domingo, 25 de enero de 2015

Hoy, solamente, Syriza puede salvar a Grecia: nuestra solución para Europa, ya... Podemos!



“Estamos en plena Depresión; los que dicen que se va ya saliendo de la Crisis les intentan simplemente comer el coco a los electores... con su propaganda barata. Hemos oído que para nuestro país el Producto Interior Bruto (PIB) real dejó de caer por primera vez en el 4º Trimestre del 2014, que subió -un 0,7%- y que aun cuando fuera sólo crecimiento pequeño 'se han invertido las tendencias'... ¡Hay que ser un analfabeto económico para poder tragarse toda esa trola! 
 
El PIB real es un cociente con un numerador y un denominador. En el numerador se anotan los ingresos en euros, y en el denominador los precios medios. En años de inflación, si los ingresos aumentan -por ejemplo, incluso un 10%- pero los precios suben también otro importe igual… no hay ningún crecimiento. Mas en los periodos con deflación las cosas funcionan de otro modo. El último Trimestre los precios han bajado un 1,8%. Y al ser el denominador -del IPC- negativo, su cociente resultó positivo; por lo cual figura que aumentó el PIB real un 0,7%. Pero lo cierto es que los ingresos también han caído, ¡y más de otro 1%!, luego no hubo ninguna Recuperación aún...
 
Y la deuda no disminuye cuando bajan los precios, al revés: continuará subiendo más, porque simplemente se acumula, pues los intereses siguen corriendo aún. Así que tenemos menos euros y más deuda, ya estábamos en bancarrota y aún más estámoslo ahora. Lo sucedido aquí es tan sólo eso, o sea, los precios han caído más rápidamente que nuestros ingresos. Ya ocurrió en USA el año 1932, fue la Gran Depresión. Pero en lugar de admitir tal realidad, la UE ha decidido vendérnoslo como el éxito, con una perversa distorsión de la verdad…
 
Grecia es un país que ahora está ya sufriendo, salvaje mente; y se halla hundido entre algunas crisis humanas bestiales. Mas los siguientes a continuación seréis, en España, vosotros. Esta crisis es ahora exactamente igual ahí como aquí, en Grecia, e Irlanda... muestra el resultado de un mal diseño para la Euro-zona. Ya colapsó, primero, Grecia; pero si no hubiéramos sido nosotros lo habrían hecho España o Irlanda, y el efecto dominó se habría repetido igual.
 
Cuando en 2010 declaráramos bancarrota nos dieron el préstamo más grande de la historia a condición del que redujésemos nuestros bajos ingresos. Pero no es necesario ser economista para entender cómo nunca nos podría funcionar el plan: cuando uno está en bancarrota significa que sus ingresos no son suficientes para pagar sus deudas; y si para tratar de solucionarlo se le da un préstamo que le hace aumentar su deuda, y a condición –encima…- del reducir aún más los ingresos, es imposible.
 
Hasta los niños con menos de 12 años podrán entender que tamaño plan supone un acto criminal (…) Fue un absoluto ejercicio de cinismo antieuropeísta, para tomar las pérdidas bancarias haciéndonoslas recaer, sobre la ciudadanía europea: salvando sus bancos a expensas de nuestros contribuyentes. Y el cinismo llegó al grado del hacer pasar eso como un acto de solidaridad.
 
Pero vamos a intentar algún Gobierno que diga basta en Grecia. No solo por nosotros, sino en el nombre de toda Europa, prácticamente. Pues los únicos que se benefician con todo esto que ocurriendo está son el lepenista Frente Nacional y más neonazis: para toda Europa, ya, somos la última oportunidad (…) Por suerte, aun hay instituciones en la UE que nos permiten maniobrar. 
 
Lo que sobre todo haremos será impulsar Iniciativas pro-EUropeas, en dirección contraria de políticas actuales, que lleguen a los votantes (…) Y en última instancia podremos hacerlo porque tenemos poder; cuando uno tiene una deuda con un banco de 10.000 € no cuenta con casi ninguna posibilidad pero si debe 320.000 millones, en cambio, claro que sí. No hablamos de farol, sino del nunca movernos ya ni un milímetro más desde nuestras posiciones actuales.
 
Y podrán hacer lo que quieran, pero no vamos a cejar (…) En junio nos tiene que llegar un préstamo por otros 7.000 millones de nuestros socios europeos. ¿Y para qué deberemos, endeudándonos más otra vez, todos esos dineros? Pues, por dárselos de nuevo al Banco Central Europeo (BCE)... Durante 2010 Trichet -el peor presidente para ningún banco central que haya existido nunca sobre la faz de la tierra- compró millones de euros en deuda griega, o sea, bonos del Gobierno. Pero nosotros, los griegos, no le pedimos que lo hiciera; hizo eso entonces pensando que así podría salvarse a [los acreedores de] Grecia… y fracasó.
 
Falló porque fue muy estúpido: anunció a los mercados esos millones que pensaba gastarse, lo cual equivalió al hacer un llamamiento a especuladores para que apostaran contra él. El caso es que compró esos bonos, que ahora vencerán en junio. Si no lo hubiera hecho, su valor se habría reducido drásticamente, un 90%. Pero ello no pasó, así que ahora debemos pagar sus errores: ven que no tenemos, así que nos obligan a tomar aun más dineros prestados de alemanes, españoles… o del BCE; para devolvérselo a él mismo.
  
 
Como yo el próximo trimestre sea ministro en Economía, les diré que me asesinen si quieren. Pero, aunque maten a mis hijos, no pienso hacer eso ya más. Los griegos no nos van a votar para que cometamos los mismos estúpidos errores en que han insistido los Gobiernos precedentes. Hay que romper esa lógica..."
 
 
"En Febrero del 1953, la RFA (República Federal) de Alemania se hundía bajo el peso de las deudas y amenazaba con arrastrar al conjunto de los países europeos entre tal ruina. Preocupados por la propia salud, sus acreedores –e incluso Grecia, entre todos ellos- tomaron buena nota de un fenómeno que sólo a los liberales sorprendió: una política de más "devaluación interna" -es decir, rebajar salarios...- ya no garantizaba la devolución de su deuda. Todo lo contrario.
 
Reunidos en Londres durante una excepcional Cumbre, 21 países decidieron revisar sus exigencias ajustándolas a las capacidades reales del socio -alemán- en punto al poder honrar sus obligaciones. Dieron por amputado el 62% de las Deudas acumuladas por la RFA y se le concedió una moratoria de 5 periodos anuales (1953-1958), así como aplazamientos adicionales por bastantes años más –hasta 30- para el reembolso pendiente.

Fue instituida entonces una 'cláusula del desarrollo' asimismo, con la cual se le autorizó al país para -sólo- consagrar a servicio de la Deuda una escasa vigésima parte sobre su ingreso por exportación. Europa hizo así muy al contrario que lo dispuesto antaño por el Tratado de Versalles (1919), sentándose las bases del desarrollo para la RFA (es decir, Alemania Occidental) en postguerra.
    
Y esa -muy exactamente- fue ahora la misma propuesta que hizo Syriza (Coalición de Izquierda Radical) en Grecia: proceder a contrapelo del nuevo mini-Tratado de Versalles impuesto por la Canciller alemana Angela Merkel y su ministro para las finanzas Wolfgang Schäuble, a cuantos países europeos están ahora endeudados, e inspirarnos con uno de los más clarividentes momentos que haya conocido Europa en postguerra.
  
Hoy, en países de la Europa meridional los programas del ‘rescate’ han fracasado, generando unos pozos sin fondo que supuestamente deberían ser llenados por nuestros contribuyentes: nunca nos ha urgido tanto llegar a una solución global, colectiva y definitiva del problema de la Deuda. Y no sería tampoco entendible que se nos escamoteara tal objetivo así, sólo para garantizar una reelección de la Canciller alemana.
   
En estas condiciones esa idea que avanza Syriza –para una Conferencia europea sobre la Deuda, conforme al modelo sentado por aquella Conferencia de Londres respecto a otras deudas alemanas el año 1953- hoy representaría ya, bajo nuestro entendimiento, la única solución realista y beneficiosa para todos: alguna respuesta global tanto a la crisis del crédito cuanto al constatarse fracaso de las políticas para ‘rescate’ puestas en pie últimamente por Europa (…) Anular dichas medidas constituye, así pues, el prólogo a cualquier posible salida desde la Crisis: lo mortal han sido los remedios en sí mismos; y no las dosis, como algunos tienen todavía desfachatez de sugerir.
 
Por otra parte, habrá que preguntarse sobre las demás causas de la crisis financiera... Lo que trae consigo el despilfarro de los dineros públicos no ha cambiado: nuestro coste por kilómetro en construcción de carreteras es el más alto de Europa, por ejemplo. Y otro caso: la privatización de las autopistas -mediante modalidades del ‘prepago’- para nuevas vías con ‘peajes en sombra’, cuyo desarrollo al fin tuvo que ser interrumpido.
 
Este alcance de las macro-desigualdades no puede reducirse a mero efecto colateral de la crisis financiera en Grecia. El sistema fiscal griego refleja la relación clientelar que une a las elites del país. Como si de algún colador se tratara, está rebosante por casuística con excepciones y derechos para desgravarse a medida del cártel oligárquico.
 
El pacto informal que, tras nuestra Dictadura, hoy sigue actuando a modo de soldadura entre las Patronales y su hidra bicéfala del bipartidismo –los conservadores ‘Nueva Democracia’, con sucesivos Karamanlis... o la saga Papandreu, del dizque 'socialista' PASOK…- garantiza su mantenimiento. Esa es una de las razones para que renuncie hoy el Estado a obtener sus recursos necesarios por vía del impuesto: prefieren otro continuo recortar salarios y pensiones.
   
Pero el ‘establishment’ [o/y Casta…] que ha sobrevivido por muy poco a las elecciones del pasado Junio mediante vía de sembrar miedos en torno a nuestra posible salida desde la zona Euro, vive con asistencia respiratoria por un segundo pulmón artificial: sus CORRUPCIONES.
    

La difícil tarea pendiente del quebrar esa colusión entre los medios políticos y económicos –asunto que no compete sino a nuestra conciudadanía- constituye alguna de las prioridades para un Gobierno popular dirigido por Syriza.
 
Exigimos, pues, una moratoria sobre servicios de la Deuda para  poder cambiar nuestro Estado nacional. Y si faltara ese principio, cualquier nueva tentativa del saneamiento financiero nos reconvertiría en Sísifos... condenados de antemano al fracaso. Mas esta vez, el drama no afectará sólo a la muy antigua ciudad Corintio, sino al conjunto en Europa."
 
Así lo han entendido ya las prominentes figuras políticas y del pensamiento económico más perspicaces en cuanto a objetivar prospectiva social; como, por ejemplo, incluso lo dijo el 'New York Times': 

“Con transmisores clandestinos, la Radiodifusión se reanudó a través de Internet; y pronto estaciones en toda Europa recogieron sus señales. De la noche al día, un organismo estatal que desde hacía mucho tiempo había sido denostado por corrupción y clientelismo se ha convertido en portavoz para resistencia democrática griega (…) El primer ministro, Antonis Samaras, había cerrado la ERT para satisfacer las demandas de la UE sobre recortes del sector público. Si sus socios de la coalición no están de acuerdo, habrá nuevas elecciones en las que serán arrasados.

Pero el señor Samaras puede haber ido demasiado lejos. A pesar de sus defectos, la ERT es el único foro de masas para la polémica pública que los griegos tienen. Cerrándola, todo el debate político no comercial y las noticias locales quedaban al margen de las ondas. Ahora, el Gobierno ha convertido un debate turbio sobre austeridades, confianza y los mercados crediticios en una lucha más abierta sobre la democracia o independencia nacionales.

En esta pelea, Syriza se ha erigido como la posible alternativa (…) El sector financiero mundial evaluaría una victoria suya con horror. Pero los bancos y Fondos de cobertura saben que una mayor parte de la deuda griega está en manos de los contribuyentes europeos o del Banco Central Europeo; y lo restante aun va siendo disputado por los inversores al saberse que será pagado. 
   
A las grandes finanzas hoy preocupa lo que pueda pasar por otra parte si gana en Grecia un partido de izquierda. Ese instinto es natural entre los banqueros. Pero de hecho, en este momento, Syriza puede ser la mejor esperanza para Europa. Los griegos no quieren abandonar su moneda comunitaria, ni que nuestra zona Euro se desintegre, una eventualidad que probablemente acabaría con la Unión Europea.

También se sabe que las posturas en Europa respecto de la crisis, con 'austeridades' -cada vez más duras- junto a sus préstamos crecientemente mayores, han fracasado miserablemente. Y que si esa política no cambia, es inminente un colapso ya total de la economía en Grecia. Mas requisitos básicos para su reforma podrían ser satisfechos dentro de los Tratados europeos vigentes… 

Incluyen mutualizar el esfuerzo en amortizaciones de la deuda soberana mediatizadas por el BCE; reestructuración de los Bancos europeos convirtiendo el Mecanismo de la Estabilidad Europea en otra especie del equivalente europeo al Programa de Alivio para Activos con Problemas (TARP) puesto en práctica tras esta Crisis por Estados Unidos; un Programa de inversión y creando empleo; más algunas Iniciativas europeas enfrentándose con la crisis social y humana a través de fortalecer el seguro del desempleo, los de depósitos, las pensiones básicas e instituciones públicas fundamentales como educación o salud. 
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Syriza pretende luchar tanto afrontando al partido neonazi xenófobo ‘Aurora Dorada’que tiene ya encarcelados a la dirección y casi una mitad entre sus 16 parlamentarios...!- como contra el aumento del hambre, con las comidas escolares o los cupones de alimentos; un Gobierno suyo trataría de compaginar estas reformas con la salvación del proyecto eurocomunitario.

Y esto sólo puede ser algo bueno (…) tal campaña insólita, por cambiarse las políticas erróneas que rigen la UE, ha comenzado en Grecia; un país pequeño y orgulloso que ha dado unas pocas ideas al mundo, incluidas las del gobierno por el pueblo, a la cual nos gusta llamarla con su nombre griego…”
  
Por último, no será ocioso recordar ciertos datos respecto del mismo Mario Draghi que ahora, como presidente del Banco Central Europeo (BCE), anda tan crítico respecto de la Deuda griega: el 8 de febrero de 2010 la revista alemana 'Der Spiegel' hizo pública una información de alcance mundial: “Los responsables de la deuda griega llegaron a un gran acuerdo con los banqueros de la firma norteamericana Goldman Sachs a principios de 2002″.
 
Gracias a este ACUERDO COSMÉTICO..., realizado con divisas, el Gobierno griego podía cumplir los requisitos de Maastricht y del Euro.
   
Y 5 días después, el periodico norteamericano a The New York Times ampliaba la información. Había serias sospechas de que la firma americaba Goldman Sachs enmascaró la deuda griega en los años anteriores para que pudieran ser cumplidos requisitos económicos y así ASEGURARSE LA INCLUSIÓN GRIEGA en el nuevo Euro.
 
Esa información afectaba entre otros a Mario Draghi. En el año señalado del FRAUDULENTO CONVENIO -2002- él era vicepresidente de Goldman Sachs International, firma que perpetró aquellos engaños en el origen de la crisis actual...
 
En fin, solo a Syriza podemos imaginar enmendando -con cierta 'suspensión de pagos', ordenada mente, para reestructurarlos mediante algún 'concurso de acreedores internacionales'...- el presente despeñarse de Grecia por ruina total en la UE. ¡Mas tampoco habrá nada que de antemano nos asegure ningún éxito, para cualesquier eventualidades, entre las difíciles tareas pendientes a fin de remontar senda del austericidio en marcha hoy!

Y entre tanto, el más realista diagnóstico del cómo se viven desde abajo en la ciudadanía griega estas refriegas olímpicas -de sus Jerarquías...- nos lo proporciona un penetrante literato policíaco, Petros Márkaris: "El gran interrogante"...
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