miércoles, 17 de agosto de 2011

Pero, entonces, ¿qué pretendemos aquí ahora?

.
.

PEOR no cabe hoy hallar que siga yendo Estado miembro ninguno, en la UE, ni entre los de mayores Republicanismos u otros que son Reinos ni donde gobiernan menos las ideas de lo Socialista o hasta con pleno Liberalismo... Esto es, que cualesquier soluciones deben pasar por algo menos burdo que un tan solo alinearse con respecto de dichos 'etiquetarnos'. Y hemos, por lo tanto, de falsarlas con dato ya realmente comprobable en el actual Reino de ESPAÑA.


Hace ya más de dos años que difundíamos un 'post', sobre conclusiones de Luis Toharia (25/5/09) y Juan F. Jimeno (15/6/9) -'¿Reforma Laboral? Las Empresas apuestan, hoy, muy masivamente por empleo de cortísima duración' (17/6/09)- citando último artículo de Valverde en 'Expansión' junto con otro par de textos propios del trimestre previo -'Contra Paro, aquí hoy: ¿rebajar finiquitos en Despido céntimos del €/día? ¡De gilipuertas e insaciables!' (7/5/09) por un lado, y 'Empleo Fijo repartido con Jornadas Parciales:¿por qué no copiar, aquí Ya, esa receta simple a quienes de toda la UE tienen el Menor Paro?' (6/3/09) por otro- editados en fechas inmediatas antes y después a la del 'Manifiesto de 100 economistas (Propuestas para la reactivación laboral en España)...' encabezado por Javier Andrés, Samuel Bentolila, Juan J. Dolado y Florentino Felgueroso (30/04/09) cuyo planteamiento se basa -como nos explicaba uno de sus promotores, el holandés prof. Marcel Jansen- en 'una serie de reformas a realizar con tiempo razonable, que sienten bases para salir de la crisis...' (21/7/09) sustentado sobre cuatro pilares básicos, el primero de los cuales consistiría en 'eliminarse la temporalidad laboral...' (5/2/10), que luego incluso ha dado pie hasta otro pronunciamiento -'Por una verdadera reforma laboral: promotores del Manifiesto de los 100' (10/6/10)- insistiendo en la misma idea contra todas las propuestas desde la CEOE que finalmente fueron recogidas por Valeriano Gómez y Rguez. Zapatero en el Decreto de reforma laboral aprobada desde Gobierno reputado del PSOE...


¡Entonces todos -incluso a pesar de nuestras abisales diferencias...- coincidimos tratando del cómo evitar que llegasen al 20% nuestras tasas de Paro; mas aun ahora, con 21%, ni el partido gubernamental (dicho de 'socialistas'...) ni sus principales opositores (con 'populares'...) hacen caso ninguno al asunto tan claro que les hemos propuesto!
.

1 comentario:

  1. Parece que la única estrategia del Gobierno español durante la crisis consiste en afirmar que España no es Irlanda ni Grecia ni Portugal. Bien es verdad que no es original... Pero las semejanzas son lo bastante grandes para aconsejar que todas estas naciones se hubiesen unido en una estrategia común en lugar de adoptar la postura de 'tonto el último'. Todos ellos pertenecen a la Eurozona y carecen, por tanto, de moneda propia y de un banco central que los respalde. Su pertenencia al euro les ha permitido un fuerte endeudamiento, ya sea público o privado, que durante largos años les dotó de una apariencia de prosperidad, aunque asentada sobre una burbuja especulativa que antes o después tenía que explotar.

    De forma generalizada, han adoptado también una política económica neoliberal: desregulación de los mercados, privatizaciones, reducción de impuestos, cambios en la distribución de la renta en contra de los costes laborales y a favor del excedente empresarial, liberalización del sistema financiero, etc. Irlanda seguramente habrá sido el país que arrancaba de un escenario peor y, a la vez, el que adoptó más plenamente los principios neoliberales y se entregó con más afán a la desregulación y a la especulación, hasta ser el ejemplo para los adictos del neoliberalismo económico.

    Irlanda supo aprovechar todos los resquicios que la Unión Europea le brindaba. Fue el Estado que más recursos recibió de los fondos comunitarios, alrededor de 4 % del PIB cuando España se situaba en el entorno del 1 %. Y no tuvo ningún empacho en practicar dumping fiscal, social y laboral con tal de atraer capital e inversiones, consiguiendo que gran número de multinacionales se asentasen en su suelo. Se airea que tiene el impuesto de sociedades más bajo de toda la Unión, 12,5 %. Es lógico que el resto de países se sientan indignados por la competencia desleal que ha supuesto. Pero es el gran error sobre el que se construye la UE: libre cambio, libre circulación de capitales, sin previamente haber armonizado la legislación fiscal, laboral y social.

    Los países –lejos de incrementar la productividad– han pretendido crecer mediante el mecanismo de quitar un trozo de pastel al vecino, utilizando cada uno los instrumentos que tenían más a mano. España, por ejemplo, se ha valido de los bajos salarios (sus costes salariales en términos reales se hallan entre los que más han disminuido en los últimos 30 años) y en una presión fiscal muy reducida. Según la Agencia Tributaria, a pesar de que el tipo nominal del impuesto de sociedades es del 30 %, ¡lo efectivo sólo alcanza el 10 %!

    Todo este proceso conduce al desastre, no sólo desde el punto de vista social y del de la igualdad, sino también desde la óptica simplemente económica, porque los demás países reaccionan de la misma forma generándose una carrera al infinito. Siempre habrá países que tengan costes laborales más bajos o menor presión fiscal. En Irlanda se ha dado otra variable que ha precipitado su economía a la quiebra. En su afán por aparecer como el abanderado del neoliberalismo a efectos de atraer inversiones, liberalizó totalmente el sistema financiero hasta convertirlo en monstruo que devoró al propio Estado.

    Un país pequeño, se encontró al final con bancos desproporcionados para su tamaño a los que no pudo respaldar. Problema parecido al de Islandia. Además, en su papel de estar siempre a favor del capital, fue el primer país al determinar que su Estado respaldase todos los depósitos bancarios sin límite de cantidad, y no contento con ello ha pretendido avalar todo tipo de pasivos bancarios. Al final, una insolvencia de sus bancos se ha trasformado en la insolvencia del propio Estado. Y esperemos que no termine ocasionando la insolvencia de algún otro Estado que 'diferente' se considera.

    Juan Fco. Martin Seco

    ResponderEliminar