lunes, 8 de noviembre de 2010

¡Dinero público -en España- y TV "privada" (de Cuatro/T5 +A3/Sexta), mas a Berlusconi: todo!

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“¡Salvad a España, estudiantes, salvadla de la injusticia, de ladronería, la mentira, la servilidad y, sobre todo, de la sandez. Más que otras infamias criminales está degradando a nuestro país el que le dicte tiranía ese dechado de majadería que atrae sobre él la burla del mundo entero. Salvadla, hijos míos, e iré cargado de años y de recuerdos a que me cunéis mi último sueño, mi última esperanza y a descansar en la tierra que habreis hecho un hogar espiritual de Libertad, de Verdad, y de Justicia!” clamaba en 1929 el desterrado por aquella Dictadura del General que dió en 1923 enésimo golpe de Estado a nuestra triste Historia, Miguel de Unamuno
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Acabamos de poder pillar cierta Info… sobre la que, por desgracia, sufrimos hoy aquí una casi completa conspiración de silencios consensuados desde todopoderosos 'media' -o cadenas- para el ‘Pensamiento [Cero, del Coro] Único’ que monopoliza todo poder indiviso en este Reino de España tan celebrado como democrático tras Transición bien conocida:
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Ahora mismo el negocio de la televisión está en menos manos que nunca, cuando hay más canales que nunca”. La frase pertenece a uno de los mayores expertos del sector, para quien está claro que el negocio televisivo no está en las audiencias, sino en la publicidad, en la cuota de mercado publicitario. Como dice Paolo Vasile, consejero delegado de ‘Tele5’, “mi obligación no es entretener o educar a la gente, sino conseguir espectadores por venderselo a los anunciantes”. Dos frases para enmarcar la situación de un sector crucial, según la clase política, para domeñar el voto, y que después de casi 7 años ya de Gobierno socialista, después de la literatura desplegada sobre la necesidad de conceder nuevas licencias y repartir canales entre amigos varios, todo ello en aras de la libertad de expresión -¡faltaría más!- ofrece una foto fija tan escandalosa que debería provocar, si no una movilización ciudadana, si al menos una reflexión colectiva sobre los caminos por los que transita este país.
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Resulta que, tras la decisión adoptada el 29 de octubre por la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) aprobando la fusión ‘Tele5’-‘Cuatro’, y con la operación ‘Antena3’-‘laSexta’ en ciernes, los dos grandes grupos de comunicación citados se van a zampar el 83% de la tarta publicitaria global, que es donde está el meollo. El resto, los tropecientos canales de la TDT que pugnan diariamente por un átomo de audiencia, a verlas venir. A la luna de Valencia. Lo asombroso del asunto es que ambos grupos están en las manos finalistas de Silvio Berlusconi con la familia D’Agostini. Un sector estratégico, clave para el normal desenvolvimiento de una sociedad democrática, convertido en un oligopolio en manos extranjeras.
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Imposible entender la dimensión de la tropelía cometida por este Gobierno sin intentar urgente repaso de lo ocurrido en el mundo televisivo desde la llegada del PSOE con ZP al poder. En noviembre de 2005, el aludido puso en marcha la gran operación mediática que iba a marcar su Presidencia mediante la creación de un grupo audiovisual propio, gestionado por sus amigos Roures, Contreras & Cía del ‘Público’. A tal efecto, otorgó un nuevo canal de TV en abierto, ‘La Sexta’, cuando ya había fecha fija para el llamado “apagón analógico”. Unos meses antes y en plena desbandada veraniega (30 de julio), el Ejecutivo, violando letra y espíritu de la Ley, había autorizado la conversión de un canal de pago (‘Canal +’) en otro en abierto (‘Cuatro’), logrando así cerrar la boca del grupo mediático de Jesús Polanco con sus ‘PRISA’ y ‘El País’…
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El escándalo implícito se vistió con el lenguaje falsario de las grandes ocasiones: la concesión de nuevas licencias se hacía en aras de “aumentar el pluralismo e incrementar la oferta”, porque, además, había “espectro de sobra”, y los nuevos canales cabían en un mercado publicitario que a la sazón atravesaba un boom. La vicepresidenta De la Vega, mandatada por ZP, cerró un pacto con los dueños de los grupos multimedia a base de promesas de dinero público, logrando que Alechu Vasile (‘Tele5’) y Lara-Carlotti (‘Antena3’) se tragaran sin rechistar el sapo de dos nuevos competidores, y metiendo en el mismo paquete a la Unidad Editorial de ‘El Mundo’ (‘Veo TV’) y al Vocento de ‘ABC’ (‘Net TV’). ¡Tutti contenti…!
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Pero, a lo largo de 2009, a cuenta del drástico cambio de tendencia del mercado publicitario motivado por la crisis y del nivel de endeudamiento asumido por los prohombres del sector, la situación se tornó tan dramática que el Gobierno tuvo que salir al rescate de todos. De pronto no había cartas para tantos jugadores, porque la tarta publicitaria no daba más de sí, y había que proponer fusiones a toda velocidad, juntar meriendas a uña de caballo. Para hacerlo posible, el Ejecutivo eliminó en febrero 2009 el tope (5%) que limitaba la participación de un mismo accionista en más de una cadena. Con el habitual desparpajo socialista a la hora de retorcer la ley, De la Vega aseguró que el nuevo Decreto venía a “avanzar en la mayor liberalización del sector y garantizar la transparencia y el pluralismo…”.
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Mas eso era solo la mitad del regalo. La otra mitad llegaba en julio del mismo año: para que se fusionen con garantía, vamos a prohibir la contratación de publicidad por parte de TVE (unos 500 millones de euros), de modo que ustedes puedan repartirse esa pasta en comandita. Esto es, abrir la caja de la TV pública y repartir su contenido entre algunos cuantos: fusiones privadas con dinero público. ¡O sea, que, no sin ciertas dosis de sorna, el atraco fue bautizado oficialmente como la “Ley de financiación para TVE...”!
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En hacer realidad ese engendro se ha empleado con total dedicación la ex vicepresidenta del Gobierno, Fdez. de la Vega ahora premiada con un puesto vitalicio en el Consejo de Estado. El resultado del escándalo tiene cifras frescas: solo en los nueve primeros meses de este año ‘Tele5’ ha facturado más de 622 millones de euros, un llamativo 45,2% por encima del mismo periodo de 2009, mientras ‘Antena3’ ingresó 570, con incremento de 15%; se entienden los elogios encendidos de Alechu Echevarría, presidente de ‘Tele5’, a De la Vega cada vez que asistía a un acto público con la vice. “Estamos muy contentos con las cosas que el Gobierno está haciendo por nosotros”, dijo el citado, presidente de la patronal Uteca, en ocasión reciente. Parodiando la frase de la desdichada Jeanne Manon Philipon camino del patíbulo, cabría decir aquello de “¡Oh Democracia, cuántos abusos se cometen en tu nombre!”
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El proceso culminó hace días con la CNC -ahora integrada en exclusiva por consejeros del PSOE- rubricando la fusión entre ‘Tele5’ y ‘Cuatro’. Ambas cadenas convivirán por separado bajo el control único de Mediaset, el holding Berlusconi: la italiana ¡comprará ‘Cuatro’ y el 22% de ‘Digital+’ a ‘PRISA’!, según el acuerdo ha planteado, a cambio de 500 millones de euros en efectivo y el 18,3% de ‘Tele5’. Como Telefónica no ha tenido más remedio que hacerse cargo de otro 22% de ‘Digital+’, que para eso -un roto y un descosido- está el gigante que preside Alierta, tito Berlusconi ha ideado una meravigliosa jugada: “...tú pones la pasta, César, que de eso vas sobrao, y yo me encargo de la gestión, que en España no sabéis hacer televisión de pago”.
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De modo que hemos acabado con la TV “de pago” y, además, entregándole las teles “en abierto”… a los gentiluomi transalpinos. La operación era vital para supervivencia de ‘PRISA’. Han bastado 9 días para que Pérez Rubalcaba, hombre fuerte del nuevo Gobierno e íntimo ex ejecutivo de Cebrián -buen amigo de Vasile también-, acabara de un plumazo con casi 8 meses de dudas de Luis Berenguer, presidente de la CNC, que ha tenido que soportar presiones sin cuento de De la Vega, además de recibir a Vasile y al propio hijo de Berlusconi, cuasi residente en Madrid. Nada ha podido contra Rubalcaba. Nada, tampoco, ZP contra Paolo, a quien se quiso cepillar por culpa de comentarios despectivos pronunciados en 2004. No se lo permitió Berlusconi. La venganza solo consistía en no recibirlo en Moncloa desde entonces.
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Y al caer ahora está el anuncio de fusión por ‘Antena3’ más ‘laSexta’ (con la mexicana ‘Televisa’ presionando para poner en valor su 40%), y con más motivo aun que el anterior: Mª Teresa… se ha empleado a fondo tratando de evitar la quiebra del Grupo Planeta de José Manuel Lara, “...y no vamos a dejar en la estacada a los amigos del Presidente”, con Roures a la cabeza. El cuadro que se adivina tras nuevo desvergonzado intervencionismo gubernamental en un sector estratégico como el de los medios no puede ser más preocupante en términos de calidad democrática: grandes grupos privados controlando el 83% de la tarta publicitaria y 2 ejecutivos italianos -Maurizio Carlotti en ‘Antena 3’ más el omnipresente Vasile en ‘Tele5’- decidiendo cada día qué es lo que tienen que ver los españoles en TV; un práctico oligopolio a 2 bandas en manos de accionistas extranjeros.
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Los italianos controlan buena parte de la energía (Enel) y gran parte de los medios de comunicación españoles; sin reciprocidad ninguna, que ahí está Telefónica por ejemplo, empantanada con Telecom Italia, para demostrarlo. En la sombra, tan poderosos aliados como Fainé (Caixa), Rato (Caja Madrid) y Florentino Pérez (ACS), unidos todos por argamasa de Borja Prado (presidente de Enel y del italiano Mediobanca en España).
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Queda cada día más abocada al declive una tele pública, ‘TVE’, regida de facto por un Consejo cuyo control se arroga Miguel Angel Sacaluga, hombre del apparatchik socialista que apadrinan José Blanco y De la Vega, porque el poder no está en manos del venerable Oliart. Los rectores de la cosa, además, han decidido que no compite por los grandes eventos deportivos con canales privados, seguramente porque Moncloa ha decidido darle la puntilla.
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Y quedan las televisiones autonómicas, endeudadas hasta sus cejas, con multitud de pequeños negocios y negocietes digitales que, a base de las migajas publicitarias que dejan los grandes, malviven en espera de algún despistado con pasta que aparezca de la nada dispuesto a comprar, pues que nadie ve tales canales porque a nadie interesan.
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Y bien, ¿qué dice la izquierda del espectáculo a grandes rasgos aquí descrito? ¿Qué, los señores de la ceja, esa progresía patria del mundo del arte afincada en subvención? Todos callan cual muerto, en espera del próximo reparto. “¡Porca miseria!” [Jesús Cacho: ‘TV privada y dinero público’, 07/11/10]
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Pues aquí ahora, sin embargo, nuestros progresistas -'oficiales mentes'...- nunca NADA objetaron esa burda propaganda gubernamental que saca pechos por cuanto TVE no cobrará ningún anuncio de las publicidades que continúa emitiendo (¡bien poco encubiertamente: incluso en telediarios-basura, debido al 'interés general' informándonos... de algunas mercancías en competencia con otras para ser las más vendidas!...); o sea, que habrá de financiarse ya el '100% con cargo a los Presupuestos'... en donde cada vez son más recortados otros capítulos para necesidades vitales de la colectividad, tanto televidente como no.
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4 comentarios:

  1. Como estrambote digno para tamaño 'esperpento nacional', apúntannos hoy tomar en cuenta las palabras oportunas de José Manuel Sánchez Ron en ELPAIS que con gusto quedan aquí reseñadas:

    - - Una y otra vez, con machacona insistencia (...) la lealtad acrítica al “líder" se enseñorea en nuestro mundo (...) llegando a veces a extremos que ofenden al sentido común (...) Se hacen pronósticos, y si no se cumplen no pasa nada: se transmutan, como si se tratara de prodigiosos alquimistas, en corroboraciones (...)

    ¿Qué valor tiene la palabra de quienes de manera continua violan ese razonable requisito que el filósofo Karl Popper defendió para intentar evitar los errores: "domeñamos cuidadosa y austeramente estas conjeturas o anticipaciones nuestras", escribió en ‘La lógica de la investigación científica’, y "por medio de contrastaciones sistemáticas: una vez que se ha propuesto, ni una sola de nuestras anticipaciones se mantiene dogmáticamente; nuestro método de investigación no consiste en defenderlas para demostrar qué razón teníamos"?

    Aceptamos, parece, que (...) no se nos revienta el alma cuando vemos a políticos a los que se les hace una pregunta -o que se preguntan entre sí- y que "contestan" algo que no tiene nada que ver con la cuestión planteada y sí con alguna supuesta desvergüenza del partido opuesto. En el camino, la pregunta, que podía ser interesante, queda sin contestar.

    Inmersos en semejante mundo, cuando el discurso ciego a cualquier tipo de contrastación es la pauta general, pienso en el legado que vamos a dejar a los que vienen, por edad, detrás de nosotros. ¿Qué ejemplo les estamos dando para convencerles de que deben ser fieles a la argumentación lógica y a la transparencia, a la capacidad de escuchar a "los otros"? ¿Cosas del estilo de "defender vuestras ideas y actos racional y argumentativamente; no olvidar someter vuestras opiniones al juicio de los hechos. Podéis estar equivocados, y lo estaréis más de una vez"? (...)

    La modernidad que los ilustrados del siglo XVII defendieron rechazaba la idea de que el fin justifica los medios, manteniendo firmemente que tales tienen primacía sobre los fines. Para ellos la obediencia a las leyes (justas), proceder metódicamente de acuerdo a un método adecuado y transparente, era prioritario. Como insistió John Rawls en ‘Teoría de la justicia’ (1971), por ejemplo, ésta será en última instancia seguir fielmente un procedimiento correcto, en, naturalmente, un sistema político y judicial democrático y no viciado.

    Por esto, la ciencia -en la que los fines se subordinan rigurosamente a los medios, a los procedimientos- fue el modelo más admirado en la modernidad, el ejemplo que debían imitar otras empresas sociales y culturales. Mas la posmodernidad ha cambiado esto. En ella, los medios se subordinan a los fines. Parece como si la fe en los medios, en el método, en los procedimientos, hubiese desaparecido (...)

    No importa dar la espalda a la racionalidad discursiva, no el enfrentarse a las preguntas inconvenientes, o darle la vuelta a los argumentos que ayer se utilizaban. Resistir es la norma (...) sea como sea, sin necesidad de mantener alguna coherencia interna. Los fines son el bien supremo, los 'MEDIOS' un instrumento maleable y dúctil. Hay que vencer (...) El fin justifica SUS MEDIOS. Si hay que hacer trampas se hacen, y, naturalmente, se niega que se hacen... - -

    [‘El valor del fracaso digno’]

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  2. Sobre las más unanimidades multi-partidistas dice bien, hoy, J. F. Martín Seco:

    "De cara a los presupuestos del ejercicio próximo, ya se han puesto de acuerdo los dos grandes partidos políticos, el PSOE y el PP, junto con CiU para apoyar en los venideros a las autopistas con pérdidas. CiU ha introducido una enmienda por la que el Estado se compromete, en el supuesto de que el tráfico sea inferior al 80 por ciento del previsto cuando se licitaron, a sufragar la diferencia.

    Es muy posible que lo que se termine aprobando no sea literalmente lo propuesto por CiU y que se presente alguna enmienda transaccional, sobre todo para ver si las ayudas se pueden disfrazar de manera que no computen en el déficit. Cosa bastante difícil porque, con toda seguridad, los créditos participativos que se instrumenten serán sin retorno.

    Detrás de las concesionarias se encuentran en calidad de accionistas las principales constructoras del país y detrás de ellas, a su vez, los bancos, ya que se estima que la deuda a la que no se puede hacer frente asciende a 4.000 ó 5.000 millones de euros, que sitúa por tanto a aquéllas al borde de la quiebra.

    El Estado, mientras congela las pensiones o reduce brutalmente el sueldo de los funcionarios, dedica millones de euros a que las concesionarias de autopistas no quiebren salvando así a constructoras y a bancos. Y en esta materia sí, en esta materia no ven problemas a la hora de ponerse de acuerdo los principales partidos políticos.

    Situaciones como la descrita dejan al descubierto la mentira de ciertos discursos acerca de la bondad de las privatizaciones de los servicios públicos. En el fondo, el riesgo lo acaba asumiendo siempre el sector público. Se trata, para variar, de privatizar los beneficios y de socializar las pérdidas. Esto es lo que se llama ESTADO BENEFACTOR, PERO DE LOS EMPRESARIOS".

    [en 'La... www.republica.es ...de las Ideas']

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  3. Del mismo J. M. Schez. Ron citado por el 1º comentario anterior vemos en 'Babelia' esta mañana un "Recordando a Feynman" donde aparece la siguiente joyita utilísima para cuanto se andaba tratando por acá =

    "...prefiero recordarlo por la idea que tenía de la ciencia, una idea que mostrose de forma conmovedora en una carta (reproducida en '¡Ojalá lo supiera!') que escribió a un antiguo alumno suyo en respuesta a una que éste le había escrito felicitándole por la obtención del Premio Nobel y mostrándonos al mismo tiempo cierta tristeza por lo que él consideraba muy humildes trabajos suyos.

    '...Usted me conoció en la cima de mi carrera...', escribió entonces Feynman, '...cuando -según usted- yo estaba interesado en problemas próximos a los dioses; no obstante, he trabajado en innumerables problemas que usted calificaría de humildes, pero con los que disfruté y me sentí muy bien porque a veces podía obtener algún éxito parcial. Ningún problema es demasiado pequeño o demasiado trivial si realmente podemos hacer algo con él'..."

    Fue un buen consejo. Uno que no conviene olvidar."

    ¡Amén!

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  4. Se pregunta hoy Fede Quevedo, El Confidencial, ¿"Por qué 'Juanli' Cebrián se carga CNN+ y se va de rositas?". A nadie podría extrañarle que les haya servido en bandeja la cabeza de Iñaki Gabilondo a los tiburones yanquis de 'Liberty' quien antes ya fuera el Director de "Telediarios" en la TVE (¡única!) de Franco bajo Gobierno de Arias Navarro -antes "El Carnicerito de Málaga"- por recomendación de su padre, aquel otro Cebríán Jefe de la "Cadena de Medios de Prensa del Movimiento".

    Sólo quienes confundan a la secta partidista del PSOE -y sus aliados mediáticos- con los buenos de "izquierdas" pueden llamarse ahora a engaño.

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