miércoles, 27 de junio de 2012

El que avisó no es traidor, sino Premio Nobel = antes de "La Gran Recesión"… (Paul Krugman)

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El profesor está por aquí ahora de visita, para debatir sin miedos, tras haber causado polémica reiterada con sus comentarios respecto a la ruina del Reino de España y consiguientes riesgos. Pero para poner en justa dimensión las capacidades de su augurio prospectivo, conviene remontarse un poco más atrás recuperando un breve suelto que publicábamos hace ya 4 años al respecto de la tan manida Crisis (por entonces negada desde alto vocerío mediático de aquellos mejorpensantes gurús que, sin casi ninguna excepción, aun tildaban como 'derrotistas' e incluso 'antipatriotas' a cuantos desmintieran cualquier 'cuento de la leche'... con tantísima sedicente 'vaca gorda' en paradisíacos bienestares) tras el Euro...  

 

< <  Del recién galardonado como Nobel en Economía, Paul Krugman, son bien conocidas hoy sus dos últimas tomas de postura principales, tanto contra los planes –Bush&Paulson, ‘Del dinero a cambio de basuras‘- para rescatar al sistema financiero norteamericano… como aplaudiendo una receta europea de emergencia –‘Gordon lo ha hecho bien’- con la (posteriormente copiada también por Estados Unidos y, en contra de lo que sostenía nuestro Gobierno inmediatamente antes, de igual modo ya para este Reino de España…) nacionalización parcial bancaria.

No obstante, resultaría de la mayor actualidad rescatar además algunas otras citas literales de cuanto nos había dejado tan bien escrito –¡10 años atrás!- con muy premonitoria obra, en su día inspiradora cuando en 2000 anduvimos preparando los Manifiestos fundacionales ante la naciente plataforma de ATTAC-Madrid [*].‘The return of Depression economics’, New York /London, 1999 [**]:

…El tema de este libro es tan nuevo –la fase más ‘caliente’ de crisis tan sólo empezó con una devaluación del ‘baht’ de Thailandia en julio de 1997- que incluso tal fenómeno todavía no ha adquirido ningún nombre generalmente aceptado. En las primeras fases fue sugerida toda una variedad de metáforas tomadas del mundo de las enfermedades: la ‘gripe asiática’, el ‘contagio asiático’, el ‘bahtulismo’ (mi propia contribución)… pero se ha visto cada vez con más claridad que aunque su daño se haya concentrado en Asia (hasta ahora), no era simplemente ninguna historia de allá: si algo como ello pudo suceder en los países que el Banco Mundial describía en 1993 aún como dechados de ‘ortodoxias pragmáticas’, los cuales habían tenido ‘un éxito notable en la creación y mantenimiento de su estabilidad macroeconómica’, ¿quién sabe cuál pueda ser el próximo país...?

A veces se ha hecho referencia a esto como una ‘crisis del mercado emergente’; pero Japón, cuyo tamaño representa el doble del conjunto de la economía en los demás países afectados, hace mucho que ya ‘emergió’. Un libro publicado por George Soros el pasado otoño (y editado en el Reino Unido como ‘The Crisis of Global Capitalism’) se titula ‘The World Financial Crisis’; pero sus acontecimientos han ido mucho más allá del ‘mercado financiero’ e incluso, cuando éste recupere la calma, los efectos reales de la crisis –el daño al crecimiento, a los empleos y a su nivel de vida- persistirán. Es por ello por lo que propongo otro nombre: la Gran Recesión […]

En los últimos años las economías de 7 países que concentran una cuarta parte de la producción mundial han experimentado recesiones económicas que tienen una misteriosa semejanza con la Gran Depresión de los años treinta. Igual que entonces, la crisis ha surgido de súbito en medio de un cielo despejado, mientras la mayoría de los entendidos seguían prediciéndonos un auge continuado, incluso cuando la recesión tomó fuerza. Como entonces, los remedios económicos convencionales han demostrado ser ineficaces, y perjudiciales tal vez. El hecho mismo de que algo semejante pueda ocurrir en nuestros días debería causarle hoy escalofríos a cualquiera que tenga sentido de la historia […]

La pregunta es, por lo tanto, si Europa y Estados Unidos pueden encontrarse en semejantes apuros; los países del Primer Mundo, ¿somos vulnerables? Y la respuesta es que, si le pudo pasar a Japón, nos puede pasar a nosotros (la economía estadounidense, de hecho, se acercó peligrosamente a una catástrofe ya en el otoño de 1998)… Es fácil contar historias sobre cómo todos nosotros podremos convertirnos en japoneses. El crecimiento de Europa se ralentiza y está muy cerca de una deflación real: ¿qué sucederá si el BCE espera... hasta que esa deflación se haya integrado en la inflación, antes de reducir sus tipos de interés? La Bolsa en Estados Unidos ha subido a unos niveles que parecen ya muy difíciles de justificar; ¿podría otro ‘crash’ deprimir tanto la demanda de los consumidores como para que ni el FED pueda compensar sus efectos? […]

Aunque la depresión en sentido propio no haya vuelto, una economía de la depresión –los tipos de problemas que caracterizaron buena parte de la economía mundial en los años 30, pero que no se habían vuelto a ver desde aquel entonces- se ha reinstalado de una forma pasmosa. Hace solo 5 años era muy difícil que alguien pensara que los países modernos se verían obligados a soportar recesiones apabullantes por temor a especuladores monetarios; que un gran país avanzado podría verse con persistencia incapaz de generar gasto suficiente para mantener los empleos de sus trabajadores y fábricas; o que incluso la misma Reserva Federal de los estados Unidos en américa se preocuparía por su capacidad para contener un pánico del mercado financiero. La economía mundial se ha convertido en un lugar mucho más peligroso de lo que imaginábamos […]

¿Qué quiere decir que la Economía de la depresión ha vuelto? Esencialmente significa que, por primera vez en 2 generaciones, los fallos de la economía por el lado de su demanda –gastos privados con insuficiencia para utilizar toda la capacidad productiva disponible- se han convertido en una limitación, clara y actual, de la prosperidad para grandes partes del mundo… Nosotros –y me refiero a los economistas mas también a responsables de la política o al público en general- no estábamos preparados para esto […]
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¿QUE ES LO QUE HOY ESTÁ EN JUEGO?
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El riesgo más inmediato sobre vuelta de una economía de la depresión es hoy, por supuesto, la posibilidad de que aun siga el malestar propagándose: que Argentina, o Sudáfrica, o Turquía, o (¡Dios nos ayude!) China se añadan a la lista de bajas; que la deflación en Europa u otro ‘Crash’ bursátil en Estados Unidos generen condiciones al estilo japonés para todo el mundo desarrollado […]

Incluso ahora, hay todavía muchas lumbreras que no aceptan esta idea de que la reciente serie de crisis económicas pone de manifiesto un verdadero 'problema del sistema'. En lugar de ello, señalan la debilidad de cada uno de esos países y errores en las políticas de sus líderes. Los bancos de Japón eran demasiado imprudentes, los gobernantes de Indonesia demasiado corruptos, los déficits presupuestarios de Brasil demasiado grandes. Sigan las políticas correctas, que harán la cosa bien... Y sin ninguna duda, todo país que ha padecido los problemas de la economía de la depresión, aunque fuese ampliamente elogiado por las políticas que aplicaba antes de que las cosas fueran mal (y muchos de estos países lo fueron), ha resultado tener, después de un análisis más riguroso, graves defectos. Pero uno tiene que tener siempre cuidado con el tipo de intervenciones que lleve a cabo.

Imaginemos algún tramo de autopista que recientemente ha sido escenario de cierto número anormal de accidentes. En casi todos los casos se encontrará un factor casual: el conductor había bebido en demasía, sus neumáticos estaban ya desgastados, reaccionó mal ante un deslizamiento, etc. Sin embargo, aunque excepcionalmente haya malos conductores, ello no absuelve a la carretera: es menos probable que los mejores tengan accidentes en cualquiera, pero las buenas carreteras no exigen ninguna perfección a sus usarios. Y, de modo semejante, un buen sistema económico no tiene por qué exigir políticas 'perfectas' de su gente tampoco […]

Digámoslo así: si Estados Unidos (que con mucho ha sido despreocupadamente próspero casi tanto como Asia y Latinoamérica son castigadas) tuviera que ir también a menos, podemos estar completamente seguros de que después de producirse tal hecho las lumbreras explicarán con todo lujo de detalles la causa de que hayamos merecido nuestro destino. Por supuesto, todos aquellos ‘hedge funds’ sin regular, entradas de pequeños inversionistas mal informados en una especulación de alto riesgo, el exceso de disponibilidad del crédito al consumo y la tasa de ahorro nula resultante nos estaban anunciando los desastres que cabía esperar.

Lo que es particularmente penoso en las crisis económicas de los 2 últimos años es que en general los países atrapados en ellas estaban siguiendo, según toda la información, mejores políticas de las que habían seguido en el pasado. Como dijo un abatido brasileño: ‘No hemos tenido nunca un Gobierno tan responsable, el entorno no fue nunca mejor para los negocios; ¿por qué nos pasa esto?’. Y eso era antes de la catástrofe de enero […]

Pero la teoría está completamente equivocada. Hubo excesos; muchas inversiones tendrán que perderse, aunque las economías se recuperen. Sin embargo, no existirá ninguna buena razón por la que dichas inversiones equivocadas del pasado tengan que dejar a trabajadores perfectamente buenos en el paro, y a fábricas perfectamente útiles en la ociosidad. Si la Bolsa de los Estados Unidos se derrumba mañana, nadie esperaría que Alan Greenspan protegiese a los accionistas frente a sus pérdidas; pero podríamos y deberíamos acusarle de negligencia si no hace todo lo posible para evitar que aquellas pérdidas de valores ocasionen un desempleo masivo […] Hasta que Brasil explotó, por entonces, los funcionarios de Washington y en otras partes comenzaban a manifestar una peculiar satisfacción. Corea parecía haber superado lo peor; Japón mostraba signos de cierto crecimiento; veamos, sus políticas estaban funcionando. Eso era como decir que el programa de seguridad en las autopistas funciona porque la mayoría de las víctimas en accidentes sobreviven e incluso logran caminar de nuevo. Nos queda largo trecho por delante para que podamos afirmar que hemos terminado con un resurgimiento de la economía de la depresión..
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¿QUÉ SERÁ LO QUE DEBEMOS HACER DE MODO DIFERENTE?
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Estados Unidos y Europa no se encuentran aún atrapados, por lo general, en ninguna falta de liquidez, de manera que su preocupación debe ser cómo evitar caer en una. La medida de precaución más evidente consiste en asegurarse de que la inflación no sea demasiado baja cuando los tiempos vengan buenos […] Según ese criterio, quiero esperar que cuando salga este libro el Banco Central Europeo hubiere actuado enérgicamente para reducir los tipos y estimular un crecimiento; si no lo hace, la ‘trampa de la liquidez’ podría estar reclamándose otras víctimas.

A largo plazo sería una buena idea intentar reducir alguna de las vulnerabilidades ya puestas de manifiesto por los recientes acontecimientos del mercado. El susto de los ‘hedge funds’ nos reveló que los mercados financieros modernos, creando muchas instituciones que desarrollan funciones semejantes a las de los bancos pero sin sacar en cambio ningún provecho por redes de seguridad del tipo bancario, han redescubierto en efecto una posibilidad actual de pánicos financieros tradicionales. Intentemos descifrar ‘quién debe a quién’, y construir algunos ‘nuevos cortafuegos’ antes de que la crisis ataque de nuevo […]

No me gusta la idea de que los países tengan que interferir en sus mercados, que tengan que limitar un libre mercado para salvarlo. Pero es difícil ver que cualquiera que haya estado atento pueda insistir todavía con que no es preciso hacer nada por el estilo; o sobre que los mercados financieros siempre recompensarán la virtud y sólo castigarán el vicio… Pocos días antes de escribir esto, un desesperado presidente Cardoso rechazaba la idea de ‘controles al capital’, insistiendo en que imponerlos sería renunciar a las esperanzas del Brasil para convertirse en un país de ‘primera clase’. Esta afirmación llegó cuando ya los periódicos financieros estaban especulando con que se podría no pagar su deuda, incluso declarándose un día festivo en la Banca, y cuando los pronosticadores se estaban planteando aumentar sus estimaciones para la caída esperada del PIB nacional […]

Sin embargo, aún más importante que el orgullo como obstáculo para una acción prudente es el prejuicio: me refiero a la adhesión por demasiadas personas influyentes a ciertas opiniones ortodoxas sobre política económica que ya no son relevantes en nuestro cambiante mundo […] Y eso nos lleva al sentido más profundo que subyace en la vuelta a economías de la depresión: se supone que la expresión económica genuina es ‘no hay nada, de comida, gratis’; ella nos dice que los recursos son limitados, que para tener más de una cosa usted tiene que aceptar menos de otra y que no hay ganancia sin dolor.

No obstante, una economía de la depresión es el estudio de situaciones en las que ‘sí hay, alguna, comida gratis’, sólo si podemos resolver cómo echarle mano, porque hay recursos ociosos que podrían ponerse a trabajar. En 1930, John Maynard Keynes escribió: ‘nos hemos metido en un desorden colosal, cometiendo errores garrafales al control de una máquina delicada, cuyo funcionamiento no entendemos’. La verdadera escasez en su mundo –¡y la nuestra!- no era, por tanto, de recursos; ni siquiera de virtud, sino ... de inteligencia.

En definitiva, no llegaremos a la comprensión de lo que necesitamos a menos que estemos dispuestos a pensar con claridad sobre nuestros problemas y seguir esos pensamientos hasta dondequiera que nos lleven… Algunas personas dicen que los problemas de Japón, del Asia emergente, de Brasil, son estructurales, y que no existe ningún remedio rápido; pero creo que los únicos obstáculos estructurales importantes para la prosperidad del mundo son aquellas doctrinas obsoletas de las que están atiborradas las mentes de los hombres.”  

* [ ver más en www.attacmadrid.org/d/1/dossiert.pdf y www.attacmadrid.org/informacion.php ]

** [ trad: ‘El retorno a la Economía de la Depresión’, Ed. Crítica, Barcelona, 2000 ]
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¡Salud!  > >
[ sobre ‘Krugman, último Nobel: de La Gran Depresión…’ ( transcrito en el Obse.RB.A/M ), PGP-16.10.2008 ]

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7 comentarios:

  1. Paul Krugman y Richard Layard publicaron, el pasado jueves 28.06.2012 en 'Financial Times', un manifiesto al que se suman cada vez más voces en www.manifestoforeconomicsense.org =

    “Más de 4 años después de que se iniciara la crisis financiera las economías de los países más avanzados del mundo permanecen profundamente deprimidas, en una escena que recuerda la de los 1930. La razón es simple: estamos dependiendo de las mismas ideas que gobernaron la política durante aquella década. Tales ideas, desde entonces largamente refutadas, contenían profundos errores acerca de las causas de la crisis y su naturaleza y la respuesta apropiada.

    Estas ideas habían enraizado en la conciencia pública proporcionando argumentos para la excesiva austeridad de las políticas fiscales en muchos países. Así que es éste un momento ya maduro para un manifiesto en el que los economistas ofrezcan al público un análisis basado en la evidencia de nuestros problemas.

    LAS CAUSAS. Muchos políticos insisten en que la crisis fue causada por irresponsables políticas de endeudamiento público. Con muy pocas excepciones-tales como Grecia- esto es falso. Ocurrió al revés, las condiciones que propiciaron la crisis fueron el excesivo endeudamiento del sector privado y el apalancamiento de los bancos. El estallido de esta burbuja condujo a la fuerte caída de la producción y consecuentemente de los ingresos fiscales. En estos momentos los déficits de los gobiernos son la consecuencia de la crisis, y no la causa.

    LA NATURALEZA DE LA CRISIS. Cuando la burbuja inmobiliaria explotó a ambos lados del Atlántico, muchos agentes privados redujeron el gasto en un intento de pagar sus deudas pasadas. Esta es una respuesta racional del sector privado, que se ha demostrado colectivamente autodestructiva, porque el gasto de una persona es el ingreso de otra. El resultado del colapso del gasto agregado ha sido la depresión económica que ha empeorado el endeudamiento público de los gobiernos.

    LA RESPUESTA APROPIADA. En un momento en el que el sector privado está comprometido en un esfuerzo colectivo de gastar menos, las políticas públicas deberían de actuar como fuerzas estabilizadoras, tratado de mantener el gasto. Cuando menos, no deberíamos empeorar las cosas con recortes en el gasto público o incremento de los impuestos sobre las personas.

    EL GRAN ERROR. Después de una buena respuesta en el primer momento, fase aguda de la crisis, las políticas tomaron un enfoque equivocado sobre los déficits de los gobiernos, argunentando que el sector público debería de tratar de reducir sus deudas al unísono con el sector privado. En lugar de jugar un papel estabilizador, la política fiscal acabó reforzando los efectos depresivos de los recortes de gastos del sector privado. Frente a un schok menos severo, la política monetaria podría haber tomado el relevo, pero con tipos de interés cercanos a cero, la política monetaria no puede hacer el trabajo completo. Debe haber, por supuesto, un plan a medio plazo de reducción de los déficits. Pero si es demasiado intenso puede ser fácilmente autodestructivo, abortando entonces la recuperación. Una prioridad fundamental es la reducción del desempleo antes de que se torne endémico, haciendo la recuperación y la futura reducción del déficit incluso más dificultosa.

    ... ... (continuará) - - - >

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  2. - - - > (continúa)


    ¿Cómo responden aquellos que utilizan la respuesta ortodoxa a la nuestra? Básicamente utilizan dos argumentos:

    EL ARGUMENTO DE LA CONFIANZA. Su primer argumento es que los déficits de los gobiernos incrementarán los tipos de interés e impedirán la recuperación. Por el contrario la austeridad aumentará la confianza e impulsará la economía.

    Sin embargo, no hay ninguna evidencia en favor de este argumento. A pesar de los elevadísimos déficits, los tipos de interés permanecen inusualmente reducidos en los países avanzados donde existen bancos centrales de comportamiento normal. Los tipos de interés son sólo altos en países de la eurozona donde al BCE no se le permite actuar como prestamista de último recurso. En el resto de lugares el Banco Central puede siempre, si es necesario, capitalizar el déficit, relajando el mercado de bonos.

    La experiencia muestra que no hay casos relevantes en los que los recortes presupuestarios hayan generado realmente incremento de la actividad económica. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha estudiado 173 casos de recortes presupuestarios en países concretos y encontró que los resultados consecuentes son los de la contracción económica. Lo que ocurrió fué lo siguiente: que los países con mayores recortes habían experimentado las mayores caídas del PIB.

    En realidad, ahora podemos comprobar que los recortes presupuestarios no infunden confianza en el mundo de los negocios. Las empresas sólo invierten cuando esperan suficientes clientes, con suficientes ingresos. La austeridad desanima la inversión.

    EL ARGUMENTO ESTRUCTURAL. Un segundo argumento contra las políticas de expansión de la demanda es que la producción se encuentra constreñida del lado de la oferta por razones estructurales. Pero si esta teoría fuese cierta alguna parte de nuestras economías, o de algunas ocupaciones deberían de estar en muchos países a pleno rendimiento, lo que no es el caso. De modo que el problema debe de ser una debilidad general del consumo y de la demanda.

    En los 1930 se utilizaba el mismo argumento estructural contra las políticas proactivas del gasto en USA. Pero cuando el gasto se incrementó entre 1940 y 1942, el PIB creció en un 20%. De manera que el problema en los 1930 era la escasez de demanda y no de oferta.

    Como resultado de sus equivocadas ideas muchos políticos occidentales están infligiendo sufrimientos masivos a sus ciudadanos, aunque estas ideas que ellos abrazan para gestionar las recesiones, fueron rechazadas por casi todos los economistas después de los desastres de los 1930. Es trágico que, en estos momentos, las viejas ideas hayan vuelto a enraizar.

    Las mejores políticas será distintas de un país a otro y precisarán de muchos debates. Pero deben de estar basadas en un análisis correcto del problema. Nosotros urgimos, por tanto, a todos los economistas y a cuantos estén de acuerdo con lo fundamental de esta manifiesto por el sentido económico, registren online su acuerdo (www.manifestoforeconomicsense.org) con el mismo y manifiesten de modo argumentado la necesidad de algunas aproximaciones más razonables. El mundo sufre cuando los hombres y las mujeres responden con el silencio a lo que ellos creen que está equivocado”

    . (Paul KRUGMAN & Richard Layard, FT, 28/6/12)

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  3. Al citado KRUGMAN esta mañana en 'El Pais' lo entrevistó Alicia Glez. =

    - Imagine que soy un ahorrador español, ¿qué debo hacer con mi dinero?
    - ¡Dios mío! No quiero ser responsable de LOS AHORROS de nadie. Pero hay una posibilidad real de que el euro se rompa. Lo impensable es ahora posible. Obviamente no daría un consejo concreto, pero es una situación muy complicada y podría ser que algunas personas perdieran parte del valor de sus ahorros. No creo que estemos hablando de una situación catastrófica, pero tampoco de nada bueno.

    - ¿Qué probabilidad le otorga a la RUPTURA DEL EURO?
    - Aún pienso que es menos probable que su salvación, pero por poco margen. Antes creía que la probabilidad era de uno contra cinco y ahora creo que es el doble, un 40%, porque la distancia entre lo que tendría que hacerse para salvar el euro y lo que la política ha puesto por ahora encima de la mesa es todavía muy grande.

    - ¿Y aún ve la posibilidad de un CORRALITO en España?
    - Eso se enmarcaría en una ruptura del euro. No pretendía montar tanto barullo cuando lo dije Es algo que se aplicaría hasta que se introdujera la nueva divisa. Pero no es algo que vaya a pasar así como así:
    http://krugman.blogs.nytimes.com/2012/05/13/

    - ¿Le afectaron las críticas del Gobierno español?
    - Es normal que un Gobierno no quiera que un economista provoque pánico, yo no lo pretendo tampoco, pero tampoco quiero ser deshonesto. Por supuesto, un GOBIERNO siempre dirá que esto nunca va a ocurrir. Es una de las reglas de las devaluaciones, se niega hasta que sucede. Estoy seguro de que el Gobierno no tiene intención de hacer nada de esto y que todo el mundo quiere seguir perteneciendo al euro y salvarlo. Pero también espero que alguien esté haciendo planes de contingencia. La situación es muy difícil.

    - Ha dicho que ve POCAS DIFERENCIAS entre las políticas de Rajoy y las de Zapatero.
    - Creo que hubieran hecho cosas muy distintas con un superávit de las cuentas públicas pero no en una situación como la actual. Parecía que iba a llegar Rajoy y se iba a solucionar todo, y lo cierto es que no ha cambiado las políticas del anterior Gobierno porque ambos tienen poco margen de maniobra.

    - ¿Cree que el rescate a la banca que ha solicitado España será suficiente o hará falta más?
    - España necesita un RESCATE de su sector bancario y necesita que se haga bien. Lo que pasó hace tres semanas fue un desastre, tanto que empeoró las cosas. El acuerdo de la reciente cumbre europea sí se parece más a un rescate para los bancos en problemas, los riesgos se comparten y no son asumidos en solitario por el Gobierno español, pero no resuelve el problema. Tampoco creo que un rescate soberano sea la respuesta, basta con ver lo que ha sucedido en Grecia o en Irlanda, donde no se ve atisbo de recuperación. Ni siquiera creo que haya recursos suficientes para un rescate a la griega de España. Lo que España necesita es un cambio en la política macroeconómica europea, que el BCE compre bonos para reducir los tipos. España no está en situación de decir “vengan a rescatarnos”, sino que necesita que cambie la política monetaria.

    - ¿Económica también?
    - Básicamente política monetaria. El BCE es el único que tiene herramientas suficientes para actuar. España tiene la desventaja de ser demasiado grande para ser rescatada, al estilo de Portugal, pero tiene la ventaja de que si ESPAÑA no tiene éxito, el euro tampoco. Así que el destino de España es el destino del euro.

    [Sigue]...

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  4. ...[Continuación]

    - ¿Los últimos acuerdos de la Unión Europea lograrán salvar al euro?
    - Ha sido una CUMBRE mejor que las anteriores. La propuesta bancaria tiene sentido y, hasta donde sabemos, el resto de los acuerdos parecen razonables. Pero sobre todo dejan de limitar el foco de la UE a la austeridad. Aunque estos pasos están lejos de ser suficientes, son apenas un 5% de lo que se necesita hacer. A no ser que haya más medidas, el euro no se habrá salvado.

    - Acaba de presentar un MANIFIESTO en favor del sentido común económico.
    - La idea es que hay que hacer algo para contrarrestar la austeridad. Los hogares tienen que reducir su deuda y el Gobierno español no puede lanzar una política de estímulos en este momento. Alemania podría y debería hacerlo y el BCE debería facilitar liquidez tanto a los Gobiernos como a la economía en general para provocar un aumento de la inflación. El problema esencial de la economía española, de la banca, es que se produce un agujero por el estallido de la burbuja inmobiliaria y eso hay que compensarlo con menor déficit comercial. No es una estrategia fácil. Irlanda lleva dos años y medio aplicando esa estrategia y parece claro que no va a funcionar.

    - ¿Servirá de algo el plan de CRECIMIENTO de la UE?
    - Es un paso en la buena dirección, aunque apenas supone el 1% del PIB. Quizás pueda reducir alguna décima la tasa de paro de la UE, pero nada más. De todas formas, no creo que se pueda hacer mucho por el lado fiscal, al contrario que en EE UU. En España, el buen desempeño fiscal de antes de la crisis fue, en buena medida, gracias a la burbuja, así que ahora tiene que hacer un fuerte ajuste para atajar el déficit fiscal estructural, aunque quizás no tan rápido. No sabemos si eso funcionará, pero es la única bala.

    - ¿Debería elevar el BCE su objetivo de INFLACIÓN?
    - Claramente. En un mundo ideal debería estar en el 4%, como sugiere el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, pero el 3% no está mal. El objetivo actual del 2% es, en realidad, un techo, así que los mercados interpretan la meta de estabilidad en torno al 1%, que no es aceptable. Ahora no es posible un objetivo inferior al 3% durante los próximos cinco años.

    - ¿Pone EUROPA en peligro a la economía mundial?
    - Sin duda, aunque a nadie le va bien, ni a los emergentes. Estados Unidos solo tiene mejor escenario por comparación con Europa. Mi tesis es que hay dos problemas estructurales que hay que atajar: uno es Europa, que tiene una moneda común, sin un Gobierno común; y otro, EE UU, donde uno de los dos principales partidos está literalmente loco. Y esa combinación hace que la recuperación sea muy difícil.

    - Usted defiende que hay crecientes parecidos con los años 30 de la GRAN DEPRESIÓN.
    - Creo que cada vez es más obvio que Europa se asemeja mucho a aquella época e incluso algunas economías europeas están peor en términos de PIB o paro de lo que estaban en los años 30. EE UU está prácticamente igual, España está sustancialmente peor e Italia, también. No así Alemania, pero aquella fue una época terrible para ese país. Y la incapacidad para responder de forma efectiva es muy similar. El escenario político no es tan malo como en los años 30, pero estamos viendo un aumento del extremismo, así que los paralelismos son muchos.

    - ¿No hemos aprendido ninguna lección?
    - Creo que hemos aprendido que no era una buena idea dejar caer al sistema bancario y hemos evitado el gran colapso financiero de 1931 aunque, viendo lo que está haciendo Europa, es difícil estar seguro incluso de eso. El resto es aterrador. Los discursos de David Cameron o de Angela Merkel son muy parecidos a los de Herbert Hoover en 1932. Así que ahí no hemos aprendido nada."

    [KRUGMAN, en '¡Acabad ya con esta CRISIS!']

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  5. Se dice que hay metido un excesivo desánimo y que la gente no consume ni aun lo que podría. Pero la realidad es peor que lo contado; osea que, mientras no se planifican sino recortes, lo grave es hasta qué punto está ya recortada por demás la renta.

    Acaba de difundirse la grave noticia por EFE:

    "LOS HOGARES (... y las instituciones, sin ánimos de lucro, a su servicio) GASTARON YA MÁS DE LO QUE INGRESARON en el primer trimestre del año, lo que no había ocurrido antes nunca desde que el Instituto Nacional de Estadística (INE) inició en el año 2000 su elaboración trimestral de la Contabilidad Nacional.

    Entre enero y marzo últimos pasadoso, la Renta disponible de los hogares y las instituciones disminuyó el 1,3 % en tasa interanual, hasta los 165.838 millones de euros; en tanto que su Consumo final creció el 2,1 % y sumó 166.491 millones de euros, según los últimos datos publicados hoy por el INE"

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  6. Ayer por la tarde daba una Conferencia el Nobel economista Paul Krugman en la Fundación Del Pino, sobre las famosas CRISIS Y SUS BURBUJEOS por Endeudamiento; estábamos arremolinados en la entrada del 39 de la madrileña calle Rafael Calvo semiesquina con Fortuny cuando vimos algo, paradigmático respecto de RECORTES que nunca practican las gobernanzas de nuestros liberales próceres.

    Desde portal muy cercano entre Miguel Ángel y Fortuny mas en fachada también a otra manzana de Rafael Calvo correspondiente a esas alturas de pares por el 40, o sea casi justo enfrente, rodeado de guardaespaldas salió el Concejal Pedro L. Calvo Poch y se introdujo en súper Prius con lunas tintadas oficial QUE COSTEAMOS para seguir los escasos metros precisos hasta bajarse ante puertas del Acto.

    Salud,
    Moi

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  7. Parece que a KRUGMAN ya no se le vería tan excéntrico. Este fin de semana leímos:

    "Hubo buenas noticias en la última Cumbre de la UE: los líderes europeos entendieron que finalmente no va a funcionar la operación circular por la que Europa presta dinero a los Bancos para salvar a los fondos soberanos, y a los fondos soberanos para salvar a la Banca. Ahora reconocen que los préstamos de rescate que dan al nuevo acreedor un mayor orden de precedencia sobre los demás empeoran la situación de los inversores privados, que reaccionarán simplemente exigiendo tasas de interés todavía más altas.

    No deja de ser profundamente preocupante el que las autoridades europeas se hayan demorado tanto en ver algo tan obvio (y evidente hace más de una década y media en la crisis del este asiático). Pero lo que falta en el acuerdo es aún más significativo que lo que ya hay. Hace un año, los líderes europeos reconocieron que Grecia no iba a poder recuperarse sin crecimiento y que el crecimiento no puede lograrse únicamente con austeridad. Y sin embargo, es poco lo que se ha hecho para corregir el asunto.

    Lo que se propone ahora es la recapitalización del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que forma parte de un paquete de crecimiento de alrededor de 150.000 millones de dólares. Pero los políticos son buenos para el reenvasado y, según algunas versiones, el nuevo dinero es una pequeña fracción de esa cantidad, e incluso eso no entrará en el sistema de inmediato. En resumen: los remedios (demasiado escasos y tardíos) se basan en un diagnóstico errado del problema y en análisis económicos defectuosos.

    La esperanza es que los mercados premien la virtud, que se define como austeridad. Pero los mercados son más pragmáticos: si, como es casi seguro el caso, la austeridad debilita el crecimiento económico y, por tanto, socava la capacidad de pago de la deuda, las tasas de interés no se reducirán. De hecho, la inversión caerá en una viciosa espiral descendente que ya ha comenzado en Grecia y España (...)

    El euro estaba viciado desde el principio, pero estaba claro que las consecuencias quedarían en evidencia solamente en una crisis. Política y económicamente, nació con las mejores intenciones. Se suponía que el principio de un mercado único promovería la distribución eficiente del capital y el trabajo.

    Pero los detalles tienen su peso. La competencia fiscal significa que puede que el capital no vaya a donde sea más alta su rentabilidad social, sino a donde puede encontrar las mejores utilidades. El subsidio implícito a los bancos significa que los de Alemania tienen una ventaja sobre otros. Los trabajadores pueden emigrar de Irlanda o Grecia, no porque su productividad sea más baja, sino porque, al hacerlo, pueden escapar del endeudamiento contraído por sus padres. El mandato del Banco Central Europeo (BCE) es garantizar la estabilidad de los precios, pero hoy la inflación está lejos de ser el problema macroeconómico más importante de Europa.

    A Alemania le preocupa que, sin una supervisión estricta de los bancos y los presupuestos, termine teniendo que pagar las cuentas de sus vecinos más derrochadores. Pero ese no es el punto clave: España, Irlanda, y muchos otros países en dificultades tenían superávits presupuestarios antes de la crisis. La crisis dio origen a los déficits, y no al revés (...)

    El enfoque europeo de ganar tiempo no puede funcionar indefinidamente. No es solo la confianza en la periferia de Europa lo que se está perdiendo. También comienza a ponerse en duda la supervivencia del euro mismo."

    [Joseph E. STIGLITZ, Nobel de Economía]

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