viernes, 15 de febrero de 2013

Mientras acá solo del re-Bajarse nos payasean… por Depresión, en USA elevan Salarios Mínimos



¿Hasta cuándo permanecer resignados a la conjura de los necios -más papistas que cualquier Papa o tan tontainas como quien asaba manteca...- incapaces de otra cosa sino, contumaz mente, seguir recomendando más de lo mismo ya probado sin éxito ninguno e incluso contra toda evidencia? Y ahí fuera nada es como nos dijeron: con su más reciente "Informe del Estado de la Nación", por ejemplo, el presidente de los EE.UU acaba de anunciar proyecto para reactivar Economía subiendo 'MINIMUM WAGE' (o Salario Mínimo) Federal, a la vez que insistía en urgente necesidad de una Reforma Fiscal redistributiva dentro de las medidas centradas hacia reducir Déficit público...
 
   
¡Quienes de nuestra Gobernanza, Social o/y Popular, en el Congreso saben!
 
Ya de sobra se advirtió sobre nuestro suicidio al hundirse, como única receta, la remuneración salarial frente los demás excedentes empresariales. Aquí hoy está legislado distinto aun [Real Decreto 1717/2012, del 28 de diciembre] el Salario Mínimo Interprofesional -obviadísimo, luego, por las permisividades de tanta 'desregulación' laboral- con tan solo 21'51 €/DÍA *, muy por debajo a otros países de nuestro entorno...

Obama advierte que “aun hay millones de ciudadanos que no se vieron recompensados en su duro trabajo y dedicación; nuestra economía está creando puestos de trabajo, pero queda mucha gente que no pudo encontrar ninguno; los beneficios empresariales han aumentado, pero hay todavía Salarios que siguen sin hacerlo igual”, lamenta.

Por ello, ha instado a que los dos grandes partidos políticos del Congreso logren “asumir la tarea de nuestra generación: reiniciar el verdadero motor de la economía nacional: una clase media en alza... Nuestra tarea inacabada es restaurar el principio básico de que trabajando duro, puedes salir adelante. No importa de dónde seas, cómo seas, a quién quieras”, ha apuntado.

Y ha insistido en que tanto la Mayoría como su Oposición deben superar el enfrentamiento que ha paralizado al Congreso. “El pueblo no espera que los Gobiernos le solucionen cada uno de sus problemas, ni que nos pongamos de acuerdo en cada asunto, sino que pongamos los intereses nacionales por delante de los del partido”, ha explicado.
 
“Nuestro trabajo debe comenzar tomando algunas decisiones básicas sobre nuestros presupuestos, decisiones que tendrán un gran impacto sobre nuestra recuperación. En los dos últimos años, los dos partidos hemos trabajado para reducir el Déficit público y subir los Impuestos, la pregunta es ¿cómo?”, ha planteado.

Asimismo abogó por “aproximaciones equilibradas al problema del Déficit público, con recortes en Gasto y por el Ingreso, con todo el mundo haciendo un esfuerzo justo, compartido... Eso es lo que voy a ofrecer”, anunciaba.

En cuanto a Ingresos, aboga por una Reforma fiscal que permita acabar con “las lagunas y deducciones fiscales a los más ricos” reduciendo los Impuestos que pagan pequeñas o medianas empresas para que puedan generar más puestos de trabajo.
 
El Déficit público “es una gran emergencia; no podemos pasar una Crisis a la siguiente generación”, asumió. “Pero no se puede ahorrar cientos de millones de dólares en sanidad y educación sin acabar con las lagunas y deducciones fiscales. ¿Es eso justo?”, se cuestiona.
 
Si bien, ha subrayado sobre la reducción del Déficit público cómo “eso no es un plan económico, por sí solo”. Por ello, ha formulado una serie de propuestas que, aunque “no aumentarán el déficit público en un solo centavo”, reactivarán la economía estadounidense. “No necesitamos Gobiernos más grandes... sino -sobre todo y antes de nada- que sean más inteligentes”, ha sostenido.

Por fin, ha considerado necesario que, paralelamente a todas aquellas otras medidas destinadas a la industria y los empresarios, “una jornada de trabajo decente sea recompensado con salarios decentes”. Por ello, ha recuperado la propuesta de su oponente a las últimas primarias para elección en la presidencia, Romney, de subir el Salario Mínimo federal hasta 9 $/HORA.*
 
“Propongámonos, como inexcusable ya hoy en esta parte mas rica de la Tierra, el que nadie viva bajo umbrales de pobreza trabajando a tiempo completo”...
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[N.B.- a efectos comparativos, téngase presente que -segun FMI...- la renta per cápita media para España es, en términos del PIB pc, unos dos tercios de la correspondiente a los Estados Unidos y el dólar ($ US) se cotiza como a tres cuartos del euro (€ UE): o sea, con independencia de que para la Competitividad en el comercio exterior o internacional un Salario de 9 $ -USA- cueste siempre los mismos nominales 9 $/HORA exactos, por cuanto al Poder Adquisitivo doméstico -es decir, nacional e interior- se refiere los 9 $ en EE.UU. equivaldrían aproximadamente a unos 4'5 €/HORA y 36 €/JORNADA para empleos a Tiempo Completo durante las 8 horas/día -esto es los 1.000 €/MES, incluso pagas extras...- para este Reino de España.]
 

2 comentarios:

  1. Y para que, a esos payasetes, no se les caigan sus Teatrillos… =

    “Entre el aquelarre de las cifras, declaraciones de la renta, parafernalia de Bárcenas y los sobrecogedores, ha pasado desapercibido el dato clave: el Partido Popular gastó en el año 2011, 133.398.210 euros; por las cuotas de sus afiliados ingresó 12.303.879. Los donativos apenas superaron los 2 millones.

    Es decir, conforme a lo que algunos habíamos anticipado y ahora se confirma, más del 90% de lo que gasta el PP -y lo mismo se puede decir del PSOE y de otros partidos- proviene de subvenciones directas del Estado y eso sin contar las indirectas que no son pocas. EL 90% del sueldo que el PP paga a sus empleados y a sus directivos ES DINERO del Estado, es decir, DE LOS CONTRIBUYENTES, de los ciudadanos españoles a los que el Gobierno sangra de forma casi confiscatoria.

    El 90% de lo que el PP gasta en edificios, oficinas, agua, luz, calefacción, aire acondicionado, automóviles, gasolina, seguros, escoltas, mantenimiento, limpieza, seguridad, viajes, dietas, mítines, actos protocolarios, etc., lo pagan los contribuyentes. Los afiliados al partido solo cubren el 10% de esos gastos. Cuando el PP organiza un mitin apoteósico en una plaza de toros, quien paga el 90% de lo que cuesta la desmesura no son sus militantes, sino los ciudadanos.

    Y LO MISMO -o muy parecido- ocurre con el PSOE, lo mismo con las centrales sindicales CCOO y UGT. Un escándalo, en fin, de proporciones descomunales porque quien decide las subvenciones de las que, a costa del Estado, se van a beneficiar los partidos son los propios partidos. De ahí su desprestigio, de ahí que figuren en el tercero de los diez grandes problemas que abruman a los españoles.

    La regeneración de nuestra democracia pasa por la democratización interna de los partidos con elecciones primarias y listas abiertas. Lo que prima ahora es la fidelidad al JEFE PARTIDISTA, no la capacidad. Al confeccionar las listas, y de forma casi indefectible, el líder del partido sitúa en los mejores lugares a los que le son fieles no a los que tienen más preparación para servir al bien común.

    Tras la democratización interna de los partidos, habrá que establecer una forma de financiación que no cueste un céntimo al Estado. El ideal es que se promulgue una ley estableciendo que los partidos políticos y las centrales sindicales no podrán gastar ni 1 Euro más de lo que ingresen por las cuotas de sus afiliados. Se podría añadir un 0'7 % que, como se hizo con la Iglesia Católica, señalen los contribuyentes de forma voluntaria en el casillero correspondiente.

    También sería aceptable la fórmula norteamericana. Ni un céntimo del Estado, pero donaciones sin límites que cada 3 meses deben hacerse públicas de forma transparente. Eso significa que si alguna de las empresas o particulares que han hecho donaciones a los partidos se beneficiara con contratos de la Administración, entonces se procedería por la vía judicial contra el donante beneficiado o contra el receptor prevaricador.

    Lo que está claro es que las cosas no pueden seguir así. Y no, no se trata de eliminar los partidos. Hay que embridarlos. Si PP y PSOE quieren seguir manteniendo los privilegios que se han otorgado a sí mismos con el dinero de todos se terminará por provocar un estallido revolucionario.

    Ya ocurrió el siglo pasado. Los abusos de los partidos condujeron a su eliminación. Y eso supuso el nazismo en Alemania, el fascismo en Italia, el comunismo en Rusia, el franquismo en España o el salazarismo en Portugal.

    Hay que exigir austeridad a los partidos, democratización interna y austera financiación para que puedan continuar desempeñando su función clave en una democracia pluralista plena.” (El Mundo, 14-2-13)

    L. M. A.

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    1. "Es una perorata que nos suena muy familiar: para ganar Competitividad hay que BAJAR SALARIOS, desregular el mercado laboral, abaratar el despido, reducir las cotizaciones sociales, minorar la tributación de las empresas y de las rentas de capital, etc., etc. ¿Por qué no se descalifica la efectividad de esta estrategia con la misma firmeza con la que se rechaza la eficacia de las devaluaciones competitivas? ¿Acaso no es evidente que todas estas medidas producen, al igual que las DEVALUACIONES competitivas, una reacción en cadena en el resto de los países con lo que acaban anulando los efectos que se pretendía perseguir?

      ¿Cuál es la razón de que reprobemos la guerra de divisas y no hagamos lo mismo con la carrera por deprimir las condiciones sociales o laborales o con esa competición por ver quién concede mejores condiciones fiscales al capital y a las empresas? El motivo hay que buscarlo en que si bien los efectos sobre la competitividad de todas esas medidas se suelen neutralizar al ser aplicadas de forma generalizada por todos los países, lo que sí permanece es el efecto sobre la redistribución de la renta, incrementando la desigualdad y FAVORECIENDO la parte del producto que se orienta al EXCEDENTE EMPRESARIAL en contra de la que se dedica a la retribución de los trabajadores. Quizá sea esta la verdadera finalidad de todos aquellos que proponen tales políticas.

      El resultado no solo es negativo desde el punto de vista de la equidad, sino incluso desde el de la propia eficacia económica. Como ya afirmó Keynes hace muchos años, en la medida en que la propensión marginal al consumo disminuye con la renta, todo cambio en la distribución de esta hacia una MAYOR DESIGUALDAD tendrá efectos perniciosos no solo desde el ángulo de la justicia social, sino también desde el crecimiento económico, al deprimir la demanda interna. Por mucho que los empresarios hayan abaratado sus costes laborales o paguen menos impuestos, no invertirán ni crearán empleo si piensan que no van a vender sus productos.

      (...) Alemania practica una doble política: por una parte, en su propio país y en la Eurozona impone la deflación competitiva, con ajustes durísimos del gasto público y con condiciones laborales y sociales cada vez más precarias que están hundiendo la demanda interna de todos los países miembros. Y por otra, mantiene una política de euro fuerte que se revalúa frente a las otras monedas. Desde su creación en 1999, y por seguir la política impuesta por Alemania, EL EURO SE REVALORIZÓ hasta 2011 un 31% frente al dólar; 32% frente a la libra; 54% frente al rublo; 54% frente a la rupia; 10% frente al real brasileño; 70% frente al peso mexicano, etc. Hasta el yuan, que tenía ya en 1999 un tipo de cambio infravalorado, se ha depreciado un 21%.

      Hasta ahora, esta política les ha ido bien a los bancos y a las empresas alemanas (no así a los ciudadanos, que han visto deprimirse sus condiciones de vida), gracias a que la Unión Monetaria impide que el resto de países de la Eurozona puedan devaluar su moneda, pero es ALGO CATASTRÓFICO PARA LA MAYORÍA de estos últimos. Al tener anclado el tipo de cambio, no solo han perdido competitividad frente a Alemania, sino también frente a EE UU, Gran Bretaña, India, China, Rusia, Brasil, México, Sudáfrica, Tailandia, Singapur, etc."

      (de hoy, por JF Martín Seco)

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