martes, 6 de octubre de 2015

¡Con..tra..to...? "Medio-Mileurista", solo, sin siquiera Renta básica... ni cuando se trabaja

  

Nada inédito, ya: como decíamos, hace 70 días, de nuevo... Resulta llamativa esa reciente cucaña en que compiten aquí nuestros Partidos con 'mayor sensibilidad -sedicente mente- socialdemócrata' poniendo marchamos del "Programa para la RB" sobre Propuestas varias, pero de una u otra forma condicionadas al Empleo mediante Inserción a Ocupaciones por cuentas o/y beneficios ajenos, tras haber procrastinado su ofertón previo ya 'sine die' aquel "Podemos" pionero...

Mientras, otr@s en la UE parecen verlo más claro; incluso entre quienes no pretenden 'progresismo' ninguno con el que adornarse por su coherencia lógica, o mera lucidez racional, ante dinámicas actuales para nuestra economía presente. Como ejemplo, tenemos este último artículo que firma Robert Skidelsky, ex líder en "the British Tory Party (Conservatives)" -y su portavoz, para el Tesoro- desde la Cámara de los Lores del Reino Unido...
   

1 comentario:

  1. UN INFIERNO LABORAL CREADO POR LOS GRANDES PARTIDOS

    El análisis del mercado laboral en España se restringe a elucubraciones mensuales sobre las cifras trucadas que publica el SEPE y que cada vez esconden a más trabajadores fuera del circuito laboral. Un buen ejemplo es el espectáculo circense que montan las cadenas de televisión los sábados por la noche, enfrentando a supuestos economistas con una corte de periodistas, en muchos casos enviados por los partidos políticos, para escenificar un vodevil entre perogrulladas trufadas de ideología rancia o anticuada. Y lamentablemente con esto, la profesión del economista se degrada día a día, ya que la gran masa repite como loros lo que tales mal llamados ‘expertos’ vomitan todos los sábados, como si fuera un dogma de fe.

    Los lugares comunes son tan previsibles que no se pasa de conceptos vagos como precariedad, bajos salarios, flexibilidad o rigidez, burocracia y número de contratos. Todas estas cifras mezcladas en un coctel se sacuden y se arrojan, contra el enemigo ideológico, creyendo que la población es tonta. Frente a la maldad de la última reforma laboral, del PP, habría que recordar que las reformas PSOE (de Zapatero y antes González) iban en la misma dirección: hacer del factor trabajo básicamente una mercancía más, como los coches o el trigo, y sujeta por tanto a las mismas leyes de oferta y demanda; despojando del carácter de ser humano al trabajador y su entorno. Por ello, lo que hoy tenemos es fruto de una concienzuda apuesta por desmantelar al trabajador/a de la mayor parte de sus derechos, y alejar el carácter del ser humano de las decisiones sobre dicho factor trabajo.

    Este posicionamiento, denostado como radical por los miopes del sistema, es ya objeto de análisis en países serios e incluso profundamente capitalistas como EEUU o Suecia (UE); por ahí se han dado ya cuenta de los daños que a la población se les estaban haciendo, con la organización del tiempo de trabajo, su caída de productividad y el deterioro de las relaciones familiares, y por ende de la natalidad y asistencias a los mayores. La máxima del núcleo duro de la economía capitalista y desregulada, con ciertos tintes ácratas, nos sacude sistemáticamente con la falsa idea de que hay que trabajar más horas para ser más competitivo. En aras a cumplir esta máxima, la reforma laboral en España otorgó una discrecionalidad a la empresa, vía descuelgue de convenios, al fijar la jornada laboral que las empresas decidan en cada momento, por supuesto sin remunerar.

    Por ello, no es difícil encontrar, como pasa en EEUU, a miles de trabajadores que llevan a cabo jornadas con 12 ó 16 horas sin parar, para jolgorio de la ortodoxia liberal (…) Jornadas infernales de trabajo, abandono de la educación a los hijos (‘niños llave’), salarios depauperados, mayores sin cuidados suficientes y desprecio por los discapacitados, hacen una selección muy cuidadosa del quién puede triunfar en el mundo laboral de corte anglosajón. Con reducción y abandono de Salarios a los cuidadores, ausencias absolutas de programas para conciliación personal o laboral, más desprecio de las empresas al atender necesidades tanto médicas como asistenciales de sus trabajadores, cada vez seremos más pobres y más enfermos.

    Los experimentos de las jornadas reducidas a 6 horas en Suecia, por ejemplo, han demostrado que mejoran la competitividad y productividad. Aquí (…) la cultura del trabajo a destajo y como una mera mercancía, no solo se vislumbra en las plazas de muchos pueblos y ciudades, cuando llegan los capataces y reclutan a los esclavos para trabajar el campo o el tajo, al margen de cualquier control…

    Pero el gran problema es que cuidar a los mayores o hijos es considerado por las empresas como una rémora y responde a un deseo del escaquearse de trabajar (…) nadie tiene intención en cambiarlo de verdad.

    Alejandro Inurrieta, (en ‘Vozpopuli’, 5-10-2015)

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