miércoles, 30 de diciembre de 2009

NOCTURNO (ante... ALBA, y con ALEGRÍA...)

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Como ya nos habían enseñado tan bien, antes de tal presente Alba de hoy, Amaneció siempre cuando más oscuro estaba...
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Por eso -mientras concluye nuestro tiempo= en sus días, meses o año...- sentimos el gozo de aun vivir más; con este "Nocturno":

NOTTURNO IV

Dormi come la notte dorme;
col silenzio e con le stelle.
E anche con le ombre.
Come i monti sentono il peso della notte,

così oggi senti pesare il dolore
che il tempo ci riserva:
dolcemente e in pace.

Ti sono piovute addosso le ombre,
ma sei qui, ad abbracciare nel cuscino
(nella nera notte)
tutta la luce del mondo.
Io penso che la notte, come la vita, nasconda
miseria e terrore,
ma tu dormi al sicuro,
perché hai dentro di te una fiamma d'oro:
l'amore che accende altro amore.

Grazie ad esso crescerà ancora nel mondo
il bosco dalla mitezza,
e continueranno a girare i pianeti
adagio, molto adagio, sopra i tuoi occhi,
producendo quella musica
che sul tuo viso dissolve l'idea del dolore,
ogni dolore del mondo.

Riposi sul bianco,
come sul bianco cade in pace la neve.
Dormi come la notte dorme.
nel volto sereno della bambina.
che ancora ignora
quel dolore che le toccherà
quando sarà donna.

Un'altra notte,
la neve della tua pelle e della tua vita,
riposano miracolosamente di fianco
a un bagliore di fiamma,
all'amore che si accende in altro amore.
Quello che ti salverà.
Quello che ci salverà.

( del 'Libro de la mansedumbre', 1997 )

Duermes como la noche duerme;
con silencio y con estrellas.
Y con sombras también.
Como los montes sienten el peso de la noche,
así hoy sientes tú esos pesares
que el tiempo nos depara:
suavemente y en paz.

Te han llovido las sombras,
pero estás aquí, abrazando en la almohada
(en negra noche)
toda la luz del mundo.
Yo pienso que la noche, como la vida, oculta
miserias y terrores,
mas tú duermes a salvo,
pues en el pecho llevas una hoguera de oro:
la del amor que enciende más amor.

Gracias a él aún crecerá en el mundo
el bosque de lo manso
y seguirán girando los planetas
despacio, muy despacio, encima de tus ojos,
produciendo esa música
que en tu rostro disuelve la idea del dolor,
cada dolor del mundo.

Reposas en lo blanco
como en lo blanco cae en paz la nieve,
duermes como la noche duerme
en el rostro sereno de esa niña
que todavía ignora
aquel dolor que habrá de recibir
cuando sea mujer.

Otra noche,
la nieve de tu piel y de tu vida
reposan milagrosamente al lado
de un resplandor de llamas,
del amor que se enciende en más amor.
El que te salvará.
El que nos salvará.

( Antonio Colinas )

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