, a cada cual solo debería exigirse lo necesario según sus posibilidades. Y por eso en cuanto demos algún simple paso más allá del Pirineo, se verán ejemplos de hasta qué grados escandalosos Otro Modo es Posible hoy: Francia, con nivel promedio de riqueza -en términos del PIB per cápita- menos de un quinto mayor al nuestro, tiene Salario Mínimo doble y Horario laboral inferior que acá mas Desempleo muy menor.
  
 
Claro que allí no toman tan en vano la Fraternité/Solidaridad e Igualdad/Egalité, como aquí, ni las Empresas dejan de apoquinar al Fisco [y a Partidismos lucran] tantísimo aún... ¡Pero sin embargo cada eurodiputad@ (de PP, Cs, PSOE, UP) en España nos cuesta ya, igualito que para Francia, unos 37.000 €/mes...!
  
Con la vigente ‘Casta’ -del PPSOERCCIUP...- actual, este ‘modelo único’ de recetarios ‘más vendidos’ para seguir ‘hacia el pleno Empleo’ es clarísimo: “La espita de la flexibilidad laboral fue abierta por el PSOE en 1984.
    

 
Su idea es muy sencilla: las Empresas deben poder contratar en cada momento exactamente lo que necesitan, sin ninguna traba que haga perderse ni un solo contrato, aunque sea por apenas unos escasos 10 minutos. Para ello se pusieron a disposición del empresariado español toda una serie de figuras contractuales cuyas normas jurídicas fueron redactadas en grandes despachos profesionales, que por supuesto defendían al capital, no a los trabajadores, antes de pasar hasta la concreción política en los Ministerios del ramo. Esta ‘flexibilidad’ (y hay figuras contractuales que tienen ámbitos de una empresa o un sector, muchas impulsadas por CiU) no ha permitido reducir el drama del desempleo, pero tampoco la rotación y su precariedad.
  
La pléyade de contratos ‘ad hoc’ nos hacen ser los más flexibles para entrar en el mercado europeo. Después de aquella histórica ‘pica en Flandes’ del 1984, se han sucedido reformas adicionales que han dejado el mercado de trabajo español como uno de los más flexibles en materias de las entradas, y además menos inspeccionados; lo cual demuestra una gran connivencia entre poderes empresarial y político, no solo para pergeñar leyes, sino también al no perseguir los abusos de las propias normas. El siguiente paso ha sido ir reduciendo el coste del despido, ‘petición del oyente’ sobre la que los empresarios han ido logrando imponer sus tesis; ya se han impuesto casi con carácter general los 20 días por año trabajado, cifra similar a lo de nuestro entorno (¡mas para Salarios muy mayores, y Paro mucho menor, en sus casos!).
       
  
Reducción del coste de despido, pacto de no inspección y discrecionalidad del empresario son otros logros de la patronal. Una siguiente traba para el empleo -según las brillantes escuelas neoclásicas austriacas, de FEDEA y Garicano…- es cualquier negociación colectiva entre trabajadores y empresarios, o sea, la propia existencia de poder negociador por parte del empleado. Estas ‘escuelas’ viven un espejismo permanente pensando que todo coste salarial es lo que más condiciona y explica la evolución del empleo, eterna cantinela de las ‘economías de oferta’.
  
Si logramos ‘eliminar la negociación colectiva, el salario resultante será infinitamente menor, por lo que las empresas se lanzarán a contratar sin límite, aunque no tengan demanda efectiva’. A tal apuesta se une otra lucha sin cuartel contra la existencia del ‘Salario Mínimo, que también introduce rigideces y reduce la cantidad del empleo’. Esta idea logró un gran avance con la reforma laboral de Rajoy del 2012. En su redacción se ve la pluma de mucho economista con esa tendencia ideológica, que resultaba vencedora; se ha desplomado el número de trabajadores cubiertos por Convenio: hoy apenas un 50% superan.
 
El resultado final es lo esperado: los salarios se han hundido y condiciones laborales las decide quien emplea de forma unilateral. Escenario ideal para los que definen al trabajador como mercancía, enfrentado a la ley de oferta y demanda, que tanto gustan quienes ven el mundo como un modelo estático sustentado por individuos bajo las hipótesis de sus ‘expectativas racionales’; todo ello en una coctelera informática y tras del depurar los resultados con multitud de test muy sofisticados, para presentar su resultado como verdades irrefutables, e insultando a todo aquel que osare contradecir el ‘output’ con este trabajo del laboratorio…
   
 
La práctica eliminación de negociaciones colectivas y las resistencias al actualizarse SMI son los siguientes hitos logrados. Pero como no somos racionales, resulta que la dádiva ofrecida por el sistema en forma de ocupación, y no empleo, nunca satisface nuestras expectativas; pues redunda en millones de trabajadores ‘ocupados’ que lo están a tiempo parcial o temporal, e involuntariamente, aunque figuren como parte muy relevante del milagro económico para España. Estas minucias no las captan los modelos econométricos por lo que no hay explicación del ‘subempleo’, es decir esas personas trabajadoras solo por horas o minutos, pero que desearían hacerlo a tiempo completo.
 
Esta estadística oficial, que para España no realiza nuestro INE como tantas otras, resultaría muy interesante por ver las tendencias en el empleo y cuál es la cifra real del desempleo total efectivo. En EE.UU estas cifras se publican junto al resto de las estadísticas cada mes, y la tasa total del desempleo así contabilizado -frente a ese otro 4,5% allá oficial, conforme a los criterios que calculan sobre 20% aquí- se sitúa (por encima de 8%, para ellos) casi en valores dobles...
   
   
El gran triunfo ha sido generar una, insatisfecha con la jornada, laboral fuerza que no protesta y calla. En España, según la OCDE, la cifra de trabajadores empleados a tiempo parcial que lo son de forma involuntaria alcanza el 63,45%, solo superado por Italia, Grecia y Eslovaquia o muy lejos de Francia (40%), Portugal (38,5%), Canadá (26,2%): hay un abismo respecto a la media de la OCDE (17,4%). El salto desde que comenzó la crisis en España ha sido tremendo, desde 2,4 millones de trabajos a medias jornadas hacia 2,8 millones, la mayor bolsa de ‘trabajadores involuntarios’ forzados a tal.
  
Si además medimos el empleo a tiempo parcial involuntario sobre total del empleo, España es junto a Italia el único país que supera un 10%, con 11,8%. Estas cifras traducen cómo, aunque la crisis ha sido simétrica para todos los países, las normas laborales e inspección de trabajo en España han favorecido que nuestro subempleo se dispare… y, lo peor, ya sea una práctica en estrategia laboral por parte de las empresas. 
  
  
Somos el país con mayor tasa del subempleo en la UE. Lo curioso es presumir del crecer más que nadie, pero generando el peor empleo en toda la UE, sin estamento ninguno poniendo freno a esta práctica. Y como siempre, las peores paradas son las mujeres cuya ratio de subempleo del 15,3%, mientras que, en el caso de los hombres, esta ratio se queda en el 5%. Ese factor tiene mucha influencia en la productividad de los trabajadores, en la desigualdad y particularmente en el control de la legalidad. Todas estas barreras han logrado ser erradicadas por legislaciones laborales o desidias en administraciones públicas, del PPSOE, dejando a la inspección sin medios y con purgas ideológicas de gran alcance.
 
  
La penúltima gran apuesta será desjudicializar el mercado laboral y lo conseguirán. El último escollo aun es la ‘judicialización del despido’, ya lograda en ERES, pero que no ha terminado con los despidos individuales. Como el Juzgado en lo Social suele fallar a favor de los trabajadores, probablemente se corregirá con próximo Real Decreto, que reduzca o elimine presentes derechos del que sea un Juez quien dirima cualquier conflicto...
   
  
En suma, todas las pérdidas de nuestros derechos laborales y la propia nueva estructura del mercado laboral han llegado para quedarse. Ningún canto de sirena que hable sobre derogación de tales normas tiene visos del prosperar. Faltan algunos flecos para cuadrar el círculo y perpetuar un modelo laboral español en línea con lo que la globalización impone: bajos salarios, discrecionalidad absoluta para modificar jornada o salario y vacaciones, horas extras gratuitas y sentirse un privilegiado por aguantar todo esto sin representación sindical…”
    
  

4 comentarios:

  1. Un alegato que proclama 'El Pais', hoy, también ha terminado por caer en esta cuenta: "el optimismo, que venial es en caso del crecimiento, se aproxima más a un pecado capital para el del empleo. La suposición del que en 2 años, éste y el próximo, se crearán 900.000 empleos y descenderá nuestro Paro 1.000.000 es, a la vista de la realidad social conocida, una simple afirmación sin demasiado contenido. Porque lo relevante para el mercado laboral en esta situación sería la calidad de los EMPLEOS.

    Crear puestos de trabajo de baja cualificación, de temporalidad extrema y mal retribuidos no resuelve el problema laboral. Ya se sabe que la baja productividad genera empleo precario. En lugar de amontonar ese tipo de acuerdos —en España hay 200.000 contratos a menos de 1 mes—, los responsables económicos deberían orientar sus esfuerzos a mejorar la contratación favoreciendo la permanencia en el empleo y, por lo tanto, la estabilidad en las RENTAS.

    De eso debería hablar el Gobierno (éste o el próximo). La estadística sobre las mejoras macroeconómicas no describirá correctamente nuestra realidad. Si se bucea en la EPA se hallarán la medida y el alcance real para estos empleos inflados. Claro que 900.000 puestos de trabajo más son una situación algo mejor que 0; pero los ciudadanos merecerían saber si esta recuperación seguirá caracterizándose sólo por MAL Empleo y Salario BAJO."

    (Editorial ELPAIS: 'La ilusión del empleo' 2.AGO.16)

    ¡No está mal, aunque se retrasen hasta un día después de vuestro aviso!

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  2. “LO LLAMAN EMPLEO, CUANDO NO LO ES.

    Descifrar las cifras de la EPA ha pasado a ser un ejercicio del debate en el desierto, trufado por ‘hooligans’ que si están con el Gobierno ensalzan temporalidad y en la oposición lo critican. Todavía retumba cuando la Vicepresidenta del Gobierno en funciones hoy, Dña. Soraya Sáenz de Santamaría elevaba el debate económico con aquella frase lapidaria: ‘el sol sale siempre en Abril, y lo mismo hace el Empleo gracias al turismo’.

    Por tanto, el debate sobre empleo se reduce a ensalzar los meses de verano, confiando en que la población es lo suficientemente inmadura para dejarse engañar por dadivas en forma del ‘contrato basura’; mas antes de acabar el verano habrán finalizado y este ciclo del desempleo vuelve a comenzar hasta los albores en la primavera siguiente. Ese bucle al que caímos ya dura muchos años, trufado eso sí con enormes burbujas inmobiliarias alentadas por un empresariado atrasado, y en porcentaje no desdeñable viviendo de chanchullos ligados a la política municipal o autonómica, que apenas sabe hacer nada fuera del BOE más los diversos boletines autonómicos. Esta mezcla explosiva ha creado una pantalla, divulgada por los afines en los medios de comunicación, que no deja ver la realidad del mercado laboral…

    Se crea empleo, la temporalidad aumentó hasta 25’7%, pero el ritmo de creación frena respecto al bienio 2013/15, (…) Tasa oficial del paro sigue por 20%...

    Las cifras para el 2º trimestre 2016 apuntan a una moderación en creación del empleo. La situación sigue siendo dramática en muchos casos, por más de 2’1 millones parados con larga duración y 1’4 millones de hogares que tienen a todos sus miembros en paro: hay un desempleo crónico y es probable que nunca más trabaje. Así mismo, es un mercado con elevadísima rotación; una prueba es cómo en el trimestre 1’6 millones han saldo del desempleo, y entraron otros 1’4...

    Pero variables menos tratadas, y más relevantes, prosiguen siendo las tasas de actividad o del empleo. La primera continúa por debajo de 60%, un 59%, y la del empleo en el 47%; por lo cual existe grave problema de crecimiento potencial o empleabilidad, fruto del agotamiento para el modelo de producción elegido más la expulsión a una parte no desdeñable de nuestro mejor capital humano. España corre riesgo de ser economía donde sólo podrían trabajar sectores cada vez más reducidos, del entorno demográfico envejecido, y amplios colectivos deberán subsidiarse si no queremos asistir a una verdadera revolución social.

    Los datos de Actividad y tasas del Empleo revelan el agotamiento del mercado laboral español incapaz de llegar a la ‘plena Ocupación’ (…) Estamos ante un real ‘fin del trabajo’ para colectivos cada vez más amplios en la población: el escaso empleo no tecnológico que irá creando será cada vez de peor calidad, con menores derechos y peor pagado, por lo que el debate estúpido que se enciende tras la publicación de la EPA o el ‘paro registrado’ en España tenderá a extinguirse. Será sepultado por la angustia que irán percibiendo los políticos ante la inacción que les atenaza porque no saben qué hacer con toda la mano de obra sobrante que nunca más trabajará.

    O establecemos RENTA BÁSICA para esos colectivos, o habrá que asistir a la revuelta social. Pero está claro cómo eso no se habla en la esperpéntica contienda electoral a la que asistimos en España, cada vez cada menos tiempo.”

    (Más aun anterior, de Alejandro Inurrieta: ‘Economista ciudadano, en Vozpópuli', 31.07.2016)

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  3. LA PEREZA

    "No sabemos si lo que está ocurriendo en España con nuestros líderes políticos es fruto de enfrentamientos personales irreconciliables en los que cada uno busca su supervivencia y la muerte del adversario; o si asistimos a un juego infantil que recuerda ‘La guerra de los botones’; o si, finalmente, los dirigentes políticos que habitan el puente de mando del galeón español, en víspera de su arribada al Cabo de Hornos, han sido victimas de una extraña epidemia de pereza, como la que antes adornaba el tancredismo de Mariano Rajoy y que ahora y por contagio tiene sumido en un extraño letargo a Pedro Sánchez, también conocido como el ‘Doctor No’.

    Esa frasecita reiterada hasta la náusea de ‘la altura de miras’ en boca de todos los ciegos de esta farsa demencial no sirve para nada en esta soterrada y temeraria lucha por el control de un país que hace agua por sus costados. Y ahora, mire usted por donde, el perezoso de este cuento dramático y español es el tal Sánchez quien, escondido bajo el manto del Comité Federal del PSOE, justifica su pereza diciendo que en España solo se puede formar un gobierno de izquierdas o derechas.

    Lo que además de ser toda una anticualla rupturista de la convivencia nacional, está fuera de lugar en un tiempo donde los nuevos partidos emergentes progresistas presumen de ser ‘transversales’ -véase a los de Podemos- porque buscan contactar con los nuevos jóvenes de este mundo global, ‘los millennials’, que no saben de fronteras, ni de razas, ni de clases sociales, que viven comunicados en las redes sociales y están cerca de las personas y la naturaleza y ajenos a la batalla ideológica, los intereses creados y las luchas de poder.

    Puede que La Pereza sea, entre los Pecados Capitales (de los que se ocupó El Bosco y sobre los que la excelente escultora española María Barbero prepara una exposición el próximo 10 de septiembre en la localidad francesa de Saint-Valery-sur-Somme) el menos malo de los siete grandes pecados vista su inmediata competencia. Pero también puede ser el mas dañino si quien practica la pereza tiene en su mano altas responsabilidades en un país como España que está enfermo de gravedad y no recibe la atención que merece porque a unos titiriteros de la política les produce una pereza incontrolable el tener que actuar, negociar y pactar, como si ellos -que en el caso de Sánchez y Rivera son perdedores del 26/J...- fueran personalidades muy importantes que se sitúan por encima del bien y del mal.

    Pues que se preparen estos perezosos porque en terceras elecciones -‘a la tercera va la vencida’- como las que se aproximan los españoles de bien y la nueva y dinámica juventud de nuestro tiempo les darán una sabia lección. O una colección de patas en sus posaderas para que, de una vez por todas, se pongan en marcha pero esa vez camino del fin de su carrera política que en el caso de Sánchez puede ser vista y no vista.

    En el Infierno del Dante a los perezosos les espera un círculo infernal donde sufrirán penalidades y castigos a gran velocidad y donde nunca mas podrán descansar. Los perezosos e indolentes de la política de este país también se van a llevar lo suyo porque los ciudadanos, al regreso de las vacaciones, los van a fulminar si no han logrado los acuerdos que necesita España y que no se pueden demorar."

    Marcello (en 'República de las Ideas') hoy

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    1. JORNALEROS Y UNIVERSITARIOS ESPAÑOLES PARA LA VENDIMIA FRANCESA

      Unos 15.000 españoles viajarán para trabajar en la campaña este año en el país vecino. La recogida comenzará en días finales de agosto y se prolongará durante un mes entero. Según CCOO, entre quienes van a trabajar por primera vez hay hasta un 20% formado por jóvenes menores de 30 años que tienen formación universitaria y conocimiento sobre idiomas.

      El mínimo que cobran los cortadores de racimos en Francia es 9’67 euros/hora. Mas eso, como explica UGT, varía según zonas y tarea: son salarios mínimos que cobra el cortador en la región de Burdeos, donde porteadores ganan 9’8 euros y el conductor 10’21; pero en Maçon, cercano a Lyon, el trabajo de cortar lo pagan por 9’91 y portear con 10’21 euros horarios.

      Sin embargo, la mayoría de los españoles cobran sobre tamaño límite legal y hacen su jornada superior. “Curran a destajo. Deciden hacer horas para traer de la campaña entre 1.500 y 2.000 euros”, explican en la sección sindical. Esas tareas más largas se concretan en horas extra pagadas entre un 25% y otro 50% por encima de las ordinarias.

      El sindicalismo también avisa que “no es conveniente ir para contratos con ETT”. ¿Por qué? Tienen menos derechos, como prestación social y cotizaciones a la Seguridad Social francesa. O si se firma con una española pagan la cuota en España y, por lo tanto, ya no se generan derechos a ninguna futura pensión francesa.

      El nonagenario temporero manchego Verónico Martínez terminó cobrando 598’80 euros al mes como pensión, perdiendo los complementos con 180’10 más para cónyuge a su cargo, por culpa de 79 que recibe Marcela tras 8 años en vendimia gala…

      Francisco Uranga y Manuel V. Gómez (El País, 3 AGO 2016)

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