lunes, 23 de mayo de 2016

Castigo a banqueros... y RB: si despiden, por no costear cotización social, que tributen Cajeros...

  
Esta "idea" no es nada nuev@ ni, tampoco, impropi@ de solventes liderazgos: en ese 'centro financiero del Euro' que reúne cuotas mayores del Capital cobijado entre los abrigos garantizables con las paradisiacas [des]cargas fiscales por Suiza -o sea, Zurich...- se ha tenido ya una Manifestación uniendo robots para exigir Renta Básica... Posible ahora, precisamente, gracias a ellos (como está ya dicho en 2006).
  
   
  
Editores del semanario británico THE TIMES Higher Education Supplement pidieron a una serie de sabios conspicuos –en 1999- que, frente al inicio de nuestro siglo XXI, expusieran brevemente aquel ‘anticipo, innovación o/y deseo personal que juzgaran, en cada caso, como lo más relevante para el campo de sus ocupaciones durante los 100 próximos años’.
       
El conjunto de autoridades englobaba un espectro tan diverso –amplia mente- para, entre otras, incluirse al ADNólogo Watson con la bióloga Margulis, el cosmólogo Weinberg, la cyborgpsiquiatra Turkle, el et(ic)ólogo Singer, el evolucionista Gould, la farmaconeuróloga Greenfield, el [S]Futurista Clarke, la genterapista Anderson, la Internética Spender, el sociolingüista Chomsky, el literato Eco, el econoNobel Sen, el oncólogo Nurse, el ‘padre de la píldora’ Djerassi, el paleoantropólogo Stringer, el politólogo Fukuyama, el psicólogo Goleman, la publicista Showalter, el ecólogo-químico ambiental Rowland, etc. (publicado Predicciones: 31 grandes figuras pronostican el futuro, 2000, ed. Taurus). Y entre todos ellos hubo un par –el decano de los economistas yanquis, John K. Galbraith, más cierto filósofo donostiarra, Fernando Savater- que coincidieron al escoger su premonición, de plenas vigencias Anti-Crisis...:
  
I.- ¡CASTIGAR BANQUEROS, NO [MÁS...] A TRABAJADORES!  (J. K. Galbraith)

"El desarrollo económico y social que más me gustaría ver para este siglo es algo abordando con firmeza lo contemplado durante la última centuria recién terminada. Se refiere a las pobrezas, y cuenta con dos manifestaciones claras. En las grandes ciudades de los países industriales aún existen islas de privación, y esto cierto es en Estados Unidos especialmente. La desigualdad se ve como una característica básica.
  
La brecha entre niveles de rentas debe ser reducida y, en particular, mejorando las condiciones de quienes ahora son los más desfavorecidos. No hay nada que niegue tanto el disfrute de la vida y en realidad de la libertad misma como una falta total de dinero, o una situación que se le aproxime. Un país rico puede garantizar Rentas a quienes no tienen. Si algunos no trabajan, que así sea. Se sabe cómo también los ricos ocasionalmente prefieren el ocio.
  
En el mundo en su conjunto hay poblaciones extremadamente empobrecidas. Las personas son personas: sufren de hambre, falta de techo o enfermedad, estén donde estén. Como seres humanos deben ser el objeto de nuestra compasión y nuestra ayuda, de nuestra preocupación y nuestra acción.
   
Debemos reconocer también que el fin del colonialismo dejó a algunos países sin Estado o con unos gobiernos crueles, egregios o incompetentes de los que no caber esperar bienestar alguno. En el futuro deberá existir algún procedimiento por el cual unas fortalecidas Naciones Unidas suspendan la soberanía en países cuyos gobiernos estén destruyendo a sus súbditos. Ya no podemos en conciencia seguir aceptando crueldades tales como aquellas experimentadas por décadas, y aún vigentes, para el Congo. Y también en otros lugares. En términos más generales, deberá haber una ayuda preparada y copiosa desde las naciones afortunadas hacia las más pobres.
   
Habrá que lidiar con otros problemas. El capitalismo sigue tendiendo a la inestabilidad debido a errores sistemáticos, como sucede actualmente en Asia, bajo su forma naciente en Rusia, en América Latina, y potencialmente cuando finalice la burbuja de Wall Street en Estados Unidos. Nuestros 'remedios' presentes rescatan aquellos banqueros e industriales, que fueron más propensos para la insania causante de todo, y prescriben restringir ayudas a quienes más padecen el desastre.
  
Tal la oratoria (la doctrina fundamental de Reagan era que, si se alimentaba al caballo con suficiente avena, una parte de ésta desembocaría finalmente en comida para los gorriones). Tal es el Fondo Monetario Internacional, salvando a los banqueros o demás ejecutivos responsables por las crisis y urgiendo una restricción presupuestaria a expensas de los trabajadores, más el público en general. Deberemos conservar el FMI, pero bajo una forma más compasiva, más socialmente equitativa. Es innecesario aclarar que en este campo ansío ver reformas...”
       
     
II.- REFORZAR LA CIUDADANÍA  (F. Savater)
  
“…Como no creo que ningún futuro pueda estar escrito ya, y sea por tanto inamovible, la tarea de adivinar o profetizar en el porvenir me resulta totalmente ajena. Lo único que sé con certeza es cómo estará ese mañana hecho de la conjunción entre las elecciones libres de seres humanos y el azar (o los aconteceres imprevisibles), exactamente igual que nuestro ayer.
   
Tampoco veo estimulante un empeño melancólico de señalar cuáles serían las líneas más probables que seguirá el desarrollo de nuestras sociedades, porque tales augurios tan supuestamente científicos no suelen tener más base que pesimismo instintivo –‘piensa mal y acertarás’- o fe respecto alguna de las ilusiones tecno-democráticas de nuestra hora. En cambio, podría no estar mal que hablásemos de lo posible, por difícil o improbable que hoy parezca su consecución.
  
Porque realizar lo posible dependerá en gran medida del que lo deseemos eficazmente y para desear algo, poniendo en práctica los medios de conseguirlo, es imprescindible llegar a imaginarlo antes… No hablo de ninguna imaginación ‘utópica’, frente a la que tengo serias reservas históricamente fundadas, sino de una imaginación al servicio de nuestros ideales. Quizás el ideal social que hoy me parece más importante es el de nuestra Ciudadanía.
 
Entiendo por 'ciudadano' al consciente y activo, miembro de una sociedad democrática: quien conoce sus derechos individuales y deberes públicos, por lo que a su intervención en gestión política de la comunidad que le concierne no renuncia; ni automáticamente delega todas las obligaciones que séanle impuestas, por ella, en manos de los ‘especialistas del dirigir'…
  
Y, desde luego, la formación de ciudadanos responsables tiene unas importantes bases educativas -es decir, una formación intelectual en los valores o hábitos compartidos del pensamiento crítico racional- que incluyen tanto capacidades de persuadir argumentalmente como para ser persuadidos por argumentos; excluyéndose, pues, el fanatismo de principios absolutos a priori (según he procurado explicar en alguno de mis libros). Pero, aun siendo muy importante, la educación no puede servir por sí sola para cimentar unas auténticas ciudadanías democráticas.
 
También se necesitan unas precisas bases económicas que garanticen autonomía efectiva para cada uno de los socios en la comunidad. La miseria total, desposesión completa de los medios para subsistencia e incluso una precariedad abusiva de modos del conseguirla, excluyen –a los por ellas afectados- de cualquier participación ciudadana que no sea mera burla o solo remedo servil. Es signo distintivo de todas las democracias, empezando desde luego por aquella inicial ateniense, el preocuparse mediante uno u otro modo por aliviar la condición en los desfavorecidos para posibilitar su participación cívica.
 
Fue Tom Paine, valiente autor para ‘Los derechos del hombre’, quien desde 1792 teorizó por primera vez con modernidad sobre urgencia en garantizárseles alguna serie de ayudas a grupos o situaciones económicamente comprometidas; entendiendo tal apoyo social no como un mero subsidio ante su indigencia, sino considerando auténticos derechos en las ciudadanías. Estimo ser tal idea lo que, hoy, deberemos recuperar y profundizar decididamente.
  
En la sociedad tecnológicamente hiper-desarrollada, donde vivimos y los instrumentos automáticos han sustituido ya ventajosamente a tanto puesto de trabajo, somos presas de un círculo infernal... El liberalismo aboga por una cada vez mayor desregulación sobre las legislaciones laborales, que aumentan niveles en pobreza real existente y excluyen crecientes cantidades de individuos frente a su protección social; mientras la socialdemocracia sólo acertaría promoviendo leyes que frenen iniciativa privada, elecciones del trabajo a tiempo parcial y aquellas actividades no remuneradas pero socialmente útiles.
  
Sería el momento de pensar en alguna Renta Básica para toda la Ciudadanía, entendida no ya como ningún subsidio a los necesitados sino por derechos democráticos generales. Tal ingreso debería garantizar subsistencia mínima de las personas, por lo cual el trabajo se reconvertiría en opción con mayor libertad o temporal, potenciándose actividades humanitarias u otras creativas que actualmente no recompensan los mercados e incluso facilitando alguna negociación más equitativa de condiciones laborales entre patronos y empleados.
  
¿De dónde saldrían los fondos para implementar tal  Ingreso Básico? Habría sin duda que reformar ya los actuales tipos del subsidio social gravando el trabajo remunerado por algún impuesto y, con mucha más razón, las especulaciones financieras (la llamada ‘tasa Tobin’ apunta en esa dirección); pero sobre todo habría que tomar conciencia clara del que, por mucho cuanto indudablemente deba el desarrollo económico a iniciativas personales en unos cuantos, toda la riqueza es fundamentalmente social; y no puede desentenderse de sus obligaciones comunitarias, o sea, democráticas…
   
Desde luego, esta iniciativa comporta dificultades prácticas y hasta morales: ¿cómo contrapesar esta desaparición del sentido de necesidad real, que hasta hoy habría estimulado nuestra presente actividad social?, ¿cómo evitar que la vocación por ser útil sea sustituida con el pasivo derecho a cobrar del maná estatal?
  
Pero parece merecer la pena el afrontarse y discutir tales retos ya, si no queremos aun seguir rodando por unas pendientes que a nuestras democracias llevan... hacia dictadura oligárquica de los dueños financieros del trabajo o al meritoriaje ante asistencia pública cada vez más rácana en sus prestaciones igualitarias. Es decir, entre la fabricación industrial de unos 'ciudadanos' que no podrán ejercer efectivamente como tales ni llegar a serlo efectivamente nunca, sino de mero nombre.”
      
     

2 comentarios:

  1. LA CACAREADA RECUPERACIÓN, A LOS MÁS DESFAVORECIDOS, NO LLEGA

    No les ha llegado a muy amplias capas de población, especialmente la más desfavorecidas y que tienen mayor riesgo de su exclusión social, hasta el punto del que hoy 1 entre cada 5 españoles -el 22,1% de la población- se halla en riesgos de pobreza; es decir que vive con menos de 8.011 euros anuales, al tiempo que los ingresos de hogares han caído un 0,2% más, hasta 26.092 €/año. Estos son solo 2 datos, reveladores, en la 'Encuesta sobre Condiciones de Vida' para los españoles que nos hace anualmente un Instituto Nacional de Estadística (INE): sostiene que por Comunidades Autónomas las tasas más elevadas del riesgo de pobreza se sitúan en Andalucía (35,7%), Murcia (31,8%) y Extremadura (29%), seguidas por Castilla-La Mancha y Canarias, en un 28,5%, y Comunidad Valenciana, con 25,3%...

    Según los criterios del EUROSTAT, este umbral de la pobreza se fija en el 60% de la mediana sobre ingresos. Así, el umbral de la pobreza se situó en 2014 para un hogar con 2 adultos y 2 hijos en unos ingresos medios de 16.823 €. Esta cantidad mide pobrezas relativas, no absolutas: cuántas personas tienen ingresos bajos en relación al conjunto de la comunidad. La tasa de pobreza sigue afectando prioritariamente a los menores de 16 años, siendo ésta 6'7 puntos superior a la del conjunto de la población (28,8%). Sin embargo, es la que más ha bajado el último año...

    Los hijos desgraciadamente, son factor de riesgo para exclusión social en España. Así lo demuestra el informe del INE y el estudio sobre “la transmisión intergeneracional de la pobreza”, elaborado por la Fundación Foessa. Según esta institución a Cáritas Española vinculada, la tasa s/ exclusión social de hogares en los que hay menores llegó al 28% y se disparó hasta 44% cuando las familias tienen 3 ó más hijos. Estos datos ponen en evidencia cómo en caso de familias numerosas el índice de pobreza se multiplica por 2,5. Además, esta brecha entre los hogares con y sin menores, es 3 veces superior a la media UE.

    Las familias con niños a cargo no sólo corren más riesgos de empobrecer, sino que esa situación de exclusión además puede ser heredada por los hijos en la edad adulta. El estudio demuestra que el 81% de las personas que fueron pobres en su infancia lo siguen siendo de mayores y que 4 sobre 10 adultos, que vivieron su adolescencia con problemas económicos muy frecuentes, no consiguen alcanzar la educación secundaria...

    Desgraciadamente, “la pobreza se podrá heredar y en efecto es heredada. La igualdad de oportunidades queda más en aspiración que como realidad. Pero sí podemos construir oportunidades para la igualdad” asegura el secretario general de Cáritas y director de Foessa. En fin, 13% de los españoles tiene muchas dificultades para llegar a fin de mes y el 9% se retrasa en pagos relacionados con su vivienda principal...

    (Lo apunta, hoy, José Oneto)

    ResponderEliminar
  2. Lo explica muy bien el experto tecno-analista ENRIQUE DANS en su blog:

    "...La plusvalía, elemento central de la teoría económica marxista, tomada de la teoría del valor-trabajo de David Ricardo, expresa el valor que el trabajador crea por encima del valor de su trabajo. Cuando el trabajador es sustituido por un ROBOT, la plusvalía se multiplica, al incrementarse el volumen la predictibilidad y la calidad del output al tiempo que disminuyen los inputs requeridos.

    Si esos robots que no descansan, no cobran y no se equivocan van mejorando su eficiencia, haciéndose más inteligentes y disminuyendo su precio, ¿qué ocurre con la creciente PLUSVALÍA generada?

    Si acompañamos ese escenario con una energía cada vez más barata, hablamos de un escenario de abundancia, que sugiere la necesidad de mecanismos de REDISTRIBUCIÓN más razonables que los actuales.

    Más allá de la idea de que las personas, al disponer de algunas RENTAS BÁSICAS, abandonarían toda idea de trabajo (algo que no ha podido ser probado en ninguno de los experimentos efectuados hasta la fecha), surgen ideas que apuntan a la posibilidad de una sublimación de la creatividad, e incluso al desarrollo de nuevos modelos productivos similares a los que surgieron tras la revolución industrial.

    Lo que las personas abandonarían no es la idea de trabajar, sino la de hacerlo en los llamados BULLSHIT JOB, simples maneras de mantenerse a la población ocupada y pagarle un salario para evitar la inestabilidad social, y que terminan haciéndoles caer en la evidencia de que su trabajo no tiene sentido. Claramente, el desempleo no es el único problema que la RBU pretende aliviar.

    ¿Utopía irrealizable, o lógica aplastante? El discurso de la RBU está entrando con derecho propio en la agenda política, y requiere de una discusión que vaya más allá del nivel de la conversación de barra de bar. Y la evolución del escenario tecnológico, claramente, juega un papel fundamental en esa discusión..."

    ResponderEliminar