martes, 14 de junio de 2016

Despertar alzándote, comprender meditando, trabajar, inquirir, andar, ascender, amar, reír

  
Hay que hacerlo sin rendirnos, "ciegamente" (según Blas de Otero) insistiendo, aun con todo buscar -calma, resistente mente...- cómo proseguir más todavía ("Intentarlo aunque fallare siempre, probando de nuevo; y fracasar menos, otra vez, o mejor..."):
  
   
"Hay que amasar el pan; hay que amasar el pan con brío, con indiferencia, con ira, con ambición, pensando en otra cosa. Hay que amasar el pan en días fríos y en días de verano, con sol, con humedad, con lluvia helada. Hay que amasar el pan sin ganas de amasar el pan.
 
Hay que amasar el pan con las manos, con la punta de los dedos, con los antebrazos, con los hombros, con fuerza y con debilidad y con resfrío. Hay que amasar el pan con rencor, con tristeza, con recuerdos, con el corazón hecho pedazos, con los muertos.
   
Hay que amasar el pan pensando en lo que se va después a hacer. Hay que amasar el pan como si no se fuere a nunca nada más hacer, después. Hay que amasar el pan con harina, con agua, con sal, con levadura, con manteca, con sésamo, con amapola.
   
  
Hay que amasar nuestro pan con valor, con receta, con improvisación, con dudas. Con la certeza de que a fallar va. Con la certeza de que saldrá bien. Hay que amasar el pan con pánico a no poder hacerlo nunca más, a que se queme, a que salga crudo, a que no le guste a nadie.
   
Hay que amasar el pan todas las semanas, de todos los meses, de todos los años, sin pensar que habrá que amasar el pan todas las semanas de todos los meses de todos los años: hay que amasar el pan como si fuera la primera vez.
  
Habrá que amasar el pan cuando ella se muera, hubo que amasar el pan cuando ella se murió, hay que amasar el pan antes del partir de viaje y al regreso, e incluso durante cualquier viaje hay que pensar en amasar el pan: en amasar, más, cuando a casa se vuelva.
  
Hay que amasar el pan con cansancio, por cansancio, contra el cansancio. Hay que amasar el pan sin humildad, con empeño, con odio, con desprecio, con ferocidad, con saña. Como si todo al fin estuviera por acabarse.
 
Como si estuviese al fin todo por empezar. Hay que amasar el pan para vivir, porque se vive, para seguir viviendo.
  
Escribir, [o/y] amasar el pan; no hay diferencia."
  
(Leila Guerriero, 'Escribir', El Pais 8.06.16)
   
      
Ello es cuanto -tan bien, por otra parte- siempre hicieron, hacen o harán aquellas buenas gentes (en el buen sentido de la palabra, para todos los textos sobre lo dicho, con cuidados...) que viven, laboran, pasan y sueñan...
    


1 comentario:

  1. La primera gran virtud del hombre fue dudar y su primer defecto grande la fe (Carl Sagan)

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