jueves, 18 de octubre de 2012

Agur Jaunak: ¡siempre contigo, PABLO...!


"Ha habido personas que lucharon algún día, y son buenas. Hay otras haciéndolo todo un año, y son mejores. Hubo quienes habían luchado muchos años y son muy buenos. Mas tenemos, en fin, los que luchan toda la vida: estos son los imprescindibles", como tan bien dijo Bertold Brecht: eso es lo que al final nos recordaría en esta hora de las despedidas el querido y buen Amigo -"del País, y de Mérito"...- a quien, por afable naturalidad para la firmeza, casi sorprende denominar luchador pese a sus infatigados atarearse con generosidad hacia cuantos le rodeábamos.
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Pablo Beltrán de Heredia Iraurgui en el circo de Gredos
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No hace mucho aun que, compartiendo tenida de la veterana sociedad gastronómica Txoko Zar (plaza S. Nicolás) con su 'cuadrilla en Corte', nos avisaba pudorosos pesares por temer acaso quizás ya no poder seguir acompañándonos a las marchas del senderismo con el grupo montañero Madrilgo Mendi Elkartea... Pero sin embargo ello no le impidió andar después moviéndose todavía, bien poco hace, para llenar -junto a nuestra basca capitalina Euskal Etxea /Hogar Vasco- otra excursión hacia Las Edades del Hombre de Oña.

Este último año a nada faltaba, con ejemplar ánimo en pie, lo mismo para seriedades que hacia las irrelevencias o sinsorgadas por la mayor alegría compartida: entre otras cosas, presidió el jurado que cataba nuestros pinitos en el reciente I Concurso de pintxos, homenajeando a Maribel Mujika; recibió junto a todos aquella dedicatoria del aurresku de Moni  por el que se completaba homenaje a él destinado; continuó yendo a la Fiesta vasca /Euskal Jaia del Retiro, ultimísima secuela de aquella otra Madrilgo Euskal Astea/ 1ª Semana vasca en Madrid que también antes había inaugurado; en el Carnaval se nos disfrazó de mostachudo, cubana mente, siempre con Tuti...

Lo dejamos descansando, con un acto emotivo y rebosante de afectos cantados como correspondía, en la paz que guarda el madrileño sancta sanctorum del templo vascongado de San Ignacio; con unas pocas palabras -escuetamente breves, pero introductorias a la muy sabrosa entrevista que le había hecho ya este mismo año actual...- del hoy lehendakari en M. E. E. tras él: 

El pasado viernes 12 de octubre falleció Pablo Beltrán de Heredia Iraurgi, socio fundador de Euskal Etxea de Madrid, de la que fue presidente, y miembro de la Junta Directiva durante muchos años. Ha sido una gran pérdida, no solo para su familia y allegados, sino, también, para nuestra asociación y para el vasquismo en Madrid. Por eso, me permito dirigir estas líneas como recuerdo y homenaje póstumo a su irrepetible figura y obra.

Pablo dedicó más de media vida a impulsar y desarrollar el asociacionismo vasco en Madrid. A la fecha de su muerte, formaba parte muy activa de todas las asociaciones vascas en esta capital: era directivo de Txoko Zar; también miembro destacado de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, de la que fue delegado en corte y presidente (10 años), y que en diciembre de 2011 le distinguió como «Amigo de mérito»; y era presidente de la Real Congregación de Naturales y Originarios de las Provincias Vascongadas, propietaria de la iglesia de San Ignacio, en Madrid.

En Euskal Etxea lo fue todo, porque, además de intervenir directa y decisivamente en su fundación hace casi 40 años, hasta hace menos de dos años formó parte de la Junta Directiva, que presidió en 1985 y 1986. Es decir, desde que existe Euskal Etxea, Pablo ha sido uno de sus principales gestores, por no decir el más importante. Además era socio de las dos secciones de Euskal Etxea que tienen también su propio colectivo social: la Peña Athletic y Mendi Elkartea (de la que fue fundador).

Pero no solo se dedicó a la gestión directiva de Euskal Etxea; se puede decir que Pablo era nuestro socio más activo o participativo. No había actividad o acto social en la que no estuviera presente; incluso unos pocos días antes de su fallecimiento, cuando su debilitamiento era manifiesto, sacando fuerzas de flaqueza asistió el pasado 6 de octubre a «su» Euskal Jaia (he destacado el posesivo porque él fue quien tuvo la idea e iniciativa de organizar la Euskal Jaia de 2010, que fue la primera de las tres consecutivas que hemos organizado).

Pablo Beltrán de Heredia fue un gran vasco y una gran persona; lo sabemos muy bien todos los que tuvimos la fortuna de conocerlo y tratarlo. En enero del corriente año y con motivo de que le fuera concedida la Insignia de Oro de esta Euskal Etxea, tuve el placer de mantener una agradable conversación con él, a modo de entrevista recogida bajo el título Pablo Beltrán de Heredia Iraurgui, Insignia de Oro de Madrilgo Euskal Etxea, en la que se hace un somero repaso a la vida y obra de Pablo.

Aunque ya lo he hecho personalmente, quiero enviar, en nombre de nuestro colectivo social, un fuerte abrazo a su viuda, Tuti, a sus hijos y a toda su familia, asegurándoles que Pablo Beltrán de Heredia siempre estará presente en nuestro recuerdo. Nos ha puesto el listón muy alto; confiemos en que, entre todos, seamos capaces de continuar su obra. Goian bego.

Agur bero bat.
(Julio Elejalde: EUSKAL ETXEA DE MADRID, Presidente)
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