viernes, 22 de octubre de 2010

Sobre fractales y Crisis... o ¿trabajar más para ganar menos?: con Mandelbrot, in memoriam

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Una reciente propuesta de los recetarios delincuenciales menos imaginativos acaba de volvernos a recordar sus programas interesados para regresos de nuestra historia ("¿Trabajar más y ganar menos...?"), que hasta desde la elevada tribuna responsable del Banco Central Europeo se vieron en el obligado trance de redargüirles: "...¡No; lo que pasa es que se debe trabajar con mejor productividad [por los gestores... tanto como en la mano de obra]...!"
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También el emérito experto Vicenç Navarro lo recordaba, en su contestación al cuestionario del Gobierno para una Presidencia española de la UE: "...de acuerdo con el Informe global sobre la Competitividad del año 2009 presentado por 'Foro de Davos', los países más competitivos de la OCDE incluyen alguno que cuenta con el mayor gasto social público en protección social... El conocido principio de 'flexiseguridad' se basa precisamente en la experiencia escandinava de incentivar flexibilidad del empleo proporcionando prestaciones sociales extensas. En ausencia de esto es difícil obtener lo anterior..."
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Y encontramos regalo magnífico en cierta reseña conmemorativa ("Mandelbrot, fractales y crisis financieras", por Alejandro Nadal, desde 'La Jornada') que suscitó reflexión de gran actualidad:
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“El relámpago en el cielo no se despliega en línea recta. La rugosidad de una coliflor o las caprichosas formaciones de la rama de un árbol son un desafío para los trazos limpios de la geometría que aprendimos en la escuela. Ni las líneas rectas, ni las curvas perfectas existen en la naturaleza. Pero a partir de la obra de Benoît Mandelbrot es posible acercarse a una teoría de la rugosidad irregular que es la marca del universo.
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Hace una semana falleció este matemático, creador de la 'geometría fractal' y otras maravillas cercanas a la 'teoría del caos'. Según la palabra acuñada por Mandelbrot, 'fractal' es una figura semi-geométrica que puede ser dividida en partes más pequeñas, de tal modo que cada una de dichas fracciones es otra representación a escala menor de la misma figura inicial. La 'rugosidad' e 'irregularidad' están íntimamente relacionadas con patrones de afinidad entre las partes y el todo. Un ejemplo es la coliflor: se puede desmenuzar todo lo que uno quiera y al amplificar cada una de sus inflorescencias individuales, se observa que las partes más pequeñas son similares a la coliflor entera. A esta propiedad se le denomina 'auto-afinidad'.
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En 1963 Mandelbrot analizó las variaciones de precios de algodón sobre una serie de tiempo. Dos hallazgos le sorprendieron. Primero, los movimientos de precios no tenían nada que ver con una distribución 'normal' en la que la mayor parte de las variaciones está cerca del promedio. Los datos mostraban una mayor frecuencia de variaciones extremas. Segundo, el patrón de las variaciones era independiente de la escala: las curvas de cambios de precios en un día eran iguales a las de un mes. Y lo más asombroso era que estas características estaban presentes a lo largo de todo el tumultuoso período 1900-1960 que había presenciado dos guerras mundiales y una gran depresión.
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Mandelbrot utilizó su teoría de fractales para explicar la presencia de eventos extremos en Wall Street. En 2004 publicó su libro sobre el ‘mal comportamiento’ de los mercados financieros. La idea básica sobre la relación entre fractales y mercados financieros es que los eventos extremos son más probables y esto ofrece una visión más certera sobre los riesgos del mercado. En el mundo financiero el objetivo central es maximizar los ingresos para un cierto nivel de riesgo. Los modelos comúnmente utilizados consideran que los eventos de variaciones extremas en los mercados financieros son muy poco probables y pueden, para fines prácticos, ser ignorados. Es decir, la premisa es que los movimientos de precios son resultado de procesos aleatorios bien portados. Cada variación de precios de un activo financiero es vista como si fuera independiente de la anterior. Los modelos convencionales (como el de Black-Scholes para precios de opciones) utilizan algunas distribuciones probabilísticas 'normales' para tratar las variaciones de precios. Una distribución 'normal' es aquélla en la que el 95% de las observaciones está dentro de las primeras dos desviaciones estándar de la distribución (la desviación estándar mide qué tan lejos está una observación del promedio). Todo esto significa que los eventos extremos son improbables y pueden ser ignorados.
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Para Mandelbrot esto es una pésima aproximación a los mercados financieros. En su enfoque la distribución de eventos no es normal (los eventos extremos tienen una mayor probabilidad). La curva de distribución exhibe la propiedad de kurtosis o de las llamadas 'colas' pesadas o robustas. Esto es mucho más cercano a la realidad de los mercados financieros: el movimiento del índice Dow en los últimos cien años revela una frecuencia inquietante de movimientos violentos. Y sin embargo, aún hoy se usan los modelos convencionales diciendo que tales eventos extremos ¡sólo pueden ocurrir una vez cada 10 mil años!
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Que será indispensable una mayor regulación en los mercados financieros es una conclusión obvia del trabajo de Mandelbrot. Sin embargo, nada de lo que se hizo hasta hoy, a 3 años de reventar la Crisis, se acerca a lo que sería necesario para acortarle la rienda a los operadores financieros. Por otro lado, Mandelbrot confirmó lo que ya se sabe sobre inestabilidad de mercados interdependientes y, en especial, de los financieros. Pero Mandelbrot no buscó explicar las causas de las crisis, ni siquiera de la formación de expectativas à la Keynes o Minsky. Será interesante utilizar un enfoque de los fractales para estudiar cómo cada crisis refleja la estructura del sistema capitalista (del momento) en su 'rugosidad' y 'auto-afinidad'. En términos de la geometría fractal, ¿son auto-similares las crisis y sus detonadores?
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Mandelbrot no tuvo una formación de economista, quizás por esa razón sus aportaciones exploran cómo se comportan los mercados. Esto es un avance frente a los 200 años de una teoría económica cuyo programa de investigación consistió en tratar de demostrar (infructuosamente) que los mercados eran eficientes. En el contexto de la crisis global, Mandelbrot es una bocanada de aire fresco.
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La belleza de la geometría fractal no tiene límites. Quizás el mensaje de Mandelbrot ya estaba en el poema ('The Auguries of Innocence') de William Blake: Contemplar el mundo en un grano de arena, / y un cielo en una flor silvestre, / acoger el infinito en la palma de tu mano, / y la eternidad en una hora...”
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5 comentarios:

  1. Eso dicen, los poetas -los verdaderos poetas- saben expresar con las mínimas palabras las percepciones más sutiles (mi resumen no es literal, quizá ni siquiera correcto).
    Buena noche: PAQUITA

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  2. Cada cual hablará de la fiesta como le fue, o sea, según ha comido. Ahora, en la prolongada CRISIS, abundan todavía quienes peroran sobre ideas geniales: de decrecimientos, la reforma para las finanzas globales, otras tasas de la fiscalidad aun imposibles, utopías de acracia (o reclamo bizantino, ultra/superidentitario) y demás disquisiciones metafísicas del género que mejor le pinte a su diletante rebeldía de salón para minoritarias excelencias ajenas al engorroso marrón inatacado aquí en las masas.

    José Mª Izquierdo se pregunta por el énfasis, progubernamentel, sobre COMUNICACIÓN = "¿Pero comunicar qué? ¿Que tenemos la mejor política económica de derechas en el mundo? Los únicos que sufren estos recortes son los que ya eran víctimas de la crisis: los trabajadores y los pensionistas... No lucha este GOBIERNO contra el fraude fiscal ni les sube los impuestos un poquito a los ricos...

    Así que dicho sin mucho matiz pero parece que con bastante justeza, quienes robaron a la luz del día, lo siguen haciendo; y además nos acusan de gastosos por no morir al día siguiente de la jubilación, que hasta PENSIONES queremos.

    Molesta que todos los RECORTES, siempre a los mismos, se vean como inevitables: pensiones, jubilación o contratos laborales, cuando no son sino meras cristalizaciones de una determinada ideología. Pero hay otras ideologías que proponen otras soluciones...

    Imagínense, solo imagínense, si se acaba con el FRAUDE fiscal o, fíjense ustedes, si se suben aún un poquito más, para ponerlos a nivel europeo, los impuestos directos. ¿A las rentas más altas? Sí señor, a las rentas más altas, que no vamos a castigar aún más a quien tira con dos pesetas hasta fin de mes.

    Y sí, recórtese GASTOS eliminando direcciones generales o, aún mejor, tirando a la basura esas televisiones públicas que son maquinaria perfecta para tirar el dinero de todos los contribuyentes, ricos y pobres...

    Así que solo se pediría que este nuevo Gobierno, tan pimpante y tan dispuesto a comunicar, nos contara, de una vez por todas, por qué siempre pagamos unos y siguen tan desahogados otros. Y ya puestos, vaya caso pintoresco, que -con sus 11 millones de votos de IZQUIERDA- gobernase como las izquierdas." (diario El País, hoy)

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  3. Pero las cosas tienen Soluciones hoy (y, al menos, bastante menos mal que lo actual...) POSIBLES. ¡A ellas deberíamos aplicarnos por sobre toda la queja, siempre tan habitual entre nosotros!

    Esta mañana, Ignacio Sánchez -Cuenca (con "Sí, pero...") nos ha dicho -en 'El Pais'- algo que coincide con cuanto sobre Fisco y Presupuestos venían sosteniendo hace un mes aquí otros 3 posts inmediatamente anteriores:

    "A diferencia de lo que sucedió en la primera legislatura cuando Zapatero arriesgó en muchos terrenos, en esta, dominada casi absolutamente por la economía, el presidente ha ido a remolque de los acontecimientos y por detrás de otros gobernantes europeos, sin ofrecer ninguna propuesta novedosa.

    Las cosas pueden estropearse aún más si el Gobierno se empecina en llevar a cabo justamente ahora, en medio de la crisis, una reforma de las Pensiones que no es urgente a corto plazo. Las presiones son muy fuertes... y las élites del país se están aprovechando de la mala coyuntura económica para debilitar el Estado de bienestar.

    El Gobierno tiene que distanciarse de esos proyectos. En estos momentos, por ejemplo, más perentorio es realizar de una vez una REFORMA FISCAL profunda que corrija las tremendas injusticias del sistema. Ignacio Zubiri mostró hace poco en este periódico todo lo que se puede hacer en este terreno y que el Gobierno no ha querido entrar a discutir.

    Zapatero... debería... nutrirse de algunas ideas económicas que, sin romper con el objetivo de REDUCCIÓN DEL DÉFICIT, tengan algún contenido verdaderamente social y DESDE LAS IZQUIERDAS. De lo contrario, la desmovilización de la izquierda acabará en 2012 con la etapa socialista."

    (...dixit et salvavit anima...)

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  4. Este lunes, nos dejó también menciones de Mandelbrot muy aprovechables en «El agrimensor ha muerto» (diario ‘El Mundo del siglo XXI’) nuestro veterano erudito Antonio Escohotado: “... la complejidad es embarazosa, tanto para quien reparte certezas absolutas como para el cultivador del especialismo. Pero haríamos mal divorciando su indolencia de un espíritu más amplio e imperativo, como el que por ejemplo guía a la RAE de nuestra Lengua.

    Aristóteles vio en la ciencia el fruto del «asombro» ante la naturaleza, prolongado por una insaciable «curiosidad». Siete siglos después, en sus ‘Confesiones’, San Agustín opuso que la ciencia es «una curiosidad malsana», cuando la Humanidad dispone de una verdad revelada más segura y clara, y va a ser esto lo que apoye nuestro Diccionario. Leemos allí que asombro es «susto, espanto», y curiosidad el «deseo de saber o averiguar alguien lo que no le concierne». Hasta la edición de 1976, curiosidad no era «deseo de saber o averiguar alguna cosa», pero he ahí que «cosa» se ha estabilizado como «lo que no nos concierne».

    So pretexto de «pulir y dar esplendor», obrar como dueño de una lengua suscita entre otros efectos el pacto de ese usurpador con los incomodados por la emergencia del nuevo paradigma científico, que no en vano empezó a definirse como tal a mediados de los 70. Aquel brote de destrucción creativa puso en cuestión a la gran mayoría de los docentes, convencidos de que sus respectivas disciplinas están fundamentalmente conclusas, y la única incógnita de nuestro caso es saber cómo la mano invisible de esa infatuación gremialista pudo llegar hasta nuestra Real Academia, haciendo que redujese la curiosidad a indiscreción abyecta.

    PRIGOGINE, el Einstein de su tiempo, confió su figura al recuerdo en 2003; MANDELBROT, el agrimensor, acaba de dejar atrás su atrabiliario páncreas. Qué poco les conocemos, cuando tanto hicieron para ampliar nuestros horizontes. Con todo, Internet apenas empieza a desplegar sus alas, y para esa red de curiosos la construcción de «fractales» es hace tiempo el gran símbolo del arte informático, y la «termodinámica del desequilibrio» ya una evidencia. No será tan sencillo sacar adelante la propuesta de que cerremos nuestras cuentas con lo real.” = www.almendron.com/tribuna/32104/el-agrimensor-ha-muerto/

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  5. Me ha encantado leer este artículo.
    Me quedo con su nota: "Será interesante utilizar un enfoque de los fractales para estudiar cómo cada crisis refleja la estructura del sistema capitalista (del momento) en su 'rugosidad' y 'auto-afinidad'. En términos de la geometría fractal, ¿son auto-similares las crisis y sus detonadores?"
    En esa reflexión, estoy precisamente trabajando actualmente para mi próximo libro.
    Saludos

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